En las nominaciones de la 17ª entrega de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, que correspondía a las películas estrenadas en 1944, se produjo un hecho insólito que no se ha vuelto a repetir a lo largo de la historia los Premios Oscar:
Barry Fitzgerald fue nominado en las categorías de ‘mejor actor principal’ y ‘mejor actor de reparto’ pero con la peculiaridad de que ambas las recibió por un único papel: el que realizó en la película ‘Going My Way’ (Siguiendo mi camino) donde interpretaba el personaje del entrañable ‘padre Fitzgibbon’.
Finalmente, en la ceremonia celebrada el 15 de marzo de 1945 en el Grauman’s Chinese Theatre, Barry Fitzgerald ganó el Oscar al mejor actor de reparto, alzándose con la estatuilla al mejor actor principal su compañero, en la misma película, Bing Crosby.
Cabe destacar que ‘Going My Way’ fue la gran triunfadora de la noche, ganando un total de siete Oscars (mejor película, director, actor principal, actor de reparto, argumento, guion adaptado y canción) de las diez categorías en las que estaba nominada. Al tratarse de una película con un alto contenido religioso fue proyectada en el Vaticano para el papa Pío XII.
Junto a Vaticano, Jerusalén y Santiago de Compostela, la Catedral de Colonia es uno de los lugares de peregrinación que más católicos recibe. Éstos viajan hasta allí con la intención de visitar el sarcófago instalado detrás del altar mayor que contiene una de las reliquias más veneradas entre los creyentes: los que se suponen que son los restos de los Reyes Magos.
El hecho de que se encuentre en la Catedral de Colonia se debe a la conquista del norte de Italia, durante la segunda mitad del siglo XII, llevada a cabo por Federico I de Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Barbarroja (sobrenombre por el que era conocido el emperador) expolió la ciudad de Milán, llevándose consigo todo aquello que consideró que tenía un gran valor.
Entre lo que se apropió se encontraban las reliquias de los Reyes Magos, las cuales habían llegado a Milán en el siglo IV llevadas desde Constantinopla por Eustorgio (religioso cristiano que tras su muerte fue canonizado).
El emperador decidió regalar dichas reliquias a Reinaldo de Dassel, el hombre al que Barbarroja había nombrado canciller jefe de Italia y que además ejercía como arzobispo de Colonia, por lo que éste vio la posibilidad de levantar un nuevo templo religioso en esta importante población situada al Oeste de Alemania.
Aunque las reliquias llegaron a Colonia en el año 1164, no fue hasta mediados del siglo XIII (1248) cuando comenzaría a levantarse la catedral y ésta no sería terminada hasta 1880. Tras el altar mayor se colocó una monumental arqueta gótica en las que se encuentran los restos que son visitados por cientos de miles de personas que peregrinan hasta allí.
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Feroz fue la persecución que se hizo en la Antigua Roma a los primeros cristianos tras la llegada de Pedro a la capital del imperio. El más famoso de los apóstoles de Jesús, y considerado como primer Papa de la Iglesia católica, evangelizó a un gran número de romanos y cientos de éstos fueron martirizados hasta morir en el circo de Nerón, que se encontraba en la colina Vaticana, a las afueras de Roma.
Ese lugar fue donde Pedro murió crucificado cabeza abajo por orden del emperador.
Tras más tres siglos de persecuciones y martirios a los cristianos se promulgó el Edicto de Milán,que permitía la libertad de culto, ordenando el emperador Constantino I construir una basílica en el mismo lugar donde había estado ubicado el antiguo circo de Nerón.
Tras numerosísimas obras, remodelaciones y cambios de nombre a través de los siglos, finalmente aquel lugar acabó siendo lo que hoy en día conocemos como Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, convirtiéndose en un Estado propio y Sede Papal.
Cuando alguien es cabezón o no quiere dar su brazo a torcer, manteniéndose firme en su postura, es habitual que se utilice la expresión «está en sus trece» para referirnos a su tozuda actitud.
El origen de este dicho procede del Papa Benedicto XIII, también conocido como el Papa Luna quien fue elegido pontífice en 1394 en medio de una serie de luchas y ambiciones internas de varios países por conseguir que la sede papal volviese al Vaticano (en 1309 se había trasladada a Aviñón en el conocido como Cisma de Occidente).
Su nombramiento chocaba de pleno con aquellos que reconocían a Bonifacio IX como Papa legítimo. Pero cuando Francia retiró el apoyo a Benedicto XIII, y con ello la sede episcopal de Aviñón, el Papa Luna se trasladó a vivir al Castillo de Peñíscola, donde siguió manteniéndose en su puesto de pontífice, a pesar de recibir todo tipo de presiones para que renunciara, lo que provocó que rápidamente se comenzase a utilizar, refiriéndose a él, la expresión «sigue en sus trece». Evidentemente ese trece era una clara referencia al número que acompañaba su nombre papal: XIII
Desde entonces es habitual escuchar diferentes variantes de la expresión: «estar en sus trece», «mantenerse en sus trece», «seguir en sus trece»…
Varios son los rituales que se llevan a cabo cada vez que se pone en marcha la elección de un nuevo papa que será el máximo representante de la Iglesia Católica. Uno de ellos es la peculiar forma de anunciar al mundo que, tras consiguientes deliberaciones y votación, ya hay un nuevo Sumo Pontífice y es a través de la fumata que sale por una chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina, lugar en el que se celebra el cónclave papal.
Como bien es sabido, el color de ese humo es de color blanco y, por el contrario, para anunciar que todavía no se ha llegado a un consenso es de color negro.
