Archivo de julio, 2018

¿De dónde surge la expresión ‘el perro de Alcibíades’?

A través de la página en Facebook de este blog, Jesús Ramirez me hace llegar un mensaje en el que me consulta sobre la procedencia de la expresión ‘el perro de Alcibíades’ y me cuenta cómo su padre suele pronunciarla a menudo para referirse a las maniobras de distracción que hacen algunos políticos cuando se les pregunta sobre alguna cuestión y quieren fijar la atención en otro tema.

Y es que el significado de este modismo (que comienza a estar algo en desuso) es precisamente ese, el intentar desviar la atención sobre un asunto del que no conviene hablar y que se hable de otros mucho más superfluos y livianos.

¿De dónde surge la expresión ‘el perro de Alcibíades’?

Según los cronistas, la expresión surge de una anécdota acontecida en la Antigua Grecia protagonizada por el militar ateniense Alcibíades Clinias Escambónidas  (siglo V a.C.).

Alcibíades destacó por ser un gran estadista y estratega militar pero también por ir cambiando de bando según le iba interesando (traicionó a los atenienses con los espartanos y a éstos con los persas).

No se sabe a ciencia cierta el momento exacto en el que se produjo la anécdota que dio origen a la expresión (o si ésta realmente ocurrió), pero según cuentan la inmensa mayoría de cronistas (cada uno con una versión diferente) en cierta ocasión Alcibíades compró un perro por el que pagó una importante suma de dinero y acto seguido mandó cortarle el rabo (que era una de las peculiaridades más llamativas del can).

Parece ser que dicho acto lo hizo para que en el consejo (otras versiones cuentan que lo ciudadanos) no hablasen de las corrupciones de su gobierno y estuviesen entretenidos criticando la acción de haberle cortado el rabo al pobre perro.

 

 

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Fuente de la imagen:  Wikimedia commons

¿Por qué a veces llamamos a alguien con el nombre de otra persona?

Solemos achacarlo a un despiste o a estar pensando y/o haciendo varias cosas a la misma vez, pero el hecho de llamar a alguien con el nombre de otra persona es más común de lo que creemos y suele pasarle a una gran parte de la población.

¿Por qué a veces llamamos a alguien con el nombre de otra persona?

Lo curioso es que esa equivocación suele sucedernos casi siempre con los mismos protagonistas y estos suelen ser dos personas muy cercanas a nosotros (hermanos, hijos, padres, tíos, amigos…).

Los anglosajones (muy puestos a bautizarlo todo) utilizan el término ‘misnaming’ para referirse al hecho de nombrar a alguien equivocadamente.

No hay una respuesta clara y contundente para este fallo de memoria pero, según indican los expertos, puede deberse a que cuando nuestra memoria almacena datos de todas las personas a las que conocemos lo hace guardándolo en bloques de afinidad y, por ejemplo, nuestros hijos o mejores amigos se encuentran en un mismo grupo por lo que al ir a llamar a uno hay mucha posibilidades que acabemos haciéndolo por el nombre del otro.

Es habitual que una madre llame a cualquiera de sus dos hijos por el nombre que no le corresponde, pero esto no ocurre por el hecho de que puedan parecerse físicamente (incluso a veces se puede llamar al hijo con el nombre del abuelo) sino porque ambos se encuentran alojados en el mismo bloque de la memoria. Lo mismo podría ocurrir con alguien que tiene varias mascotas y llamar a una con el nombre de otra, aunque se trate de razas diferentes.

A esta conclusión llegaron los investigadores Samantha A. Deffler, Cassidy Fox, Christin M. Ogle y David C. Rubin de la Duke University, de Carolina del Norte, quienes lo publicaron en el número 44 de la revista especializada ‘Memory & Cognition‘, de octubre de 2016, bajo el título: ‘All my children: The roles of semantic category and phonetic similarity in the misnaming of familiar individuals‘ [Todos mis hijos: los roles de la categoría semántica y la similitud fonética en el «misnaming» (llamar equivocadamente) a individuos de una misma familia].

