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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Archivo de la categoría ‘Libros’

Sumisión, de Michel Houellebecq. #Unoalmes

Estaba leyendo Sumisión cuando se produjo el atentado de Niza y también, claro, cuando ocurrió el intento de golpe de estado en Turquía.

¿Casualidades? No sé si se pueden considerar así.

Sumisión es una novela que invita a la reflexión sobre Europa y sus políticas y también sobre el islam y su evolución. En el mundo y, especialmente, en Europa.

Portada de Sumisión

Michel Houellebecq iba a presentar esta novela a principios de enero de 2015. Justo el mismo día se produjo el atentado contra la revista Charlie Hebdo. ¡Qué casualidad! Desde entonces no han dejado de suceder episodios violentos relacionados con el islamismo radical. Cada vez hay más acontecimientos de nuestra vida cotidiana que coinciden en el tiempo con actos terroristas (de lobos solitarios recientemente radicalizados o de grupos perfectamente organizados) relacionados con el Daesh.

Sumisión es una novela de anticipación política pero es sobre todo una invitación a la reflexión.

La anticipación, poca: se centra en las elecciones presidenciales francesas del año 2022. En la primera vuelta la candidata del Frente Nacional gana con unz importante ventaja; en segunda posición se produce casi un empate entre los candidatos del Partido Socialista y de la Hermandad Musulmana; en el último momento es éste el que tiene que enfrentarse en la segunda vuelta a una Marine Le Pen (a la que, si no me equivoco, nunca se llega a nombrar). Tras duras negociaciones los partidos constitucionalistas deciden sumar sus votos para frenar a la candidata ultraderechista.

Con esto no destripo el argumento porque lo realmente interesante, lo que plantea la reflexión a que invita el libro, es todo lo que ocurre después.

La voz, el narrador, es un prestigioso profesor de una de las universidades de París que contempla con asombro (y sin hacer nada por oponerse) todos los cambios que se van produciendo a raíz del cambio de presidente.

¿Real? No. ¿posible? Sin duda.

Las democracias europeas se ven impotentes para frenar a quienes se oponen a las ideas que deberían ser el centro de toda la política común hacia su unión. Así puede producirse el Brexit o la llegada al poder de partidos que estén en contra de las propias ideas de democracia.

Una novela para leer…y para pensar.

 

Matemagia, de Adrián Paenza #Unoalmes

No conocía a Adrián Paenza cuando hace unos meses mi familia me regaló este libro.

Siempre me han gustado los juegos matemáticos y todos los intentos de divulgación de una ciencia que creo que en España explicamos mal, lo que hace que una gran mayoría de la población tenga un serio déficit en esta materia.

Creo que los libros de pasatiempos matemáticos podrían ser una buena manera de iniciarse en el conocimiento de las Matemáticas.

En su momento leí casi todos los libros de Martin Gardner, al que conocí antes por sus artículos en la revista Investigación y Ciencia.

También disfruté con los juegos de lógica matemática de Raymond Smullyan.

Ahora, leyendo Matemagia, el libro de Paenza, un matemático y periodista argentino que además escribe muy bien, me he reencontrado con algunos problemas clásicos que ya conocía, he visto nuevos problemas, he leído anécdotas relacionadas con las matemáticas y he disfrutado en todo momento. Es un libro para leer poco a poco, uno o dos capítulos cada vez, con un papel y un lápiz a mano, parándose a pensar cuando el autor nos lo recomienda (antes de pasar a la solución del caso). Si consigues dar con la solución por tí mismo disfrutas mucho más. Si encuentras una solución diferente a la que propone el autor todavía más, sobre todo si es más directa o elegante.

Ahora que las matemáticas se han puesto de moda (este año es una de las carreras que exigen mayor nota para entrar) y que tienen tantas salidas profesionales como modelizadores, expertos en Big data o en  data sciences, no viene mal recordar estos caminos de acceso a una ciencia que, creo que injustamente, tiene aquí fama de abstrusa.

#papiconcilia Directivos #Unoalmes

Hay quien dice que la conciliación está de moda. Desde luego en mi familia sí. Desde que Usúe, mi hija, fue invitada a renunciar a su trabajo tras nacer su hijo y puso en marcha ahora hace dos años el movimiento #mamiconcilia, el tema no ha desaparecido de mi entorno. Siempre está presente.

