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¿De dónde surge la creencia de que a los conejos les gusta comer zanahorias?

¿De dónde surge la creencia de que a los conejos les gusta comer zanahorias?

Bugs BunnySi pedimos a cualquier persona que asocie qué tipo de comida le gusta comer a los conejos, un tanto muy elevado de individuos contestaran, sin pensárselo dos veces, que se trata de la zanahoria.

Y en realidad esto no es así, sino un mito (como tantísimos que hay) que proviene del mundo del cine y la televisión ya que éste nació del personaje de dibujos animados ‘Bugs Bunny’.

Fue a raíz de la popularización de Bugs Bunny en la década de los años ’40. Su creador, Tex Avery, se inspiró en una escena de la película ‘Sucedió una noche’ (de 1934) en la que el protagonista masculino (interpretado por Clark Gable) saca una zanahoria del bolsillo de su gabardina y comienza a comérsela.

Sucedió una nocheTal y como indican los expertos en veterinaria, a lo conejos les gusta más las hojas verdes que hay sobre la zanahoria que la hortaliza naranja en sí.

Evidentemente, si no tiene otra cosa que comer y tiene hambre se la zampará sin pensárselo dos veces, pero si le damos a elegir entre varios alimentos (como lechuga, espinacas o zanahoria) el último que escogería sería, con toda probabilidad, la mencionada hortaliza naranja.

No se debe descartar la zanahoria de la dieta de un conejo, pero no tiene que ser parte de su alimentación principal, sobre todo porque es un alimento demasiado dulce para estos animales, lo cual provocaría que engordase más de lo deseado y abusar de él le podría producir algún daño en el hígado e intestinos.

 

 

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Fuentes de consulta: howstuffworks / tcm / cracked / strambotic / misanimales
Fuente de las imágenes: Wikimedia commons / contusion (Flickr) / Amazon

Nuevo canal en YouTube con las curiosidades de Alfred López (Ya está el listo que todo lo sabe)

Nuevo canal en Youtube con las curiosidades de Alfred López (Ya está el listo que todo lo sabe)

Tras once años al frente de este blog de curiosidades y un lustro dedicándome profesionalmente a divulgarlas (a través de múltiples colaboraciones en otros blogs, radio y televisión, además de la publicación de mis dos libros) ya ha llegado el momento para dar un paso más y empezar con algo que llevan mucho tiempo reclamando los seguidores de este blog: crear un canal de videos en Youtube.

Pues bien, esto ya se ha hecho realidad y desde hace unos días he empezado a colgar vídeos en los que explico de un modo sencillo y rápido curiosidades, anécdotas, historias, etimologías y todo aquello que creo que podrá ser de interés y saciará vuestra curiosidad: www.youtube.com/c/AlfredLópez
Muchos de los vídeos serán grabados desde el despacho en el que trabajo diariamente, pero mi intención es salir e ir a grabar a lugares donde tienen alguna relación directa con la curiosidad que voy a explicar en esa ocasión (cómo fue el caso del primero que colgué relacionado con la Mona de Pascua y que lo realicé frente al escaparate de una pastelería de Palamós).

Evidentemente queda mucho aún por mejorar y aprender, os agradezco de antemano vuestra comprensión y aquellos consejos que sabiamente me podáis dar para que cada día salgan un poco mejor.

A continuación podréis ver el vídeo que sirve de bienvenida y debajo los que he publicado hasta este momento en el que explico curiosidades sobre el origen de la Mona de Pascua, de dónde surge regalar una rosa y un libro en Sant Jordi, por qué decimos que algo es solo la punta del iceberg o el curioso pasado culturista, durante sus años de juventud, de Santiago Ramón y Cajal.

Os invito a visionarlos y, si son de vuestro agrado, a suscribiros al canal, darle a ‘me gusta’ y compartir en vuestras redes sociales.




¿De dónde surge el mito que indica que el ‘alma’ pesa 21 gramos?

¿De dónde surge el mito que indica que el ‘alma’ pesa 21 gramos?Existe la creencia de que el peso del alma es de 21 gramos. Al menos así lo señalan aquellos defensores de esta teoría, asegurando que esos gramos son los que exactamente se pierden en el momento posterior al fallecimiento.

Evidentemente se trata de una teoría avalada mayoritariamente por aquellas personas, colectivos y religiones que defienden que todo ser humano está constituido por un cuerpo y una esencia inmortal (llamada alma o espíritu) y que esta sale del organismo una vez llegada la muerte del individuo.