 

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Fuentes de consulta y más info: livescience / Memory & Cognition / wowamazing
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿Sabías que la jeringuilla desechable es un invento español?

Desde su invención a mediados del siglo XIX (por el escocés Alexander Wood) la jeringa para inyectar o aspirar líquidos del cuerpo había estado fabricada en distintos materiales como vidrio o piezas metálicas, siendo reutilizada una y otra vez con diferentes pacientes tras haber sido lavadas y/o esterilizadas.

¿Sabías que la jeringuilla desechable es un invento español?

Pero no fue hasta bien entrada la década de 1970 cuando se inventó la jeringuilla desechable y de un solo uso (que con el tiempo se ha comprobado que ha salvado a millones de personas de no ser infectadas).

El inventor de este recipiente, realizado en plástico, y que servía para inyectar líquidos (o para extraer sangre en los análisis) fue Manuel Jalón, la misma persona que veinte años antes había revolucionado el mercado doméstico con la invención de la fregona.

No fue hasta inicios de los años ‘80 cuando comenzó a comercializarse la jeringuilla desechable, haciéndose rápidamente muy popular. En la actualidad se calcula que diariamente se fabrican alrededor de veinte mil millones de unidades en todo el planeta.

 

ACTUALIZACIÓN:
He recibido algunos mensajes en los que tachan de falsa la invención de la jeringuilla desechable por parte de Manuel Jalón, señalando que el neozelandés Colin Murdoch la inventó y patentó en 1956, dos décadas antes que el inventor español, pero cabe destacer que el invento de Colin Murdoch no se trataba de una jeringa de un solo uso sino de un artilugio en forma de pistola que servía para poner inyecciones (normalmente vacunas y sedantes) que iba dotada con un dispositivo desechable.

 

 

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El curioso manual sobre sexualidad que en el siglo XVII fue falsamente atribuido a Aristóteles

Aristóteles está considerado como uno de los mayores filósofos de la Historia y se le adjudican alrededor de dos mil escritos de los que, realmente, tan solo una treintena han llegado hasta nuestros tiempos.

Pero en el año 1684, casi veinte siglos después de haber fallecido, apareció en Inglaterra un tratado sobre sexualidad y que aseguraban que había sido escrito por el filósofo griego en el siglo IV a.C.

El curioso manual sobre sexualidad del siglo XVII falsamente atribuido a AristótelesLlevaba por título ‘La obra maestra de Aristóteles’ (The Aristotle’s Masterpiece) y se trataba de un manual con el que instruir en las artes amatorias y sexuales a las parejas de recién casados, las cuales se suponía que llegaban vírgenes al matrimonio.

Evidentemente era una obra escrita en el siglo XVII y de autor anónimo,  aunque algunas fuentes señalan que fue obra del médico y escritor inglés William Salmon. El libro consiguió cierta fama al ser adquirido por numerosas personas (tanto casadas como solteras) que deseaban aprender las técnicas de copular que, erróneamente, creían que el maestro Aristóteles quería enseñarles.

En este curioso manual se podía encontrar consejos del tipo que una mujer solía estar más satisfecha con una cosa bien hecha una vez que no con algo mal hecho frecuentemente; cuál era la mejor postura para dejar embarazada a la esposa o cómo detectar rápidamente si había quedado en estado (fijándose si tenía los párpados hinchados).

Durante algo más de un siglo y medio fue un libro ampliamente leído y compartido (posiblemente el que más reimpresiones tuvo durante todo ese tiempo), pero en 1854, bajo el reinado de Victoria I del Reino Unido, el político John Campbell propuso al Parlamento británico aprobar una ley que restringiese y prohibiera la venta y difusión de libros obscenos, entre los que se encontraba ‘La obra maestra de Aristóteles’, la cual fue retirada del mercado y poco a poco desapareció de la vida de los ingleses.

Escritores como James Joyce, William Carleton, Evelyn Waugh o Anthony Burgess (entre otros) han citado en alguna de sus obras este antiguo y curioso manual sobre sexo.

