Entradas etiquetadas como ‘Plinio el Viejo’

El curioso motivo por el que las islas Canarias se llaman de ese modo

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan sobre el origen del nombre de las islas Canarias y si recibió tal denominación por el ave de hermoso canto.

El curioso motivo por el que las islas Canarias se llaman de ese modo

Curiosamente el ave denominado ‘canario’ (cuyo nombre científico es ‘Serinus canaria domestica’) es el que recibe su denominación de las islas Canarias y no al revés.

De hecho, la etimología de ‘islas Canarias’ nada tiene que ver con ave alguna y provienen del latín ‘Insula Canaria’ (traducido como ‘isla de los perros’ o ‘isla de los canes’) que fue dado por el rey Juba II de Mauritania, tras realizar una visita al archipiélago, en el año 40 a.C., y quedar asombrado por la cantidad de canes que había en aquel lugar y llevándose a su reino dos mastines.

Esta referencia a esas islas como ‘Insula Canaria’ por parte de Juba II fue descrita por Cayo Plinio Segundo (más conocido como ‘Plinio el Viejo’), pero cabe destacar que tal apelativo lo recibió originalmente la isla que actualmente conocemos como ‘Gran Canaria’.

Escudo de CanariasEste curioso origen de la toponimia del archipiélago canario es lo que llevó a que en el escudo  de esta comunidad autónoma aparezca flanqueada por dos canes.

 

Cabe destacar que, desde hace un tiempo, circula una explicación (bastante compartida en redes sociales) que indica que la denominación de las Canarias proviene de la ‘tribu de los Canarii’, un grupo étnico bereber que llegó hasta el archipiélago desde el norte del continente africano, aunque muy pocos son los historiadores que avalan este posible origen, el cual se fundamente en diversas hipótesis y pocas evidencias históricas y documentales.

 

 

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons (1)  / Wikimedia commons (2)

La curiosa relación etimológica entre una flor, un luchador romano y su espada

La curiosa relación etimológica entre una flor, un luchador romano y su espada

Conocemos como ‘gladiador’ a un luchador que en tiempos de la Antigua Roma participaba en los juegos y espectáculos de lucha contra otros adversarios (que podían ser personas e incuso fieras).

La denominación la recibía del tipo de arma que empuñaba y que era llamada ‘gladius’, cuyo significado literal era ‘espada’ y, por tanto, el significado literal de gladiador vendría a ser ‘espadachín’ (gladiātor).

Pero, curiosamente, en el mundo de la botánica podemos encontrarnos con una planta de vistosas hojas muy común en jardinería y que recibe el nombre de ‘gladiolo’, el cual está relacionado etimológicamente con la mencionada espada de los gladiadores.

El término latino de esta planta es ‘gladiŏlus’ y su significado ‘espada pequeña’, debido a que la forma que tenía recordaba a esa arma.

Según indican algunos etimólogos, se le atribuye al escritor y militar romano del siglo I d.C., Plinio el Viejo, ser quien acuñó el nombre a esa planta, al encontrar un parecido con la espada, pero cabe destacar que otros historiadores defienden que se le denominó de ese modo ya que tras cada espectáculo de lucha se le entregaba a los gladiadores vencedores un ramo con varios tallos de esas flores, convirtiéndose en el símbolo de la victoria.

 

 

Lee y descubre el curioso origen, historia y etimología de infinidad de palabras y palabros

 

 

Fuente de la imagen: pxhere

¿De dónde proviene la expresión ‘Estar hecho un basilisco’?

¿De dónde proviene la expresión ‘Estar hecho un basilisco’?

La expresión ‘Estar hecho un basilisco’ es utiliza para señalar que alguien tiene un gran enfado (al punto de poder llegar a ponerse violento).

Hace referencia al ‘basilisco’ una criatura fantástica de la mitología griega que era un híbrido entre una serpiente y un dragón alado que tenía la facultad de poder matar con la mirada y, según los antiguos relatos, como el ‘Naturalis Historia’ de Plinio el Viejo, era un ser sumamente peligroso y agresivo.

Etimológicamente, basilisco significa ‘pequeño rey’ (del griego basilískos) y se le denominó así debido a que dicho animal mitológico se representaba con una curiosa marca blanca en la cabeza que se asemejaba a una corona de rey.

