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El curioso origen del término ‘veneno’

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen del término ‘veneno’.

El curioso origen del término ‘veneno’

Conocemos como ‘veneno’ a la sustancia que, tras ser ingerida o inoculada, es altamente tóxica y perjudicial para la salud, pudiendo provocar graves enfermedades e incluso la muerte.

Pero en su origen, este término no hacía referencia ese tipo de compuesto, sino que dicho término fue acuñado para denominar así a las pócimas y preparados elaborados para ayudar a subir la libido masculina (lo que también conocemos como ‘afrodisiaco’).

Y es que, antiguamente, el afrodisiaco y el veneno eran exactamente lo mismo, lo único que diferenciaba a ambos términos era que el primero provenía del griego y el segundo del latín.

Etimológicamente, ‘afrodisiaco’ (aphrodisiakós) hacía referencia a ‘Afrodita’, la diosa griega del amor y ‘veneno’ (venēnum) a ‘Venus’, su equivalente en la mitología romana.

Los antiguos alquimistas elaboraban pócimas y sustancias para devolver la vigorosidad sexual a los hombres (no existía lo que conocemos comúnmente como ‘Viagra’) y en el mundo romano se les denomino como ‘venēnum’, mientras que en el griego se les llamaba ‘aphrodisiakós’.

Con el tiempo, el término venēnum acabó sirviendo para denominar a todo tipo de sustancia medicinal que se preparaba en una botica (farmacia) y, curiosamente, a quien lo elaboraba se le conocía como ‘venenario’ (boticario) y así aparece recogido en los primeros diccionarios oficiales de nuestra lengua.

Y siguió transcurriendo el tiempo y el término veneno (venenum) dejó de ser usado para hacer referencia a las sustancias que ayudaban a subir la libido, quedando el vocablo ‘afrodisiaco’ (aphrodisiakós) para tal fin y el otro para todo tipo de medicamento, pócima o sustancia. Ante la toxicidad de algunos preparados se le empezó a añadir una coletilla al término encontrándonos que existía el ‘venenum bonum’ (veneno bueno) y el ‘venenum malum’ (veneno malo).

Fue durante la Edad Media cuando el término veneno (también escrito como ‘venino’) pasó a denominar solamente a las sustancias tóxicas y mortales, mientras que los medicamentos convencionales se les llamó ‘fármaco’ (del latín ‘pharmăcum’ y éste del griego ‘phármakon’).

 

 

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La cruel manera que tenían en la Antigua Grecia de expiar sus desgracias culpando a alguien inocente

La cruel manera que tenían en la Antigua Grecia de expiar sus desgracias culpando a alguien inocenteA lo largo de la Historia cada cultura, pueblo y religión ha tenido una manera propia de expiar sus pecados o echar la culpa a algo o alguien de las desgracias y penurias que padecían.

Había quien hacia responsables a unos dioses concretos (ciertas deidades encomendadas a llevar el infortunio), también quien usaba animales como forma de expiación (por ejemplo la ceremonia del rito judío que consistía en elegir un macho cabrío –chivo- que era llevado al desierto, apedrearlo y abandonarlo con el fin de que pagase por los pecados cometidos por el pueblo… de ahí nació el término ‘Chivo expiatorio’).

La manera que tenían en la Antigua Grecia de purgar sus pecados y hacer a alguien responsable de todas las penurias y calamidades que habían ocurrido a lo largo del año era conocido como ‘Pharmakos’ y consistía en escoger a ciudadanos a los que se les culpaba de todas sus desgracias (aunque no tuvieran nada que ver con ello).

Dicho sacrificio tenía lugar durante las ‘Targelias’, festividades atenienses en honor a las deidades Apolo y Artemisa, que se celebraban los días sexto y séptimo del mes de Targelión, en el calendario ateniense (hacia finales de mayo en el calendario gregoriano por el que nos regimos actualmente).

