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¡Hola!, soy tu diarrea

Diarrea

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Hace unos meses mis amigos los mocos publicaron en este mismo blog una entrada para explicar quiénes son y cómo debéis tratarlos. Tras hablar con ellos y pedir permiso a estos dos pediatras, me he animado a redactar este texto en el que os intentaré explicar a qué se debe que de vez en cuando vuestros hijos estén con las deposiciones sueltas y cómo debéis actuar cuando os visite. Os pido perdón por lo escatológico del tema, pero qué le vamos a hacer, no puedo negar la realidad de lo que soy. Así que si estáis comiendo en este momento, haced de tripas corazón y preparaos para un festival de cacas con mal aspecto y de peor olor.

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¿Son adecuadas las bebidas para deportistas en caso de diarrea?

Agua

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La gastroenteritis es una de las enfermedades más frecuentes en pediatría. Su causa es infecciosa, por lo que el contagio se produce entre personas cuando no existe una exquisita higiene de manos, ya que la vía de contagio es fecal-oral (creo que sobra explicarlo). Entre sus síntomas destacan la fiebre, los vómitos, el dolor abdominal y, sobre todo, la diarrea. De hecho, este último síntoma a veces aparece de forma aislada. La gastroenteritis no tiene un tratamiento específico, de tal forma que, mientras mejora el cuadro clínico, trataremos los síntomas para que quien la sufre se encuentre mejor. Sin duda alguna, lo más importante en estos casos es tratar la pérdida de líquido y sales minerales que acompañan a una diarrea para prevenir la deshidratación.

Para explicar esta situación me gusta emplear el siguiente símil. Si nos imaginamos un cubo de agua al que se le ha hecho un agujero en su base, éste perderá liquido y se vaciará. Si somos capaces de ir rellenando el cubo a la misma velocidad que pierde líquido, conseguiremos que no se vacíe. De la misma forma, si somos capaces que un niño tome líquidos a la misma velocidad que los pierde por las deposiciones, conseguiremos evitar que se deshidrate.

Hasta aquí se entiende todo bien, parece un juego simplón en el que el niño según tenga más o menos deposiciones habrá que darle más o menos de beber. Lo que pasa es que el cuerpo humano es un poco más complejo que un cubo de agua que se vacía, ya que no vale cualquier líquido para rellenarlo, sino que, en el contexto de una gastroenteritis en la que el intestino está afectado y sus mecanismos de absorción de líquido y sales minerales no son adecuados, debemos ofrecerle algún líquido especialmente diseñado para que la absorción de agua y sales minerales sea óptima, justo la que necesita.

Y es aquí donde las bebidas para deportistas no son adecuadas, ya que su composición dista mucho de lo que una persona con gastroenteritis necesita para compensar las pérdidas de líquido y sales minerales que acompañan a una diarrea.

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Gastroenteritis aguda: una infección habitual en verano

Aunque la gastroenteritis aguda es una infección que puede afectar a los niños a lo largo de todo el año, es más habitual en los meses de verano. Este hecho se junta con que los mocos de nuestros hijos nos dan una tregua y nos abandonan hasta que vuelvan a la guardería, lo que genera la falsa sensación de que,en esta época del año, de lo único que se contagian es de este tipo de infecciones.

Por ello no está de más recordar a qué nos enfrentamos y así os lleváis la lección aprendida para las vacaciones. En este post encontrarás información útil de cómo actuar si tu hijo presenta una diarrea.

¿Es lo mismo decir Gastroenteritis Aguda y Diarrea?

Cuando los pediatras diagnosticamos a un niño de gastroenteritis aguda, estamos haciendo referencia a las infecciones del tracto digestivo, de ahí su nombre: «gastroenter-«, que hace referencia al estómago y el intestino, e «-itis», que significa inflamación.

Como os podeis imaginar, cuando el intestino está inflamado se producen una serie de cambios que dan lugar a que el agua que bebemos se absorba peor y con ello aumente el número de deposiciones y pierdan consistencia, lo que comúnmente se conoce como diarrea.

