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¿Cómo puedo aliviar la salida de los dientes de mi bebé?

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La salida de los primeros dientes de leche suele provocar que muchos padres y madres duden sobre si realmente dan fiebre o si se les puede irrita el culete. Lo que es habitual durante ese proceso es que estén molestos o incomodos, o al menos, eso es lo que nos parece a nosotros, ya que durante esos días suelen estar más irritables de lo normal.

Como es lógico, los que hemos pasado por esta situación queremos ofrecer a nuestros hijos el mayor alivio posible, por lo que no es raro preguntarse qué podemos hacer para que se encuentren más cómodos durante esos días en los que aparecen los primeros dientes.

En este post repasamos qué es lo que realmente funciona y que otras cosas están desaconsejadas para aliviar el malestar asociado a la salida de los dientes.

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Consejos para una higiene dental adecuada

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La higiene dental es un de los aspectos de promoción de la salud más importes durante la infancia, ya que una boca sana es sinónimo de una vida sana. Por desgracia, a día de hoy, todavía muchos padres y madres tienen dudas sobre cuándo empezar con el cepillado y cuántas veces al día deben hacerlo, qué pasta dentífrica utilizar y en qué cantidad o cuánto tiempo debe durar el cepillado.

Todas estas dudas surgen porque hasta no hace tanto tiempo no se prestaba mucho atención a la higiene dental, sobre todo en niños pequeños con dientes de leche que antes o después se acaban cayendo. Sin embargo, actualmente sabemos que la higiene dental debe comenzar tan pronto desde que aparece el primer diente, por lo que no está de más volver a repasar cómo debe ser la higiene dental durante la infancia.

La higiene dental previene la formación de la caries, una enfermedad de los dientes que de no prevenirse (o no tratarse a tiempo) puede desembocar en la destrucción del diente con todo lo que esto implica. Así que si estás leyendo este post, ya no tienes excusa para no hacer las cosas bien y que tus hijos luzcan una sonrisa blanca y reluciente.

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¿Por qué mi hijo tiene manchas blancas en los dientes?

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Para muchos padres, los dientes de sus hijos son una fuente inagotable de preguntas: cuándo saldrán los primeros dientes de leche, cuándo se caerán, desde cuándo hay que limpiarlos, cuándo se debe ir al dentista o si realmente producen fiebre cuando salen…

Y entre todas esas preguntas, muchos se cuestionan cuál puede ser la causa por la que sin motivo aparente haya aparecido una mancha blanquecina en uno de los dientes de sus hijos.

En el post de hoy repasamos cómo se produce la mineralización de los dientes y por qué se puede producir un defecto en este proceso.

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¿Cuándo debería retirar el chupete a mi hijo?

Chupete

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El uso del chupete en la etapa infantil tiene innegables beneficios, como que previene de la muerte súbita del lactante o que ayuda a quien lo usa a autocalmarse, pero también es cierto que su uso, sobre todo prolongado, puede alterar el desarrollo normal de la boca, tanto de la mandíbula como de los dientes.

Teniendo esto en cuenta, y sabiendo que no es obligatorio que un niño utilice el chupete, cabría preguntarse cuándo debemos retirar este objeto que tanto les gusta a nuestros hijos para que las posibles deformidades se puedan corregir de forma sencilla, incluso sin tener que recurrir a carísimos tratamientos.

En este post os explicamos cuáles son las consecuencias del uso prolongado del chupete y a qué edad deberíais plantearos retirarlo. Por último, os dejamos algunos consejos para que cuando llegue ese momento, tanto vosotros como vuestros hijos, lo sobrellevéis de la mejor manera posible.

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Higiene dental en niños

Está claro que los pediatras debemos estar haciendo algo mal si cuando preguntamos a los padres cómo limpian los dientes a sus hijos pequeños nos responden cosas tan variadas como que no usan pasta, que frotan los dientes con una gasa, que lo hacen solo una vez al día o que la vecina del quinto les ha comentado que como son de leche y se van a caer, pues que no hace falta cepillarlos…

En el mundo en el que vivimos una boca sana es sinónimo de salud, por lo que la higiene dental en los niños es muy importante desde la salida del primer diente. En este post encontraras todas las claves sobre las caries, cuándo empezar con el cepillado y qué pasta utilizar.

