Hugo Morán – Secretario para la transición ecológica de la economía
Leo en un conocido medio especializado en información sobre energía el siguiente titular: “El Gobierno quiere convencer al PSOE de llevar a cabo una transición energética suave”; y en el cuerpo de la noticia algunas referencias entrecomilladas sobre la intervención del secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, en una jornada organizada por Energía y Sociedad sobre el tema “Cuenta atrás para la transición energética en España”.
Al secretario de Estado se le atribuyen en el referido artículo algunas consideraciones sobre las cuales merece la pena apuntar determinados interrogantes al socaire de su intervención:
- “Vivimos un cambio tecnológico permanente y a tal ritmo, que podría decirse que estamos en una fase de aceleración de las tecnologías”.
- “Es evidente que vamos a ver un cambio radical en los usos de la energía, y esto afectará a la producción, la distribución y el consumo”.
- “La transición energética tiene que ser al mejor coste, por eso preferimos una línea de orientación a largo plazo y gradualidad, que una transición agresiva que quiere ir por caminos cortos”.
- “Venimos de una transición dramática del sector y por tanto, de cara al futuro, es necesario que tengamos una política lo más predecible posible”.
Y las preguntas que cabría hacerse serían tales que las siguientes:
- ¿Es razonable detener el tiempo político, cuando el tecnológico y el social se aceleran?
En mi opinión todo retraso que el país acumule en su adaptación a la nueva realidad energética global, supondría una irreparable pérdida de competitividad en relación con otros países y otros mercados, lo cual redundaría en un empobrecimiento del sistema productivo con nefastas consecuencias en el empleo.
- ¿Es posible condicionar desde la política local el desarrollo global?
Sería de ilusos concluir que el mundo fuese a detener o decelerar sus inercias, por más que el Gobierno de un país europeo llamado España determinase que los ritmos de la evolución son demasiado acelerados para su particular pulso político.
- ¿Pueden convivir en el tiempo cambios radicales en los usos de la energía con un inmovilismo regulatorio?
Ya conocemos los efectos que se derivan del desacoplamiento regulatorio respecto de las realidades tecnológica y social: una quiebra del sistema traducida en un agrietamiento del mercado, un absoluto caos costes-precios, y el inevitable recurso al parcheo permanente.
- ¿Es viable una predictibilidad española autónoma, divergente de la europea?
Evidentemente no lo es; y no casa en absoluto con las continuas apelaciones a la necesidad de impulsar un mercado único de la energía. Europa no se plantea ninguna ralentización de su transición energética, desde el momento en que un buen número de los países que la integran ya han abordado con decisión sus propias hojas de ruta.
En consecuencia, el Gobierno debería abandonar toda expectativa de poder convencer al PSOE de que renuncie al empeño de acometer una transición energética que para ser justa ha de ser inaplazable, a cambio de otra que se pretende suave y a largo plazo. Y es que uno de los males que aquejan hoy al sistema energético español es lo injusto del mismo; una injusticia que sufren en primer término los consumidores, esto es la ciudadanía en su conjunto, y prolongar la agonía del sistema equivaldría a prorrogar el sufrimiento social, aún a sabiendas de que el mismo podría ser acortado en el tiempo.
El medio al que se refiere Hugo es El Periódico de la Energía elperiodicodelaenergia.com y la noticia es la siguiente: http://elperiodicodelaenergia.com/el-gobierno-quiere-convencer-al-psoe-de-llevar-a-cabo-una-transicion-energetica-suave/
Gracias
19 octubre 2017 | 17:36