A pesar de tratarse de un supuesto pseudocientífico ampliamente refutado, este es uno de los mitos en los que más personas creen en él, existiendo la errónea convicción de que el alma pesa 21 gramos. De hecho está tan incorporada en la cultura popular que incluso se filmó una película en el año 2003 que llevaba por título ’21 gramos’ y que fue dirigida por Alejandro González Iñárritu.

Para encontrar de dónde surge este mito hemos de trasladarnos hasta principios del siglo XX, época en la que el médico estadounidense Duncan MacDougall, doctor en biología, realizó una serie de experimentos con seis personas moribundas a las que pesó e inmediatamente después del fallecimiento de éstas anotó lo que pesaban.

Con todo lo anotado hizo una sencilla operación matemática con la que le salió la media de 21 gramos (por lo que no todos los fallecidos dieron el mismo resultado).

Una vez determinado que cada persona perdía como media esa cantidad de gramos el siguiente paso era averiguar cuál era la causa, a lo que el doctor MacDougall en lugar de buscar respuestas científicas y pruebas que demostrasen que podía ser debido a la pérdida de fluidos corporales, incluso del aire o gases contenido en el organismo una vez exhalado, prefirió tirar por el camino de la creencia religiosa y avalar la teoría de que los seres humanos poseemos alma.

Cabe destacar que finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX fue una época en la que tuvo una gran influencia el espiritismo y todo lo relacionado con los temas paranormales sobre almas, muerte y el más allá.

El doctor Duncan MacDougall dio a conocer sus conclusiones a través de un comunicado a la prensa a principios de 1907, por lo que  The New York Times publicó un artículo titulado ‘Soul has weight, physician thinks’ (El alma tiene peso, el facultativo piensa) el 11 de marzo de aquel mismo año, haciéndose eco del ‘descubrimiento’ del médico. El 11 de mayo en el ‘Journal of the American Society for Psychical Research’ (publicación de la organización de parapsicología de la que formaba parte MacDougall) publicó el artículo firmado por el propio médico: ‘Hypothesis concerning soul substance together with experimental evidence of the existence of such substance’ (Hipótesis relativa a la sustancia del alma junto con evidencia experimental de la existencia de tal sustancia).

Desde entonces (y gracias a la gran influencia que tuvo este tipo de temas en la sociedad) se ha tenido la convicción en ciertos sectores de que el alma pesa exactamente 21 gramos.

Como nota curiosa cabe destacar que el propio Duncan MacDougall hizo el experimento con quince perros, a los que pesó antes y después de morir, no dándole apenas variación en el peso, por lo que determinó que los perros no tenían alma, otro de los mitos también ampliamente difundido y rebatido en su día por el también médico Augustus P. Clarke, quien apuntó que las conclusiones de su colega eran erróneas debido a que en el momento de la muerte se produce un repentino incremento de la temperatura corporal a causa de que los pulmones dejan de enfriar la sangre y que el consecuente incremento de la sudoración podría explicar fácilmente los 21 gramos de menos defendido por MacDougall, además de que hay que tener en cuenta que los perros carecen de glándulas sudoríparas por lo que no es de extrañar que el peso de estos animales no sufriera ningún cambio súbito en el momento de morir.

 

 

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Libros de Alfred López

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Fuentes de consulta: xatakaciencia / cienciadesofa / pseudociencia.wikia / snopes / nytimes (pdf) / diogenesii (pdf)
Fuente de la imagen: pixabay

Destripando mitos: ¿sirve de algo poner un bistec crudo sobre un ojo morado?

Destripando mitos: ¿sirve de algo poner un bistec crudo sobre un ojo morado?

Hoy en día, cuando alguien ha recibido un golpe y le está saliendo un hematoma, uno de los remedios más efectivos y rápidos es ponerse algo frio en la zona golpeada (como una bolsita de gel guardad previamente en el congelador, hielo dentro de una bolsa o envuelto en un paño, guisantes congelados en una bolsa…) y posteriormente aplicar una pomada que contenga ‘pentosano polisulfato’ (comercializada como ‘Thrombocid’), que ayuda a mejorar la irrigación sanguínea de la zona afectada, previniendo la formación de trombos.