Las personas escogidas para ser sacrificadas en el Pharmakos solía ser un hombre y una mujer (a veces varios individuos de un mismo sexo) y el criterio para escoger quién sería el elegido podía ser arbitrariamente alguien con alguna malformación, delincuentes que tenían alguna pena pendiente por cumplir e incluso algunos que ya habían cumplido con la justicia (algo así como ‘echar el muerto a otro‘).

Estas personas eran expulsadas de la ‘polis’ (ciudad) y, dependiendo de la gravedad de la desgracia por la que se le hacía responsable (una plaga, terremoto, invasión, hambre…) se le enviaba al ostracismo durante un tiempo o incluso se le podía sacrificar (ya fuera a pedradas, fustigándoles los genitales hasta hacerles morir o mediante el linchamiento).

El término griego Pharmakos significaba literalmente ‘remedio’ (aunque también tenía otros muchos significados como: veneno, antídoto, droga… de ahí que los medicamentos también se les llame ‘fármacos’).

 

 

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Destripando mitos: si te muerde una serpiente nunca se debe chupar y succionar el veneno

Ante la picadura de una serpiente nunca se debe chupar y succionar el veneno

Es muy común escuchar que en caso de que te muerda una serpiente venenosa lo que hay que hacer es chupar la herida, para así succionar el veneno. Este consejo se ha convertido en uno de los mitos más populares y compartidos que se conocen, habiendo un gran número de personas que creen a pies juntillas que es correcto hacerlo.

Pero eso de chupar y succionar el veneno es algo que no se debe hacer, por mucho que veamos continuamente cómo lo dan por válido en programas de televisión, películas, blogs, viralizado en redes sociales e incluso en algunos manuales de primeros auxilios escritos por supuestos expertos.

Antes de llegarnos esta desinformación a través de todos esos medios un modo de transmitirnos este tipo de advertencias erróneas era el cine… ¿quién no recuerda aquellas viejas películas del Oeste en las que una serpiente mordía a alguien y el protagonista se sacaba el cinturón, hacía un torniquete, cortaba la herida con su navaja y chupaba el veneno?

Pero no, craso error, eso es algo que no debe hacerse nunca (sobre todo el torniquete y lo de intentar succionar el veneno con la boca). Lo único correcto de todo ello era lo de hacer un corte en la herida, pero no todo el mundo sabría hacerla con precisión sin montar una escabechina (depende de dónde o cómo se corte se puede incluso provocar que lo peligroso sea desangrarse y no el veneno de la mordedura).

Según apuntan los expertos (los de verdad, los que sí saben del asunto), lo que se debe hacer en caso de que a alguien le pique o muerda un animal venenoso es, sobre todo, mantener la calma. Eso es fundamental.

Sí, es muy fácil decirlo pero muy difícil poder guardar la serenidad cuando has sido mordido por algún tipo de víbora, pero este consejo tiene una razón específica: cuanto más nervioso se ponga uno más rápido latirá nuestro corazón provocando que el veneno se extienda más rápidamente por nuestro organismo. Así, que  eso de pegar saltos cuando os muerda no lo hagáis.

Lo siguiente que hay que hacer es una pequeña incisión en el mismo lugar y misma dirección de la mordedura… esto no se realiza para que pueda ser succionado el veneno sino para evitar que la herida se cierre. Es fundamental que permanezca abierta hasta el momento de ser atendido por algún especialista sanitario.

Uno de los motivos por los que se desaconseja totalmente que se succione el veneno de una mordedura es para evitar que el veneno nos afecte a nosotros. Existen muchos tipos de venenos que están clasificados en neurotóxicos y hemotóxicos.

Los primeros afectan al sistema nervioso, pero los hemotóxicos a los tejidos con los que entran en contacto. Si un veneno hemotóxico entra en contacto con nuestra lengua ésta podría llegar a caerse, al igual que nuestros dientes.

Posiblemente, y debido sobre todo a la cinematografía, se tiene la convicción de que la mayoría de las serpientes son venenosas, pero dentro de las más de dos mil especies de serpientes que existen tan solo el 15% pueden considerarse peligrosas y no todas ellas son venenosas.