Cabe destacar que en el continente americano hay una especie de lagartos (similares a las iguanas) que reciben el nombre de ‘Basiliscus’.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Post realizado a raíz de la consulta que me ha hecho llegar Nerea Villa a través de la página en Facebook de este blog
Fuente de la imagen: pixabay

Destripando mitos: La mayonesa no se corta ni las flores se marchitan por estar menstruando

Destripando mitos: La mayonesa no se corta ni las flores se marchitan por estar menstruando

La mayoría de los mitos que existen están relacionados con algún aspecto de la salud y es, quizás, el hecho de que desde la antigüedad ya preocupaba todo lo que estaba implicado con la anatomía humana (aunque todavía no se tenía un conocimiento tan exacto en multitud de temas como hoy en día se tiene) lo que provocó que surgieran innumerables invenciones y estúpidos consejos que advertían de lo insalubre o perjudicial que podría resultar realizar ciertas actividades… quién no ha escuchado alguna vez que si te tragas un chicle  tarda siete años en digerirse, la advertencia sobre lo peligroso que es dormir en una habitación con plantas, que dar azúcar a los niños los vuelve hiperactivos o que si te das un baño después de comer puede darte un corte de digestión

Entre mis recuerdos de infancia y adolescencia están las muchas veces que escuché a mi madre y abuela advertir a mis hermanas sobre el peligro de bañarse durante los días que tenían la regla e incluso que tampoco debían lavarse el cabello (afortunadamente, mis hermanas jamás hicieron caso a esos avisos).

Y es que alrededor de la menstruación existen infinidad de mitos que advierten de lo peligroso que puede ser realizar según qué actividades e incluso absurdas teorías sobre lo que se puede hacer o no, debido a que, según se creía desde la antigüedad (y hay quien todavía los cree) la mujer durante los días de periodo irradiaba influjos y toxinas que perjudicaba a las plantas, alimentos e incluso que podían hacer enfermar a los animales de compañía.

Durante muchísimos años las mujeres se han visto privadas de poder realizar cosas tan cotidianas como trasplantar una maceta o regar unas flores ante el temor de que éstas marchitaran. O tal y como cito en el título del post: el hecho de que la mayonesa se corta si se realiza durante los días de menstruación es un mito que todavía hoy sigue muy presente en nuestra sociedad.

¿De dónde surge el mito que indica que durante la menstruación si se hace mayonesa ésta se cortará?No existe ni una sola evidencia científica que asegure que por el solo hecho de estar menstruando se vaya a cortar la mayonesa. Es un mito sin fundamento alguno que lleva arrastrándose durante demasiado tiempo. La mayonesa es una salsa en la que se debe emulsionar dos elementos bien diststintos: el aceite y el huevo. Si batiésemos por un lado un huevo (que es acuoso) y le echásemos un chorro de aceite podríamos comprobar como el segundo ‘flota’ sobre el primero sin llegar a mezclarse (como ocurre cuando intentamos mezclar aceite y agua). Es a través de batir ambos elementos juntos, mientras se va echando el aceite poco a poco y el huevo está a temperatura ambiente, lo que hará que emulsionen perfectamente y den como resultado una riquísima y cremosa mayonesa. Pero hay infinidad de motivos por el que una salsa mayonesa se nos pueda cortar cuando la estamos haciendo (y nada tienen que ver con la menstruación, ya que a mí mismo me ha ocurrido bastantes veces): echar el aceite muy deprisa, que el huevo esté recién sacado de la nevera o todavía esté frío, que la batidora tenga más revoluciones de las que se necesitan para la emulsión, que el recipiente tenga restos de otro líquido o elemento, que no batamos demasiado rápido (si lo hacemos a mano con unas varillas), etc. Infinidad son las posibles causas que provocarían que, a cualquier persona, se le corte una mayonesa. Seguro que entre las lectoras de este post debe haber docenas de ellas que han realizado una mayonesa durante el periodo menstrual y nunca se le ha cortado. Simplemente no debemos hacer caso a este tipo de absurdas creencias.