Debido a esto, decir diarrea y gastroenteritis aguda en niños es hablar de lo mismo en la mayoría de los casos.

¿Cuáles son los síntomas?

Ademas de la mencionada diarrea, en una gastroenteritis aguda pueden aparecer otros síntomas como la fiebre y los vómitos. A estos síntomas se suman otros como el dolor abdominal y el malestar general.

Si tu hijo tiene «suerte» solo presentará diarrea, mientras que si le toca la mala tendrá todo el cuadro clínico completo.

¿Quién provoca las gastroenteritis?

Las gastroenteritis agudas están provocadas por virus y por bacterias. En la gran mayoría de los casos no podemos diferenciar quién la provoca ya que los síntomas que producen unos y otros son muy similares.

Sin embargo, a los pediatras, salvo casos muy concretos, no nos importa quién es el responsable de la diarrea, ya que, independientemente de que se trate de virus o bacterias, el tratamiento es el mismo.

Estos virus y bacterias tiene una transmisión que se denomina fecal-oral, es decir, el contagio se produce a través del contacto con las heces de un paciente enfermo o convaleciente y uno sano. Por eso, la higiene de manos es muy importante, así que no olvides lavártelas en caso de que tu hijo esté pasando una de ellas después de cambiarle el pañal.

La rehidratación oral, la base del tratamiento

Las gastroenteritis agudas, ya sean por virus o por bacterias, se curan solas. Lo que oyes, no hace falta tomar ningún tipo de medicamento para acabar con ellas. Por ello, lo que tenemos que hacer es un tratamiento sintomático mientras mejora el cuadro clínico.

Los pilares de este tratamiento son, por un lado, administrar un antitérmico/analgésico como el paracetamol para tratar la fiebre, el dolor y el malestar general. Y por otro, lo más importante, aportar líquidos para evitar la deshidratación.

Como dijimos al principio, la diarrea es uno de los síntomas principales de la gastroenteritis aguda. Con ella, se produce una pérdida de líquido y sales minerales que tendremos que reponer para que nuestro hijo no sufra una deshidratación. Pero que quede claro, no vale cualquier bebida que preparemos en casa. Lo mejor es recurrir a las soluciones de rehidratación oral (también llamado suero) de venta en farmacias, ya que éstas contienen la cantidad exacta de agua y sales que recomienda la Organización Mundial de la Salud para que sean asimiladas de forma correcta por el intestino enfermo.

Pero ojo, al igual que no es adecuado que vosotros preparéis en casa esas soluciones de rehidratación, las bebidas comerciales «para deportistas» tampoco valen ya que contienen una proporción diferente de agua y sales a lo que está recomendado.

Un símil que utilizamos con nuestros pacientes para que se hagan una idea de cuánto suero tienen que dar de beber a un niño con diarrea es el símil del cubo que pierde agua. Les decimos que su hijo es un cubo que tiene un agujero abajo por el que está perdiendo agua y que hay que irlo rellenando por arriba para que siga estando lleno. De esta forma, a mayor número deposiciones, más cantidad de líquido tendrán que tomar.

«Un niño con diarrea es como un cubo que pierde agua: hay que irlo reponiendo para que no se vacíe»

Sin embargo, cuando la diarrea se junta con vómitos hay que tener paciencia. Es preferible ofrecer el suero poco a poco, para que el estómago lo pueda asimilar y no vuelvan a vomitar. Tras un vómito es prudente esperar un rato (30-45 minutos) antes de volver a ofrecer algo al niño para que el estómago descanse. En caso de que a pesar de ir poco a poco tu hijo siga presentando vómitos o la velocidad a la que presenta deposiciones no permite que beba suero suficiente, debes acudir al hospital ya que es probable que ese cubo al que nos referimos se acabe vaciando.

¿Y la comida?, ¿qué hacemos con los sólidos?

