Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
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Por qué bibliopatinas (y mucho) si no lees El Secreto, de Donna Tartt

Si buscas un thriller gótico que te mantenga literalmente pegado a tu ejemplar hasta el punto y final (y más allá) deja lo que estés leyendo y hazte con El Secreto, de Donna Tartt. Palabra de Regina ExLibris.

Desde que lo descubrí allá por los noventa no he dejarlo de prescribirlo en reginaexlibrislandia. Y se lo recomiendo a paladares librescos muy heterogéneos.

Por mi experiencia en las trincheras librescas quien empieza El Secreto está irremediablemente abocado a engancharse a una trama de suspense ambientada en una exclusiva universidad y protagonizada por un carismático grupo de estudiantes de clásicas liderados por un magnético profesor, a quienes sus ansias de exprimir la vida y sus privilegios se les va de las manos, hasta que uno muere y se precipita la debacle emocional, moral y personal de todos.

Cuando la pongo sobre el escritorio como potencial lectura y me preguntan por qué, la conversación suele ser del tipo:

Cliente: ¿Y qué tiene de especial El Secreto?

Regina: La arácnida Donna Tartt imprime a su trama el ritmo de un thriller mientras inocula en el texto dosis justas de oscura melancolía que anestesia, paraliza y embota a un lector decidido a llegar hasta el final. Es la marca de la casa. Y eso mientras despliega la crónica de una juventud privilegiada que le pide demasiado a la vida sin saber bien qué entregar a cambio.

Cliente: Pero es un tochaco, ¿no se hace pesada?

Regina: Para nada. Está muy bien escrita, perfectamente ambientada y, desde luego, su punto fuerte es la construcción de unos personajes con los que el lector intima en las más de seiscientas páginas que dura esta experiencia lectora alucinante. Yo siempre que puedo la prescribo, porque es ideal para leer y desconectar.

Cliente: Vale, vale… Entonces, ¿mejor empiezo por esta antes que por El Jilguero, que es de la que me hablaron?

Regina: Mira, El Jilguero es, sin duda, otro novelón y, según dicen, llamada a ser un clásico de las letras norteamericanas del SXX. Por algo se llevó el Pulitzer hace cuatro o cinco años, y convenció a la crítica, que en cambio en su día tachó El secreto de “basura de calidad” tras su exitazo en ventas. Pero yo empezaría por El Secreto.

Suelen hacerme caso, y suelen comentarme de vuelta que El secreto cumple en mayor o menor medida las biblioexpectativas proyectadas sobre la novela. Puede ser o no ser, como dicen, “basura de calidad”. Pero es uno de los títulos que no dejaré de prescribir en la librería, porque vale la pena. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El Secreto. Donna Tartt. Lumen. ¿Qué subyace bajo la sólida capa de armonía y rectitud espiritual de una prestigiosa universidad enclavada en la bucólica campiña de Vermont? Un turbador trasfondo de violencia, degradación moral y sexualidad reprimida que Donna Tartt explora en El Secreto con la caída en picado de cinco estudiantes que, guiados por su carismático profesor, profundizan en los misterios de la cultura griega antigua y afrontan el asesinato de uno de ellos. Colosal crónica oscura de una juventud malograda, disección implacable de ciertos círculos elitistas y lúcida reflexión sobre el carisma en un novelón trepidante e hipnótico de principio a fin.

«¿Tienes el libro Mi prima nosequé, de la autora que escribió Rebeca?»

Bibliocanelita en rama, queridos. Ni más ni menos. Adictivo, inquietante, sobrecogedor y magistral. Así es el novelón de la grandísima Daphne du Maurier con el que hace un rato una reginaexlibrislandiana esporádica le ha insuflado sin querer un glorioso chute libresco a mi bibliofilia. Es lo que tiene poder prescribir un título que no suelen pedir en la librería y cuya lectura no siempre puedo sugerir, pero que a mi me dejó en jaque como lectora y me mantuvo literalmente aferrada al ejemplar de principio a fin.

(Mi prima Rachel, 2017 / Fox)

(Mi prima Rachel, 2017 / Fox)

La cosa fue más o menos así: estaba yo correteando entre anaqueles plumero en mano y decididamente sobrecafeinada cuando la mujer, que llevaba un rato deambulando por la librería, se decidió a hablarme:

Cliente: ¡Oiga, perdone, buenos días!

Regina: Buenos días, ¿puedo ayudarla?

Cliente: Sí, sí, mira, verás… ¿Tienes Mi prima nosequé?

