Espero que no malinterpretes mis palabras. Sólo digo que hay hombres y mujeres que tienden continuamente a equivocarse en sus relaciones sentimentales y aun así lo achacan a su ‘mala suerte’. Conozco a más de uno (y más de una) que no les duran nada los noviazgos aunque ansíen estabilidad, y siempre es el contrario quien la caga (‘le pillé con otra’, ‘simplemente se marchó’, o ‘me levantó la mano’ son ejemplos clásicos). Pero resulta que en su siguiente relación, su nueva pareja cumple exactamente el mismo perfil del anterior. Hay mujeres, por ejemplo, que sienten atracción por los «malotes», o ciertos hombres por las «mujeres dominantes», y siempre acaban rompiendo por el mismo motivo que en un principio les atrajo de ellos. Hay hombres que confían que el octavo matrimonio de su nueva esposa será el definitivo. Hay mujeres que confían en que «aquella vez me levantó la mano pero estoy segura que nunca más volverá a hacerlo». No, amiga. Hay hombres violentos por naturaleza y a la mínima señal, al más mínimo gesto, conviene huir de ellos como de la peste.
Espero que no malinterpretes mis palabras. Ninguna mujer merece ser agredida, y el hombre que maltrata sólo merece pagar con duras penas de cárcel. Ahora bien: el otro día, una usuaria de mi taxi llegó a confesarme algo que llamó poderosamente mi atención (y en cierto modo inspiró este post). La mujer me aseguró haber recibido malos tratos por parte de sus últimas CINCO parejas, lo cual achacó a su ‘mala suerte en el amor’. Ojalá se pudran en la cárcel esos cinco, qué duda cabe. Por otra parte desconozco cuál es el porcentaje de maltratadores por cada hombre bueno. Un porcentaje residual, supongo. Así que puedo estar equivocado y en realidad sea eso, mala suerte, pero pensé que tal vez, a priori, la mujer en cuestión se viera atraída por cierto perfil de hombres. Jamás diré que mereciera semejante infierno, pero…