Si estás buscando información sobre la salida y la caída de los dientes puedes visitar este otro post que tenemos publicado.

La caries, la enemiga de los dientes

La caries dental es una disbiosis, es decir un crecimiento excesivo de las bacterias que todos tenemos en la boca y que producen ácidos que dañan los dientes. Ese sobrecrecimeinto se produce por un desequilibrio entre los factores que nos protegen de la caries (como la higiene dental) y de los que la favorecen, como una dieta rica en azúcares.

La caries da lugar a la destrucción del tejido duro del diente lo que puede generar infecciones secundarias de los tejidos que rodean al diente (los flemones). Pero además, los dientes, tanto los de leche como los definitivos, son fundamentales en el desarrollo de un niño tanto para la acción de comer como de hablar. De ahí la importancia de su cuidado desde la más temprana infancia para que éstas no aparezcan.

La caries es una enfermedad muy frecuente. Estudios recientes cifran que en España hasta el 20% de los niños de entre 3 y 4 años la sufre, lo que pone de manifiesto la gravedad del problema.

¿Qué provoca la caries?

La caries está provocada por la unión de varios factores.

  • Los microorganismos: para que la caries se produzca es necesaria la presencia de bacterias adheridas al diente (principalmente el Streptoccocus mutans)Esta bacteria es capaz de trasformar los azúcares de la dieta en ácidos que destruyen el diente.
  • La alimentaciónpara que las bacterias produzcan esos ácidos deben metabolizar azúcares que haya en la boca. Por eso una dieta rica en azúcares predispone a la aparición de caries. Los más implicados en su aparición son la glucosa, la fructosa y la sacarosa. Pero lo que realmente influye en la aparición de la caries es la presencia continuada y frecuente de este tipo de azúcares en la boca, es decir depende de la frecuencia de la ingesta y no tanto de la cantidad.
  • La saliva: actúa como un factor protector frente a la caries, tanto por su acción mecánica (limpiando el diente) como por su acción netralizadora de los ácidos de las bacterias.
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Por tanto, para que se produzca la caries es necesario que en el diente haya bacterias que estén produciendo ácido por el metabolismo de azúcares y que la saliva no pueda neutralizarlos. Si el tiempo es suficiente dará lugar a la desmineralización del diente y su posterior destrucción.

¿Cómo puedo prevenirlas?

Si entendemos por qué aparece la caries, no debería resultar difícil saber como prevenirlas. Para ello debemos actuar sobre una serie de factores que protegerán al diente frente a la acción de las bacterias.

En primer lugar, un diente sano y fuerte siempre va a ser menos susceptible a una carie que un diente con una pobre mineralización. Una alimentación adecuada garantiza unos dientes sanos y fuertes, por lo que es fundamental que tus hijos realicen una dieta equilibrada.

La lactancia materna (en comparación con la lactancia artificial) no se ha relacionado con la aparición de caries tras la erupción de los primeros dientes de leche. Este tipo de alimentación está recomendada por la Organización Mundial de la Salud de forma exclusiva hasta los 6 meses y de forma complementaria hasta los 2 años o más (siempre que el bebé y la madre quieran). Sin embargo, la leche (tanto la materna como la artificial) contiene azúcares, por lo que si sigues dando el pecho a tu hijo y éste ya tiene dientes debes extremar las medidas de higiene dental que veremos más adelante exactamente igual que si tomara biberón.

Respecto a la alimentación de niños mayores, hay que evitar el consumo frecuente de dulces o productos con alto contenido en azúcar. Como ya hemos explicado, la presencia de azúcar de forma continua en la boca es uno de los factores más importantes para que se forme la caries.

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¿Y desde cuándo hay que lavarse los dientes?

