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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Ya nadie habla del año del móvil

El pasado jueves se celebró Pure Mobile 2017 la jornada anual que organiza la MMA, la asociación para el marketing móvil.

Otros años me habían invitado; siempre me coincidía con alguna otra cosa, así que ésta ha sido la primera vez que he podido ir.

No me pude quedar hasta el final porque tenía una comida, así que tampoco esta vez he podido disfrutar la jornada completa pero sí viví el ambiente de euforia en el que se mueve el sector del marketing móvil y las múltiples facetas que tiene en la actualidad.

Álvaro Hergueta, de Google, nos recordó que ya se hacen más búsquedas (55%) desde móvil que desde cualquier otro dispositivo (y empiezan a hacerse cada vez más mediante voz: ya un 20%). Pero también vimos que el tiempo de carga de las webs españolas (8 segundos de media) es elevado para el ritmo con que se mueve el usuario actual; en muchos casos se impacienta y no espera. Eso reduce las posibilidades de venta.

El coste de la publicidad en móvil es más bajo que el correspondiente a otros dispositivos; sin embargo acaba saliendo más cara por la menor conversión.

Borja Bergareche durante su intervención (FOTO: EM)

Borja Bergareche, de Vocento utilizó la metáfora de los exploradores y el campamento base para explicar las dificultades que tiene un gran grupo de medios tradicionales para adaptarse al nuevo entorno sin dinamitar el negocio tradicional. Los exploradores (el equipo de innovación) detectan las novedades que pueden transformar el negocio (y saben que no todas lo harán) mientras en el campamento base hay que defender todo lo que se pueda de los ingresos actuales, que vienen por una vía tradicional, aunque cada vez menos.

Desde Telefónica, Elena Gil nos habó de Big Data y la revolución que supone para los negocios. Iván Burgos, de Porsche, nos introdujo en el automóvil como gran dispositivo móvil en el mundo de la Internet de las Cosas (IoT).

Desde Red.es Laura Bujanda explicó las ayudas que la administración proporciona para la digitalización y la innovación.

Sandra Saracho dialoga con Elia Méndez, Directora General de MMA (FOTO:EM)

Sandra Sancho, de MyTaxi, nos descubrió un sector del taxi muy diferente del que se manifiesta y tira huevos a sus nuevos competidores.

Hablamos de Facebook como el primer editor, pero un editor incompetente, incapaz de separar lo verdadero de lo falso, lo importante de lo irrelevante. Se habló también de la ética de los algoritmos: ¿cómo separar un desnudo porno de uno que es noticia; o cómo decidir si el coche se estrella y mata al conductor o si arrolla a un grupo de niños que cruza indebidamente? Algo que ya está aquí pero crecerá mucho en el futuro.

Se habló de temas muy diversos pero ya nadie habla, como pasaba entre 2007 y ¿2011? de El año del Móvil. Ya no hace falta: el Móvil se ha impuesto como una realidad indiscutible.

El año de la nueva televisión (I)

Llevábamos unos cuantos años diciendo que tenía que llegar el año del móvil; parece que ya se ha producido y casi no nos hemos dado cuenta. Algunas compañías nos dicen que ya sirven a móviles más del 70% de sus inserciones; algo muy importante en un mercado publicitario cada vez más digital donde Internet ya hace tiempo que es el segundo medio por inversión y que en 2017 podría acercarse mucho al 30% de la inversión total en medios. Móvil primero (casi siempre dicho en inglés) es ahora el nuevo mantra de las empresas.

También llevan muchos años hablándonos de la muerte de la televisión lineal y el auge de otras formas de ver contenido audiovisual. Es verdad que el consumo de la televisión de toda la vida cae cada año en los úlimos cuatro, pero todavía se mantiene (si hacemos caso a Kantar) en 230 minutos por persona y día. Una pérdida acumulada de 16 minutos en cuatro años, casi un 7%, seguramente preocupante para los gestores de las grandes cadenas pero poco más que anecdótico si pensamos en un cambio de comportamiento con trascendencia social…y publicitaria. Con casi cuatro horas de atención al día, la televisión lineal sigue siendo, con mucha diferencia, la primera actividad de ocio de los españoles.

