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El origen de cinco términos sobre lugares donde se da cobijo a quienes más lo necesitan

El origen de cinco términos sobre lugares donde se da cobijo a quienes más lo necesitan

Asilo:
Término con numerosas acepciones, entre las que se encuentran el de refugio para los perseguidos (asilo político) o establecimiento benéfico para atender a los desfavorecidos o ancianos. El vocablo nos llega a través del latín asȳlum y a este desde el griego asylon, cuyo significado literal era  lugar o templo inviolable.

Durante la antigua civilización grecorromana se crearon una serie de lugares considerados inviolables que estaban exentos de ser saqueados y a donde acudían a refugiarse viajeros de otras ciudades-Estados con la intención de alojarse durante el tiempo que permanecieran en aquella población, con el fin de evitar que les robaran. Habitualmente solían ser templos sagrados donde se rendía culto a las deidades, motivo por el que con el paso de los siglos quedó asociado el concepto de asilo y asistencia con las órdenes religiosas.

Cotolengo:
También llamado cottolengo, hace referencia a algunas instituciones de carácter religioso en donde se da cobijo y cuidados a personas con necesidades especiales y que no pueden valerse por sí mismas: ancianos, discapacitados mentales o físicos…

El término proviene del apellido del sacerdote italiano Giuseppe Benedetto Cottolengo, quien dedicó gran parte de su vida al cuidado y auxilio de los más desfavorecidos y en 1828 abrió en Turín un pequeño hospital inicialmente llamado Ospedaletto della Volta Rossa y, a partir de 1832, Piccola Casa della Divina Provvidenza, aunque con el tiempo quedó asociado al apellido de su fundador.

Hospicio:
Establecimiento benéfico donde se acoge a niños desfavorecidos de familias desestructuradas, abandonados (expósitos) o huérfanos, que allí reciben instrucción.

Proviene del latín hospitium, cuyo significado es ‘acción de acoger’ y comparte raíz etimológica con los términos hospital y hospitalidad.

Inclusa:
Lugar en el que se recoge a niños expósitos (abandonados) y su nombre lo recibe del cuadro de una virgen, conocida como Nuestra Señora de la Inclusa, que en el siglo xvi fue colocada en un hospicio que había en el centro de Madrid. La mencionada imagen religiosa era la Virgen de la Paz, pero al llevarla hasta la capital de España desde la isla L’Écluse, en los Países Bajos, recibió el nombre Inclusa, que, así, quedó asociado también a la institución benéfica.

Orfanato:
Establecimiento benéfico donde se da cobijo a los niños sin padres (huérfanos). En algunos lugares es comúnmente conocido como ‘orfanatorio’.

Es precisamente del término ‘huérfano’ de donde se origina tal denominación, la cual proviene del latín ‘orphănus’ (cuya traducción literal viene a decir ‘privado de padres’), al que se le añadió el sufijo ‘-ato’ (-ātus o -ātum en latín) utilizado para indicar un cargo o designar una institución.

 

 

 

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Destripando bulos: ‘Senado’ (o ‘senador’) no proviene del término ‘seno’

Destripando bulos: ‘Senado’ (o ‘senador’) no proviene del término ‘seno’Circula por las redes sociales un meme en el cual se explica (erróneamente) que ‘Senado’ viene de ‘seno’, añadiendo que, de hecho, esa cámara tiene forma de seno (pecho), motivo por el cual a los senadores (y políticos en general) les cuesta tanto dejar el cargo (dejar la teta).

Pero no, nada tienen que ver los términos ‘senador’ o ‘Senado’ con el de seno (tanto para referirse al pecho femenino como a un lugar) y este no es más que otro bulo viral con el que se intenta desprestigiar a la institución política utilizando la demagogia y la similitud entre dichos vocablos.