Pero muchas son las ocasiones en las que, ya sea a través del cine, la televisión, la literatura e incluso por trasmisión oral, hemos visto que como remedio para bajar el hinchazón y el hematoma (comúnmente de un ojo morado) era colocando un bistec de carne crudo sobre la zona amoratada.

Hoy en día esto tiene poco sentido de hacerlo. Si alivia algo el poner la carne sobre un ojo morado es por el frío del bistec, que es conservado en un frigorífico, pero si realmente se quiere aplicar algo que por su baja temperatura ayude a bajar un hinchazón lo que hay que hacer es usar uno de los productos mencionados al inicio de este post.

El hecho de poner el bistec sobre el moratón fue una costumbre que se popularizó sobre todo a mediados del siglo XX, siendo un recurso frecuente utilizado en innumerables películas y series de la época. Esto es así no por la efectividad del remedio, sino porque visualmente la escena quedaba mucho más impactante de cara al espectador que si se colocaba una bolsa con hielo.

Pero también cabe destacar que no fue un recurso inventado por la ficción cinematográfica, sino que viene de mucho más atrás.

Hoy en día todas las neveras disponen de una parte con congelador donde se produce hielo o se almacenan productos congelados, pero hace varias décadas atrás muchos eran los refrigeradores que tan solo tenían la propiedad de enfriar los alimentos, por lo que era más frecuente tener un bistec guardado ahí que unos cubitos de hielo. Éste solía venderse ambulantemente y en bloques, por lo que salía mucho más barato y fácil utilizar carne para aplicar a un hematoma que hielo.

Pero el hecho de que se pensara que aplicar un bistec era un buen remedio no surgió de la nada y porque fuese uno de los productos más frescos que se tenían, sino que era una costumbre heredada desde la antigüedad.

Muchísimos son los tratados médicos de hace varios siglos en los que se indica que la carne era un buen remedio para aliviar los golpes y, de hecho, durante la Edad Media se realizaba una ‘cataplasma de carne’ en la que se mezclaban varias hierbas medicinales con carne previamente machacada (picada) y que se aplicaba ya no solo en un hematoma, sino sobre heridas, llagas, úlceras, etc.

Actualmente esto estaría totalmente contraindicado, debido a que aplicar carne cruda sobre una herida abierta infectaría ésta de bacterias y, sobre todo, teniendo en cuenta que siglos atrás no existía la higiene de hoy en día.

Esto se hacía no porque la carne estuviera fría (que por aquel entonces no lo estaba) sino porque se había recibido como enseñanza médica desde la época de la Antigua Grecia en la que el médico Hipócrates de Cos (que vivió entre el 460 a.C y el 370 a.C) formuló su ‘Teoría de los humores’ en la que catalogaba la personalidad de cada individuo en cuatro estados: colérico, melancólico, sanguíneo y flemático; cada estado producía un tipo de fluido (humores) y tenía un modo diferente de sanarse.

Los hematomas se englobaban en el ‘sanguíneo’ y el remedio para curarlos era aplicando carne de vacuno, ya que, al ser roja y sangrienta, atraería la hinchazón.

De ahí que durante la mayor parte de la Historia (hasta bien entrado el siglo XIX) la teoría humoral fuese la más extendida y difundida entre los médicos.

En resumida cuentas ¿sirve de algo poner un bistec crudo sobre un ojo morado? Hoy en día tiene poco sentido hacerlo pero si no se tiene nada más a mano y esa carne se saca del frigorífico sí que puede aliviar un poco la hinchazón, pero no porque la carne tenga propiedades curativas, sino por el hecho de aplicar algo frío sobre el golpe. Eso sí, si la herida está abierta es totalmente desaconsejable aplicar un bistec crudo (por las bacterias que contiene éste y la infección que podría causar).

 

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Fuente de la imagen: Captura vídeo dailymotion (episodio ‘The Apology’ -9×09- de la serie ‘Seinfeld’)

Destripando bulos: Mozart sí que se llamaba ‘Amadeus’

Destripando bulos: Mozart sí que se llamaba ‘Amadeus’Desde hace varios años lleva correteando por las redes sociales un bulo en el que se afirma que el nombre completo del compositor austriaco Mozart (popularmente conocido como Wolfgang Amadeus Mozart) era Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart y que término ‘Amadeus’ no formaba parte de su nombre, sino que se trataba de un apodo, que según afirma el bulo significa ‘amado por Dios’ y que le fue asignado por un príncipe prusiano (no indican de quién se trataba) al quedar maravillado por las composiciones del genial músico.