Los sólidos también son una parte importante del tratamiento de las gastroenteritis. Aunque un niño puede mantenerse unos días con las soluciones de rehidratación, en cuanto presente una buena tolerancia y le apetezca, es adecuado reiniciar su alimentación habitual.

Lo único que debes evitar son comidas con mucha grasa o con mucho azúcar, ya que podrían hacer que la diarrea se perpetuara.

Como verás, no hemos dicho nada de la leche, ya que no es necesario retirarla de entrada en caso de una gastroenteritis. Y en caso de hacerlo, debe ser siempre el pediatra el que lo indique.

¿Y qué hago si mi hijo toma lactancia materna?

En el caso de que tu hijo tome el pecho de manera exclusiva o ya estés con la alimentación complementaria, no hay ninguna justificación para retirar el pecho. De hecho es una manera fantástica de mantener hidratado a tu hijo ya que con la leche le aportas agua, sales y nutrientes.

Si todo va bien, en unos días tu hijo estará como nuevo…

Lo habitual es que una gastroenteritis aguda se mantenga durante unos días (habitualmente menos de una semana). También es frecuente que mantengan alguna deposición blanda durante algún día más pero ya con un mejor estado general.

Si como hemos dicho, tu hijo es capaz de beber más líquidos de los que pierde (y por tanto el cubo no se vacía), en unos días estará como nuevo. Sin embargo, en caso de que que el aporte de líquidos no sea adecuado puede que se deshidrate. En estos casos, el estado general del niño empeora apareciendo decaimiento marcado, tendencia al sueño, llanto sin lágrimas, boca seca o haga menos pis. Si se produce alguno de estos síntomas debes acudir al hospital para que tu hijo sea evaluado.

Vigila los signos de alarma: empeoramiento del estado general, tendencia al sueño, llanto sin lágrimas, boca seca, menos diuresis…. En estos casos acude al hospital.

En el caso de que la diarrea perdure más allá de 5-7 días consulta con tu pediatra. Hay algunos casos poco habituales que se benefician de la recogida de un cultivo de heces y un tratamiento antibiótico dirigido.


Esperamos que hayas entendido que las gastroenteritis agudas son infecciones pasajeras y que con un buen tratamiento de mantenimiento es suficiente para que se solucionen. Si quieres saber más puedes consultar los siguientes enlaces:

  • Gastroenteritis aguda: mitos y leyendas (link).
  • ¿Es necesario el empleo de probióticos en caso de gastroenteritis aguda? (link).
  • Recomendaciones para padres de la Sociedad Española de Pediatría sobre la Gastroenteritis aguda (link).

Para terminar os dejamos con esta infografía sobre la gastroenteritis y los vómtios que pertenecen a nuestra colección de #Pediconsejos:

Si tu hijo tiene gastroenteritis.png

Si tu hijo tiene vómitos

¿Debería poner a mi hijo la vacuna del rotavirus?

Todos los años el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría emite un informe en el que se dan una serie de recomendaciones respecto a qué vacunas deberían recibir los niños. Con estas recomendaciones se elabora un calendario vacunal como pauta de vacunación en la infancia.

Una de las vacunas recomendadas es la del rotavirus. En el post de hoy te explicamos por qué deberías vacunar a tus hijos ya que por desgracia esta vacuna, pese a existir una recomendación, no se financia actualmente en España por el Sistema Nacional de Salud lo que implica que son los padres los que deben afrontar el gasto.

¿Qué provoca el rotavirus?

El rotavirus es un microorganismo que da lugar a una gastroenteritis (diarrea) sobre todo en los niños que acuden a la guardería. En general, todos los niños pasados los dos años están inmunizados porque han entrado en contacto con el virus de una forma u otra.

Su trasmisión, como en la mayoría de las infecciones que dan lugar a gastroenteritis, es facal-oral, es decir, a través del contacto con las heces de los niños que la padecen.