El punto más fundamental para prevenir la caries dental es la higiene bucal. Está demostrado que el cepillado dental con pasta fluorada es capaz de mantener a ralla a las bacterias de la boca y con ello prevenir la caries dental.

La higiene bucal debe comenzar desde la erupción del primer diente de leche. Parece lógico, ¿no? Si hay dientes puede haber caries, por lo que no debemos esperar a que el niño sea más mayor para empezar a cepillárselos. El cepillado se hará al menos dos veces al día, una de ellas siempre después de la última toma de leche o comida de la noche. Y hasta que el niño tenga la capacidad de hacerlo por el solo (normalmente no antes de los ocho años), son los padres los que deben cepillar los dientes de sus hijos de forma directa por debajo de los 4 años y a partir de ahí, a medida que vayan ganado en autonomía, supervisando siempre que la duración del cepillado o la cantidad de pasta es suficiente. Si fuera necesario les daríamos un repaso para asegurar que el cepillado ha sido correcto. Independientemente de la edad que tenga el niño es que se usen cepillos de cerdas suaves, más grandes o más pequeños dependiendo del tamaño de sus dientes.

img_8720Por otro lado, es muy recomendable que los padres os lavéis los dientes en presencia de vuestros hijos. Los niños aprenden por imitación y si os ven con un cepillo en la mano seguro que pronto adquirirán el hábito del cepillado. Siempre podéis decirles que es un juego en el que interviene toda la familia y hasta os podéis inventar una canción o una rutina para que este momento les resulte divertido.

¿Qué pasta tengo que elegir?

Hasta hora hemos visto que para mantener la caries a raya hay que lavar los dientes de los niños al menos dos veces al día desde la salida del primer diente, además de mantener una dieta equilibrada. La parte en la que quizá hay más desinformación es en si los niños deben usar pasta dental y qué cantidad de flúor debe contener.

Antiguamente se decía que los niños más pequeños no necesitaban pasta dental fluorada. Sin embargo, los estudios más recientes han demostrado que esto no previene de la caries y que por tanto debe utilizarse pasta desde el mismo momento en que sale el primer diente.

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Para elegir la pasta dental para vuestros hijos, lo primero que tenéis que hacer es no fijaros en la edad que pone en el tubo de pasta. Por desgracia, los tramos de edad que figuran en ellos no se ajustan a las recomendaciones actuales de las sociedad científicas sobre qué cantidad de flúor debe usarse. Por ello, lo que tenéis que hacer es fijaros en qué cantidad de flúor contiene el dentífrico en su composición, es decir, las «partes por millón» (p.p.m) de flúor con la que se ha formulado.

Teniendo esto en cuenta, elegir la pasta para vuestros hijos es muy sencillo:

  • Hasta los 5 años los niños deben usar pasta dentífrica con 1.000 p.p.m de flúor.
  • A partir de los 5 años deben usar pasta con 1.450 p.p.m de flúor (como los adultos).

Y una vez que tenéis el bote de pasta en casa, dependiendo de la edad de vuestro hijo también hay que decidir qué cantidad de dentífrico ponéis en el cepillo:

  • Si el niño tiene menos de 3 años usar una cantidad equivalente a un grano de arroz.
  • A partir de los 3 años usad una cantidad similar al tamaño e un guisante.

Seguramente muchos tenéis miedo de usar pasta de dientes con flúor por una enfermedad casi desaparecida que se llama fluorosis derivada del consumo excesivo de flúor en la dieta (o e cualquier otra fuente), que como consecuencia provoca la tinción del esmalte dental. A día de hoy sabemos que para que se produzca por «consumo» de pasta de dientes, un niño debería tragarse la pasta equivalente a 13 cepillados al día durante muchas semanas, por lo que es casi imposible que se produzca.

¿Hay que enjuagarse después del cepillado?

Todos tenemos en mente la imagen de alguien cepillándose los dientes que cuando acaba coge un vaso de agua y se enjuaga el exceso de pasta que le puede haber quedado en la boca. Sin embargo, las recomendaciones actuales sobre higiene dental no lo contemplan.

