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En numerosas ocasiones hemos publicado información y evidencia científica actualizada en relación a la lactancia materna, tema de gran interés para la mayoría de las madres y padres que se estrenan como primerizos o bien que deciden ampliar su información durante la lactancia de sus bebés.
En esta ocasión y para revisar los puntos más importantes sobre la lactancia materna traemos un post muy sencillo y ameno de leer sobre falsos mitos en la lactancia materna, que a buen seguro os resolverán muchas de las preguntas que a menudo os hacéis mientras practicáis este método de alimentación con vuestros hijos.
1. Hasta la subida de la leche el bebé necesita refuerzos con leche de fórmula porque en caso contrario come muy poca cantidad
Desde las últimas semanas de embarazo y durante los primeros días de la lactancia el mecanismo de producción de leche ya se ha puesto a funcionar. A esta primera leche que se denomina “calostro” y va a ser fundamental en estos primeros días por su alto contenido en proteínas, incluidas las inmunoglobulinas, fundamentales para la protección del bebé frente a infecciones en este periodo tan vulnerable de la vida. Aunque el volumen inicial de calostro es pequeño, es suficiente para el estómago de pequeño tamaño de un bebé de pocos días de vida, por lo que solo serán necesarias tomas frecuentes y de buena calidad (buen enganche, tomas sin dolor para la madre junto a micciones y deposiciones presentes y frecuentes).
A los 3 o 4 días tras el parto, aunque a veces es algo más tardío, la caída de la progesterona que se produce con la finalización del embarazo, permite a la prolactina -hormona más importante durante la lactancia- producir cantidades cada vez mayores de leche, de tal forma que permitan un crecimiento óptimo para el recién nacido en los siguientes meses.
2. Con 10 minutos por pecho es suficiente para que el bebé se quede satisfecho
Uno de los requisitos fundamentales para el buen funcionamiento de la lactancia materna es ofrecer el pecho según la demanda de alimentación del bebé. Gracias a ello, la madre produce la cantidad de leche exacta y en condiciones óptimas que aseguran una adecuada nutrición de su hijo. El mecanismo no puede ser más perfecto y exacto por lo que hay que respetarlo.
Un recién nacido de pocos días de vida es difícil que en cuestión de 20 minutos haya finalizado su toma de alimentación, ya que al principio son pequeños, se cansan, se duermen y precisan de un tiempo de optimización de la técnica de lactancia (recordad que aunque en la lactancia hay mucho de instinto, también hay una parte importante de aprendizaje, tanto por parte del niño como de la madre). Además lo normal es que no coman por igual ambos pechos, sino que coman mucho de uno y poco de otro, o solamente de un pecho, y esto también es importante respetarlo para que todo vaya bien, ya que para una adecuada producción de leche es crucial un buen vaciado del pecho.
Por tanto, algunos bebés sí serán capaces de comer en esos 20 minutos, pero la realidad es que la mayoría necesitarán más tiempo. Así que no os fijéis en el reloj y respetad la demanda real del bebé, ya que de otra forma es probable que no coma lo suficiente, ya que estaríamos limitando la demanda real del niño.
3. El dolor durante la lactancia es normal, es cuestión de aguantar a que mejore
La verdad es que el hecho de que aparezca dolor mientras la madre da de mamar a su bebé es signo de que algo no va bien. En la mayoría de las ocasiones será por un inadecuado enganche, aunque en otras la causa puede ser una anquiloglosia o una mastitis. De esta forma, la aparición de dolor, y sobre todo cuando se acompaña de otros signos como que el bebé no gane peso, no haga suficiente pis o llore frecuentemente, es indicativo de que algo pasa con la lactancia y se debe solicitar ayuda a un profesional experto en lactancia para que valore el caso y busque una solución.
El dolor a la hora de dar de mamar es uno de los motivos más frecuentes de abandono precoz de la lactancia, así que es crucial apoyar a estas madres y reconocer el problema para poder aportar soluciones de forma precoz.
4. Si la leche es muy clarita o parece aguada significa que la leche engorda menos
La leche que produce una mamá tiene una distribución de nutrientes -hidratos de carbono, proteínas y grasas- a lo largo de la toma muy distinta a la de vaca, ya que esta es un líquido homogéneo cuando nos lo tomamos de un brik. Esto es así porque la concentración de estos nutrientes a lo largo de la toma es cambiante, siendo mayor la proporción de grasa al final de la toma, lo que condiciona que el aspecto y la tonalidad de la leche materna pueda parecer aguada al inicio de la toma. Pero como hemos dicho con anterioridad, el bebé debe mamar durante el tiempo que quiera para poder vaciar bien el pecho, lo que garantiza que toma todos los nutrientes que necesita en cada toma.
