Archivo de diciembre, 2021

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Buscar tres pies al gato’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen de la expresión ‘Buscar tres pies al gato’.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Buscar tres pies al gato’?

Según consta, la expresión ‘Buscarle tres pies al gato’, con la que se aconseja no complicar un asunto, originalmente eraBuscarle cinco pies al gato’.

Algunas fuentes apuntan que originalmente dicha locución era algo más larga y decía ‘Buscarle cinco pies al gato, y no tiene más que cuatro’, recibiéndose como respuesta, en modo jocoso, lo siguiente: ‘No, que son cinco con el rabo’.

Según señalan la mayoría de los expertos, la frase no hablaba de tres pies, sino de cinco y se achaca a Miguel de Cervantes que la cambiara al ponerla en la forma de tres pies en boca del protagonista del Quijote.

Otro posible origen está en el hecho de que el vocablo ‘pies’ de dicha locución hiciera referencia a las sílabas que forman la palabra ‘gato’ y, por tanto, el buscarle tres sílabas (pies) sería algo imposible y con ánimo de complicar el asunto.

También hay quien indica que la locución podría ser una deformación de ‘buscar el traspiés al gato’, aunque esta versión parece no convencer a la mayoría de los etimólogos.

Cabe destacar que en un gran número de países de habla hispana, del continente americano, suele utilizarse la expresión en la que se mencionan cinco pies y no tres, existiendo diferentes versiones de la misma como: ‘buscarle la quinta pata al gato’, ‘no le busques la quinta pata al gato’ o ‘le andas buscando la quinta pata al gato’.

 

 

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Fuentes de consulta: ‘El porqué de los dichos’ (José María Iribarren) / Tesoro de la Lengua Castellana ( Sebastian de Covarrubias) / Abecedario de dichos y frases hechas (Guillermo Suazo Pascual)

El origen del nombre de los diferentes tamaños de botellas de vino

Comúnmente las botellas de vino o cualquier espumoso (cava, champán), suelen ser de 75 centilitros. A pesar de que esa medida es la estándar, en los comercios y algunos establecimientos de hostelería podemos encontrarnos con botellas de diferentes tamaños (más grandes y más pequeñas) y cada una tiene un nombre:

El origen del nombre de los diferentes tamaños de botellas de vino

Benjamín. Se trata de las botellas más pequeñas, cuya capacidad es de 18,7 centilitros, lo que equivale a un cuarto de la botella estándar, la medida exacta para servir una copa. También podemos encontrar que se denomina piccolo o split. El término benjamín proviene de un nombre bíblico.

Chopine. Un cuarto de litro o 25 centilitros. Es una medida poco común y a veces se ofrece como recuerdo en algún evento, no solo con vino, sino también de aceite. El término proviene del francés y este, a su vez, lo recibió del alemán schopen, cuyo significado escucharada’. Es curioso que el chopine en Francia se consideraba una medida equivalente a una  pinta de cerveza (algo más de 400 mililitros).

Demi. Las botellas cuya capacidad es de 37,5 centilitros son conocidas de este modo y también como  media botella, debido a que equivale a la mitad de la estándar. El término demi proviene del francés y significa ‘mitad’.

Jennie. Nombre que se le da a algunas botellas de medio litro (poco comunes) en las que se embotellan vinos dulces o generosos. Según indican algunas fuentes, la denominación proviene de un tipo de aguardiente que se embotellaba en Gales.

Clavelin. Extraña medida de 62 centilitros en el que se embotellaba el vino procedente de los viñeros de Jura (en el este de Francia). Parece ser que el 38 % del vino amarillo elaborado se perdía por evaporación natural, por lo que de cada litro quedaban esos 62 centilitros. La denominación clavelin proviene del apellido de la familia, que, en el siglo xviii, le encargó a una fábrica de vidrio de La Vieille-Loye que les fabricaran botellas de 0,62 litros para embotellar su preciado vino amarillo.

Estándar. Medida común del embotellado de vinos, espumosos y bebidas espirituosas. Son 75 centilitros, tal y como explico en la cabecera de la página.

Litro. Curiosamente una medida muy poco común para embotellar ese tipo de bebidas.

Mágnum. Tiene una capacidad de 1,5 litros. Su nombre proviene del latín y significa ‘grande’.

Marie Jeanne. Botella con capacidad de 2,25 litros, equivalente a tres botellas estándar y muy común en Francia para embotellar coñac o vino de Burdeos. Posiblemente reciba tal denominación en homenaje a  Juana de Arco.

