Anda el Real Zaragoza, un histórico de nuestro fútbol, algo de capa caída, después de su descenso la pasada temporada. Vamos a recordar a un jugador de mejores épocas mañas, en concreto a uno perteneciente a la largra y fructífera tradición de argentinos del Zaragoza: es Darío Franco.
¿Quién era?: Un defensa o centrocampista defensivo argentino de finales de los 80 a principios de la década de 2000.
¿Por qué se le recuerda?: Pues por formar parte del Real Zaragoza que ganó una Copa del Rey y una Recopa a mediados de los 90.
¿Qué fue de él?: Se retiró en 2004 en las filas de los Monarcas de Morelia de México. Seis años después, debutó como entrenador en este mismo equipo. En la actualidad, está desempleado, después de que hace poco más de un mes fuera despedido como entrenador de la Universidad de Chile.
¿Sabías qué…?: Es fruto de la inagotable cantera de Newell’s Old Boys.
– Llegó a Zaragoza con tan sólo 22 años, a un equipo dirigido por un jovencísimo Víctor Fernández.
– Jugando con el equipo maño, sufrió una curiosa y dolorosísima lesión: en un partido ante el Athletic de Bilbao, una entrada con los tacos de un rival le produjo un desgarro en el escroto.
– En la final de Copa de 1994, que enfrentó al Zaragoza y al Celta en el Calderón, no fue titular, pero marcó uno de los goles de la tanda de penaltis que le dieron el título a los maños.
– Al acabar su segundo año en el Zaragoza, jugando con Argentina, sufrió una grave lesión de tibia y peroné que lo tuvo casi toda la temporada 93-94 en el dique seco.
– No jugó la final de la Recopa (la del gol de Nayim), pero estaba en la plantilla del equipo maño.
– Los seguidores radicales del Zaragoza le dedicaron un cántico: «¿Dónde vas Darío Franco, por qué vienes hacia aquí? / Voy corriendo al Fondo Norte, porque acabo de marcar / un golazo de cabeza y os lo voy a dedicar. / Con cojones, Zaragoza, hoy vamos a machacar» (léase con la música de la canción popular «¿Dónde vas Alfonso XII?»
– Fue ayudante de otra leyenda de Newell’s, Marcelo Bielsa, cuando el ‘Loco’ entrenó a la selección de Chile.
– Jugó 22 partidos con Argentina, pese a que se encontró con la competencia de un gigante como Fernando Redondo.
– Con la albiceleste ganó dos Copas de América (1991 y 1993).
– Esta última, la de 1993, está en su palmarés, pese a que en el primer partido sufrió la lesión que os comentaba antes.
– En ambas citas portó el dorsal 8.
Biografía, palmarés, estadísticas: Darío Javier Franco Gatti nació el 17 de enero de 1969 en Cruz Alta, Córdoba, Argentina. Debutó como profesional en Newell’s en 1987. En 1991 llegó a España para jugar en el Zaragoza, donde estuvo hasta 1995, año en el que cruzó el charco para jugar en el Atlas mexicano. Dos años después, llegó a los Monarcas, donde se retiró en 2004. En su palmarés tiene un título argentino, una Copa del Rey, una Recopa de Europa y una liga mexicana. Con Argentina jugó 22 partidos, metió seis goles y ganó dos Copas de América.
Os dejo con la tanda de penaltis de la Copa del Rey del 94. La narración es de una emisora zaragozana. Hace 19 años de esto… Dios mío, cómo pasa el tiempo:
Hasta mañana, amigos.
Éste es el artículo 450 en la historia del blog y, si no me falla la memoria (que gracias a Dios me falla poco), no he sacado todavía a ningún paisano mío. Esa tendencia la voy a romper hoy, porque aunque el personaje de hoy se ha retirado hace poquito, me apetece sacar a un ‘compatriota’. A ver, estrictamente, el protagonista de este post no es paisano mío, porque yo soy de Murcia y él de Cartagena, pero qué diablos, al fin y al cabo somos de la misma Comunidad y yo en Cartagena he vivido tres añitos. El caso es que de nuevo os traigo un portero de fútbol y este es uno de esos que supo mantener su estatus y para bien o para mal, casi siempre tuvo un marco que defender en la Liga española. No me lío más. Viajad conmigo a la trimilenaria ciudad de Cartagena para recordar a Juanmi.
Con este artículo cerramos, más o menos un círculo. Se trata del que forman un buen grupo de jugadores de la era soviética, de nacionalidad lituana, que sin duda hicieron historia en el baloncesto mundial. Os hablo de los 
En estos días en los que se habla tanto de Cristiano Ronaldo (que hartazón), de los 94 millones de euros, de Kaká, de Ribéry, de Ibrahimovic y de todo eso, es ciertamente reconfortante traer a colación a delanteros españoles de la vieja época, luchadores, poco glamourosos si queréis, pero efectivos y comprometidos. El de hoy es uno de ellos. Es ex jugador, entre otros, del Zaragoza y el Xerez, que si no pasa nada extraño, subirán este fin de semana a Primera. No me dilato más para pasar a hablaros del ‘Paquete’ Higuera.
Volvemos al fútbol nacional, ya que hoy juega, además, nuestra selección, esa que nos enamora cada vez que juega (desde la Eurocopa, no he vuelto a sentir esa sensación de aburrimiento que tenía cuando, antes de esa competición, me abordaba cuando veía jugar a la Roja). Por eso, he elegido un jugador español, que fue internacional, aunque no fuera de esos de los que despierta las pasiones de los fans más irredentos. Aún así, fue uno de esos futbolistas que sirvió de transición entre dos grandes generaciones. Os traigo a Paco Jémez.
Baloncesto, palabra mágica donde las haya. Hoy os traigo a un grande, a uno de esos longevos, experimentados, que siempre daba el máximo donde jugaba. Dejó un buen sabor de boca allí donde jugó. Procedente de un país de gran tradición baloncestística y con cuya selección siempre lo daba todo, el protagonista de hoy es un clásico del baloncesto hispanoamericano. De inolvidable nombre, hoy os presento al mejor jugador de baloncesto puertorriqueño de todos los tiempos. Es José Piculín Ortiz.
Llevamos unas semanas atrás hablando de un ex jugador de nuestra Liga, muy conocido en Pucela, y que seguro que va a hacer las delicias de un par de los lectores más fieles de este blog. Procedente de una zona de Europa destacada por el gran talento de sus jugadores, pero también de sus fuertes caracteres, marcó una época en Valladolid, como gran goleador. Este es, además, un ejemplo de esos jugadores que son tan buenos en el campo… como en los bares. Es Alen Peternac.