Regina: ¿Cómo? ¿Tal cual? ¿Mi prima nosequé?

Cliente: No, no, es que se me ha ido el nombre de «la prima» en cuestión. Pero sé que es un libro de la misma que escribió Rebeca, ya sabe, la de la película, que resulta que también es una novela.

Regina: ¡Ahhh, sí, Daphne du Maurier!

Cliente: Sí, sí, esa. Pues por lo visto también escribió otra novela que me han recomendado: Mi prima... y un nombre de mujer.

Regina: Mmm, ¿a ver? ¡Sí! Creo que el que busca es Mi prima Rachel. Lo editó Alba en su colección Rara Avis el año pasado.

Cliente: ¡Vaya, menos mal! ¿Y lo tiene usted?

Regina: Sí, aquí lo tiene.

Cliente: ¿Y qué tal está el libro?

(Y aquí es donde yo pierdo pie y es mi regio pelucón el que, rebosante de pura bibliofilia, me eleva hasta dejarme pegada al techo de la librería, para hacerme descender unas milésimas de segundo después metamorfoseada en la enigmática Rachel lista para soltar, candelabro en mano, mi biblioperorata de daphnedumarierfílica confesa y Miprimaracheliana de pro)

(Mi cousin Rachel, 1951 / 20th Century-Fox)

(My cousin Rachel, 1951 / 20th Century-Fox)

Regina: Pues es una bomba. Es de esos libros que no puedes parar de leer, de verdad. De esos que te llevas a todas partes para, ZAS, a la primera de cambio apurar unas líneas más. ¡Pura intriga!

Cliente: Sí, algo así me habían dicho.Pero no es actual, ¿no?

Regina: Bueno, no, lo escribió en los años 50. Y aunque en el estilo parece una novela decimonónica con su exposición, su nudo y su desenlace, la verdad es que se lee a velocidad de crucero porque Daphne du Maurier dosifica al milímetro la información que te va dando, y tú necesitas saber más. En realidad te da todas las piezas en las 80 primeras páginas, y el resto es pura adrenalina silenciosa, porque vas tratando de montar el puzzle mano a mano con el narrador. Y de pronto una anécdota trivial detona la trama y todo se precipita hasta el final.

Mi prima Rachel

Mi prima Rachel

Cliente: Dicho así, suena bien, sí. Pero, ¿de qué va?

Regina: Verá, es la historia de Philip Ashley, un terrateniente inglés del Cornualles del siglo XIX. Se quedó huérfano y lo crió su primo Ambrose, un solterón empedernido que conoce en un viaje a Florencia a Rachel, viuda de un conde, enigmática y endeudada y, contra todo pronóstico, se casa con ella y se quedan en Italia. Pero las cartas que recibe Philip pasan de rezumar felicidad a inquietarle, y antes de que reaccione recibe la noticia de la muerte de Ambrose. Philip, lleno de dolor por la pérdida y de recelo hacia Rachel, quiere desenmascarar a su nueva prima, porque cree que o lo ha envenenado, o al menos no cuidó como debiera a Ambrose. Pero la joven viuda se le adelanta y se presenta sin más en su caserón de Cornualles, y aquí es donde el joven e inocente Philip, totalmente descolocado por Rachel, irá olvidando su desconfianza y sucumbiendo a los encantos de su nueva prima… Porque Rachel, ¿es buena? ¿es una viuda negra de manual? Amor, secretos, intrigas y un personaje tan manipulador como enigmático que te roba la cartera a cada salto de linea.

Cliente: ¡Uhhhhhh! ¡Hija, dicho así dan ganas de leerlo ya, ja, ja, ja!

Regina: ¡Tal cual!

Cliente: Pues, venga, me llevo Mi prima Rachel. Si es tan bueno como dice quizá vuelva a por Rebeca, que solo vi la película en blanco y negro.

Y así fue. Mi reginaexlibrislandiana esporádica abandonó mis confines ojeando, entre intrigada y ansiosa, su flamante ejemplar de Mi prima Rachel (Alba -Rara Avis) y a mí me dejó rogándole a la Providencia Librera que lo llegue a disfrutar aunque solo sea una mínima parte de lo que yo lo disfruté en su día. Porque solo con eso estoy segura que bastará para dafnedumarierizarla del todo.

Y es que, reginaexlibrislandianos queridos, Dafne du Maurier es mucha Dafne du Maurier. Si os gustó Rebeca leeros Mi prima Rachel, de la que, por cierto, ya en 1953 Henry Koster filmó la primera adaptación, y hace apenas un añoRoger Michell estrenó la segunda, también homónima. Si tenéis oportunidad, ver ambas. 