Pero esto no deja de ser uno más de los muchísimos bulos que corren por la red sin fundamento alguno y que el desconocimiento (y muchas veces el aburrimiento) fomentan.

Tan solo tenéis que hacer una sencilla búsqueda en Google poniendo «Mozart no se llamaba Amadeus» y os aparecerá como resultado cientos de páginas que se han creído el mencionado bulo y lo han compartido (copia y pega) sin preocuparse de averiguar si eso es cierto o no.

En realidad ‘Amadeus’ no era ningún apododo del compositor y sí que formaba parte del nombre de Mozart, ya que era la forma en latín del griego ‘Theophilus’ o del alemán ‘Gottlieb’. De ahí que también podáis haber encontrado que se le nombra de esos dos modos. Dichos nombres (que en castellano son traducidos como ‘Amadeo’ o ‘Teófilo’) significan literalmente ‘Que ama a Dios’ (y también utilizado con el sentido ‘amado por Dios’ pero no por el motivo que asegura el bulo).

En su certificado de bautismo (del 28 de enero de 1756), el compositor aparece registrado como ‘Joannes Chrysost Wolfgangus Theophilus’; los dos primeros nombres (Joannes Chrysostomus) por el santo que se celebraba el día de su nacimiento, Wolfgangus lo recibía por parte de su abuelo paterno y Theophilus de su padrino de bautizo: Joannes Theophilus Pergmaÿr.

Destripando bulos: Mozart sí que se llamaba ‘Amadeus’ (certificado de bautismo)

Así pues, en caso de que alguien trate de corregiros al nombrar a Amadeus Mozart y os diga que en realidad no se llamaba de ese modo solo tenéis que enseñarle este post para que salga de su error.

Bajo estas líneas la captura de uno de esos memes virales que se comparten por la red

Captura bulo viral 'Mozart no se llamaba Amadeus'

 

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Fuentes de las imágenes: Wikipedia / Redes Sociales / Wikimedia commons

Destripando mitos: En la película Casablanca no dicen la frase ‘Tócala otra vez, Sam’

Destripando mitos: En la película Casablanca no dicen la frase ‘Tócala otra vez, Sam’

Si hiciéramos una encuesta sobre cuál es la frase más famosa de la película Casablanca (protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman) muy posiblemente la respuesta mayoritaria sería ‘Tócala otra vez, Sam’, pero en realidad se trata de una frase que no forma parte del guion.

Sí es cierto que el personaje que interpreta Bergman (Ilsa) le pide al pianista Sam que toque la canción, pero del siguiente modo: ‘Tócala, Sam. Toca As Time Goes By’. Tras acceder a la petición en una escena posterior hace acto de presencia Rick (Bogart) diciendo lo siguiente al solicito Sam: ‘La tocaste para ella, la puedes tocar para mí. Si ella pudo soportarlo, yo puedo. ¡Tócala!’.

Así que en ningún momento (ni siquiera en la versión original) se pronuncia el famoso y ya mítico ‘Tócala otra vez, Sam’.

Donde sí aparece es en el título original de la película protagonizada por Woddy Allen y estrenada en España como Sueños de un seductor, que en su versión original se llamaba Play It Again, Sam [Tócala otra vez, Sam].

 

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Fuente de la imagen: captura Youtube

Destripando bulos: No, el ‘Black Friday’ no se originó por la venta de esclavos negros

Destripando bulos: No, el ‘Black Friday’ no se originó por la venta de esclavos negros

Desde hace tiempo lleva compartiéndose por las redes sociales una imagen junto a un texto que se ha viralizado y en la que se advierte que el ‘Black Friday’ se originó a mediados del siglo XIX cuando los comerciantes de esclavos los vendían rebajados el día siguiente de Acción de Gracias.

Destripando bulos: No, el ‘Black Friday’ no se originó por la venta de esclavos negrosEste meme no es nuevo pues cada año, al llegar la segunda quincena del mes de noviembre, vuelve a reaparecer y compartirse masivamente. Sois muchos los seguidores de este blog (y de mis redes sociales) que me habéis hecho llegar vuestras consultas sobre qué hay de cierto en esta explicación, motivo por el que publico este post, a pesar de que ya han pasado varios días desde el Black Friday.