Esto se debe a que si nos enjuagamos después de cepillarnos, estaríamos impidiendo que el flúor realice todo el efecto que puede ejercer para prevenir la caries. Así que lo que hay que hacer es escupir el exceso de pasta, pero no enjuagarnos.

Esto trasladado a los niños tiene un pequeño problema, los bebés y los más pequeños de la casa no saben escupir, pero tampoco enjugarse. Así que no os volváis locos, les cepilláis los dientes y a correr, y cuando sean lo suficientemente mayores para escupir, pues que lo hagan. Si os preocupa que el bebé se trague la pasta, recordad que, como hemos dicho hace unos párrafos, la cantidad que se usa en ellos es muy pequeña y, además, se necesitaría que se tragaran mucha más cantidad de la que usamos para lavarles los dientes cada día como para que tenga efectos secundarios.

¿Y a partir de cuándo deben los niños ir al odontopediatra?

En este país somos de los que cuando tenemos un problema buscamos una solución y en cuanto al cuidado de los dientes nos pasa tres cuartos de lo mismo. No es raro que cuando un niño (o un adulto) acuda al dentista es porque ya tiene una caries o a un dolor de muelas.

Por fortuna, los hábitos en cuanto a higiene dental están cambiando y cada día es más frecuente que las personas acudan a revisión para comprobar que todo está bien y recibir los consejos de un profesional sanitario sobre higiene dental. Y esto no debería ser ajeno a los niños. Si los niños tienen dientes, aunque sean de leche, ¿por qué no van a acudir al odontólogo desde que son pequeños para que les evalúe?

Esta imagen de arriba es de la Academia Americana de Odontología Pediátrica y resume a la perfección cuándo debería acudir un niño al odontopediatra por primera vez, esto es, a partir de que tengan dientes. Un buen momento es coincidiendo con el primer cumpleaños, ya que la mayoría de los bebés ya tienen varios dientes asomando por las encías.

El objetivo de esta visita tan temprana es por un lado detectar problemas ya existentes, pero sobre todo instruir a los padres sobre el cuidado de los dientes de sus hijos con el objetivos de que no tengan caries.

Llegados a este punto también tenéis que saber que todos los dentistas u odontólogos no están formados para atender a niños. Este papel debería quedar reservado a los odontopediatras, es decir aquellos que han recibido la formación especializada en el cuidado dental infantil.

En resumen…

La caries dental es una enfermedad que destruye los dientes y que se produce por una suma de factores (bacterias, azúcares, saliva, tiempo, escasa higiene…). Para prevenirlas es fundamental actuar evitando el consumo frecuente de alimentos ricos en azúcares y realizando una higiene dental adecuada (cepillado desde el primer diente de leche con pasta dentífrica con flúor).

Este vídeo de aquí abajo fue un directo de Instagram que grabamos junto a la odontopediátra Yaiza Cuba (su perfil es @dra_cuentadientes) en el que hablamos largo y tendido sobre la higiene dental. Si tenéis un rato, no os lo perdáis porque merece mucho la pena.

Otros recursos que os pueden interesar

En la red hay muchos perfiles de expertos que hablan sobre salud dental en la infancia que son un must y que deberíais seguir si os interesa el tema. Nuestro preferidos, asumiendo el riesgo de que nos dejemos a muchos buenos en el tintero, son:

Además siempre puedes echar un vistazo a la sección para padres de la web de la Sociedad Española de Odontopediatría y de la Sociedad Española de Odontología Infantil Integrada.

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Los dientes no dan fiebre

No sabemos por qué, pero la gran mayoría de madres y padres piensan que la salida de los dientes de leche provoca fiebre. Quizá sea por la sabiduría popular o por todos esos consejos que heredamos de las abuelas, pero el «mi hijo tiene fiebre porque le están saliendo los dietes» lo escuchamos todos los días en la consultan. Sin embargo, esta asociación no la estudiamos en la carrera de medicina y, menos aún, nuestros maestros nos enseñaron que al avaluar a un niño pequeño con fiebre en Urgencias los dientes podían ser la causa de tal proceso.