A #mamiconcilia le siguieron #papiconcilia y #miempresaconcilia  a los que, desde ayer, se ha unido #papiconcilia Directivos. La presencia de Usúe en los medios de comunicación es constante (en los últimos diez días le han dedicado artículos El País y, dos veces, ABC).

#papiconcilia Directivos parte de una premisa: sólo si los directivos son los primeros en implicarse en las políticas de conciliación y en huir del presentismo, las empresas y el conjunto de sus empleados vivirán esas medidas.

Se trata de un libro (un e-book de descarga gratuita) basado en testimonios reales de directivos reales de siete importantes empresas que promueven entre sus empleados medidas de conciliación: Wolters Kluver, Adams Formación, Mondelez, Mantequerías Arias, Schibsted, Xerox y Mahou-San Miguel.

Además de esos testimonios (el padre que nunca se pierde el cuento a sus hijas cada noche, el que cocina con sus hijos la cena sorpresa que darán a su madre al llegar de una guardia, el que para pasar más tiempo con sus hijos organiza sus tareas para poder hacer algunas a distancia y otras por la noche cuando ya están acostados, el que antes de tomar decisiones sobre su futuro profesional piensa en qué será lo mejor para sus hijas, el que sabe que hay momentos que no se puede perder y por ello comparte con su pareja todo tipo de tareas, el que considera las comidas con su familia como el más importante comité de dirección en el que aprende y toma decisiones, conjuntas, el que aprovecha el horario flexible para llevar a sus hijos al colegio o cenar con ellos, el que adaptó su calendario semanal de trabajo para, viviendo en otra ciudad, poder pasar tres días a la semana con su familia, el que, pese a tener un horario flexible, encuentra dificultades para compatibilizarlo con su vida familiar, el que confiesa que le resultó difícil conciliar pero lo logra a base de planificación, el que se considera un mago/malabarista pero hace posible lo imposible, el que busca tiempo de calidad cenando en la cocina todos juntos y sin tele, o el que sabe que los cambios reales sólo los harán los directivos y para ello utiliza las nuevas tecnologías para tener sus reuniones a distancia ) incluye entrevistas a cada uno de los doce directivos participantes y las medidas concretas que cada una de las empresas tiene implantadas para facilitar la vida de sus empleados.

A lo largo de todo el libro se respira una idea: en las empresas que facilitan la conciliación se trabaja mejor; sus empleados no sólo son más felices; también son más productivos. Un mejor clima laboral ayuda a crear empresas mejores y a atraer a mejores profesionales.

Si quieres conseguir que tu empresa sea mejor, o si quieres conocer cuántas medidas diferentes se pueden aplicar para conseguirlo, no te puedes perder este libro.

Muerte de un anticuario #Unoalmes

Fue uno de mis regalos del Olentzero, el pasado diciembre en Vitoria.

Sé que no es fácil acertar con mis regalos. Un libro es una buena idea, pero, como leo mucho, puede que ya lo haya leído, así que uno con un componente local podía tener más posibilidades.

Muerte de un anticuario es una novela negra ambientada en la Vitoria/Gasteiz de finales del siglo XX. El autor es Eduardo Rojo Díez, periodista y filólogo, que trabaja en la emisora de RNE de la ciudad.

En las primeras páginas aparece asesinado el anticuario de la calle Correría, en el Casco Viejo, que da título a la novela.

Un detective de la única agencia que existe en Vitoria empieza una investigación por su cuenta, que al cabo del tiempo se convierte en un encargo del hermano de la víctima.

En la acción, muy bien llevada, se entrecruzan amoríos, homosexualidad, pederastia y asuntos relacionados con la religiosidad local.

El autor entremezcla historias y tradiciones locales, Celedón, la Virgen Blanca, San Prudencio, el Rosario de la Aurora, la procesión de los faroles o el vino caliente de Nochebuena, en la que los personajes inventados de la novela alternan con figuras reales de la capital alavesa.

También aparecen episodios relacionados con la política, como los sucesos del 3 de marzo de 1976 o la tregua de ETA y el Plan Ibarretxe.

Creo que la novela puede ser muy interesante para cualquiera, sea cual sea su procedencia, pero para alguien, como yo, de Vitoria, encontrarse entre sus páginas con Iñaki Añúa, el organizador del Festival de Jazz, que era el mejor amigo de mi hermano o con el psiquiatra Guti, el hijo del médico que me vió cuando me rompí el brazo, que vivía enfrente del instituto al que yo iba (y que ahora es la sede del Parlamento Vasco) tiene un plus de interés y curiosidad.