Hay constancias de que un par de décadas antes de la irrupción de las redes sociales esta leyenda urbana ya se compartía oralmente, aunque no se sabe a ciencia cierta dónde ni quién la originó.

Pero fue a partir de 2010 cuando, en su versión en inglés, comenzó a ser compartida esta información por las primeras RRSS pero sobre todo a través de correos email, aunque no llegó a tener una gran repercusión hasta el año 2014 en el que dos personajes estadounidenses, muy populares a nivel mundial, lo publicaron en sus respectivas redes:

Por una parte el jugador de baloncesto de la NBA, J.R. Smith, adjuntó en su cuenta de Instagram (teamswish) el 25 de noviembre de 2014, una imagen con el texto que indicaba aquel oscuro origen del Black Friday (aunque totalmente erróneo).

La publicación de J.R. Smith obtuvo en unas pocas horas miles de ‘me gusta’ y muchos fueron sus seguidores que decidieron a hacer pantallazo de la misma y compartirla en sus propios perfiles, por lo que el efecto altavoz hizo que este bulo se multiplicase llegara a cientos de miles de estadounidenses, siendo una de esas personas la famosa cantante Toni Braxton, quien al día siguiente lo compartía en su página de Facebook con una repercusión millonaria de seguidores.

La publicación realizada por J.R. Smith fue borrada un tiempo después, al ser advertido de que la información compartida se trataba de un ‘fake’. Sin embargo la de Toni Braxton todavía sigue visible y ya ha sido compartida (a día de hoy) más de 400.000 veces.

Destripando bulos: No, el ‘Black Friday’ no se originó por la venta de esclavos negros

No, el ‘Black Friday’ no se originó por la venta de esclavos negrosLa universalización de internet hizo que alguien decidiera traducir el texto al español (en otros idiomas también se puede encontrar) y que se haya compartido ampliamente durante estos dos últimos años, aunque hay que reconocer que actualmente está batiendo récords de viralización y muchísimos son los internautas que se están creyendo a pies juntillas esa absurda explicación sobre la venta de esclavos a bajo precio el día después de Acción de Gracias (a algún que otro medio de comunicación importante le han colado el bulo y se ha hecho eco).

Cabe destacar que no hay ni un solo documento histórico que acredite ese erróneo origen del Black Friday y prácticamente la totalidad de historiadores y expertos (salvo alguna excepción, como suele ocurrir) apuntan a otros motivos el origen, tal y como os explicaba en el post ¿Cuál es el origen del ‘Black Friday’?

 

Puedes visionar esta curiosidad publicada en mi canal de Youtube https://www.youtube.com/c/AlfredLopez
Te invito a visitarlo, suscribirte, darle a ‘me gusta’ y compartir en tus redes sociales.

 

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Fuentes de consulta e imágenes: snopes / nubianplanet / rawstory / bbc / thereelnetwork / marketwatch / Twitter / Wikimedia commons

‘Las líneas rojas de la sociabilidad’ [Mi charla en #TEDx Andorra la Vella]

‘Las líneas rojas de la sociabilidad’ charla en #TEDx en Andorra la Vella

El pasado sábado 15 de octubre tuve la ocasión de dar una charla TEDx invitado por la organización de Andorra la Vella.

El TEDx consiste en un evento donde una serie de conferenciantes comparten sus ideas, vivencias, experiencias y todo aquello que creen que puede ser de interés para el público en general y se realiza en diferentes localidades (cada población es libre de organizar su propio TEDx acogiéndose a unas normas que sirven para todos).

En mi caso fui invitado por Pilar Zuñiga (@PilarZ), una de las organizadoras del evento en Andorra la Vella, quien llevaba más de un año detrás de mí para que diera una conferencia TEDxAnd  (@TEDxAnd)y hasta este año no hemos podido cuadrar agendas.

Mi charla llevaba por título ‘Las líneas rojas de la sociabilidad’ y en ella quise hacer un rápido recorrido (18 minutos no da para mucho cuando hay tantas cosas que explicar) sobre las redes sociales, los límites que a veces traspasamos sin darnos cuenta al publicar según qué contenidos o como son otros los que pueden llegar a invadir nuestra intimidad espiando nuestros perfiles sociales (tal y como hacen muchas empresas de Recursos Humanos a la hora de investigar la vida de los candidatos a un empleo).

Os adjunto el vídeo de mi intervención, espero que lo disfrutéis y compartáis.