Entonces, ¿quién tiene razón: los padres o los pediatras? ¿Realmente los dientes provocan fiebre o no es más que un mito arraigado en la cultura popular desde hace décadas? ¿Quizá es que los dientes son la excusa perfecta para que los padres no se preocupen en exceso por las fiebres de sus hijos cuando llegan los primeros catarros e infecciones? En este post destripamos la polémica….

¿Cuándo salen los dientes?

Los dientes de leche empiezan a salir en torno a los seis meses de edad, aunque en ocasiones esto se puede retrasar durante unos cuantos meses. De hecho, no es raro que muchos niños soplen las velas de su primer cumpleaños sin que sus sonrosadas encías muestren signo alguno de que vaya a salir un diente. Tenemos un post entero sobre cuándo salen los dientes y en qué orden que quizá quieras consultar.

Lo habitual es que hacia los tres años la dentición de leche haya salido por completo: un total de 20 dientes entre incisivos, caninos y molares. Por tanto, cada niño tendría 20 oportunidades para que con la salida de cada diente tuviera fiebre. Sin embargo, cuando consultas estudios científicos sobre este tema, esa supuesta asociación entre fiebre y dientes es habitual entre los 6 y 18 meses de edad, mientras que en los niños de mayor edad no se produce.

Por tanto, ¿por qué a los niños mayores no les produce fiebre? O mejor, ¿por qué nadie habla de la fiebre cuando salen los dientes definitivos? La verdad es que a mi me gusta ser crítico con este tipo de cosas y estas preguntas solo me llevan a pensar que lo de la fiebre y los más pequeños de la casa no tiene mucha razón de ser.

¿Qué pasa cuando sale un diente?

En más de una ocasión nos han preguntado por redes sociales que si los dientes al salir producen dolor. Y si somos justos tendríamos que decir que no lo sabemos. Para conocer si realmente producen dolor habría que preguntar a quien lo esta «sufiriendo» y como os podéis imaginar un niño que no alcanza ni los doce meses de edad poco o nada nos va contestar.

Sin embargo, muchos padres y madres cuentan que cuando a un niño le va a salir un diente le encuentran más irritable de lo habitual, babea mucho e incluso quiere morder cosas duras buscando consuelo de alguna forma. Es cierto que durante esos días las encías se ponen rojas, como inflamadas, y esa es la excusa que se ha utilizado para justificar lo de la fiebre y la salida de los dientes.

Todos sabemos que cuando un niño padece un proceso inflamatorio, como unas anginas, este suele ir asociado a fiebre. Y es que la fiebre es una manifestación habitual que se produce en diversos procesos inflamatorios, sobre todo los de origen infeccioso. De hecho, el sufijo -itis, tan frecuente en medicina, hace referencia a «inflamación». De este modo otitis significa inflamación del oido, conjuntivitis inflamación de la conjuntiva o meningitis inflamación de las meninges… Como bien sabréis, todos estos procesos suelen ir acompañados de fiebre.

Sin embargo, hay otros procesos inflamatorios que no producen fiebre, como la reacción local que se produce después de que un niño se dé un golpe en la cabeza y le sale un chichón o que se rompa un brazo al caerse de la bici, tras una picadura de mosquito o, incluso, cuando se infecta una herida.

¿Y qué pasa entonces con los dientes? Es cierto que la salida de los dientes de leche produce cierta inflamación en las encías, pero hasta el momento no se ha logrado demostrar que esta sea lo suficientemente importante para justificar que pueda dar fiebre al crío.