Puede ocurrir lo mismo con los bares y los restaurantes: por las páginas desfilan el aroma del café del Casablanca, las alubias a la riojana del Zabala, los gin tonocs de Los Cuatro Azules o el ambiente nocturno de Río. La calle Dato tiene un peso especial, como cualquier vitoriano comprende; incluso se pueden tomar unas trufas de Goya.

También hay unas cuantas bromas sobre los apellidos compuestos alaveses y los vitorianos de toda la vida que, seguramente, se entienden mejor si uno es de Vitoria, pero no creo que entorpezcan la claridad del relato para personas que no hayan pasado nunca por la cpital alavesa.

#Unoalmes: Antología personal

Desde hace tiempo tenía ganas de leer algo de Ricardo Piglia. Probablemente una Antología personal, seleccionada por el propio autor es una buena primera aproximación.

La semana pasada, aprovechando el largo viaje a Gerona (ahora ya hemos olvidado los viajes de hace años, cuando pasábamos toda una noche para llegar desde Vitoria a Madrid y cuatro horas en AVE se nos hacen muy largas) lo empecé.

Ricardo Piglia

El libro, como buena antología, es una mezcla de diversos géneros y diversas épocas de la vida del autor. Un buena primera aproximación a la literatura de quien es seguramente uno de los mayores escritores argentinos vivos.

Podemos leer desde relatos breves en los que yo he creído ver resonancias borgianas, hasta ensayos sobre literatura, pasando por relatos policiacos, con la figura central de su personaje, el detective Croce.

Termina con un relato sobre la vida del Che Guevara debatiéndose siempre entre su pasión lectora y su necesidad de acción que le lleva a la lucha en diversos países del mundo (Cuba, el Congo y finalmente Bolivia donde la muerte le encontró).

Un libro sumamente interesante que deja, al menos a mí me ha pasado, con ganas de conocer más sobre un escritor que ya ha ganado muchos premios y que, no sería nada raro, puede ser el próximo Premio Cervantes.

La buena reputación #Unoalmes

Estuve fuera de Madrid los últimos días de enero y, aunque todo el tiempo tuve la intención de coger el ordenador y ponerme a escribir, finalmente no cumplí con mi compromiso de recomendar cada última semana del mes un libro. Mi recomendación de enero es La buena reputación.

Al repasar mis notas veo que llevo más de treinta años leyendo a Ignacio Martínez de Pisón y me parece mentira porque sigue pareciéndome un escritor joven, con todo lo que eso puede tener de bueno y sí, quizá también de malo. Como esto de la juventud depende del punto de vista, quizá la razón es que es diez años más joven que yo.

De hecho veo que empecé a leer a Muñoz Molina algo después y mientras a éste le he seguido de cerca y he leído cerca de veinte libros, casi toda su obra, que le ha llevado a ser académico de la Lengua, de Martínez de Pisón he leído bastante menos (ocho libros) pese a que cuando los he leído siempre me han resultado atractivos. Ahora, al buscar información, veo que también fue el guionista de varias películas, entre ellas Chico y Rita, que me encantó. Quizá compaginar esas dos tareas le ha hecho ser menos prolífico.

Ignacio Martínez de Pisón

Pero me estoy yendo por las ramas: La buena reputación me había pasado inadvertida cuando se publicó pero llamó mi atención cuando ganó el Premio Nacional de Narrativa. Está claro que los jurados del Premio no se equivocaron. Se trata de una gran novela.

Como casi toda su obra, esta novela también refleja la situación de la sociedad española durante estos años, en este caso con un aspecto diferente: la obra comienza y termina en Melilla, en dos momentos históricos muy diferentes: los años cincuenta, cuando se preveía la pérdida del protectorado y la independencia del reino de Marruecos y los ochenta, con una Melilla ya consolidada como ciudad fronteriza en la que el pequeño contrabando juega un papel importante.

La novela se estructura en torno a la historia de una familia de clase media (media-alta en algunos momentos y media-baja en otros) a lo largo de tres generaciones y cinco partes (o novelas). La primera, el matrimonio formado por Samuel, un judío español influyente en la comunidad de esa religión en Melilla y Mercedes, cristiana, hija de militar. Preocupados por los cambios que la descolonización de Marruecos (donde Samuel tiene la mayor parte de sus negocios) pueda traer a sus vidas, deciden trasladarse a Málaga, primero y, tras un fallido proceso de adaptación, finalmente a Zaragoza.