Por todo ello, comparar el color de la leche materna con la leche de vaca no tiene mucho sentido.
5. Si el bebé continua haciendo tomas de lactancia materna por la noche es porque se queda con hambre durante el día
Como ya nos habéis leído y escuchado en numerosas ocasiones el sueño de los niños, al igual que ocurre con el resto de los aspectos del neurodesarrollo, madura durante los primeros años de vida. De esta forma, los despertares nocturnos no van a depender solo de lo que come el niño, sino también de la maduración del sueño.
En los primeros 6 meses, coincidiendo con el periodo en el que los niños son exclusivamente lactantes, las tomas nocturnas son igual de importantes que las del día y se deben favorecer y nunca limitar. Que un niño coma más o menos por la noche va a depender de él mismo y de nada más, aunque es habitual que a partir de los 2-3 meses, coincidiendo con el inicio de la maduración del sueño, hagan un periodo de sueño nocturno más largo (4-5 horas) y espacien algo las tomas, aunque esto no siempre ocurre.
El hecho de iniciar antes de los 6 meses la alimentación complementaria o aumentar la ingesta calórica antes de dormir, como por ejemplo ofreciendo cereales, no va a tener ningún efecto en los despertares nocturnos.
6. Todos los bebés que realizan lactancia materna acaban tomando biberones de formula en algún momento
Dependiendo de las necesidades y preferencias de cada familia, esta afirmación puede no ajustarse a todas las realidades. Muchas madres abandonan la lactancia materna al acabar la baja de maternidad al no poder compatibilizarla con la vuelta al trabajo. En este caso, estos niños deberán tomar fórmulas para lactantes, ya que estas se adaptan a la madurez y desarrollo del aparato digestivo de los niños menores de 12 meses.
Por el contrario, aquellos niños que alcanzan los 12 meses con lactancia materna no precisan tomar otro tipo de leche distinta por haber llegado al año de edad. Cumplidos esos 12 meses, en el caso de que se abandone la lactancia materna, estos niños podrán tomar directamente leche de vaca no maternizada (la leche normal que tomamos los adultos), ya que partir de esa edad son capaces de digerirla sin problemas. Además, seguramente ya serán capaces de beber en vaso, sin tener que pasar necesariamente por el biberón.
7. Mientras se mantenga la lactancia materna a demanda no es posible quedarse embarazada
Aunque durante los primeros meses después del parto, cuando hay un lactancia a demanda y con tomas frecuentes, las probabilidades de una nueva gestación son menores, utilizar la lactancia materna como método anticonceptivo no es 100% infalible a nos ser que se cumplan una serie de premisas que a buen seguro os interesa conocer para evitar sorpresas.
Como en tantos otros temas sobre niños y crianza, en la lactancia materna hay muchos falsos mitos extendidos. Y aunque seguro que nos hemos dejado unos cuantos en el tintero, esperamos que este post haya dejado claro que todas estas frases sobre la lactancia materna no son verdaderas. Así que ya sabéis, si alguna vez os encontráis con alguien que os dice o rebate alguno de estos temas aquí siempre podréis venir a buscar la sencilla explicación de por qué es un mito y no una realidad.

Fuente: Dos Pediatras en Casa G.O
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Como madre de 2 niños de 4 y 6 años os leo con atención y me parece fiable vuestra opinión. De todos modos hoy creo que debo comentaros que la información que habéis puesto aquí no es correcta. Mis 2 hijos han hecho lactancia materna exclusiva y hasta más allá de los 13 meses no supieron lo que era leche que no fuese materna, ni siquiera en papillas de cereal. Fue un esfuerzo importante y tuvo sus aspectos positivos y negativos, no es tan “bonita” como se dice.
De todos modos, sobre el mito 1 cuidado porque no todo el mundo tiene calostro. Tras más de 100h sin una gota de leche (y tras un parto natural y a término) al bebé le dio un bajón de azúcar debido a la estigmatización que tenemos sobre la leche de fórmula (por Dios cómo le voy a dae leche de fórmula) y tocó ingresarla. Es lo que menos te esperas con un segundo bebé, que crees que tienes la glándula mamaria desarrollada reciente, que todo el mundo dice que “ya te subirá” “al bebé le sale calostro” NO y fue peligroso para mi hija. Hay que promocionar la lactancia materna pero no hay que descartar las otras opciones ni que estigmatizar a las madres que opten por otra cosa. Tuve una lactancia materna larga y correctísima.. una vez tuve leche. Hay veces que se necesita ayuda y no pasa nada. Mejor eso que no un problema grave ni un reingreso y poder tener consecuencias muy graves.
10 enero 2022 | 2:10 pm