Doble mágnum. Tres litros, cuatro botellas estándar y el doble de la botella mágnum, de ahí su nombre.  Curiosamente, en la región de la Borgoña esta medida se conoce como jeroboam (nombre de dos reyes de Israel)

Rehoboam. Cuatro litros y medio o seis botellas estándar. La denominación la recibe en honor al rey de Judá Roboam.

Matusalén. Nombre que reciben las botellas de 6 litros (equivalente a 8 de tamaño estándar). En Burdeos es conocido como imperial. La denominación matusalén hace referencia a uno de los patriarcas bíblicos.

Salmanazar. Nueve litros o 12 botellas de 75 centilitros. Corresponde al nombre del rey asirio que deportó las tribus de Israel. En algunos lugares esta medida también es denominada mordechai, por el nombre de un personaje del Antiguo Testamento.

Dame-jeanne o damajuana. Nombre recibido por una especie de garrafa de diez litros de capacidad en la que se embotellaba el vino de la Provenza. Parece ser que recibía dicha denominación de la reina Juana I de Nápoles, quien, según cuenta la leyenda, se refugió un día de tormenta en el taller de un maestro botellero; este le permitió a la monarca que soplase un recipiente y, gracias a su gran capacidad pulmonar, consiguió hacer, de un soplido, una botella de diez litros.

Baltasar. Este nombre de uno de los tres Reyes Magos va para la botella de 12 litros (16 de 0,75 centilitros de capacidad).

Nabucodonosor. Famoso gobernante de Babilonia que da nombre a las botellas de 15 litros (20 botellas estándar).

Melchor. Otro de los Reyes Magos que dio nombre a una botella de vino, en este caso las que tienen 18 litros de capacidad (equivalentes a 24 normales). Cabe destacar que en la Borgoña esta medida recibe el nombre del rey de Israel Salomón.

Melquisedec. Rey de Salem, este personaje bíblico da nombre a las botellas de 30 litros (40 estándares), cuyo peso supera los 50 kilos.

 

 

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¿Sabes a qué hace referencia el término ‘caterva’?

Según viene recogido en el Diccionario de la RAE, el término ‘caterva’ hace referencia a una multitud de personas (e incluso cosas) que permanecen desordenadas (sin guardar el orden).

Etimológicamente proviene de un vocablo latino escrito del mismo modo y que era utilizado para referirse a una  tropa de soldados, debido a que se tenía el convencimiento de que estos cuando estaban sin mando ni supervisión no se comportaban ordenadamente.

Curiosamente, en tiempos de la Antigua Roma, se conocía como ‘catervario’ al gladiador romano que luchaba junto con otros en grupo.

 

 

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El curioso origen etimológico del término ‘pendejo’

Prácticamente en todos los países de habla hispana del continente americano es utilizado el término ‘pendejo’ como un insulto, teniendo el significado en la mayoría de ellos de ‘persona boba, tonta, estúpida, crédula o fácil de engañar’. También encontramos que se le puede dar el significado de ‘cobarde, pusilánime y falto de valor’ e incluso donde se refieren con dicho vocablo a un adolescente o muchacho joven.

El curioso origen etimológico del término ‘pendejo’

Pero lo curioso es que originalmente ninguno de esos adjetivos servía para describir el significado de la palabra ‘pendejo’, siendo su etimología el vocablo en latín ‘pectinicŭlus’ y que hacía referencia al vello púbico (pelo que nace en la ingle y alrededor de las partes íntimas).

Curiosamente esa connotación negativa no se le dio originalmente en el continente americano pues, anterior a su popularización allí, ya era utilizado en España, quedando registrado en el Diccionario de Autoridades de 1737 en dos acepciones: Aquel pelo que nace y se cría en el empeine y en las ingles’ y ‘Apodo que se da comúnmente al hombre que es cobarde, sin valor ni esfuerzo’.

 

 

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Los términos ‘carca’ y ‘carcamal’ no son sinónimos y nada tienen que ver entre sí

Los términos ‘carca’ y ‘carcamal’ no son sinónimos, pero algunas personas, erróneamente, utilizan uno u otro indistintamente como si ambos significasen lo mismo.

Los términos ‘carca’ y ‘carcamal’ no son sinónimos y nada tienen que ver entre sí

A continuación tenéis la explicación del significado real de cada una de esas palabras:

Carca: Síncopa del término carcunda, con el que se denominaba a inicios del siglo xix a los absolutistas portugueses y que pocas décadas después se usó en España para referirse a los carlistas, de manera que quedó como sinónimo de conservador, retrógrado o reaccionario.

Carcamal: Forma despectiva para referirse a una persona  anticuada,  achacosa o  decrépita. Etimológicamente proviene de una variación del término  cárcamo cuyo significado es ‘hoyo o  zanja’. Dicho vocablo parte de la idea de asociar la vejez o decrepitud de una persona con el hueco en la tierra donde acabaría siendo enterrada.