Sin embargo, la gastroenteritis por rotavirus no es una gastroenteritis cualquiera siendo la primera causa de ingreso por este motivo en nuestro entorno ya que suele dar lugar a deshidratación. En los paises desarrollados esto se solucionaría con un suero intravenoso, mientras que en los países en subdesarrollados puede llegar a causar la muerte del niño.

¿Por qué es recomendable la vacuna?

Teniendo en cuenta que el rotavirus da lugar a la gastroenteritis más grave que puede tener un niño se entiende que la vacunación para esta infección esté recomendada. En nuestro país la inmunización de estos niños evitará hospitalizaciones  lo que conllevaría también pérdidas de jornadas de trabajo de sus padres.

¿Cuáles son las vacunas que existen en España?

 Actualmente en nuestro país existen dos vacunas comercializadas que se llaman Rotateq® y Rotarix®. Ninguna de las dos está financiadas por el Sistema Nacional de Salud por lo que son los padres los que tienen que comprarla en una farmacia y conservarla en nevara hasta el día de su administración.

La vacuna Rotateq® consiste en 3 dosis mientras que Rotarix® son 2. El precio de la pauta completa de vacunación de ambas es similar.

¿Cuándo debo vacunar a mi hijo frente al rotavirus?

Los padres que decidan vacunar a sus hijos deben saber que la pauta de vacunación comienza después de la semana 6 pero no mas tarde de las 12 semanas de vida. Más tarde de estos 3 meses ya no se puede vacunar del rotavirus por lo que debe decidirse pronto.

Las dosis de deben espaciarse al menos un mes pero además la pauta de vacunación debe haberse terminado antes de la semana 24 en el caso del Rotarix® (antes de los 6 meses) y de la semana 32 en el del Rotateq® (antes de los 8 meses).

¿Como es la vacuna del Rotavirus?

A diferencia de las vacunas que habitualmente se ponen, esta vacuna no es pinchada sino que se da bebida (vía oral). Se recomienda que sea una enfermera o un médico entrenado el que la administre al niño ya que en el caso de que la vomitara sería como si no se hubiera administrado.

¿La vacuna es segura?, ¿tiene efectos secundarios?

Para que una vacuna este comercializada debe haber pasado una serie de controles sanitarios que garanticen la seguridad de éstas y las vacunas del rotavirus no son diferentes. Antes de su aprobación la vacuna del rotavirus se sometió a varios ensayos clínicos con miles de pacientes en los que se comprobó la seguridad de las mismas.

Sin embargo, pueden dar lugar a efectos secundarios leves como un diarrea leve, vómitos y fiebre. Ninguno de ellos de la suficiente entidad como para que no se recomiende su uso.

¿Existe alguna contraindicación?

Esta vacuna no debe ser administrada en caso de anafilaxia a alguno de sus componente. Tampoco en aquellos niños con antecedente de invaginación intestinal ni tampoco en niños con inmunodeficiencias graves.


Si queires saber más puedes visitar la página del Comité Asesor de Vacunas en este Link.

NOTA: Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna financiación ni ninguna gratificación por hacer este post. Si hemos decidido escribir sobre esta vacuna es porque estamos convencidos de que las vacunas mejoran la salud de los niños.

¿Son necesarios los probióticos para tratar una diarrea?

Cuando un niño tiene una gastroenteritis aguda (o lo que es lo mismo, una diarrea) los pediatras tenemos que decidir que tratamiento indicamos al paciente. Para poder responder a la pregunta no está de más hacer un repaso sobre esta patología y que evidencia hay sobre los diferentes tratamiento que están indicados mientras el crío mantenga deposiciones liquidas.

¿Qué es una gastroenteritis?

Esta enfermedad se caracteriza por pérdida de consistencia de las deposiciones habituales (ya sean blandas o líquidas) o aumento en frecuencia a más de tres al día. No es imprescindible para tener una gastroenteritis tener vómitos o fiebre. La causa principal son las infecciones, tanto por virus o por bacterias.