Parece ser que tan solo han llegado hasta nuestros días y en buenas condiciones tres únicos ejemplares de la primera edición, estando valorados cada uno de ellos en alrededor de 75.000 euros. Si estás interesado en leerlo, no te preocupes que podrás hacerlo gratis. Puedes descargar (de forma gratuita y totalmente legal) una copia en pdf del libro “The Aristotle’s Masterpiece” a través del siguiente enlace de la U.S. National Library of Medicine: https://collections.nlm.nih.gov/catalog/nlm:nlmuid-8709661-bk

 

 

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Fuente de la imagen: U.S. National Library of Medicine

¿Qué diferencia hay entre los términos ‘migrante’, ‘inmigrante’ y ‘emigrante’?

Desde un tiempo a esta parte junto a los términos ‘inmigrante’ y ‘emigrante’, que se utilizaban para hacer referencia a aquella persona que llegaba a un lugar desde otro (normalmente fuera de las fronteras)  o bien para quien se marchaba de su tierra para establecerse en otro destino donde vivir y trabajar, se ha puesto muy de moda el usar el de ‘migrante’, un vocablo aparentemente neutro y con el que se intenta evitar darle el carácter peyorativo que, lamentablemente, en algunas ocasiones se le ha dado a los otros dos términos mencionados.

¿Qué diferencia hay entre los términos ‘migrante’, ‘inmigrante’ y ‘emigrante’?

De hecho, la palabra ‘migrante’ es un comodín que se puede utilizar tanto para referirse a quien migra hacia el extranjero o a quien viene desde el exterior.

Aunque la existencia del término migrante es antiquísima, hasta ahora se usaba junto a los prefijos in- o e- para hacer referencia a si alguien venía o iba de/a un lugar.

Lamentablemente muchas son las personas que tienen asociada la palabra ‘inmigrante’ con pobreza, delincuencia, guetos… por lo que se está aconsejando el uso del vocablo ‘migrantes’ para referirse en los últimos tiempos a todo aquel individuo o grupo que se traslada del lugar donde habita a otro (ya sea dentro del mismo territorio nacional o a un país extranjero) en un intento por acabar con el lenguaje ofensivo que en determinados momentos es usado hacia ese colectivo de personas (en definitiva, para tratar de ser ‘políticamente correctos’ a la hora de referirnos a ellos).

También es llamativo que algunas personas o medios dan como significado del término migrante la acepción de ‘[…]persona que se marcha de su país (ya sea por problemas socio-económicos o bélicos) sin un rumbo fijo y no sabiendo a dónde ir ni en qué lugar establecer su residencia[…]’, pero cabe destacar que esta es una definición algo errónea, debido a que con ella se está generalizando, cuando no todos los migrantes vagan sin rumbo fijo y muchos son los que sí saben el lugar dónde van a ir a establecerse.

A continuación os dejo las diferentes definiciones que da el diccionario de la RAE a los términos ‘migrante’, ‘inmigrante’ y ‘emigrante’:

  • Migrante: Que migra

Migrar:

  1. Trasladarse desde el lugar en que se habita a otro diferente.
  • Inmigrante: Que inmigra

Inmigrar:

  1. Dicho de una persona: Llegar a un país extranjero para radicarse en él.
  2. Dicho de una persona: Instalarse en un lugar distinto de donde vivía dentro del propio país, en busca de mejores medios de vida.
  3. Dicho de un animal o de una planta: Asentarse en un territorio distinto del suyo originario.
  • Emigrante: Que emigra

Emigrar:

  1. Dicho de una persona: Abandonar su propio país para establecerse en otro extranjero.
  2. Dicho de una persona: Abandonar la residencia habitual en busca de mejores medios de vida dentro de su propio país.
  3. Dicho de algunas especies animales o vegetales: Cambiar de lugar por exigencias de la estación, de la alimentación o de la reproducción.

Para finalizar, cabe puntualizar que son muchos los expertos y lingüistas que indican que, a pesar de que el vocablo ‘migrante’ puede utilizarse para referirse tanto al que emigra como a quien inmigra, es preferible el uso de cada término debido a que resulta mucho más específico para hacer referencia a cada situación del migrante.