Por un lado encontramos que senador proviene del latín ‘senātor’, término compuesto por ‘senex’, cuyo significado es ‘anciano’, ‘viejo’ y el sufijo –tor (referente a una ocupación o profesión). Por tanto, el Senado era (en la Antigua Roma) el lugar en el que se reunían los hombres ancianos y sabios que habían sido elegidos como miembros de una institución cuya finalidad era aconsejar al gobierno (magistrados, emperadores, cónsules..) y que, precisamente, habían sido escogidos debido a su avanzada edad (y, por tanto, sabiduría).

Destripando bulos: ‘Senado’ (o ‘senador’) no proviene del término ‘seno’

Por otro lado nos encontramos que el término ‘seno’ tiene un origen etimológico totalmente diferente. Proviene también del latín, pero en este caso de ‘sinus’, que significa ‘concavidad’ o ‘hueco’ y que dio origen también al modo con el que conocemos el pecho.

Pero seno (debido a su forma cóncava) también se utiliza para referirse a un lugar determinado o como parte interna de algo, por ejemplo: ‘el seno del mar’, ‘en el seno de una familia’, ‘el seno de la sociedad’, ‘en el seno de la Unión Europea’ e incluso podemos leer o escuchar en alguna ocasión frases como ‘[…]ha sido estudiado en el seno del Senado[…]’.

 

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El histórico origen del término ‘asilo’

El histórico origen del término ‘asilo’

Se utiliza el término ‘asilo’ para hacer referencia a aquel lugar donde se recoge y da asistencia a los ancianos o personas desprotegidas y sin recursos y también al acto de dar amparo y refugio a aquel que es perseguido por sus ideales (asilo político).

El origen del vocablo nos llega a través del latín ‘asȳlum’ y a éste desde el griego ‘ásylon’ (ἄσυλον) cuyo significado literal era ‘lugar/sitio/templo inviolable’.

Al igual que hoy en día contamos con ciertos lugares donde una persona puede acogerse al derecho de asilo (siempre y cuando reúna los requisitos necesarios para que se lo concedan) como son las embajadas, consulados, residencias diplomáticas e incluso barcos anclados en alta mar o en un puerto extranjero, en la antigua civilización grecorromana también se crearon una serie de lugares considerados como inviolables, los cuales estaban exentos de ser saqueados.

Habitualmente solían ser templos sagrados donde se rendía culto a las deidades y hasta allí llegaban viajeros de otras ciudades/Estados con la intención de alojarse durante el tiempo que permanecieran en la población. Como la mayoría de éstos solían ser hombres de negocio que llevaban consigo grande cantidades de dinero para realizar sus transacciones mercantiles, el hospedarse en los asȳlum les proporcionaba seguridad y protección.

Muchos fueron los cristianos que fueron a refugiarse en estos asilos (en tiempos en el que el cristianismo estaba prohibido y perseguido) y gracias a ello lograron sobrevivir. A partir del siglo IV, tras ser promulgado el Edicto de Milán que permitía la libertad de culto, las iglesias católicas también tomaron el carácter de asilo, dando cobijo y asistencia a los más necesitados: menesterosos (que no tenían recursos para vivir y que habitualmente eran detenidos/expulsados de la población en base a ordenanzas), personas enfermas o con discapacidades físicas o mentales, huérfanos y ancianos que no podían valerse por si mismos y no tenían a nadie que pudiera cuidar de ellos.

De ahí que el término ‘asilo’ acabase adquiriendo el significado tanto como lugar donde se da refugio a los perseguidos y el de establecimiento benéfico donde se recogen y se da cuidado a personas necesitadas.

Cabe destacar que son varios los idiomas donde se utiliza la forma ‘asylum’ para referirse a las instituciones psiquiátricas, habiendo un nutrido número de obras literarias y películas (de terror) tituladas de ese modo.

 

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Post realizado a raíz de una consulta de Borja González enviada a través del apartado de contacto.
Fuente de la imagen: Ulrich Joho (Flickr)