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Reflexiones de una librera
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‘Blade Runner’ vs ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’

Ser la gobernanta de reginaexlibrislandia da para mucho, queridos, para mucho. El submundo del libro tiene tantos recovecos oscuros que a veces hasta me olvido de ellos, pero de pronto llega un cliente y, plaf, me ilumina alguno con el haz de luz de su inocencia.

Porque aunque entre mis reginaexlibrislandianos de pro y la que suscribe lo único que media es el libro como tal, lo cierto es que tiene detrás a un monstruoso demiurgo bicéfalo – llámalo grupos editoriales y proveedores- que unas veces manipula e impone a golpe de talonario, y otras nos confunde a todos.

Por ejemplo, cuando por obra y gracia del marketing la editorial le cambia el título a un libro, normalmente tras el estreno de su adaptación cinematográfica y para ‘aprovechar el tirón’ mediático del celuloide.

Recuerdo que se me llevaron los demonios cuando Anagrama, que en su día ya había editado en castellano El talento de Mister Ripley de Patricia Highsmith bajo el título A pleno sol para aprovechar el eco de su exitosa primera adaptación cinematográfica a finales de los sesenta, volvía a cambiárselo algo más de tres décadas después.

Así, tras el estreno de su segunda conversión a celuloide a cargo de Anthony Minghella en una gran -y para mí bochornosa- producción, el libro con que la Highsmith arranca su saga sobre Ripley, uno de los psicópatas más carismáticos y mejor perfilados de la literatura, vuelve a cambiar su denominación, aunque esta vez para adoptar el original

Bueno pues, obviamente, hay muchos casos más de ‘rebautismos’ de novelas, y hoy un reginaexlibrislandiano ocasional me recordó otro.

En concreto fue un caballero de unos sesenta y muchos que venía a por un libro para su nieto, y lo que parecía una tarea simple le salió rana al pobre hombre:

– Cliente: Buenas tardes, señorita.- Regina: Hola, ¿cómo está?

– C.: Bien, verá, mi nieto me ha encargado que le lleve un libro que se llama… espere, que lo apunté. Si, se llama «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?». ¿Lo tiene usted?

– R.: Claro, mire, es éste.

– C.: ¿Este? Pero aquí pone BLADE RUNNER bien grande, y mi nieto me dictó por teléfono «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?».

– R.: Si, pero es el mismo. Mire, pone en grande Blade Runner, y aquí abajo dice «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?», de Philip K. Dick.

– C.: Ya, pues no lo entiendo.

– R.: Es simple, caballero: es una novela de 1968, pero se llevó al cine en los 80 y se le cambió el título porque el de la novela original era demasiado largo. Como la película se hizo muy famosa, la editorial que tenía los derechos en España la reeditó nombrándola como el filme. Y ahora, que se cumplen 25 años de la película, se ha vuelto a reeditar esta vez poniendo los dos títulos, porque hasta ahora en algunas ediciones sólo aparecía en portada Blade Runner.

– C.: Pero entonces, ¿es el mismo libro?

– R.: Si, caballero, pero le han bailado el título.

– C.: Bueno, si usted lo dice la creo. Todo sea que nos equivoquemos y me toque volver a por el que sea.

– R.: Vaya tranquilo, seguro que éste es el que quiere su nieto.

Pobre hombre, se fue de mis confines realmente confundido. Y no me extraña, la verdad, con tanta danza de títulos y portadas.

Y vosotros, queridos, ¿recordáis algún rebautismo literario más por obra y gracia del márketing o similares?