Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Necesidad

– Tranquilo hijo que no mancho, es pintura seca. Es que estoy de obras en la cocina, ¿sabe? La vecina de arriba, que me hizo una mancha en el techo que para qué contarle. Me han tenido que picar y menos mal que dieron con la avería enseguida, no se crea, que hay averías muy puñeteras. Dice el fontanero que no sé qué de la bajante. Para mí que la de arriba es un poco guarrilla. Es alquilada, y a saber la de mierda que echará por el desagüe. Vive sola, eso sí. No se ven niños ni nada. A mí me da que es divorciada, porque tendrá unos cuarenta o cuarenta y cinco años y no se pinta, y tiene los ojos tristes, como de haber sufrido, usted ya me entiende. Esas cosas una las intuye. El perito del seguro subió, pero no me dijo nada de si tenía la cocina sucia. Un hombre muy seco, el perito. Bueno, el destrozo lo cubre el seguro de ella, pero siempre es una historia que te piquen el techo y luego a enyesarlo y que, por muy bien que lo tapen todo, al final se queda un polvillo que te deja los muebles perdidos. Hoy me lo han pintado, pero sobró un poco de pintura y le di otra manita. En realidad calculé mal, me faltó un trocito por pintar y le he pedido a mi Samuel, el pequeño, que bajara a comprar otro bote pero el tío ahí, en el sofá, tocándose los cataplines, con perdón. Que nada, que no le apetecía. Lleva meses sin hacer nada y, por un mísero favor que le pido… en fin. Está en el paro, el pobre. Le hicieron un ERRE y despidieron a un montón. Y ya se le ha terminado la ayuda esa y sigue sin buscar nada, ahí tirado en el sofá todo el día. Claro, como la mama se lo hace todo… También perdió a la novia, una golfa que yo creo que sólo le quería por las perras, porque fue quedarse sin trabajo y le dejó, ¿se lo puede creer? Ya no hay amores como los de antes.

– Señora…

– Antes los amores eran para toda la vida. Para lo bueno y para lo malo. Tú te casabas y hala, a correr con lo que te tocara. Ni se imagina la de penurias que pasé yo con mi Cristóbal, el pobre, que en paz descanse – se santigua con los ojos cerrados – y Dios lo guarde en su Gloria, pobrecico mío. Un cáncer, con 52 años. Fulminante. Nos lo comunicó el médico un martes y al jueves de la semana siguiente, murió. Así, ¡plas! Menos mal que los niños ya eran mayores, pero mi Fany lo pasó muy mal. Fue a un sicólogo de esos y todo. Yo le dije que los sicólogos son cuentos chinos, que los problemas hay que afrontarlos de cara, con coraje, que cómo le pensaba contar sus cosas íntimas a un señor que no conoces de nada y encima te saca las perras. Pero ella insistió y fue. Y se lo pagó ella, no se crea. Por aquel entonces trabajaba ah,í en el Carrefour, de encargada. Empezó de cajera y ascendió rápido. Mi Fany es muy responsable, no como Samuel. Ese salió a su padre.

– Señora…

– Que no digo yo que sea mala persona, ¿eh? Tiene buen corazón, y su padre también lo tenía, pero le falta sangre, ¿me entiende? Es de los que les cuesta ponerse a hacer las cosas, pero una vez que se ponen las hacen bien. Es muy mañoso con las manos. Yo le digo que necesita echarse otra novia, que de esto las madres sabemos mucho. Salir y ponerse guapo y buscarse una buena mujer que me lo encarrile. No es que me sobre en casa, pobrecico mío, en realidad me hace mucha compañía, ya ve usted, los dos solos. Pero le veo ahí tirado en el sofá y me da coraje, con lo joven que es y sin hacer nada. Menos mal que me quedó una buena pensión, porque en la fábrica mi marido tenía un buen seguro y se me quedó un pico cuando murió y con eso y mi pensión podemos ir tirando más o menos bien. Sin lujos, pero bien.

– Señora…

– Ayer le dije a mi hijo: ¿por qué no te apuntas a una agencia de esas de contactos para quedar con chicas? Bueno, bueno, la que me lió. No le sentó nada bien, la verdad. Se fue a su cuarto con un portazo y puso la música muy alta. El chunda, chunda ese del demonio…

– ¡SEÑORA!

– Sí.

– ¿Podría indicarme su destino?

– ¿Mi qué?

– Esto es un taxi, señora.

– Ay, sí. Perdone. A comprar pintura. Siga recto y la segunda a la derecha. Es aquí cerquita.

Acciono el taxímetro y partimos.

53 comentarios

  1. Dice ser Atormentada por los recuerdos

    Te entiendo perfectamente, soy teleoperadora cambio mucho de campaña, mi empresa es una empresa de servicios. Ahora hablo con personas de las que conozco la edad y Jesús, + de 70 años charla segura, jajaja, y es que no escuchan oyes, bla bla bla bla y mi capacidad para llevar la conversación se agota con est@s encantador@s y lind@s abuelit@s. En ocasiones soy una excusa también.

    07 septiembre 2011 | 23:42

  2. Dice ser Truk

    Dani, me parece que si Galdós leyera este relato sentiría una sana envidia.

    Me alegra comprebar que las vacaciones te han sentado divinamente, …. lo que no pueda uan Rumana de ojos profundos …

    08 septiembre 2011 | 11:27

  3. Dice ser Jesús

    Comotedigouna CO, tedigouna O.

    12 septiembre 2011 | 12:27

Los comentarios están cerrados.