Netflix apuesta fuerte por la publicidad exterior. (Foto del autor)

Pero ahora, quizá, sí. Ahora que la televisión de pago ha batido su récord de consumo (que databa de 2010, nada menos) y que ofrece muchas más posibilidades de visionado en diferido o en dispositivos diferentes del televisor del hogar; ahora que a la llegada de Netflix a finales de 2015 se han unido hace poco HBO (en noviembre) y Amazon Prime Vídeo (en diciembre) que completan con la veterana Yomvi la oferta de vídeo en streaming quizá se produzca ese sorpasso que los fans de las series americanas y los gurús de los nuevos dispositivos nos vienen anunciando desde hace años.

A veces confundimos las tendencias con la situación actual. No se puede olvidar que España ha sido un país reacio a pagar por ver televisión ni que todavía hay mucha gente que prefiere ir a restaurantes de menú del día antes que enfrentarse a una carta con opciones casi infinitas frente a las que se hará un lío antes de decidir.

Volvemos a tener claro que el contenido es el rey y de nuevo grandes operadoras de telecomunicaciones apuestan por que el contenido sea el principal argumento de sus ofertas comerciales. Ya lo vimos al principio del milenio (¿se acuerdan de Quiero TV y de Vía Digital?) pero ahora parece que va en serio.

Todas las cadenas de televisión han apostado por Internet y por el visionado en diferido con ofertas de televisión a la carta, pero por el momento supone una audiencia marginal, al menos en el televisor y en todo lo que mide Kantar: supone 3 minutos al día, poco más de un 1% del total, y no ha crecido en 2016.

¿Será 2017 el año de la explosión y el cambio de tendencia?

Veremos

(*) Este artículo y los dos que le seguirán se publican en el número de enero de la revista IPMark. Un año más me encargaron un artículo con previsiones sobre medios.

Álava e Internet

Ayer pasé el día en Vitoria, mi pueblo.

Fue un día muy agradable.

Pensábamos pasar allí todo el fin de semana largo (de viernes a martes) pero una gripe inoportuna acabó reduciendo la excursión a poco más de 24 horas.

Ya conté aquí hace casi año y medio mi encuentro con Josemari Vélez de Mendizábal que fue compañero mío hace cincuenta años cuando estudiábamos el curso de Preuniversitario.

Josemari es el Presidente de la institución Celedones de Oro que cada año, desde hace siete, organiza ciclos de conferencias sobre temas diversos. Supongo que el hecho de que nuestro encuentro se produjera a través de una red social le llevó a proponerme Internet como tema de mi charla.

Cuando me hizo la propuesta en aquella primera entrevista personal tras tantos años dije que sí sin dudar: tenía quince meses para prepararla o arrepentirme. Pero claro, los quince meses pasan…y el día llega. Seguro que en medio me arrepentí algún día, sobre todo cuando trataba de encontrar el tono para dirigirme a un público que no sabía iba a ser.

La verdad es que me hacía mucha ilusión dar una charla en Vitoria por el mero hecho de ser de allí. Las otras dos veces que había hablado en público en mi pueblo se debieron a casualidades.

Y la experiencia no me ha decepcionado.

La organización me preparó unas cuantas entrevistas en medios: Radio Gorbea, Onda Cero Vitoria, Radio Vitoria y El Correo, edición Álava. Muy interesante para alguien que se ha dedicado toda su vida a analizar los medios poder comparar los diferentes enfoques y grados de preparación de cada una de las entrevistas.

En general quedé contento; de unas más que de otras.

Creo que conseguí pronunciar una charla interesante y amena a la vez aunque seguro que habrá diferentes opiniones entre los asistentes. No sé si alguno se animará a comentar aquí. Me encantaría.