Pero, evidentemente, esas invenciones y mitos alrededor de la menstruación no han surgido de la nada y hay un origen y un cuándo se originaron. En este caso debemos viajar hacia atrás un par de milenios para encontrarnos los primeros escritos en los que se advertía (sin fundamento alguno) de los peligros que rodeaban a las mujeres que estaban menstruando.

Por ejemplo, en el siglo I d.C., Plinio el Viejo dedicó un capítulo a la menstruación en su ‘Naturalis historia’ (concretamente en el Libro XXVIII) en el que indica lo siguiente:

[…] El contacto con el flujo mensual de la mujer amarga el vino nuevo, hace que las cosechas se marchiten, mata los injertos, seca semillas en los jardines, causa que las frutas se caigan de los árboles, opaca la superficie de los espejos, embota el filo del acero y el destello del marfil, mata abejas, enmohece el hierro y el bronce, y causa un terrible mal olor en el ambiente. Los perros que prueban la sangre se vuelven locos, y su mordedura se vuelve venenosa como las de la rabia. El Mar Muerto, espeso por la sal, no puede separarse excepto por un hilo empapado en el venenoso fluido de la sangre menstrual. Un hilo de un vestido infectado es suficiente. El lino, cuando lo toca la mujer mientras lo hierve y lava en agua, se vuelve negro. Tan mágico es el poder de las mujeres durante sus períodos menstruales, que se dice que lluvias de granizo y remolinos son ahuyentados si el fluido menstrual es expuesto al golpe de un rayo […]

En el Antiguo Testamento también podemos encontrar en el Levítico 15:19-30 algunas ‘joyitas’ como las siguientes:

[…]La mujer que padece un derrame, tratándose de su sangre, permanecerá en su impureza por espacio de siete días. Quien la toque será impuro hasta la tarde. Todo aquello en que se acueste durante su impureza quedará impuro, lo mismo que todo aquello sobre lo que se siente. Quien toque su cama lavará sus vestidos y permanecerá impuro hasta la tarde. Quien toque un mueble cualquiera sobre el que ella se haya sentado, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. Quien toque algo que esté puesto sobre el techo o sobre el mueble donde ella se sienta quedará impuro hasta la tarde. Una vez que sane de su derrame, contará siete días quedando después pura. Al octavo día tomará para sí dos tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas. Éste los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto y hará el rito de absolución por ella ante Yavé, por el derrame que la hacía impura […]

En la Edad Media encontramos que entre el siglo XIII y XIV apareció el tratado de medicina ‘De Secretis Mulierum’ (atribuido al filósofo y estudioso de la ciencia Albertus Magnus, nacido en Baviera) y en el que también soltaba algunas perlas acerca de las mujeres y la menstruación como:

[…] Las mujeres que menstrúan emiten humos nocivos que envenenarán los ojos de los niños que yacen en sus cunas de un solo vistazo. Los niños concebidos por mujeres que están menstruando tienden a tener epilepsia y lepra porque la materia menstrual es extremadamente venenosa [….]

En base a lo que indicó Plinio el Viejo, así como lo que ponía en el Levítico, el tratado De Secretis Mulierum (y otros escritos del estilo), durante decenas de siglos se tomó como referencia lo que decían y se estigmatizó a la mujer que menstruaba.

¿De dónde surge el mito que indica que durante la menstruación si se hace mayonesa ésta se cortará?Pero una vez iniciado el siglo XX y cuando viejos mitos deberían haber sido desterrados, gracias a los avances que se hizo en la medicina durante la segunda mitad de 1800, a Béla Schick, médico de cierta relevancia que dirigía el departamento de pediatría del hospital Monte Sinaí de Nueva York durante la década de 1920, se le ocurrió asociar el hecho de que cuando alguien llevaba un ramo de flores al hospital y era cogido por una de sus enfermadas, si ésta estaba menstruando las flores marchitaban antes.

Ello lo achacó a la ‘menotoxina’, unas supuestas sustancias tóxicas que, según él, se expulsan durante la menstruación y que eran las causantes de marchitar las flores pero también de perjudicar el proceso de la levadura y la fermentación de ésta, agriar el vino, la cerveza y un buen número de alimentos (entre ellos cortar la mencionada mayonesa)

En base a esta hipótesis, sin fundamento científico alguno, otros médicos se pusieron a estudiar sobre el influjo negativo de la mujer durante sus días de menstruación a lo largo del siglo XX y aunque ninguno de ellos pudo demostrar que fuera cierto (todo lo contrario, hubo quien desestimó por completo la absurda teoría de la menotoxina) el mito ya estaba muy instalado en la sociedad, por lo que generación tras generación infinidad han sido las personas que lo han dado por bueno.

