Icke, dando una charla (WIKIPEDIA).

¿Os gusta Cuarto Milenio? ¿Habéis oído hablar de los reptilianos? ¿Os chiflan las conspiraciones? Si habéis respondido que sí a estas preguntas, es probable que conozcáis al protagonista de hoy. Lo que quizá no sepáis es que fue futbolista. Es David Icke.

David Vaughan Icke nació el 29 de abril de 1952 en Leicester, Reino Unido. Niño solitario y callado, a los 9 años empezó a jugar al fútbol en el colegio, y se le dio bien. Empezó a jugar de portero y con 15 años, un ojeador del Coventry City lo vio y lo fichó para sus juveniles.

El Coventry lo cedió al Oxford United, donde jugó con los reservas, y al Northampton Town. Pero para su desgracia, desde muy joven sufrió artritis reumatoide en sus rodillas, tobillos, codos, muñecas y manos. Pese a ello, llegó a firmar un contrato con el equipo profesional Hereford United. Estuvo en la cuarta y tercera categorías del fútbol inglés entre 1971 y 1973, pero el dolor era muy fuerte y con tan solo 21 años tuvo que retirarse.

Tras colgar botas y guantes, se dedicó a escribir sobre deportes. Fue periodista en el Leicester Advertiser y llegó a colaborar con BBC Radio Leicester. Con el tiempo progresó y llegó a salir en la tele, en el programa Midlands Today de la BBC. En 1981 dio el salto a la emisión nacional para presentar Newsnight, un programa sobre noticias. En 1983 se fue a Breakfast Time, un magazine matutino de la BBC, donde hasta 1985 se encargó de los deportes. En esa época publicó un libro sobre su experiencia como futbolista. Hasta 1990 ocupó varios cargos en la BBC, narrando bolos o snooker o cubriendo los Juegos de Seúl 88. En 1990 abandonó la cadena pública británica.

Libro de Icke sobre su experiencia como futbolista (Pan Books).

Su relación con lo oculto y lo parapsicológico empezó antes de dejar la tele. En 1989 dijo empezar a notar una presencia a su alrededor. Una voz lo empujó a leer algunos libros y a conocer a Betty Shine, una curandera de Brighton. Ésta le convenció de que había sido enviado para sanar la Tierra y que un espíritu le inspiraría y le daría información que él tendría que reflejar en libros. Escribió cinco en tres años. Se fue a Perú, a unas ruinas incas, donde vivió una experiencia paranormal que le hizo meterse de lleno en su llamado ‘periodo turquesa’. Solo vestía de ese color, entre otras excentricidades.

En 1991 dio una rueda de prensa para anunciar que era «el hijo de la divinidad», que el mundo se iba a acabar en 1997 a partir de huracanes en México y Estados Unidos, erupciones en Cuba, terremotos en China y otros fenómenos naturales. Después de esa rueda de prensa fue invitado al talk show de la BBC Wogan, donde repitió sus predicciones, pese a las risas del público. Icke dijo en directo que la gente también se habría reído de Jesucristo si en ese momento saliera en televisión diciendo que era el hijo de Dios. Dijo que Inglaterra iba a desaparecer entre terremotos y olas gigantes y fue entonces cuando David Icke se convirtió en objeto de mofa para el público general en Reino Unido.

Tras esa experiencia, Icke desapareció del ojo público durante meses, pero siguió escribiendo libros: La rebelión de los robots, La verdad os hará libres, El mayor secreto e Hijos de Matrix, su obra más famosa, en la que desarrolla su teoría sobre los reptilianos, un grupo de seres medio humanos medio lagartos que domina la Tierra a través de una sociedad secreta desde hace milenios, y entre los que están George W. Bush, Tony Blair o la Reina de Inglaterra. Según Icke, la Luna es artificial y hueca, creada por los reptilianos para enviar señales que nos hacen tener una percepción falsa de la realidad.

Además, ha desarrollado todo tipo de teorías conspiranoicas sobre eventos como el 11-S, la muerte de JFK, la de Lady Di, el calentamiento global, los chemtrails e incluso la Segunda Guerra Mundial. Algunas de estas teorías tienen un clarísimo aroma antisemita e incluso de ultraderecha (hay incluso grupos neonazis que han mostrado su apoyo a sus teorías). En definitiva, todo un personaje.

Espero que os haya gustado el artículo. La semana que viene volvemos con más.