 

Mis emociones estuvieron todo el día a flor de piel. Conocí a personas muy interesantes, como Javier Sedano que, por la mañana, me llevó una foto en la que aparece mi hermano José Ramón de adolescente.

Cenamos en el Restaurante Marañón con una buena parte de los miembros de la institución Celedones de Oro; de nuevo personas muy interesantes y una cena muy animada y amena. Nos dijeron que era sólo un picoteo: resulta que ahora en Vitoria llaman picoteo a lo que en cualquier sitio de llamaría cena pantagruélica.

En la sala de conferencias recuperé a compañeros aún más antiguos, como Iñaki Garaluce con el que coincidí en ingreso de bachiller, hace casi sesenta años. Volví a ver también a Gorka Corres, con el que había estado hace algunos años compartiendo una charla profesional en el IFEMA de Madrid. Y, también me hizo muchísima ilusión (y me confirmó la magia de Internet) que Álvaro Arbina, el escritor de la novela histórica más sobresaliente del año 2016, acudiera a mi convocatoria a través de Twitter. Me encantó conocerle personalmente y poder charlar con él aunque sólo fuera unos brevísimos minutos. Siempre se hacen cortos pero en este caso, además, lo fueron.

Y ¡claro! estuvo mi familia. A ellos les pareció que lo había hecho muy bien. No esperaba menos ¡qué me iban a decir!

Y sí: en la charla hablé de Internet, de mi infancia y adolescencia en Álava y de Álava en general.

Espero que, a quienes pudieron asistir, les gustara.

Hace falta una nueva manera de medir la audiencia de Televisión

Soy lector habitual de BezDiario. Creo que hacen una excelente selección de temas de interés y los tratan con la profundidad adecuada.

Pero el día de Reyes fue mi amigo Eladio Gutiérrez quien me puso al tanto mediante un mensaje de correo electrónico: había un artículo La muerte del audímetro tradicional firmado por Miriam Puelles que, indudablemente, me interesaba.

El día de Reyes en mi casa ha sido siempre una revolución; ahora, con un nieto de tres años, mucho más. No pude hacer mucho más que leer el artículo y tuitearlo:

Ahora y aquí voy a explicar el porqué de mi frase en el tuit.

Es indudable que debemos ir hacia un sistema de medición capaz de medir el consumo audiovisual sea cual sea el momento, el lugar o el dispositivo en el que se vea. El concepto ATAWAD (any time, anywhere, any device) del que ya hablé aquí, pronto hará cuatro años.

Es cierto también que desde entonces se ha agudizado el problema, que cada vez se producen más visionados en momentos diferentes del de emisión y en dispositivos diferentes de los televisores del hogar principal. El visionado en grupo en el hogar está pasando a la categoría de excepcional.

Vel la televisión como lo hacían en los 80 los personajes de Cuéntame es ya excepcional. (Foto: TVE)

Pero del informe de Barlovento que ya comenté aquí no se desprende una tragedia para la audiencia que mide Kantar. Es verdad que el consumo cae por cuarto año consecutivo pero se mantiene aún en 233 minutos por persona y día, una cifra que supera a la de cualquier año anterior a 2010 y en aquellos momentos nadie habría dicho que la Televisión estaba en crisis, o al menos en una crisis mayor que la que empezaba a vivir el país y las economías occidentales. (Es verdad que está hecho a partir de datos de Kantar, con todo lo que eso pueda signifiar).

Siguiendo con el excelente artículo de Puelles: el público de la Televisión está envejeciendo pero el consumo siempre ha sido mayor entre las personas mayores y las personas que sólo trabajan en el hogar que entre los jóvenes. Tienen más tiempo y menos disponibilidad para otras opciones de ocio. En ese sentido sí son los jóvenes quienes se están trasladando en mayor medida hacia otros dispositivos y otros modelos de consumo.

Y sí, que la audiencia se vaya hacia otros tipos de consumo es un problema para las cadenas tradicionales; sobre todo si esa audiencia no se mide. La audiencia es la mercancía por la que se paga en el mercado publicitario que es la principal fuente de ingresos de la Televisión.