 

 

Lee y descubre más historias como esta en el apartado ‘Destripando Mitos’

 

 

Fuentes de consulta: womenpriests / mum / BBC / uchicago / scientificamerican / brepols / bitnavegante / sexomandamiento
Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / pixabay

Alexia, la curiosa incapacidad de poder leer aunque sí se pueda escribir

Alexia, la curiosa incapacidad de poder leer aunque sí se pueda escribirImaginaos a una persona que escribe un texto y en el momento en el que se le pide que lo lea se vea incapaz de hacerlo ya que no reconoce ninguno de los caracteres, a pesar de que sólo haya transcurrido unos segundos y escrito de su puño y letra.

Esta curiosa anomalía se conoce como ‘Alexia’ y es un trastorno cerebral que consiste en que alguien que sabía leer de repente pierde esa capacidad. Varios son los casos documentados de personas que a los largo de la Historia han padecido algún tipo de lesión cerebral o accidente cerebrovascular.

Ya en el año 31, el escritor romano Publio Valerio Máximo publicó una colección de nueve libros titulados ‘Factorum et dictorum memorabilium’ (Hechos y dichos memorables) en donde describía la curiosa anécdota de un ateniense que había recibido una pedrada en la cabeza y a consecuencia de ello había perdido la ‘memoria de las letras’, pero seguía teniendo intactos todos los demás tipos de memoria.

Plinio el Viejo también escribió sobre un caso similar y otros muchos científicos han estudiado y descrito un buen número de ejemplos.

Uno de los más llamativos es el del novelista de origen canadiense Howard Engel, quien de la noche a la mañana dejó de entender las palabras escritas. Era incapaz de leer cualquier texto, ya que le parecía que estaban escritos en una lengua desconocida para él. Incluso era capaz de escribir cualquier cosa de su propio puño y acto seguido ver como su cerebro no podía leerlo. A pesar de esta anomalía, producida por un derrame cerebral, Engel fue capaz de terminar la novela que estaba escribiendo y años después publicó sus memorias tituladas ‘El hombre que olvidó cómo leer’.

 

El escritor que no sabía leer y otras historias de la Neurociencia - José Ramón AlonsoEste curioso caso lo he descubierto gracias a un fantástico libro que acabo de leer y que lleva por título “El escritor que no sabía leer y otras historias de la Neurociencia” escrito por José Ramón Alonso (amigo y compañero en Naukas) y que ha sido publicado por la Editorial Almuzara (tras ganar el XXV Premio Prismas Casa de las Ciencias a la Divulgación).

En él he encontrado una serie de curiosísimas historias deliciosamente explicadas sobre diferentes casos relacionados con la neurociencia: las extrañas fobias de algunos famosos, las lobotomías que se les practicó a Rosemary Kennedy y Eva Perón, la afición del Premio Nobel de Física Niels Bohr por las películas de vaqueros y un largo etcétera.

Si os gustan las curiosidades relacionadas con la neurociencia este libro os dejará plenamente satisfechos.  ¡Os lo recomiendo!

 

Lee y descubre en este blog más posts con Curiosidades de ciencia

 

 

Fuentes de las imágenes: deviantart / Editorial Almuzara

La curiosa anécdota que hay tras el origen de la expresión ‘zapatero a tus zapatos’

Zapatero a tus zapatos es una de las expresiones que más se utilizan en lengua castellana para advertir a alguien que se está extralimitando de sus funciones o qué opina de algo para lo que no está facultado.

A través del Libro XXXV escrito por Plinio el Viejo (siglo I a.C.) podemos encontrarnos con el origen de este famoso dicho, el cual tiene tras de sí una curiosa anécdota que se sitúa en la Antigua Grecia del siglo IV a.C.

Apeles era uno de los más afamados y admirados pintores de su época y cada vez que terminaba un cuadro tenía por costumbre exponerlo ante los transeúntes para que estos le dieran sus opiniones respecto a la obra recién acabada.