«Pero es que a mi hijo cada vez que le sale un diente le da fiebre…»

Los pediatras definimos fiebre como la elevación de la temperatura corporal por encima de 38ºC. Entre los 37 y 37,9ºC nos referimos a ella como febrícula. Cuando buceas en los estudios que han intentado analizar la asociación entre la salida de los dientes y la fiebre, la mayoría concluye que «un pequeño porcentaje de padres» (menos del 30% en la mayoría de ellos) encuentra que a sus hijos les aparecen unas décimas, es decir, nunca por encima de 38ºC. Sin embargo, estos estudios se realizan a partir de encuestas en las que se pregunta a los padres lo que ellos notan mientras a sus hijos les salen los dientes sin que realmente se busque causalidad, es decir, que sin que esa elevación de la temperatura corporal está realmente provocada por la salida de los dientes y por tanto, podría tratarse de una asociación casual, es decir arbitraria.

A lo que si que estamos muy acostumbrados los pediatras es a niños que en su primer año escolar, cuando empiezan a juntarse con otros niños en la escuela infantil o en le colegio, se pillan una media de 10-12 procesos febriles banales como virus varios, gastroenteritis o catarros. Esta época del inicio de la etapa escolar de un niño coincide con la salida de los primeros dientes de leche por lo que, desde el punto de vista científico (de la causalidad), tendría mucho más sentido achacar la fiebre a los virus que a los dientes.

Lo que nos preocupa a los pediatras

Como pediatra tengo claro una cosa. Puede ser, porque no lo tengo seguro del todo, que los dientes den unas decimillas. Lo que es altamente improbable es que por la salida de los dientes un niño tenga más de 38ºC durante varios días. Por eso los pediatras solemos decir que «los dientes no provocan fiebre», fiebre como la entendemos habitualmente, es decir un proceso de varios días de duración en el que el niño está más o menos afectado y la fiebre sube y baja sin parar.

Lo que nos preocupa a los pediatras cuando un niño tiene fiebre es que pueda estar padeciendo una infección grave (una neumonía, una infección de orina, una meningitis…). Infecciones en las que si no se pone un tratamiento a tiempo pueden tener graves consecuencias. En general, con una simple exploración física somos capaces de discernir si ese niño con fiebre tiene una infección leve o, por el contrario, requiere de alguna prueba que la confirme o lo descarte.

Como veis, nuestra labor al evaluar a un niño con fiebre se centra en establecer si al niño le pasa algo por lo que puede esperar o quizá es algo más grave. Y en esa lista imaginaria de posibles causas de la fiebre no suele figurar la salida de los dientes o, como mucho, está al final de la lista y siempre tras haber descartado el resto de posibles causas.

Como suelo decir a los padres y madres que atiendo cuando uno de sus hijos pequeños tiene fiebre, «vamos a descartar primero lo que es importante y si luego son los dientes, pues fenomenal». Así que ya sabéis, si vuestro hijo tiene fiebre y esta dura más de 24-48 horas, presenta mal estado general o parecen signos de alarma (manchas en la piel, dificultad para respirar, vómitos….) debéis acudir al pediatra antes de quedaros en casa pensando a que todo ello se debe a los dientes.

Y si alguna vez algún pediatra os ha dicho que la fiebre de vuestro hijo es por los dientes, estoy seguro de que ha sido para tranquilizaros. Es más fácil esta explicación -aunque no sea verdad- para muchas familias que deciros que realmente no sabe a qué se debe la fiebre, pero que seguro que en unos días se le pasará sin mayores consecuencias que un par de días reguleros.


En conclusión, los dientes no producen fiebre y mucho menos procesos febriles con temperaturas por encima de los 38ºC y días de duración. En cualquier caso, si preferís pensar que a vuestros hijos sí que les da fiebre cuando les salen los dientes me parece estupendo, pero no dejéis de consultar con vuestro pediatra si veis que el niño no mejora rápido o, por el contrario, la cosa empeora con el paso de los días.

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¡¡Mamá, mamá!! … ¿Cuándo salen los dientes?

La erupción de los dientes es siempre un motivo de preocupación en los padres, sobretodo cuando hablamos de los dientes de leche. En el post de hoy os resolvemos las dudas sobre la salida de los dientes. Dejaremos para más adelante otra publicación sobre la higiene bucal.

Una dentadura temporal y una definitiva

Las personas están dotadas de dos dentaduras. Una primera, conocida como «dientes de leche», la cuál es es sustituida a partir de los 6 años por una definitiva.