El problema del audímetro no es que sólo registre la televisión lineal (de hecho también mide el consumo en diferido siempre que se haga en televisores del hogar principal: el año pasado eso ha supuesto 3 minutos por persona y día. No parece una tragedia). El problema es que no mide consumos fuera del hogar o fuera del televisor y eso sí puede estar creciendo algo más.

La audiencia social complementa pero no cambia el dato de audimetría y, por el momento, no tiene valor comercial.

Así que estoy completamente de acuerdo con Miriam Puelles cuando dice:

Es necesario poder congregar en un mismo sistema la medición de visionados para cada una de las pantallas o dispositivos, con conocimiento preciso de qué se ve y quién ve cada una de las opciones. Pero no solo en la televisión tradicional, sino también en las redes sociales, smarpthones, tablets, videoconsolas e infinidad de plataformas y soportes disponibles.

pero discrepo bastante con la forma en la que llega a esas conclusiones.

Creo que el audímetro tradicional ha hecho un gran servicio a lo largo de sus más de treinta años de historia, pero en una época de transformaciones tecnológicas aceleradas como la que hemos vivido treinta años son una eternidad.

La misma tecnología que nos ha complicado tanto la realidad que tenemos que medir nos acabará dando las soluciones que necesitamos.

Creo que cada vez están más cerca.

En todo caso muchas gracias a Miriam Puelles por su magnífico artículo y por poner de actualidad un tema sobre el que los profesionales debemos profundizar y encontrar soluciones. En ello estamos.

Las encuestas y los medios

El mercado publicitario y de medios se ha basado siempre en resultados de encuestas, de mayor o menor tamaño, pero representativas de la población.

Detrás de las encuestas está toda una rama de las matemáticas: la Teoría de Muestras, la misma que está tras los estudios electorales.

Los últimos fracasos en estos estudios han hecho que algunos se pregunten ¿y si también fallan los estudios de audiencia y no hay una jornada electoral para comprobarlo?

Creo que es un problema grave.

En el Reino Unido los estudios preveían el triunfo de los partidarios del Brexit hasta que, en la misma semana del referéndum cambiaron bruscamente tras el asesinato de la diputada Jo Cox. ¿Se hicieron bien estas últimas encuestas o, con las prisas, se olvidó el uso de muestras representativas? Con una buena muestra, acertar los resultados de un referéndum es muy fácil.

Las elecciones españolas son mucho más complejas (en realidad hay 52 elecciones y cada una exigiría una muestra de tamaño suficiente) pero el fracaso en las estimaciones fue sonado. Incluso en las israelitas de la jornada electoral que, se supone, manejaron grandes muestras. Pero ¿eran representativas?

Aneimo, la asociación del sector, dejaba caer una sospecha en su nota: ninguna de sus empresas asociadas, que cumplen las normas de Esomar, realizó un estudio exit poll.

En estos tiempos en que los datos nos abruman, no confundamos la cantidad con la calidad. Si de todos esos datos de los que ahora disponemos queremos extraer conclusiones para poblaciones o grupos de personas que no están en las bases de datos, deberemos insistir en que la base de partida sea representativa de ese grupo.

Si no es así podemos incurrir en errores muy graves.

Para los estudios de medios esa es la principal misión de la AIMC: garantizar que las muestras utilizadas representan a la población.

(*) Este artículo se publicó en el número del pasado julio de la revista IPMark.

La revista I&M, de AEDEMO, publicó en septiembre un número, casi monográfico, sobre el tema de las encuestas electorales. Nada menos que diez artículos, de especialistas como Lluis Fatjó, Ricardo Romero de Tejada, Carlos Lamas, Juan Antonio Gómez Yáñez, Kiko Llaneras, Paz Álvarez, Pepe Martínez, Idoia Portilla, José Vicente del Barco, Rafael Urbano o Sergi Guillot. Muy recomendable para cualquiera al que le interese este tema.

