Por Luis Mª de la Maza – Socio protector de la Fundación Renovables
Fuego en un río de Chinchilla, en Australia, por la contaminación con gas del agua debido al ‘fracking’.
El fracking está de moda, qué le vamos a hacer. Como en casi todo lo que circula por este mundo de la energía, con muy poca información para el común de los mortales, debidamente dosificada y orientada y con los políticos dándoles el peor sesgo que se le pueda dar a un tema técnicamente complicado pero económica y empresarialmente «muy interesante».
Y es que seguimos enganchados a la idea de que no podemos vivir sin petróleo y de que hay que sacarlo de donde sea, de debajo de las piedras (nunca mejor dicho) si hace falta. Sigue importando poco si cuesta un potosí o si continuamos deteriorando el medioambiente; lo que importa es que podamos mantener nuestro estilo de vida derrochador e irracional y, claro, que los oligopolios energéticos sigan con su brutal negocio, le pese a quien le pese.
Para los que todavía no lo sepáis, el fracking es una técnica de extracción de gas no convencional mediante fracturación del subsuelo en el que este se encuentra atrapado; se utiliza una técnica de perforación mixta, primero hasta 5.000 metros en vertical y después varios kilómetros en horizontal. Se inyecta agua con arena (98%) y una serie de aditivos químicos (2%) a gran presión, la roca se fractura y el gas se libera y asciende a la superficie a través del pozo. Hasta aquí todo relativamente inocente, aunque caro de narices, y teniendo en cuenta que ese 2% de aditivos químicos ya es en sí un enorme problema porque una parte de la mezcla inyectada vuelve a la superficie.
El fracking se está aplicando desde hace años en distintos países, sobre todo en Estados Unidos, y en ellos son evidentes las terribles consecuencias de esta técnica para el medioambiente: contaminación de aguas superficiales y subterráneas, contaminación del aire, afecciones a la salud humana, alteraciones del paisaje y el terreno, riesgo sísmico, etcétera. Como de costumbre, aparecen sesudos expertos en defensa de esta técnica que contradicen todo esto y vienen a decir que no es más que otra chaladura de unos hippies verdes que no tienen otra cosa que hacer más que frenar el progreso.
Os recomiendo encarecidamente que veáis, si podéis, la película ‘Gasland’, un documental norteamericano en el que se describen con pelos y señales el desarrollo del fracking y sus terribles efectos sobre la población y el entorno. Es enormemente ilustrativa y estoy seguro de que, después de verla, vuestra opinión sobre el tema cambiará radicalmente.
Y al final volvemos a lo mismo de siempre. Por mucho que se empeñen las grandes multinacionales del sector y sus acólitos, la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin. Hay alternativas limpias, autóctonas e inagotables para asegurar el suministro energético de todo el mundo, el desarrollado y el aún por desarrollarse, y sólo falta la voluntad política y el empuje definitivo y decidido de la sociedad, para ponerlo en práctica. No podemos mantener nuestro modo de vida de derroche energético sin freno: las generaciones futuras nos lo exigen y ya es hora de que todos a una nos pongamos a ello.
¿Aún quieres el fracking? Yo, y muchos como yo, no. Súmate a nuestra causa.
Siguen envenenando a la pacha mama para sacarle el dinero. le están robando a la pacha mama ante la mirada pasiva de los poderes traidores y vendidos.
17 mayo 2016 | 14:51
Habrá «sesudos expertos» interesados, pero es que la posición «fracking malo» es de «hippy verde». Como cualquier forma de extraer recursos tiene sus pros y sus contras. El «no» predeterminado es simplemente miedo e ignorancia. Y el dar como explicación un documental teatralizado es como poner un vídeo de propaganda de fracking pero al revés. Si alguien tiene interés que busque por youtube «el traje verde de la energía» que es una charla de una hora donde se desmitifican las bondades de las renovables pero también las de las no renovables. Vamos, un sitio donde intentan hablar desde la lógica y no desde la pasión o la pasta
17 mayo 2016 | 18:01
Si esta de moda, y nos lo vamos a comer enterito… como en Spañistan prefieren poner un impuesto a las energias renovables en vez de fomentarlas, no valla a ser que estos palurdos les de por «reciclar», que me han dicho que hay mucho verde, y les fastidie a los exministros su plan de pensiones como asesor de alguna que otra compañia energetica…
Esto es lo que hay…
17 mayo 2016 | 19:52
Artículo de opinión con tan solo una opinión. Esto es como un foro, sin mayor rigor que las sensaciones y los sentimientos. Ayer mismo en la radio una señora, con voz seria y respetable, criticaba que todo lo que se reciclaba se mezclaba en el punto limpio, por falta de recursos.
Otero no estaba de acuerdo en que se vertiesen informaciones tan gratuitas, así que la señora fue a buscar información «al internet». Leyo el estracto de un artículo de una revista digital, por lo que su opinión alcanzó cotas de sentencia salomónica. Luego se desmoronó rápidamente cuando Otero busco la fuente original, y para colmo llamó el dueño de una empresa de reciclaje con nombre y apellidos, y explicó las bondades al mismo tiempo que invitaba a visitar el punto.
La conclusión es que cuando nos aferramos tanto al derecho de dar nuestra opinión, deberíamos de aceptar también que esta opinión es una ignominia si no se acepta también el deber de estar bien informado.
18 mayo 2016 | 09:09
Para entender que es el fracking,
es recomendable ver el documental Gasland:
https://vimeo.com/75524062
18 mayo 2016 | 22:26
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Gracias,
El Sr. Eddie Brown
21 mayo 2016 | 00:42