 

 

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¿De dónde surge llamar ‘sibilino’ algo enigmático o misterioso?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan de dónde surgió decir que algo enigmático o misterioso es ‘sibilino’.

¿De dónde surge llamar ‘sibilino’ algo enigmático o misterioso?

El término ‘sibilino’ (y también en su forma femenina ‘sibilina’) es utilizado desde hace varios siglos para hacer referencia a aquello que tiene cierto misterio o enigma, apareciendo recogido por primera vez en la edición de 1739 del Diccionario de Autoridades en el que se le daba la acepción de ‘Lo que pertenece o es propio de las sibilas’.

El término ‘sibila’ hacía referencia, según la mitología griega y romana (y que también se recogió en algunos escritos del catolicismo), diez personajes femeninos de diversos jugares y épocas de la antigüedad que representaban a mujeres sabias y con dotes de adivinación o profetisas, siendo conocidas éstas con los siguientes apelativos: Pérsica, Líbica, Délfica, Cinmeria, Eritrea, Samia, Cumana, Helespontia, Frigia y Tiburnina.

A las sibilas se le atribuyó poderes adivinatorios y oscurantistas e incluso existen escritos en los que éstas anunciaban la llegada del Mesías.

A partir de la edición de 1884 del diccionario de la RAE y hasta nuestros días, la definición de ‘sibila’ aparece como ‘Mujer sabia a quien los antiguos atribuyeron espíritu profético’.

Como dato curioso, cabe destacar que hasta 1817 el diccionario también incorporaba una segunda acepción en la entrada correspondiente a ‘sibila’ siendo ‘La mujer que es alta, robusta y de buen aspecto’.

Fue a partir de la edición de 1925 cuando en el diccionario apareció la misma acepción que se le da actualmente al término ‘sibilino’: ‘Misterioso, oscuro con apariencia de importante’.

 

 

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Libro recomendado: ‘Lugares increíbles de verdad’ de Irene Cívico y Sergio Parra (ilustraciones de Eliza Moreno)

Esta es la séptima vez en la que publico un post en este blog hablando de un libro escrito por Sergio Parra, uno de los autores y divulgadores más prolíficos y por el que siento una inmensa admiración y un especial cariño.

Libro recomendado: 'Lugares increíbles de verdad' de Irene Cívico y Sergio Parra (ilustraciones de Eliza Moreno)

En esta ocasión es para recomendar el libro ‘Lugares increíbles de verdad’, realizado conjuntamente con Irene Cívico (con quien ya ha colaborado en otras tres ocasiones en la exitosa colección compuesta por ‘Las chicas son guerreras’, ‘Las chicas son de ciencias’ y ‘Las chicas van donde quieren’, de las que han vendido más de 70.000 ejemplares, siendo traducidos a varios idiomas) y que, además, cuenta con unas preciosas ilustraciones que han sido realizadas por la diseñadora e ilustradora infantil, Eliza Moreno. De la edición se ha hecho cargo el sello editorial Montena (perteneciente a Penguin Random House).

El libro nos habla de una quincena de lugares que hacen honor al título (Lugares increíbles de verdad), con unas explicaciones y descripciones precisas y sin nada de paja en los datos que ofrece cada entrada (unas extensiones de entre seis y diez párrafos, a doble columna y doble página, por cada lugar descrito) e ilustrado de una manera muy visual, siendo los dibujos que acompañan a los textos de Irene Cívico y Sergio Parra de gran valor y de una enorme belleza.

Los lugares que nos describe el libro (en orden de aparición) son: El salar de Uyuni (Bolivia), La isla de Socotra (Yemen), La calzada del gigante (Irlanda del Norte), La gran barrera de Coral (Australia), El sótano de las golondrinas (México), El monte Erebus y el monte Terror (Artántida), El río Tinto (España), La cueva de Waitomo (Nueva Zelanda), Las montañas de Tianzi (China), La cueva de los cristales de Naica (México), El parque nacional de Yellowstone (Estados Unidos), Las cataratas de Iguazú (Argentina y Brasil), El archipiélago de Palawan (Filipinas), El lago Hilier (Australia), Pamukkale (Turquia).

Tal y como nos indica en la contraportada del libro ‘Vivimos en el mejor de los planetas, pero a veces se nos olvida lo realmente maravilloso que es. Un mundo tan fascinante que tiene rincones que parecen directamente inventados. Pero no, existen. Adéntrate en los lugares más increíbles de la tierra, algunos de ellos siguen guardados como el mejor de los secretos’.