¿Hicieron bien las teles en ignorar el terror?

Ayer fue un día triste para todos.

Hoy lo sigue siendo.

Que unos seres humanos se arroguen el derecho de segar la vida y las ilusiones de otros cientos de seres humanos elegidos al azar, es desolador.

Esta vez yo no me enteré por Twitter. Estaban cenando en casa mis hijos y mi nieto, así que durante un tiempo no miré mi móvil. Cuando se iban a ir encendieron una tele nueva que sustituía a la que se rompió hace unos días; justo en ese momento La 1 había interrumpido la película para dar la noticia. Luego, no sé si inexplicablemente, siguió con la película.

Momentos de desconcierto tras la suspensión del partido Francia-Alemania

A partir de ahí, con la tele sintonizada en el 24H de TVE, seguí el avance de las noticias por Twitter. Y pude ver muchas críticas al hecho de que todas las cadenas generalistas siguieran con su programación habitual. Las frivolidades de Sálvame o las películas programadas parecían tener más importancia para los directivos de las cadenas que informar sobre unos sucesos de una tremenda gravedad.

Leo que TV3 sí interrumpió sus emisiones habituales; probablemente alguna otra autonómica también lo hizo.

De las tres funciones que los clásicos del medio atribuían a la televisión (Informar, formar y entretener) está claro que la segunda ha perdido mucho peso; la primera también, casi siempre y en casi todas las cadenas, así que, al parecer, sólo queda la tercera: entretener, panem et circensis. Incluso en un momento como el de ayer.

Por supuesto; todas las decisiones son opinables. TVE puede aducir que ya tiene una cadena especializada en noticias (24H TVE) que cubrió con éxito (acabo de leer que multiplicó por 12 su audiencia habitual; lo que tampoco significa mucho si la cifra de partida es muy pequeña); puede que alguno de los directivos de las otras considere que su función es, precisamente, entretener a su adiencia, hacerle olvidar este tipo de tragedias. O puede, incluso, que algún otro piense que el objetivo de los terroristas es conseguir la mayor repercusión posible, para así ampliar el terror y no esté dispuesto a colaborar en su éxito. Y está en su derecho; no le falta parte de razón.

Todo es opinable, claro. Pero yo creo que, en días como el de ayer, las televisiones retratan sus verdaderos intereses. Y el de hacer buen periodismo no está entre ellos.

Y tú ¿qué opinas?

Dedicamos (casi) todo el tiempo libre al consumo de medios

Mi equipo proporcionó los datos referidos a España del informe que a principios de esta semana publicó, ZenithOptimedia, el grupo en el que trabajo. El informe ha tenido mucho éxito: cientos de medios de todo el mundo lo han reproducido. La razón es que algunos de los datos que incluye son muy llamativos.

En el mundo actual cada persona dedica por término medio 492 minutos al día (más de ocho horas) a consumir medios de comunicación. Aún se espera que ese tiempo siga creciendo, impulsado por el creciente uso de Internet, y que se sitúe en 506 minutos en 2017. Al menos esos son los datos de los 65 países a los que se refiere el estudio.

En los últimos cuatro años el tiempo dedicado a consumir medios creció un 5%, pero ese dato puede resultar engañoso para algunos medios: mientras el uso de Internet subió casi un 84% (pasó de 60 a 110 minutos) los medios tradicionales cayeron un 7% (de 402 a 376 minutos). Los más perjudicados son los Diarios, que caen casi un 26%. La Televisión en su formato tradicional también se está viendo afectada, aunque en menor medida: cayó un 6% en los últimos cuatro años. Pero por el momento sigue siendo el medio que predomina entre los consumidores.

Foto: 20 Minutos

El uso masivo de móviles aumenta las posibilidades de consumo de medios durante lo que antes habrían sido tiempos muertos.