Lo habitual es que la gastroenteritis ceda en menos de una semana y no se prolongue más allá de 15 días. Se estima que los niños menores de 3 años presentan hasta dos episodios de gastroenteritis al año, lo que convierte a esta enfermedad en una vieja conocida de las consultas de pediatría. Nosotros ya publicamos una entrada en este blog sobre la gastroenteritis aguda en la sección Mitos y Leyendas, te recomendamos su lectura.

¿Cómo se trata una gastroenteritis?

La clave del tratamiento de la diarrea es la rehidratación oral, es decir, compensar las pérdidas de líquidos en las heces aumentando la cantidad de líquidos que toma nuestro hijo. Pero no vale cualquier líquido ya que debemos emplear soluciones de rehidratación oral (suero hiposódico) de venta en farmacias, evitando el empleo de bebidas comerciales ricas en electrolitos como son las bebidas para deportistas o los preparados caseros.

Además no debemos suspender la alimentación con sólidos, iniciando en cuanto la rehidratación oral se haya conseguido. La dieta no debe ser «blanda» ya que la alimentación normal del niño se debe mantener evitando comidas con mucha grasa y mucho azúcar.

En general, el empleo de medicinas para tratar una gastroenteritis no está indicado. De forma similar los antibióticos no deben emplearse de forma sistemática cuando un niño tiene una diarrea, primero porque muchas se deben a infecciones por virus y segundo porque las que son bacterias suelen resolverse también de forma espontánea.

¿Y qué pasa con los probióticos?

Los probióticos son «microorganismos vivos que cuando son administrados en una cantidad suficiente confieren un beneficio de salud a la persona que los toma«.

Pero, ¿que nos dice la evidencia científica acerca del empleo de estos microorganismos en los niños con diarrea? No resulta difícil pensar que, ya que la diarrea es un proceso intestinal, quizá al tomarme un probiótico consiga curarme antes.  Vayamos por partes…

¿Cuál es el objetivo al dar un probiótico?

La mayoría de los trabajos que han estudiado este tema se marcan como objetivo medir la reducción de la duración de la diarrea y la cantidad de deposiciones que se realizan al día. Por tanto, cuando un paciente se toma un probiótico en esta patología debería de esperar una mejoría de sus síntomas.

¿Y vale cualquier probiótico?

Existen el mercado una gran cantidad de preparados comerciales par administrar un probiótico. Algunos de ellos solos y otros en combinación. Para poder hacer una recomendación debemos conocer los trabajos que se han realizado para medir su efecto (incluidos metaanalisis, que son los trabajos estadísticos más potentes) ya que no todos los probióticos son útiles en el gastroenteritis.

¿Cuáles son los probióticos últimas en la gastroenteritis?

Los únicos probióticos que han demostrado disminuir de forma significativa los síntomas o la duración de la diarrea son:

– Lactobacillus GG

– Saccharomyces boulardi

– Lactobacillus reuteri DSM 17938

– Lactobacillus acidophilus LB (heated-inactivated)

Estos cuatro probióticos empleados a las dosis correctas han demostrado disminuir la duración de un episodio de diarrea en aproximadamente un día así como el riesgo de que ésta se prolongue más allá de cuatro días. Estos cuatro probióticos son los únicos sobre los que existe actualmente una recomendación para su empleo basada en la evidencia existente.

Y después de todo lo que hemos explicado, ¿debemos indicar un probiótico a todos los niños que tengan una gastroenteritis?

Nos reiteramos en que el pilar básico del tratamiento de una gastroenteritis aguda debe ser la rehidratación oral con soluciones hiposódicas. Los probióticos pueden emplearse para reducir la duración y sintomatología del proceso pero no son imprescindibles y, además, nunca deben sustituir a la rehidratación. En caso de decidir emplearse deben utilizarse aquellos que hayan demostrado ser eficaces para la mejoría de los síntomas del paciente.


