Os pego aquí la carta de una lectora:

Tengo un niño de 10 meses y, normalmente, siempre llevo alguna bolsa, ya sea con sus cosas, ya sea con las compras. Me parece una barbaridad que tenga que cerrar el carrito cada vez que suba a un autobús.

¿Dónde pongo al niño cuando tenga que cerrar el carrito? ¿Y cuando lo tenga que abrir de nuevo? Si me van a obligar a cerrar el carrito, yo voy a exigir que instalen sillas de seguridad homologadas para bebés por su seguridad. Como el problema es la falta de espacio para los usuarios, que aumenten la flota y la frecuencia de paso, así se resolverá el problema.

Confieso que nunca he viajado en autobús con mi peque. Y no lo he hecho porque sabía que iba a encontrarme con dificultades.

Siempre he optado por el tren y el metro. Allí mi peque sigue sentado en su carrito, bien atado.

Pero claro, yo puedo elegir. No todas las mamás pueden.

Y además de la incomodidad: subir el carrito al autobús, plegarlo si te obligan a hacerlo, qué hacer con el bolso o las bolsas de la compra, encontrártelo lleno de gente… Nunca me ha parecido un método seguro.

Siempre he creído que es una peligrosa paradoja que en los vehículos privados los adultos tengamos que llevar el cinturon de seguridad y los pequeños sus sillitas y alzadores, pero que en los autobuses vayamos sueltos como las aceitunas dentro de un bote.

Incluso los autobuses escolares, que llevan niños desde tres años, no tienen método de seguridad ninguno.

Insisto, incongruencia legal la que hace que amarres a tu niño de tres años en su sillita isofix cuando viaja en tu coche y le sueltes en libertad en la ruta del cole.