Hitchcock filmó una versión.

Y si no os gustó Rebeca, o si no la llegasteis a leer porque visteis la adaptación de Hitchcock,  todo un dafnedumarierizado confeso, ¡leer cualquiera de las dos! Me apuesto el pelucón a que, leída una, os abalanzaréis después sobre la otra. Palabra de Regina ExLibris.

¿Qué me leo de Patricia Highsmith, que no sean las novelas de Tom Ripley?

Soy patriciahighsmithiana hasta la bibliomédula. Y una groupie de Tom Ripley confesa. Por eso, cuando hoy se adentró en reginaexlibrislandia un cliente que me pidió una bibliosugerencia patriciahighsmithiana que excluyera a uno de los psicópatas más logrados de la literatura a mi se me abrieron las carnes, se hizo el silencio, mi librero se puso a cubierto y se apoderó de la librería una calma tensa que presagiaba tormenta.

(Carol, 2015 / TWC)

Pero en segundos la amenaza se esfumó, replegándose ante el turbio y magnético encanto de su obra. Adentrarte en patriciahighsmithlandia te precipita por el deslizadero a ratos vertiginoso y a ratos letárgico de sus tramas, te disecciona psicopatías y te las transfiere, te arrebata tu empatía con víctimas, te lleva hasta los límites del recelo y la paranoia, y te retrata la estupidez humana -la tuya incluida-. Y, para rematar, no hay paraíso doméstico que no envenene ni atmósfera que no enturbie.

La suya es ficción de suspense, no policiaca, negra ni detectivesca: en sus historias hay intriga, crímenes y víctimas, pero no hay héroes ni callejones sórdidos. Te sumerge en ecosistemas cargados donde la sospecha te envuelve como una masa viscosa de la que no logras desprenderte. Estás atrapado junto a un personaje cercado por la policía, por acreedores, por sus obsesiones o por a saber qué.

Y con Patricia Highsmith siempre ocurren cosas perversas en entornos domésticos, inoculándole al lector el temor de que en cualquier momento alguien puede convertir la pacífica existencia de un personaje —o la suya— en una pesadilla. Es una experiencia claustrofóbica y aterradora en la que el lector se siente tan solo, tan aislado y tan incomprendido como el protagonista.

De hecho, toda Patricia Highsmith está específicamente prescrita para biblioestados carenciales de emoción, con efectos catárticos y una contraindicación: crea dependencia. Y mucha. Porque una vez la lees se te acabó el sosiego, querid@. No porque el ritmo trepidante de sus historias te abrase las entrañas, que va. Su efecto es más sutil, demoledor y perverso que una descarga de adrenalina a cada salto de línea.

Pero, entonces ¿qué leer de Patricia Highsmith, más allá de las novelas de Tom Ripley?

Aquí van mis seis prescripciones reginaexlibrislandianas para leer a Patricia Highsmith:

1. Crímenes Imaginarios. Patricia Highsmith. Anagrama. Crímenes imaginarios te clava en el hogar idílicamente aislado de un matrimonio de artistas que deciden, como ya hicieran tantas otras veces, atajar su doble crisis -creativa y de pareja- con una separación temporal que, quizás, esta vez no lo sea tanto. Alice abandona de mutuo acuerdo el nido para que Sidney pueda centrarse en su máquina de escribir, sólo que sus fantasías le llevan a un nivel creativo tan inimaginable como espeluznante. WOW! 

Crímenes imaginarios

Crímenes imaginarios

2.Ese dulce mal. Patricia Highsmith. Anagrama. En Ese dulce mal acompañas en su caída en espiral a un joven químico muy querido y respetado en su empresa, y admirado en su comunidad que, sin embargo, en su intimidad vive asediado por una obsesión tan secreta como corrosiva y letal que le va desquiciando lenta pero inexorablemente. Un thriller demoledor donde en apariencia nada ocurre, pero en el que llegas al punto y final con el sistema nervioso absolutamente colapsado.