El consumo de publicidad Exterior crece debido al aumento de emplazamientos y al hecho de que en los países emergentes una parte creciente de la población se deplaza hacia los ciudades, donde esos emplazamientos se concentran en mayor medida. Y ahora, cuando la crisis económica va quedando atrás en el mundo, pasamos más tiempo en la calle.

Pero volvamos al principio: si dedicamos más de ocho horas cada día a consumir medios, dormimos más o menos ocho horas y trabajamos otras ocho (o más, si nos dedicamos a la publicidad) ¿nos queda tiempo para algo más?

El truco está en que no todo el mundo trabaja, en que los jubilados y los parados tienen más tiempo para otras cosas, entre ellas consumir medios, y que, con los fenómenos multitarea y multipantalla, cuando hacemos varias cosas a la vez, multiplicamos el tiempo, al menos para este tipo de estudios.

Pero, en nuestro tiempo libre ¿hacemos algo más que consumir medios?

¿En qué quedamos: Hay cada vez más pobres o ya casi no queda clase baja?

Al poco tiempo de empezar a trabajar le pregunté a un ex-compañero, hoy ministro, cómo contemplaban ellos (en el organismo en que trabajaba entonces) la variable clase social. Recuerdo su respuesta (porque era muy suya): eso es hipostasiar la realidad social.

En 1988 yo todavía trabajaba en RTVE pero ya estaba en la Comisión Técnica de AIMC. Entonces adoptamos una definición de Clase Social que nos venía de Europa. Se basaba en el cruce de dos variables referidas al sustentador principal (la persona con mayores ingresos) de la familia: el nivel de estudios y la ocupación.

El sistema funcionó bien durante algún tiempo, pero no tardó en empezar a hacer agua. Cuando una generación más preparada alcanzó el estatus de sustentador principal pero no consiguió los niveles de remuneración que se suponían correspondientes.

Vimos así como cada vez había más personas teóricamente de clases medias o altas con escasa capacidad económica.

Antes del año 2000 ya se habían hecho los ejercicios necesarios para poner en marcha una nueva propuesta. Recuerdo las presentaciones que hizo Carlos Lamas de las diversas posibilidades y cómo se llegó (o casi) a un consenso.

Pero justo eso es lo que no hubo: consenso. Los representantes de algunos medios (la radio y las revistas sobre todo) se opusieron porque les pareció que con la nueva distribución iban a salir menos guapos en la foto. Y como AIMC se basa en el consenso, la propuesta no funcionó.

Así hemos ido viendo como según la clasificación que seguía vigente la clase baja casi desaparecía de la población (algo curioso en momentos de fuerte crisis), mientras aumentaban las clases medias y la alta.
Algo muy conveniente para los políticos.

Claro que la realidad y otros estudios como el de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, no parecen estar muy de acuerdo con eso. En 2013 teníamos un 27,3% de la población en riesgo de pobreza, casi tres puntos más que en 2008, cuando la cifra ya era tan tremenda como un 24,5%. Los estudios de la fundación FOESSA, de la poco sospechosa de izquierdismo Cáritas, también incidían en la misma línea.

Sin techo Foto 20 Minutos

Así no es extraño que se hayan generalizado las formas de mendicidad, como hace notar Ángel Quero en su blog: activas, pasivas, artísticas, rogativas, con mensaje personalizado…Como es difícil resumir un artículo que trata en clave de humor comercial un asunto tan triste, les recomiendo su lectura.

A lo que iba: el caso es que 27 años después, AIMC ha conseguido por fin poner en marcha un nuevo sistema de determinación de la clase social, o una Clasificación Socioeconómica, que por el momento convivirá con la anterior hasta que, cuando el mercado se convenza de sus ventajas, la sustituya totalmente.

El nuevo sistema tiene en cuenta las variables anteriores (estudios y ocupación del sustentador principal) pero añade otras: actividad del sustentador (trabaja, jubilado, parado, inactivo), tamaño del hogar y número de personas del hogar que tienen algún tipo de ingresos.
Con estas variables se definen siete niveles (en lugar de los cinco anteriores.