Las recomendaciones que acabas de leer están basadas en el documento de posicionamiento del Comité de Nutrición de la ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología, Hematología y Nutrición en Pediatría) y lo puedes consultar en este Link.

Gastroenteritis aguda: mitos y leyendas

Hace unos días se publicó en la web EnFamilia un artículo muy interesante titulado «Lactancia materna: mitos y realidades». Tras leerlo se nos ocurrió la idea de revisar algunas patologías frecuentes en niños a través de la revisión de los mitos y leyendas de cada enfermedad, lo que hace muy amena su lectura.

Empezaremos esta sección con la gastroenteritis aguda (GEA), un clásico de las Urgencias de Pediatría. Esperemos que tras su lectura os hayan quedado claros los conceptos básicos de esta enfermedad.

1. Si mi hijo solo tiene diarrea no es una gastroenteritis. FALSO

La gastroenteritis hace referencia a la infección del aparato digestivo. Por tanto los síntomas típicos serán vómitos, dolor abdominal y diarrea, además en ocasiones puede aparecer fiebre. Algunas veces solo se tiene diarrea y en otras el cuadro clínico es completo.

2. Si mi hijo ya no tiene fiebre pero sigue con diarrea puede ir a la guardería. FALSO

La GEA se considera una enfermedad de exclusión escolar. Se debe evitar llevar a los niños al colegio o a la guardería hasta 48 horas después de la última deposición diarreica. Puedes consultar los periodos de exclusión escolar de la GEA y otras enfermedades en el portal del Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Link).

3. Para poder diagnosticar la deshidratación hay que hacer una analítica. FALSO

El diagnóstico de la deshidratación es clínico. Los pediatras nos fijamos en la humedad de las mucosas (lengua, ojos), si los niños lloran con lágrima, si hacen pis o la sequedad de la piel. Con ello somos capaces de ver si un niño está deshidratado. En ocasiones es necesaria una analítica para conocer el nivel de azúcar o electrolitos en sangre cuando la deshidratación es grave y requiere de un suero intravenoso.

4. Las gastroenteritis agudas tienen tratamiento. FALSO

Como todas las enfermedades infecciosas estas pueden estar provocadas por virus o por bacterias. Sin embargo, las gastroenteritis agudas provocadas por bacterias solo se tratan en casos muy concretos (diarrea persistente por bacterias concretas, infecciones graves, inmunodeprimidos…). Por tanto el tratamiento de las gastroenteritis será un tratamiento de mantenimiento destinado a evitar la deshidratación o bajar la fiebre.

5. Hay que obligar a los niños a beber para que no se deshidraten. FALSO

El tratamiento de la GEA está destinado a evitar la deshidratación pero eso no significa que haya que obligar a beber a los niños. En pediatría solemos decir que los niños no se deshidratan a posta, es decir, si les ofreces algún líquido y tienen sed se lo beberán. Sin embargo, si les obligas a beber al final puede ocurrir que vomiten.

6. Si mi hijo vomita mucho tengo que darle mucho de beber para que no se deshidrate. FALSO

Es evidente que si un niño vomita hay que ofrecerle líquidos. Pero debemos hacerlo despacio y con cierto orden. No podemos ofrecerle a un niño que ha vomitado mucho  tantos líquidos como quiera porque lo normal es que vuelva a vomitar. Lo ideal es ir despacio (a sorbitos o con un jeringuilla) y cuando hayas comprobado que admite líquidos sin vomitar ir aumentando el ritmo. Si quieres saber algo más sobre como actuar en los vómitos consulta este link.

7. La limonada alcalina es la mejor bebida para la gastroenteritis. FALSO

Este tipo de bebida era el remedio que se empleaba antiguamente. Sin embargo, este tipo de bebidas caseras no cumplen con las recomendaciones de la Organización de Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a composición (suelen tener mucho azúcar y pocos electrolitos).

