Entradas etiquetadas como ‘regular la temperatura térmica’

¿Sabías que una manta, en realidad, no calienta?

¿Sabías que una manta, en realidad, no calienta?

El motivo principal por el que una persona tiene frío es porque su organismo pierde calor, un hecho que hace que nos abriguemos con más ropa o nos echemos una manta por encima. Pero abrigándonos lo que en realidad conseguimos es conservar el calor para que así no se escape de nuestro cuerpo.

Como ya os he comentado en otros posts, somos seres homeotermos o, lo que es lo mismo, nuestro organismo se ocupa de regular nuestra temperatura con el fin de que nuestros órganos internos y vitales se mantengan a una temperatura constante de, aproximadamente, 37 grados centígrados.

Si esa temperatura es superior nuestro organismo se refresca a través del sudor que produce. Por el contrario, si hace frío extrae el calor de nuestras extremidades a través de un proceso que se conoce como vasoconstricción (de ahí que lo primero que se nos enfría cuando bajan las temperaturas son las manos y los pies) o bien se pone a tiritar para hacernos entrar en calor.

Pero todo ese proceso para conservar el calor corporal no puede hacerlo nuestro organismo solo, por lo que debemos echar una mano y abrigarnos con alguna pieza más de abrigo o resguardarnos bajo una manta (además de encender algún calefactor o estufa) con ello conseguimos no seguir perdiendo más de ese vital calor corporal.

Pero, al contrario de lo que algunas personas piensan, esa ropa de abrigo o la mencionada manta no nos calientan (a no ser que sea eléctrica, evidentemente), sino que la función de éstas es la de conservar y hacer de aislante para que el calor no se escape y el frío no penetre.

El no dejar que el frío entre proporcionará que, cuando nuestros órganos estén en la temperatura idónea, expulse el exceso de calor que tenga hacia nuestro exterior, dándonos la sensación de haber entrado en calor (algunas veces hasta con un exceso del mismo).

 

 

Otros post que quizás te interese leer:

 

 

 

Fuente de la imagen: mattiasjohansson (Flickr)

En días de intenso calor ¿qué sacia mejor la sed, el agua fría o templada?

En días de intenso calor ¿qué sacia mejor la sed, el agua fría o templada?Aunque no lo parezca y siempre hayamos pensado todo lo contrario, efectivamente, el agua templada nos sacia mucho más la sed que si la tomamos fría.

Como bien es sabido, los días que hace calor perdemos una gran cantidad de líquidos a través de la sudoración. Esto es debido a que nuestro organismo es homeotérmico, lo cual hace que la temperatura de nuestro cuerpo se pueda regular y mantener constante (si hace frío tiritamos y si hace calor sudamos).

Cuando la temperatura es elevada y hace calor, la superficie de nuestra piel necesita refrigerarse continuamente, lo cual hace que transpiremos mucho más y, por lo tanto, se provoque un cambio térmico.

El hecho de expulsar más líquido a través del sudor provoca que necesitemos ingerir más cantidad de agua y así poder saciar la sed, apeteciéndonos mucho más tomarla bien fría, con el convencimiento de que ésta nos refrescará y saciará mucho más rápido.

El problema está en que el hecho de ingerir agua muy fría provoca que ésta sea absorbida prácticamente al instante en nuestro tubo digestivo y apenas da tiempo a que pueda llegar a la superficie de la piel y así refrigerarnos, por lo cual esa agua tan fría no nos sirve para recuperar el líquido perdido tras la sudoración, dándonos la sensación de seguir teniendo más sed.

Por este motivo, es aconsejable que, además de tomar de vez en cuando agua fría para ‘refrescarnos’, vayamos bebiéndola también a temperatura ambiente, la cual podrá ser absorbida mucho mejor por nuestro sistema y cumplirá su perfecta función de refrigeración.

 

Otras entradas que podrían interesarte:

 

Fuente de consulta y más info: Quo / sedientosdesaber / saluddatos
Fuente de la imagen: victor_nuno (Flickr)