 

 

 

Fuente de la imagen: Jordi Picart (organización TEDxAndorraLaVella)

Destripando mitos: La mayonesa no se corta ni las flores se marchitan por estar menstruando

Destripando mitos: La mayonesa no se corta ni las flores se marchitan por estar menstruando

La mayoría de los mitos que existen están relacionados con algún aspecto de la salud y es, quizás, el hecho de que desde la antigüedad ya preocupaba todo lo que estaba implicado con la anatomía humana (aunque todavía no se tenía un conocimiento tan exacto en multitud de temas como hoy en día se tiene) lo que provocó que surgieran innumerables invenciones y estúpidos consejos que advertían de lo insalubre o perjudicial que podría resultar realizar ciertas actividades… quién no ha escuchado alguna vez que si te tragas un chicle  tarda siete años en digerirse, la advertencia sobre lo peligroso que es dormir en una habitación con plantas, que dar azúcar a los niños los vuelve hiperactivos o que si te das un baño después de comer puede darte un corte de digestión

Entre mis recuerdos de infancia y adolescencia están las muchas veces que escuché a mi madre y abuela advertir a mis hermanas sobre el peligro de bañarse durante los días que tenían la regla e incluso que tampoco debían lavarse el cabello (afortunadamente, mis hermanas jamás hicieron caso a esos avisos).

Y es que alrededor de la menstruación existen infinidad de mitos que advierten de lo peligroso que puede ser realizar según qué actividades e incluso absurdas teorías sobre lo que se puede hacer o no, debido a que, según se creía desde la antigüedad (y hay quien todavía los cree) la mujer durante los días de periodo irradiaba influjos y toxinas que perjudicaba a las plantas, alimentos e incluso que podían hacer enfermar a los animales de compañía.

Durante muchísimos años las mujeres se han visto privadas de poder realizar cosas tan cotidianas como trasplantar una maceta o regar unas flores ante el temor de que éstas marchitaran. O tal y como cito en el título del post: el hecho de que la mayonesa se corta si se realiza durante los días de menstruación es un mito que todavía hoy sigue muy presente en nuestra sociedad.

¿De dónde surge el mito que indica que durante la menstruación si se hace mayonesa ésta se cortará?No existe ni una sola evidencia científica que asegure que por el solo hecho de estar menstruando se vaya a cortar la mayonesa. Es un mito sin fundamento alguno que lleva arrastrándose durante demasiado tiempo. La mayonesa es una salsa en la que se debe emulsionar dos elementos bien diststintos: el aceite y el huevo. Si batiésemos por un lado un huevo (que es acuoso) y le echásemos un chorro de aceite podríamos comprobar como el segundo ‘flota’ sobre el primero sin llegar a mezclarse (como ocurre cuando intentamos mezclar aceite y agua). Es a través de batir ambos elementos juntos, mientras se va echando el aceite poco a poco y el huevo está a temperatura ambiente, lo que hará que emulsionen perfectamente y den como resultado una riquísima y cremosa mayonesa. Pero hay infinidad de motivos por el que una salsa mayonesa se nos pueda cortar cuando la estamos haciendo (y nada tienen que ver con la menstruación, ya que a mí mismo me ha ocurrido bastantes veces): echar el aceite muy deprisa, que el huevo esté recién sacado de la nevera o todavía esté frío, que la batidora tenga más revoluciones de las que se necesitan para la emulsión, que el recipiente tenga restos de otro líquido o elemento, que no batamos demasiado rápido (si lo hacemos a mano con unas varillas), etc. Infinidad son las posibles causas que provocarían que, a cualquier persona, se le corte una mayonesa. Seguro que entre las lectoras de este post debe haber docenas de ellas que han realizado una mayonesa durante el periodo menstrual y nunca se le ha cortado. Simplemente no debemos hacer caso a este tipo de absurdas creencias.

Pero, evidentemente, esas invenciones y mitos alrededor de la menstruación no han surgido de la nada y hay un origen y un cuándo se originaron. En este caso debemos viajar hacia atrás un par de milenios para encontrarnos los primeros escritos en los que se advertía (sin fundamento alguno) de los peligros que rodeaban a las mujeres que estaban menstruando.