Hay un tercer color, que es el amarillo, y éste se utiliza previamente al cónclave y sólo para probar la estufa en la que deberá quemarse los votos.
Para hacer que el humo de la fumata sea de un color u otro, actualmente se utilizan diferentes compuestos químicos que garanticen que los presentes en la Plaza de San Pedro podrán distinguir perfectamente el mensaje que desde el interior se les quiere transmitir.
Cabe destacar que, cuando ya se ha escogido nuevo papa y la fumata es blanca, desde el 2005 se incorporó un repique de campanas que lo hacen más evidente aún si cabe.
La utilización de la fumata como modo de comunicar al exterior que, tras realizarse el escrutinio de los votos, ya hay un cardenal que ha sido votado mayoritariamente es tan antigua como el propio cónclave y debemos de viajar nueve siglos atrás para encontrar su origen.
Fue Gregorio X quien en el Concilio de Lyon, celebrado en el año 1274, promulgó un documento llamado “Ubi periculum” y en el cual se establecía toda la metodología a seguir para celebrar el cónclave de elección papal, tal y como lo conocemos hoy en día.
Hasta aquella fecha muchos eran los tejemanejes que se habían estado utilizando para escoger un papa, siendo un cargo que en más de una ocasión se conseguía a base de pagar una buena suma por él o por pactos y alianzas entre naciones. También se han dado casos tan extraños como el de elegir a un imberbe adolescente. Muchos han sido los reyes y poderosos que han señalado quién debía dirigir la iglesia, haciendo y deshaciendo a su antojo y voluntad.
Cuando en el siglo XIII, Gregorio X puso las bases de cómo debía ser un cónclave (él mismo fue elegido papa tras 34 meses de discusiones y desavenencias entre los propios cardenales) se determinó que se celebraría aislados del mundo y sin comunicación alguna con el exterior. Desde entonces se ha mantenido toda esa liturgia de aislamiento y posterior forma de anuncio, algo que le confiere mucho mayor atractivo a todo ese ritual
Para conseguir que el humo de la chimenea saliese de un color u otro se quemaba junto a las papeletas de los votos un poco de paja: seca para la fumata blanca y húmeda para que fuese una fumata negra. Actualmente se utilizan dos estufas: una desde donde se queman los votos y la otra que se encarga de dar color al humo.
Esto se ha hecho para que no haya ningún tipo de confusión, ya que son varias las ocasiones en las que el color quedaba bastante confuso (sin ir más lejos, en el anuncio tras la elección papal de Juan Pablo I en 1978 hubo una fumata gris).
Los pontífices y el Vaticano han estado a lo largo de la historia muy mezclados con guerras de poder y ambición. En el siglo XV el Papa Sixto IV tenía grandes enemigos, debido a su nepotismo lo que lo llevó a alcanzar un acuerdo con la Confederación Suiza para contratar mercenarios a sueldo que trabajarían como miembros de su seguridad.
Fue bajo el pontificado del Papa Julio II el 21 de enero de 1506 cuando se instauró oficialmente a la Guardia Suiza como cuerpo militar encargado de la seguridad de la Ciudad del Vaticano. Para el diseño de su característico uniforme se contó con uno de los artistas más universales, Miguel Ángel Buonarroti.
Para ser miembro de la Guardia Suiza hay que cumplir unos requisitos específicos, como estar soltero, tener nacionalidad suiza, profesar la religión católica y medir un mínimo de 174 centímetros.
Como bien apunta el enunciado de la pregunta, un cónclave es la reunión que celebra el Colegio Cardenalicio para elegir al nuevo papa de la Iglesia Católica.
El término cónclave viene de la expresión latina cum clavis (bajo llave) y designa este tipo de reuniones, dadas las condiciones de reclusión y máximo aislamiento del mundo exterior en que debe desarrollarse dicha elección. Este sistema de reunión a puerta cerrada se instauró tras el Segundo Concilio de Lyon (1274).
El Papa Juan Pablo I (Albino Luciani,17 de octubre de 1912 – 28 de septiembre de 1978) fue apodado “El Papa sonriente”, debido a su comportamiento alegre. Planeaba ampliar las reformas de la Iglesia Católica, pero no vivió para llevarlas a cabo, ya que murió sólo 33 días después de haber sido elegido para el papado, en septiembre de 1978.
El veredicto oficial fue que había muerto de un ataque al corazón, pero no hubo autopsia, y los informes acerca de dónde había muerto y quién había encontrado su cuerpo, eran contradictorios.
Diversos investigadores han coincidido en concluir, aunque sin pruebas sobre el respecto, que Juan Pablo I pudo haber muerto por envenenamiento. Según éstos, tras los primeros días de pontificado, la Curia Vaticana habría decidido que Albino Luciani no había sido una buena elección y, en consecuencia, Juan Pablo I habría sido fríamente eliminado. El supuesto motivo habría sido el recelo que causaron sus propuestas reformistas y, sobre todo, su intención de intervenir en los aspectos económicos del Vaticano. Pero hay que aclarar que todo esto son especulaciones, ya que nunca se realizó una autopsia que aclarase las causas de su muerte.
Otras teoría difundida por los mismos investigadores culpa directamente de la muerte del Santo Padre a la llamada logia P2. Esta Logia, dependiente de la francmasonería, y controlada por la mafia a través de los políticos italianos, decidió eliminar a Juan Pablo I ante la iniciativa de éste de separar los negocios del Vaticano de los negocios de los políticos italianos, también a sueldo de la mafia, tras el desfalco de más de quinientos millones de dólares en el Banco Ambrossiano, que llevó a la quiebra a la institución financiaciera vaticana.