 

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Parte de esta información (de un modo muy resumido) formó parte de la charla que ofrecí sobre venenos y sus curiosidades, el pasado 16 de septiembre, en el evento de divulgación científica Naukas Bilbao 2016 y que puedes visionar en el siguiente enlace: http://www.eitb.eus/es/divulgacion/naukas-bilbao/videos/detalle/4391088/naukas-bilbao-2016–alfred-lopez/
Ante la picadura de una serpiente nunca se debe chupar y succionar el veneno
Fuentes de consulta: medtempus / I Lol Ciencia (Big Van) / botanical-online / wikihow / elcomercio
Fuente de las imágenes: Captura del vídeo de la película ‘Susuz Yaz’ / J.J. Gallego @Raven_neo

¿Que te chupe la qué? [Mi charla sobre mitos y venenos en el evento #Naukas16]

¿Que te chupe la qué? [Mi charla en el evento de divulgación científica #Naukas16]

Un año más he vuelto a estar en Bilbao para participar en el mejor evento de divulgación científica que se realiza actualmente y que es conocido como Naukas16.

A las 13 horas salí al escenario para dar la charla titulada ‘¿Que te chupe la qué?’. He de reconocer que el título había despertado mucha expectación y sobre todo tras la que ofrecí el año pasado (Si no soy Curro Jiménez ¿por qué tengo este trabuco?) además de no haber dado ninguna pista a nadie sobre el tema en el que versaría en mi charla de este año.

Y sí, tal y como os estaréis imaginando, mi charla en Naukas16 ha sido sobre ‘venenos’.

¿Que te chupe la qué? [Mi charla en el evento de divulgación científica #Naukas16]Empecé mi intervención con un vídeo en el que estaba representado un viejo y manido chiste en el que una serpiente muerde en los genitales de un muchacho y el amigo al preguntar por teléfono al médico qué es lo que podía hacer éste le dice que chupe y succione el veneno.

A partir de aquí ha comenzado mi charla en la que he tratado este mito tan extendido (tanto en libros de primeros auxilios, webs, o películas). He explicado el inconveniente de hacer esa succión y el motivo sobre el porqué no se debe hacer.

También he hablado de otros animales venenosos, como el escorpión, el ornitorrinco o la avispa de mar (el animal más venenoso del planeta).

¿Que te chupe la qué? [Mi charla en el evento de divulgación científica #Naukas16]De ahí he pasado a hablar de otros tipos de venenos como el cianuro o el arsénico (mención especial para la película ‘Arsénico por compasión), el ántrax (o carbunco), el gas sarín,  la estricnina (que en el siglo XIX dio origen a la expresión ¡Que te den morcilla!), el mercurio (y la enfermedad que provocaba y que era conocida como ‘hidrargirismo’), de la manzana envenenada de Blancanieves y Alan Turing y acabé con un par de anécdotas históricas: la primera sobre Parysatis (madre del rey persa Atarjerjes II) quien envenenó de una manera singular a su nuera Stateira y la segunda (y cierre de la charla) sobre el rey Mitrídates VI y el curioso motivo de llamar ‘mitridato’ al antídoto a algunos venenos.

Acabé la charla (que duró 10 minutos, tiempo establecido por la organización) con una última diapositiva en la que aparecían todas las fuentes de consulta (las tenéis un poco más abajo) mientras sonaba de fondo la canción ‘Dame veneno que quiero morir’ de Los Chunguitos.

La charla se retransmitió en directo por streaming a través de la web de eitb y podéis verla en el siguiente enlace: http://www.eitb.eus/es/divulgacion/naukas-bilbao/videos/detalle/4391088/naukas-bilbao-2016–alfred-lopez/

Por cierto, momentos antes a mi charla tuve la oportunidad (y honor) de fotografiarme junto al astronauta Pedro Duque, quien había sido invitado al evento Naukas16

Alfred López (autor de Ya está el listo que todo lo sabe) y el astronauta Pedro Duque

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El curioso origen de llamar ‘mitridato’ al antídoto a algunos venenos

El curioso origen de llamar ‘mitridato’ al antídoto a algunos venenos

Muchas son las personas que al referirse a algún preparado para combatir los efectos de un veneno utilizan el término ‘mitridato’.