Por ejemplo, en el siglo I d.C., Plinio el Viejo dedicó un capítulo a la menstruación en su ‘Naturalis historia’ (concretamente en el Libro XXVIII) en el que indica lo siguiente:

[…] El contacto con el flujo mensual de la mujer amarga el vino nuevo, hace que las cosechas se marchiten, mata los injertos, seca semillas en los jardines, causa que las frutas se caigan de los árboles, opaca la superficie de los espejos, embota el filo del acero y el destello del marfil, mata abejas, enmohece el hierro y el bronce, y causa un terrible mal olor en el ambiente. Los perros que prueban la sangre se vuelven locos, y su mordedura se vuelve venenosa como las de la rabia. El Mar Muerto, espeso por la sal, no puede separarse excepto por un hilo empapado en el venenoso fluido de la sangre menstrual. Un hilo de un vestido infectado es suficiente. El lino, cuando lo toca la mujer mientras lo hierve y lava en agua, se vuelve negro. Tan mágico es el poder de las mujeres durante sus períodos menstruales, que se dice que lluvias de granizo y remolinos son ahuyentados si el fluido menstrual es expuesto al golpe de un rayo […]

En el Antiguo Testamento también podemos encontrar en el Levítico 15:19-30 algunas ‘joyitas’ como las siguientes:

[…]La mujer que padece un derrame, tratándose de su sangre, permanecerá en su impureza por espacio de siete días. Quien la toque será impuro hasta la tarde. Todo aquello en que se acueste durante su impureza quedará impuro, lo mismo que todo aquello sobre lo que se siente. Quien toque su cama lavará sus vestidos y permanecerá impuro hasta la tarde. Quien toque un mueble cualquiera sobre el que ella se haya sentado, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. Quien toque algo que esté puesto sobre el techo o sobre el mueble donde ella se sienta quedará impuro hasta la tarde. Una vez que sane de su derrame, contará siete días quedando después pura. Al octavo día tomará para sí dos tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas. Éste los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto y hará el rito de absolución por ella ante Yavé, por el derrame que la hacía impura […]

En la Edad Media encontramos que entre el siglo XIII y XIV apareció el tratado de medicina ‘De Secretis Mulierum’ (atribuido al filósofo y estudioso de la ciencia Albertus Magnus, nacido en Baviera) y en el que también soltaba algunas perlas acerca de las mujeres y la menstruación como:

[…] Las mujeres que menstrúan emiten humos nocivos que envenenarán los ojos de los niños que yacen en sus cunas de un solo vistazo. Los niños concebidos por mujeres que están menstruando tienden a tener epilepsia y lepra porque la materia menstrual es extremadamente venenosa [….]

En base a lo que indicó Plinio el Viejo, así como lo que ponía en el Levítico, el tratado De Secretis Mulierum (y otros escritos del estilo), durante decenas de siglos se tomó como referencia lo que decían y se estigmatizó a la mujer que menstruaba.

¿De dónde surge el mito que indica que durante la menstruación si se hace mayonesa ésta se cortará?Pero una vez iniciado el siglo XX y cuando viejos mitos deberían haber sido desterrados, gracias a los avances que se hizo en la medicina durante la segunda mitad de 1800, a Béla Schick, médico de cierta relevancia que dirigía el departamento de pediatría del hospital Monte Sinaí de Nueva York durante la década de 1920, se le ocurrió asociar el hecho de que cuando alguien llevaba un ramo de flores al hospital y era cogido por una de sus enfermadas, si ésta estaba menstruando las flores marchitaban antes.

Ello lo achacó a la ‘menotoxina’, unas supuestas sustancias tóxicas que, según él, se expulsan durante la menstruación y que eran las causantes de marchitar las flores pero también de perjudicar el proceso de la levadura y la fermentación de ésta, agriar el vino, la cerveza y un buen número de alimentos (entre ellos cortar la mencionada mayonesa)

En base a esta hipótesis, sin fundamento científico alguno, otros médicos se pusieron a estudiar sobre el influjo negativo de la mujer durante sus días de menstruación a lo largo del siglo XX y aunque ninguno de ellos pudo demostrar que fuera cierto (todo lo contrario, hubo quien desestimó por completo la absurda teoría de la menotoxina) el mito ya estaba muy instalado en la sociedad, por lo que generación tras generación infinidad han sido las personas que lo han dado por bueno.

 

 

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Fuentes de consulta: womenpriests / mum / BBC / uchicago / scientificamerican / brepols / bitnavegante / sexomandamiento
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