 

 

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Post realizado a raíz de la consulta realizada a través de la página en Facebook de este blog por Jose L.M.
Fuentes de consulta y más info: Rae (1) / Rae (2) / Rae (3) / Fundéu / castellanoactual / IOM (Organización Internacional para las Migraciones) / diccionariodedudas
Fuente de la imagen: coastguard.dodlive

‘¡Jiminy Cricket!’, la exclamación que usan algunos angloparlantes para no blasfemar

Es común en algunas persona angloparlantes el utilizar la expresión ‘Jiminy Cricket’ a modo de exclamación a la hora de soltar un improperio pero no quieren blasfemar.

‘¡Jiminy Cricket!’, la exclamación que usan algunos angloparlantes para no blasfemar

No se tiene constancia del origen exacto de su uso, pero la primera constancia que se tiene data de 1803 en la forma ‘Jiminy’ y en la que se señalaba como eufemismo para maldecir por algo o a alguien sin utilizar el nombre de Jesucristo y, por tanto, no caer en la blasfemia (algo que, además de ser pecado, estaba castigado por la ley en aquella época).

En 1848 ya aparece en la forma de Jiminy Cricket (cuyas iniciales coinciden con las de Jesus Christ) y hacia finales del siglo XIX (1890) tuvo una nueva variante: Jiminy Christmas.

Pero curiosamente Jiminy Cricket es también el nombre que le otorgó, en 1940, Walt Disney al famosísimo grillo que acompañaba a Pinocho (Pepito Grillo en España), ya que dicho personaje se llamaba originalmente ‘El Grillo Parlante’ en la novela Las aventuras de Pinocho, escrita por Carlo Collodi en 1883.

Cabe destacar que la exclamación ‘Jiminy Cricket’ aparece, antes de ser utilizada como nombre del grillo en la película Pinocho,  en el filme El Mago de Oz en 1939, en el que Dorothy la pronuncia y, dos años antes, es exclamada también por los enanitos en Blancanieves y los siete enanitos de la factoría Disney.

 

 

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Fuente de la imagen: clipartbest

¿Sabías que en la antigüedad creían que la capacidad de pensar no se encontraba en el cerebro sino en el corazón?

El cerebro es posiblemente la estructura más compleja de nuestro organismo y del que todavía no se conoce totalmente todas sus funciones y capacidades. Sabemos que es el encargado de transmitir una serie de mensajes al resto de nuestros órganos (a través de múltiples y diversos estímulos)  y que es el responsable de hacernos razonar, pensar y recordar.

¿Sabías que en la antigüedad crecían que la capacidad de pensar no se encontraba en el cerebro sino en el corazón?

Y es precisamente a partir de esta última función (tirando del hilo de su etimología) de lo que quiero hablar hoy en este post.

Recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón [Eduardo Galeano]Tal y como decía Eduardo Galeano en su famosa y multicompartida cita: ‘Recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón’. No le faltaba razón al célebre escritor uruguayo, debido a que ese es el origen exacto de dicho término, pero debo hace una puntualización sobre el mismo.

En la antigüedad (en las civilizaciones como la Antigua Roma y Grecia) se tenía el convencimiento de que el órgano encargado de hacernos pensar, sentir y recordar estaba situado en el pecho, o sea, era el corazón y no el cerebro.

Por tal motivo existen tantos vocablos que hacen referencia al corazón, entre ellos ‘recordar’. Pero el sentido original del mismo para referirse al acto de evocar algo ya sucedido no lo implicaban como un sentimiento sino como algo que provenía de la mente (situada, según los antiguos, en el pecho). Así pues, ese ‘volver a pasar por el corazón’ que alude la etimología del término recordar/recuerdo a lo que hacía alusión original y realmente era a ‘volver a pasar por la mente’, la cual se encontraba en el corazón.

Otras palabras como ‘acordar’, ‘desacuerdo’, ‘concordia’, ‘discordia’, ‘cordialidad’ o ‘concordato’ provienen de la misma raíz ‘cordis’ (corazón).

 

 

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Fuente de las imágenes: publicdomainpictures / creatufrase