Cuántas buenas películas han tenido escenas de lucha con espadas. Detrás de algunas de las más famosas había un exdeportista, que es el protagonista del post de hoy. Es Bob Anderson.
Robert James Gibert Anderson nació el 15 de septiembre de 1922 en Gosport, Inglaterra. Empezó a practicar esgrima en el colegio. Entró en los Royal Marines y combatió en la II Guerra Mundial en el frente Mediterráneo.
Tras el conflicto participó en los Juegos Olímpicos de 1952, en Helsinki, representando a Gran Bretaña, en la modalidad de sable. También participó en los Mundiales de 1950 y 1953. Ese mismo año, fue contratado para que participara como especialista en la película El señor de Balantry, protagonizada por Errol Flynn. En el rodaje, hirió por error a la estrella, lo que le convirtió en famoso y empezó a ser conocido como ‘el hombre que hirió a Errol Flynn’.
Tras su retirada de la competición, se convirtió en entrenador nacional y después, en presidente de la British Academy of Fencing (Academia Británica de Esgrima). A finales de los 50 emigró a Canadá y empezó a intensificar su trabajo en el cine. Participó en Los cañones de Navarone, Desde Rusia con Amor y Casino Royale. Y en 1974, Stanley Kubrick lo contrató como maestro de esgrima para su película Barry Lyndon.
El gran salto cinematográfico de Anderson llegó en 1977, cuando empezó a trabajar en la trilogía de La Guerra de las Galaxias o Star Wars. De hecho, en El Imperio Contraataca y El retorno del Jedi, Anderson hizo de especialista y encarnó a Darth Vader en las escenas de lucha de espada-láser.
Este espaldarazo a la carrera de Anderson le hizo seguir trabajando sin descanso en Hollywood. Su nombre está en los títulos de crédito de películas como Los inmortales, La princesa prometida, Los tres mosqueteros, La Máscara del Zorro, Piratas del Caribe, Alatriste y en la trilogía de El Señor del los Anillos. Su último trabajo fue en El Hobbit.
Bob Anderson falleció el día de Año Nuevo de 2012 en West Sussex, Inglaterra. Tenía 89 años.
Espero que os haya gustado el artículo. Hasta el jueves que viene.