Los dientes de leche suelen empezar su erupción hacia los 6 meses de vida, aunque de media se retrasa hasta los 8 meses. Durante los siguientes 22 meses continúa la salida de estos dientes hasta completar 20 piezas dentarias. La dentadura definitiva aparece con la caída de los dientes de leche y de forma progresiva, en general a partir de los 6 años, hasta completar 32 dientes definitivos.

Incisivos, caninos, premolares y molares

La dentadura del ser humano esta formada por cuatro tipos diferentes de piezas dentarías. Cada una de ellas está destinada a realizar una función diferente:

  • Incisivos: están localizados en la parte central de la dentadura y su función es cortar la comida al masticarla. Tenemos cuatro superiores y cuatro tanto de leche como definitivos.
  • Caninos: a continuación de los incisivos y conocidos vulgarmente como colmillos. Su función es desgarrar la comida. Tenemos cuatro en total en cada dentadura.
  • Premolares: sirven para un primera fase masticatoria en la que se tritura la comida.  En total son ocho (cuatro arriba y cuatro abajo) y solo están la dentadura definitiva.
  • Molares: son las piezas dentarías que trituran la comida. Los molares de leche son ocho, mientras que en la dentadura definitiva hay doce molares.

¿Cuándo salen los dientes?

Lo primero que tienes que saber es que la erupción de la dentadura es muy variable, hay niños en los que los primeros dientes les aparecen a los 5-6 meses y otros en los que se retrasa más allá del año. Es por ellos que tu pediatra debe evaluar la boca de tu hijo en todas las revisiones en busca de alteraciones o retrasos que puedan representar una patología. Pero tranquila, en la mayoría de los niños que se retrasan en la salida o caída de los dientes se debe a un carácter familiar. También tienes que saber que los niños son algo más tardíos que las niñas. En la siguientes tablas te enseñamos los momentos más frecuentes de salida de los dientes de leche y definitivos.

¿Cuándo debo consultar con mi pediatra?

Como ya os hemos comentado, la salida y caída de los dientes es muy variable. El retraso en una u otra debe ser evaluado de forma cuidadosa para remitir al odontopediatra (dentista para niños) a aquellos que lo necesiten.

Es muy infrecuente la falta casi total de la dentición, por eso los pediatras solemos decir que «no hemos visto nunca niños sin dientes». Existen algunas síndromes congénitos extremadamente raros que cursan con la ausencia total de la dentición, pero en general estas enfermedades se descubren casi desde el nacimiento. Sin embargo, la ausencia de algún diente (sobretodo los incisivos laterales) es frecuente (hasta un 6% de personas) y suele asociarse a un origen genético (trasmitido por los padres), aunque no suponen ningún tipo de trastorno.

Un buen signo de evolución de la dentición es que hacia los 4 ó 5 años los dientes de leche se empiecen a separar como en la imagen de la cabecera del post. Esto se debe a que el hueso maxilar donde se implantan empieza a crecer para hacer hueco a los dientes definitivos (que normalmente son más grandes). En el caso de no observarse esta pequeña separación o incluso apiñamiento de los dientes de leche es muy probable que en un futuro se produzcan defectos de erupción en los dientes definitivos.

Además de problemas en la cronología de la salida de los dientes, éstos pueden erupcionar mal (torcidos, en lugares no adecuado) o no llegar a salir. En tal caso una visita al odontopediatra será necesaria para conocer las pautas a seguir.

Falsas creencias sobre la salida de los dientes

Y para terminar, queremos desmitificar la salida de los dientes. Está más que demostrada que la vieja creencia de que «los dientes cuando salen dan fiebre» no es verdad. Los dientes no dan fiebre cuando salen. Como habéis podido ver desde los 6 meses de vida hasta los 2-3 años el la boca del niño aparecerán 20 dientes. Lo más probable es que cuando salga uno de esos dientes coincida que están con un catarro y por eso presenten fiebre. Pero es una coincidencia, no una relación entre el diente y la fiebre.