En cierta ocasión entre el grupo de personas que admiraban y opinaban sobre su última pintura se encontraba un zapatero local, quién recriminó a Apeles un grave fallo en una de las sandalias que portaba el protagonista del cuadro.

El pintor escuchó atentamente y ese mismo día enmendó su error, mostrando el cuadro de nuevo al día siguiente. El zapatero, envalentonado y orgulloso del  éxito que había obtenido al influir con su crítica en la rectificación del cuadro, decidió volver a opinar sobre el mismo, esta vez dando su punto de vista sobre la pierna del protagonista de la obra.

Fue en ese momento cuando Apeles hizo callar al zapatero diciéndole:

«El zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias» (Ne supra crepidam sutor judicaret)* también traducido cómo «El zapatero no debe ir más allá de las sandalias»

Y que ha llegado hasta nuestros días con el famoso «zapatero a tus zapatos»

(*)La expresión aparece en latín y no en griego (originario de Apeles) debido a que conocemos la anécdota a través de lo escrito por Plinio el Viejo

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Portada Vuelve el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Vuelve el listo que todo lo sabe” de Alfred López.
Compra el libro online y recíbelo cómodamente a través de Amazón: http://amzn.to/2CbI1Cw

 

 

Fuentes de consulta: “Intimidades de la Historia” de Carlos Fisas / Libro XXXV de Plinio el Viejo / Wikipedia

¿Por qué a los centros de tratamientos termales se les llama Spa?

Hoy en día el creciente negocio del bienestar, relajación, terapias y tratamientos  corporales está lleno de términos extranjeros: wellness, jacuzzi, thalasso, Spa

Pero quizás, de todos los nombres que se utilizan, el de Spa es el más común y usado.  Este término lo aplicamos, genéricamente, a un establecimiento donde se ofrecen servicios relacionados con la relajación, el bienestar y la salud corporal, principalmente vinculado a la aplicación del agua como terapia mediante circuitos termales en los que el cliente se beneficia de hidromasajes, chorros dirigidos, camas de agua … Si las aguas provienen de un manantial y son mineromedicinales, con propiedades que tienen efectos beneficiosos sobre el organismo, el lugar pasa a tener la condición de balneario.

Varios son los diferentes orígenes y explicaciones que se dan a porqué se le llama así y si esas tres letras tienen algún significado concreto.

Hay diferentes explicaciones al origen de esta palabra y la verdad es que la mayoría están bien fundamentadas y tienen tras de sí bastante información y fuentes de referencias.

La mayoría de los expertos atribuyen el origen de esta denominación al pueblo belga de Spa muy conocido desde la antigüedad por sus baños de aguas termales y sus propiedades curativas, frecuentado y profusamente alabado por nobles, y que acabó por extender su nombre a todos los establecimientos de similares características, incluso lo menciona Plinio el Viejo en su Naturalis Historia (c. 77-79 dC.). Actualmente ésta parece ser la explicación más aceptada.

Sin embargo, otras fuentes  afirman que ‘SPA’ son las siglas de la frase latina “Salus/Sanum per aquam” o “Sanitas per aquam” es decir, salud a través del agua, y se dice que fue acuñada en el mismísimo Imperio Romano y que incluso ‘se han encontrado inscripciones en  paredes de las antiguas termas romanas’, pero la falta de suficientes evidencias que sustenten esta teoría hace que no se dé por correcta.

También se asocia con la palabra latina spargere, que significar derramar, esparcir (entendido en este caso como agua). Con el término espa que significa fuente en la lengua valona antigua o  spaw, palabra del inglés antiguo derivada del valón. Este último término se sigue utilizando en dialectos del norte de Gran Bretaña como sinónimo de spa o balneario.

Y para finalizar, hay quien dice que estas siglas pertenecen a las palabras Sauna, Pool & Aerobics de los carteles que se colocaban en los hoteles para ofertar estos servicios.

 

Portada Vuelve el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Vuelve el listo que todo lo sabe” de Alfred López.
Compra el libro online y recíbelo cómodamente a través de Amazón: http://amzn.to/2CbI1Cw

 

 

Fuentes de consulta: balneariosurbanos (pdf) / muyinteresante / poraqui / spaline / bormio3