Ese dulce mal

Ese dulce mal

3. Extraños en un tren. Patricia Highsmith. Anagrama. En la narrativa highsmithiana el crimen es una forma de realización personal, y Patricia Highsmith activa como nadie ese “yo perturbado” que cada lector lleva dentro introduciendo un héroe-criminal cercano y en alguna encrucijada cotidiana, frente a una víctima con la que no simpatizaría, porque conocerá cuanto sucede desde el punto de vista del protagonista, quien expone los hechos como buen psicópata: sin ápice de culpa ni empatía. Por eso al lector de Extraños en un tren más que de compadecerse por quienes van a morir, de lo que le entran ganas es de saber más de los mecanismos mentales de ese desconocido que le propone a otro un intercambio de asesinatos durante un viaje en tren. Tú matas por mí, yo por ti, nadie relaciona los crímenes y luego cada uno por su lado festejando en silencio el crimen perfecto que Alfred Hitchcock filmó en la mítica película homónima. El sórdido dueto Bruno-Guy será, desde la página uno, un trío letal con un lector clavado en el mismo vagón de tren.

Extraños en un tren

Extraños en un tren

4. El diario de Edith. Patricia Highsmith. Anagrama. En El diario de Edith asistes a la lenta pero inexorable demolición espiritual de una mujer en apariencia feliz y con una existencia normal. Su nueva vida en una apacible comunidad, su matrimonio, su hijo rarito, y los cuidados al ajado tío George la van minando mientras ella escribe en su bitácora la vida que quisiera vivir. Es un relato sublime, atroz y sobrecogedor del desmoronamiento de un ser humano atrapado en un puñetero paraíso exterior.

El diario de Edith

El diario de Edith

5. El grito de la lechuza. Patricia Highsmith. Anagrama. En la brutal El grito de la lechuza el lector acompañará a un tímido ingeniero que abandona Nueva York y a su mujer para vivir en paz en un pueblecito de Pennsylvania. Su nueva y en apariencia inocente afición por observar en sus quehaceres domésticos a la joven esposa del vecino accionará un mecanismo sin freno hacia el horror y la pesadilla.

El grito de la lechuza

El grito de la lechuza

6. Carol. Patricia Highsmith. Anagrama.Imbuida del talento de Patricia Highsmith para urdir tramas cargadas de suspense con personajes magnéticos, Carol, publicada originalmente con el título El precio de la sal, es una de las grandes cimas de la escritora norteamericana. En ella, la tediosa rutina de una joven escenógrafa con un empleo precario en unos grandes almacenes estalla por los aires con la visita de una elegante y misteriosa mujer a la que atiende tras el mostrador. La atracción es mutua y ese instante desencadena una historia de seducción, de suspense, de aceptación y de una amor ardiente que se consuma en un viaje sin retorno por carretera que pone patas arriba la vida de ambas a un precio que, aunque elevado, las dos están dispuestas a pagar.

Carol, Anagrama

Carol, Anagrama

Y una cosa más. Debo deciros que toda la narrativa de Patricia Highsmith lleva un ingrediente extra, gentileza y marca de la casa «Highsmith»: esa exquisita dosis de humor perverso y ácido que aligera la carga y descongestiona el ambiente, de forma que como lector te diviertes mientras compartes el tormento del personaje al que acompañas hasta el punto y final.

¿Se puede pedir más a una novela? No, ya os lo digo yo. Regina ExLibris dixit.

(Carol, 2015 / TWC)

(Carol, 2015 / TWC)

 

De Ágatha Christie ya no busques ‘Muerte en el Nilo’

Por desgracia no todo iban a ser buenas noticias ni para los agathachristiemaniacos del mundo, ni para los que aún no lo son, pero que sin duda lo serán en cuanto lean alguna de sus ochenta gloriosas tramas detectivescas de salón.

Así es, queridos, a las plácidas costas bibliófilas de reginaexlibriandia llegaban, casi a la par, una buena noticia y un trágico descubrimiento librero.

Con respecto a la primera, deciros que se trata de la buena nueva de la reapertura de las puertas de la casa de campo inglesa en la que la Gran Dama del Crimen literario concibió, escribió y leyó para sus amigos más íntimos parte de sus tramas tras un arduo y costoso proceso de rehabilitación:

 

En cuanto al trágico descubrimiento os lo diré sin rodeos: de Ágatha Christie olvidaos de haceros a corto plazo con un ejemplar de Muerte en el Nilo o Poirot en Egipto (según la traducción y edición). Imposible. Por ahora, otra joya impresa que se nos cuela por el desagüe de la descatalogación indiscriminada. Desconozco las razones y tampoco se nada aún sobre el baile de cesiones de derechos que haya podido provocar su desaparcición de las baldas españolas, pero en cuanto lo averigüe os lo contaré. Palabra de Regina.

Me di de bruces contra su vacío en el fondo editorial ‘vivo’ cuando, tras sugerir a una reginaexlibrislandiana asidua que parte para Egipto en diez días que se llevase Muerte en el Nilo como novelita de cabecera para el tramo fluvial del recorrido, emprendí la infructuosa tarea de hacerme con un ejemplar para ella. Imposible, al menos a través de mis canales habituales… Aunque, eso sí, siempre podrá recurrir al préstamo o a las librerías de viejo.