El libro ‘Lugares increíbles de verdad’ está recomendado para todo tipo de lectores con mente curiosa y especialmente para un público infantil a partir de los siete años de edad.

Estoy convencido que este nuevo trabajo de Irene Cívico y Sergio Parra, junto a Eliza Moreno, volverá a ser todo un éxito y se convertirá en uno de los regalos de estas próximas navidades.

Libro recomendado: 'Lugares increíbles de verdad' de Irene Cívico y Sergio Parra (ilustraciones de Eliza Moreno)

 

 

 

‘Lugares increíbles de verdad’ de Irene Cívico y Sergio Parra (ilustraciones de Eliza Moreno)
Editorial: Montena
ISBN: 9788418057984
https://www.penguinlibros.com/es/aprendizaje-y-emociones-a-partir-de-7-anos/261309-libro-lugares-increibles-de-verdad-9788418057984

¿Cuándo se decidió que el domingo debía ser el día de descanso semanal?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuándo se decidió que el domingo debía ser el día de descanso semanal.

¿Cuándo se decidió que el domingo debía ser el día de descanso semanal?

A lo largo de la mayor parte de la historia, la tradición marcó que el día escogido para ser la jornada de descanso semanal era el sábado, el cual estaba situado inicialmente en los calendarios como el séptimo día de la semana (de ahí que en numerosos calendarios aparezca que la semana empieza el domingo y no en lunes).

De hecho, el término ‘sábado’ significa literalmente ‘descanso’ y etimológicamente proviene del hebreo ‘šabbāt’ (aunque al castellano nos llegó desde el latín tardío ‘sabbătum’ y a éste, a su vez, del griego ‘sábbaton’, con idéntico significado).

El šabbāt era originalmente el séptimo día de la semana, siendo festivo para el judaísmo y en otras confesiones religiosas, encontrándonos que en los inicios del catolicismo también fue así.

Fue el Constantino I (primer emperador romano que se convirtió al cristianismo) quien declaró en el año 323 que el día dedicado al descanso para el catolicismo debía de ser el ‘domingo’ (término que proviene del latín ‘dominĭcus’ y cuyo significado literal era ‘Día del Señor’). Esa jornada, hasta entonces había estado dedicada no al Dios de los católicos sino al Sol (considerado como deidad entre el paganismo).

Pero a pesar de la declaración del domingo como día de descanso laboral y de dedicación a Dios, por parte del emperador Constantino, no fue hasta muchos años después cuando se pondría en práctica, necesitándose la celebración de varios sínodos y concilios para que la Iglesia católica lo institucionalizase, indicando que los cristianos debían descansar y dedicar la jornada a Dios el domingo y no en sábado.

Fue en el conocido como ‘Concilio de Trento’ (celebrado entre los años 1545 y 1563) cuando tomó carácter oficial la norma y se impuso como obligación acudir a la misa dominical y la prohibición de realizar aquellos trabajos laborales que no fuesen esenciales.

Pero no en todos los lugares se consiguió que los trabajadores pudiesen descansar los domingos (o sea, tenerlo como día festivo), siendo a partir de la Revolución francesa, de 1789, cuando fue progresivamente imponiéndose esa jornada como el día de descanso laboral.

 

 

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¿Sabes a qué hacía referencia antiguamente el término ‘desantañarse’?

Quienes sois lectores habituales de este blog y de mis libros, sabéis que una de mis aficiones es la de buscar y rebuscar en los diccionarios todo tipo de palabras y palabros que me llamen la atención por lo curiosas que son, compartiendo a menudo a través de un post algunas de ellas.

¿Sabes a qué hacía referencia antiguamente el término ‘desantañarse’?

En esta ocasión os traigo el término ‘desantañarse’, un vocablo que no aparece recogido en el diccionario de la RAE desde hace más de dos siglos (la última vez que lo hizo fue en la edición publicada en 1783).

A pesar de llevar tanto tiempo desaparecida del diccionario, no deja de ser una palabra la mar de curiosa y cuyo significado literal era ‘Quitarse los años disimulándolos y ocultarlos’.

Y es que siempre ha habido personas que han querido presumir de ser más jóvenes de lo que realmente eran y que se han quitado años.

Aunque el término fue retirado de diccionario de la RAE, a finales del siglo XVIII (fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1732), siguió apareciendo en otras obras de consulta y libros enciclopédicos hasta bien entrado el siglo XX, pudiéndolo encontrar en el Diccionario de la Lengua Española realizado por el académico José Alemany Bolufer y publicado por la editorial Sopena en 1917.

¿Soy el único que piensa que ya va siendo hora de recuperar la palabra ‘desantañarse’?

 

 

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