Espero que esta nueva clasificación refleje mejor la realidad.
Y confío en que mi amigo Claudio no se esté revolviendo ahora en su tumba.

La publicidad creció un 5% en 2014 y crecerá más en 2015

Esta mañana se ha presentado el informe i2p sobre inversión publicitaria. Después de unos cuantos años desastrosos, ahora toca empezar a recibir buenas noticias: i2p se ha adelantado a su competencia.

Como ha explicado Enrique Yarza en la presentación, la inversión publicitaria está muy relacionada con la evolución del PIB y del Consumo. Durante los años en que esas variables han caído, la inversión publicitaria caía con más fuerza. Ahora se ha invertido la tendencia.

En 2014 la Inversión creció un 5% en el conjunto de los medios. Más en el Cine (9,3%) y en Televisión (9,1%); exactamente un 5% en Internet y menos en los otros medios; incluso los Medios Impresos siguieron cayendo, aunque a un ritmo mucho menor que en años anteriores.

El año fue de menos a más. En el primer trimestre se registró una pequeña caída, pero en los otros tres el mercado creció con fuerza. En el último trimestre crecieron todos los medios, incluso los impresos.

Aunque la proporción de ingresos entre papel e internet sigue siendo muy desigual (80%/20%) si se suman las dos fuentes de ingresos los Diarios crecieron en 2014 más de un 1%.

Para 2015 se espera un crecimiento promedio del 5,8%. Todos los medios crecerían, con la única excepción de los Suplementos.

Mientras el crecimiento de la inversión en Televisión se debe al aumento de precios (que ha hecho disminuir el número de anunciantes que pueden tener acceso al medio) la inversión en otros medios (especialmente Radio e Internet y, en menor medidad, Diarios) crece por la llegada de nuevos anunciantes, sobre todo locales.

Pese al crecimiento de la Inversión, la cifra alcanzada es similar a la que se obtenía en 1995, ya que desde 2007 se ha experimentado una caída del 48,8%.

Internet ha proporcionado a las marcas nuevos canales de comunicación con sus consumidores, que no pasan por la utilización de medios de comunicación convencionales por lo que no se reflejan en las cifras de inversión en medios. Por esta razón todo parece indicar que tardaremos muchos años en alcanzar las cifras de 2007.

Este año podemos

Todas las previsiones parecen estar de acuerdo: la inversión publicitaria crecerá este año, en el mundo y en España.

Después de una dura travesía del desierto que ha llevado a nuestro negocio, y a la economía nacional, a unas cifras impensables hace tan solo unos pocos años, 2014 se ha cerrado con crecimiento y 2015 apunta buenas maneras.

Estamos en año electoral. Por ello se reducen las retenciones en el IRPF, se devuelve a los funcionarios la paga que se les quitó en 2012, se moderan las subidas de precios y se mantienen algunos estímulos económicos como el Plan PIVE. Todo eso libera algo de dinero para el consumo y la industria publicitaria apoyará este empuje.

Pero es año electoral. Las elecciones europeas del año pasado nos trajeron la sorpresa de un nuevo partido que desde entonces no deja de crecer en las encuestas.

Sabemos que ha crecido apoyándose en los medios de comunicación (Televisión e Internet sobre todo) pero no conocemos su postura sobre la publicidad, vital en una sociedad de consumo que Podemos cuestiona.

Pronto habrá elecciones en Grecia. (*) Si se produce el esperado triunfo de Syriza empezaremos a tener una información algo mejor. Si Podemos consigue alguna cuota de poder en las autonómicas ya veremos algo más.

Pero pase lo que pase estamos experimentando los efectos de un importante revulsivo contra la corrupción.

La solución, a final de año. Mientras tanto, podemos crecer.
(*) Este post reproduce la columna que escribí para la edición en papel de la revista IPMark. Desde entonces ya hemos visto que triunfó Syriza y que las reacciones de los mercados no han sido tan duras como en principio se esperaba. También sabemos que la Administración Pública aumentará su inversión en publicidad.