8. Las bebidas para deportistas son ideales para la diarrea. FALSO

Como en el caso anterior no son bebidas preparadas para ser administradas en casos de gastroenteritis aguda. De hecho, este tipo de bebidas puede provocar más diarrea de la que tiene el niño debido a la excesiva cantidad de azúcar que contienen.

9. Las soluciones de rehidratación oral de venta en farmacias son la mejor opción para la gastroenteritis. VERDADERO

Estas soluciones son las que han sido diseñadas para evitar la deshidratación. Aportan la cantidad adecuada de azúcar y electrolitos en el caso de gastroenteritis. Puedes consultar su composición en la sección 17.7.1 de esta página de la OMS (Link). La rehidratación oral se considera el pilar del tratamiento de la diarrea.

10. La dieta blanda hay que mantenerla tantos días como dure la diarrea. FALSO

Está demostrado que cuanto antes inicia su alimentación normal un niño con gastroenteritis, antes mejora la diarrea. Si el niño tiene hambre y quiere comer hay que ofrecerle sólidos a parte de líquidos. Lo que sí es verdad es que hay cierto tipo de comidas que debemos evitar, sobretodo alimentos con mucha grasa o mucho azúcar. Así que utiliza el sentido común y evita este tipo de alimentos. Puedes optar por alimentos astringentes como son el arroz, la patata o la zanahoria, pero también vale pasta con alguna salsa hecha en casa o un filete a la plancha. Si estas dando el pecho a tu hijo, la lactancia materna es ideal para que mantenga un buen estado de hidratación, así que sigue con ella.

11. La leche es malísima durante una gastroenteritis. FALSO

Antiguamente se quitaba la leche a la primera deposición suelta que realizaba un niño. Éste es un error frecuente que no debe realizarse de forma rutinaria. En ocasiones una diarrea se perpetúa (más de 10-15 días) por una intolerancia transitoria a la lactosa. En esos casos concretos está indicado retirar la lactosa de la dieta y se debe hacer por periodos largos (al menos dos semanas). Espera a que tu pediatra te recomiende la retirada de la leche de la alimentación del niño y no lo hagas por tu cuenta.

12. Existen medicamentos para que la diarrea mejore. VERDAD (A MEDIAS)

El racecadrotilo es un medicamento que parece que puede mejorar la diarrea ya que disminuye tanto el número de deposiciones como el periodo de gastroenteritis. Sin embargo faltan estudios que avalen su eficacia por lo que no debería utilizarse de forma rutinaria.

13. Los probióticos son fundamentales para el tratamiento de la diarrea. FALSO

Los probióticos son organismos vivos que pueden ser administrados por vía oral como si fueran una medicina. Existen muchos tipos y algunos de ellos han demostrado eficacia (Lactobacillus GG y Saccharomyces boulardii) para disminuir la duración de una diarrea. Como hemos comentado las gastroenteritis se curan solas en la mayoría de los casos.  En el caso de utilizarlos deben acompañar siempre a la rehidratación oral.

14. Cuando cambie a mi hijo el pañal tengo que tener las mismas precauciones que cuando está bueno. FALSO

Cuando cambiamos el pañal a un niño sano debemos hacerlo con una medidas básicas de higiene (lavado de manos entre ellas). Pero cuando un niño está enfermo debemos extremarlas ya que la mayoría de los gérmenes que provocan diarrea se trasmiten por contacto fecal-oral (de las heces a la boca). No está de más usar guantes y tras toda la operación utilizar un desinfectante de base alcohólica para las manos.


Como habrás podido comprobar lo más importante en una gastroenteritis es mantener al niño bien hidratado y para ello lo recomendado es emplear soluciones de rehidratación oral de venta en farmacias. La alimentación con sólidos cuanto antes mejor, pero evitando alimentos con mucha grasa y azúcar.

En este link puedes acceder a la hoja de padres de la Sociedad Española de Pediatría con recomendaciones para el cuidado de tu hijo durante una gastroenteritis.