Ojo, que no lo digo yo. Es Manu Guix quien está convencido de que «Diana es Elías en mujer». Y razones no le faltan.
Sólo hay que ver lo que le ha costado aprenderse sus voces (hasta Maxi, que va más de sobrao que nunca, se las ha tenido que aprender con tal de ayudar a Diana de Burgos). Además, la letra le está costando y tiene una empanada encima de agárrate y no te menees.
No se entera de cuándo tiene que cantar, cuándo tiene que moverse… vamos, que diría que si no la avisas para comer se pasa los días en huelga de hambre, sin darse cuenta.
Está con la cabeza en otro sitio y sólo el insuperable Elías puede hacerle sombra. Canta la canción como le parece, se inventa la letra y le dice a la pobre Alba (una santa) que ya se la aprenderá, que de momento la canta mal porque tiene que aprenderse las voces. Creo que los profesores van a tener que llevarse cualquier objeto punzante de la academia…
Entre tanto está el gran Ángel Capel, un humilde y modesto jovenzuelo que… es broma. Está Ángel Capel, que sigue igual de chulo que siempre y ya puede presumir de que su tocayo Ángel le ha abroncado dos veces, algo que no recordaba yo en mucho tiempo. La bronca ha sido por lo de siempre: por chulo. Porque habla a los profesores como si estuviera jugando con los colegas en la plaza del pueblo.
Hablaría largo y tendido sobre Silvia, a la que sabéis que aprecio muchísimo, pero prefiero cerrar el post con al primera frase de su última entrada en su blog:
Bueno, esta si que no me la perdonais ¿verdad? llevo sin escriviros por lo menos 5 días.
(sic)
Pues lo dicho. Mañana escrivo un poco más.
Antes de que sea demasiado tarde. Antes de que en las noticias cuenten que Gus Hernández está en paradero desconocido con un trastorno bipolar por su culpa. Hay que echar a Elías y a Silvia de la academia de Operación Triunfo y hay que hacerlo cuanto antes.
Lo de Silvia es un caso diferente. Cada vez que abre la boca sube el pan, y cuando la han tirado al jacuzzi parecía que habían destripado a sus seres queridos.
Tan en secreto que Maxi les ha dicho a sus compañeros: «No lo habléis delante de las cámaras, habladlo en la habitación que no lo pueden emitir«. Debe ser el primer consejo sabio que ha dado en lo que va de concurso (inspirado en los cariños que supuestamente se dedicaron Manuel Carrasco y Beth la última semana de OT 2 en la habitación).
Empiezan con Patty, que ya es cantante, pero viene a ser una estrella. Le encanta bailar aunque no tiene técnica y le echa mucho morro. Ha sido corista de… ¿Esther? ¿He oído bien? Uffff… eso no sé si es bueno. Quiere ir a Miami y grabar algo más ¡¡¡¡LATINIZADO!!! Y se quedó tan ancha.
¡¡¡¡QUE PASE EL SIGUIENTE!!! Rafa. Trabajaba en el mundo del electrodoméstico y no ha cantado nunca. «El efecto Soraya», lo llama Jesús Vázquez. Está estudiando diseño gráfico y, como es evidente, aspira a vivir de la música. Si no recuerdo mal, fue al que le dijeron por SMS que entraba en la Academia.
Diana, alias la superpija, dice que «por fin sale alguien de Burgos en la tele y no porque nieve ni nada». Uy, uy, uy como la coja Risto. El práctico del carné de conducir se le da fatal (muy bien, Jesús, un poco de humillación antes de que la chiquilla cante no viene mal… jajaja). «Puedo parecer un poco repipi», dice. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿UN POCO???!!!!!!!!
El penúltimo de esta ronda es Ángel, de Almería. Le preocupa mucho muchísimo no tener televisión. Si no me falla la memoria, es el que dijo que su estilo era elegante.
Silvia cierra la remesa. Dice Jesús que es «muy madura, muy segura de sí misma». Tiene 16 años… ¡ay! ¡Quién pillara otra vez los 16 años! «Me sorprende la madurez que tengo». Encantada de conocerse, está.