Hasta que se decidan a rescatarla del limbo de los descatalogados al menos los más nostálgicos podremos refugiarnos en su maravillosa adaptación al celuloide de 1978, que contó con un reparto espectacular:

Y para el resto, muy especialmente para todos aquellos que aún no hayáis pasado un ratito con Agatha Christie, éstos son los títulos que de momento permanecen en circulación en España:

Los primeros casos de Poirot; Tres ratones ciegos; Un cadáver en la biblioteca; La casa torcida; Las manzanas; Cita con la muerte; El asesinato de Roger Akroyd; Asesinato en Mesopotamia>; El tren de las 4:50; Asesinato en el Orient Express y Diez Negritos.

 

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿os gustan las novelas de Agatha Christie? ¿Cuál es vuestra favorita? ¿Cómo llegasteis a ella?

‘Blade Runner’ vs ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’

Ser la gobernanta de reginaexlibrislandia da para mucho, queridos, para mucho. El submundo del libro tiene tantos recovecos oscuros que a veces hasta me olvido de ellos, pero de pronto llega un cliente y, plaf, me ilumina alguno con el haz de luz de su inocencia.

Porque aunque entre mis reginaexlibrislandianos de pro y la que suscribe lo único que media es el libro como tal, lo cierto es que tiene detrás a un monstruoso demiurgo bicéfalo – llámalo grupos editoriales y proveedores- que unas veces manipula e impone a golpe de talonario, y otras nos confunde a todos.

Por ejemplo, cuando por obra y gracia del marketing la editorial le cambia el título a un libro, normalmente tras el estreno de su adaptación cinematográfica y para ‘aprovechar el tirón’ mediático del celuloide.

Recuerdo que se me llevaron los demonios cuando Anagrama, que en su día ya había editado en castellano El talento de Mister Ripley de Patricia Highsmith bajo el título A pleno sol para aprovechar el eco de su exitosa primera adaptación cinematográfica a finales de los sesenta, volvía a cambiárselo algo más de tres décadas después.

Así, tras el estreno de su segunda conversión a celuloide a cargo de Anthony Minghella en una gran -y para mí bochornosa- producción, el libro con que la Highsmith arranca su saga sobre Ripley, uno de los psicópatas más carismáticos y mejor perfilados de la literatura, vuelve a cambiar su denominación, aunque esta vez para adoptar el original

Bueno pues, obviamente, hay muchos casos más de ‘rebautismos’ de novelas, y hoy un reginaexlibrislandiano ocasional me recordó otro.

En concreto fue un caballero de unos sesenta y muchos que venía a por un libro para su nieto, y lo que parecía una tarea simple le salió rana al pobre hombre:

– Cliente: Buenas tardes, señorita.- Regina: Hola, ¿cómo está?

– C.: Bien, verá, mi nieto me ha encargado que le lleve un libro que se llama… espere, que lo apunté. Si, se llama «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?». ¿Lo tiene usted?

– R.: Claro, mire, es éste.

– C.: ¿Este? Pero aquí pone BLADE RUNNER bien grande, y mi nieto me dictó por teléfono «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?».

– R.: Si, pero es el mismo. Mire, pone en grande Blade Runner, y aquí abajo dice «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?», de Philip K. Dick.

– C.: Ya, pues no lo entiendo.

– R.: Es simple, caballero: es una novela de 1968, pero se llevó al cine en los 80 y se le cambió el título porque el de la novela original era demasiado largo. Como la película se hizo muy famosa, la editorial que tenía los derechos en España la reeditó nombrándola como el filme. Y ahora, que se cumplen 25 años de la película, se ha vuelto a reeditar esta vez poniendo los dos títulos, porque hasta ahora en algunas ediciones sólo aparecía en portada Blade Runner.

– C.: Pero entonces, ¿es el mismo libro?

– R.: Si, caballero, pero le han bailado el título.

– C.: Bueno, si usted lo dice la creo. Todo sea que nos equivoquemos y me toque volver a por el que sea.

– R.: Vaya tranquilo, seguro que éste es el que quiere su nieto.

Pobre hombre, se fue de mis confines realmente confundido. Y no me extraña, la verdad, con tanta danza de títulos y portadas.

Y vosotros, queridos, ¿recordáis algún rebautismo literario más por obra y gracia del márketing o similares?