Aunque no es un antídoto que contrarreste la acción de cualquier veneno (y sí algunos específicos), obtuvo su fama y nombre en el siglo I a.C. y hay tras él una curiosa anécdota histórica, ya no solo por los elementos que componen este contraveneno sino en los hechos y personaje que lo hicieron popular.

Uno de los enemigos más importantes que tuvo la Antigua Roma fue Mitrídates VI, soberano del Reino del Ponto (en el Mar Negro). Muchas fueron las ocasiones en las que se intentó asesinar a este rey a través del envenenamiento, motivo por el que buscó una fórmula magistral que lo mantuviera a salvo de cualquier intento de envenenamiento.

Mezclando más de una cincuentena de productos (entre los que se encontraban cosas tan diversas como el opio, el azafrán, aceite, mirra o la pimienta), según cuentan las crónicas, Mitrídates halló el antiveneno perfecto y, por muchas veces que lo intentaron, nunca pudieron acabar con su vida.

Lo anecdótico de la historia (de la que gran parte será leyenda) se encuentra en el momento en que fue derrotado por el general romano Cneo Pompeyo Magno en la conocida como ‘Tercera Guerra Mitridática’ y en la que tras la misma el propio Mitrídates VI decidió quitarse la vida con el fin de evitar ser apresado por su enemigo y no se le ocurrió otro modo que suicidarse que tomando veneno. Pero su organismo ya estaba inmunizado por la gran cantidad de antídoto que había ingerido a lo largo de su vida, por lo que finalmente tuvo que optar por pedir a uno de los oficiales de su ejército que le contara la cabeza con su espada.

La efectividad y fama del mitridato fue tal que durante largo tiempo se estuvo utilizando en medicina como remedio contra la peste, las fiebres malignas y las mordeduras de los animales venenosos (tal y como indica la acepción del Diccionario de la Rae).

 

 

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Fuente de la imagen: algotruneman (openclipart)

La curiosa leyenda urbana sobre las amapolas y el opio

La leyenda urbana sobre las amapolas y el opio

Circula desde hace mucho tiempo una leyenda urbana que dice que el opio se extrae de la amapola silvestre. Esta planta, cuyo nombre binomial es papaver rhoeas, es una vistosa flor cuyas hojas o pétalos son de un llamativo color rojo, siendo muy común verla crecer en campos, descampados y a los lados de la carretera.

Muchas son las historias que han corrido alrededor de las amapolas en las que se explican todo tipo de hechos que relacionan directamente a esta planta con la droga. Ese es el motivo por el que es muy común que algunos propietarios de terrenos se encarguen de arrancarlas rápidamente tal y como observan que han crecido amapolas en sus campos o fincas, ante el miedo de recibir la visita de los agentes de la autoridad y evitando así cualquier posible sanción.

La leyenda urbana sobre las amapolas y el opioEn realidad, lo que ha llevado a la confusión a muchas personas, para relacionar a las amapolas con la extracción de opio, es su gran parecido con otra planta muy similar llamada comúnmente adormidera [papaver somniferum] cuyas hojas o pétalos son blancas, rosáceas o violeta claro, pero no de color rojo.

De la adormidera sí que se extrae el opio debido a que posee un gran número de alcaloides como la morfina, la papaverina o la codeína y su toxicidad desaconseja el consumo continuado.

Respecto a la amapola, lo que sí es cierto es que puede resultar ligeramente venenosa si es ingerida por animales herbívoros, pero cocinada o infusionada pierde su toxicidad. Los alcaloides contenidos en la flor tienen propiedades sedantes, por lo que es utilizada por algunas personas para realizar infusiones, que se recomiendan en casos de insomnio, ansiedad, depresión, nerviosismo… Otras de sus propiedades son sus efectos expectorantes y su uso para combatir la tos.

 

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Portada 6ª edición Ya está el listo que todo lo sabe

 

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Fuentes de las imágenes: Gunnar Ries (Flickr) /ykanazawa1999 (Flickr)