La segunda generación la forman las hijas, Miriam y Sara, mayores de edad cuando se produce el cambio de residencia de la familia y con trayaectorias muy diferentes, aunque el autor se recrea más en la de Miriam, aparentemente más convencional, que en la de Sara que, en una cierta vuelta a los orígenes, se fuga con un novio judío que, de pronto, pierde protagonismo. Aquí la acción se sitúa casi en su totalidad en Zaragoza, la ciudad natal del autor.

La tercera generación, la de Elías y Daniel, los hijos de Miriam, es la del regreso geográfico hacia el Sur (uno a Málaga y otro a Melilla) empujados por el inesperado testamento de la abuela. Se produce aquí también una vuelta a los orígenes, a los negocios del abuelo, algo para lo que no están especialmente preparados.

Un retrato de familia, de clase y de una sociedad, la española, en plena evolución desde los años del franquismo hasta la primera época de la democracia.

Una novela larga por su extensión que no se hace larga porque se lee con agrado.

Trilogía del Baztán. #Unoalmes

Este final de mes está siendo complicado y, aunque estoy escribiendo mucho, he tenido un poco abandonado el blog.

Pero no podía fallar en mi promesa de cumplir con la propuesta de Melisa de recomendar un libro al mes. En realidad ya recomendé uno, María Lisboa, pero lo hice en la segunda semana del mes y el compromiso es hacerlo en la última. Voy con ello.

Y no voy a recomendar un libro, sino tres.

Confieso mi falta: No había oído hablar de Dolores Redondo hasta el pasado mes de mayo. Está claro que haber dejado de leer, o casi, periódicos en papel tiene algunas pegas. Entre otras que me quedo fuera de propuestas literarias interesantes como ésta.

En mayo, en Pedraza, en los prolegómenos de una boda familiar, lo escuché por primera vez a mis hermanas y a una de mis primas. Hablaron tan bien de las novelas que me propuse no tardar en leerlas. Muy pronto, creo que en la Feria del Libro, me hice con la primera novela de la trilogía: El guardián invisible. Me fascinó desde el principio: la inspectora Salazar, su compleja infancia y sus problemas familiares; la mezcla de método científico con tarot, los consejos llegados desde Estados Unidos y todas las gotas de mitología vasca que se salpican a lo largo de la obra mantienen el interés en todo momento.

Portadas de los tres libros de la trilogía

Y eso que aún no se había producido mi reencuentro con Josemari Vélez de Mendizábal, actual Presidente de la Fundación José Miguel de Barandiarán y compañero mío de Preu hace 48 años. El Padre Barandiarán fue el gran investigador y recopilador de la mitología vasca durante los primeros años del siglo XX y es una referencia constante a lo largo de las obras que componen la trilogía.

Veo que la primera novela va a cumplir pronto su tercer año desde que fue publicada, que la trilogía ha sido traducida a numerosos idiomas ( de hecho se publicó simultáneamente en la cuatro lenguas oficiales españolas, algo no muy habitual) y que está siendo llevada al cine.

Creo que fue el mes pasado cuando leí Legado en los huesos, el segundo libro de la trilogía y justo estos días estoy leyendo Ofrenda a la tormenta, el tercero. Pienso que no rompo ninguna regla al recomendar un libro que aún no he terminado; estoy seguro de que también me va a gustar.

Dolores Redondo es de San Sebastián; la inspectora Amaia Salazar, la protagonista, trabaja en Pamplona, en la Policía Foral de Navarra, pero la mayor parte de las novelas transcurre en su pueblo, Elizondo y en su entorno, el valle del Baztán, en la parte norte de Navarra, muy próxima a Francia y a Guipúzcoa.

El ambiente sombrío de una zona boscosa en la que normalmente llueve mucho contribuye a aumentar el aire de misterio que tienen todas las obras.

Además de una muy bien construída Amaia Salazar, una personalidad fuerte pero compleja, con importantes traumas de infancia, hay toda una galería de secundarios, los policías del equipo, la familia de la inspectora, en la que destacan su marido, James, un escultor americano locamente enamorado de su mujer y la tía Engrasi, que extrae toda su sensatez de una baraja de cartas de tarot.

Y, como se trata de una serie de novelas de misterio, creo que no debo desvelar nada más.

Pero no tengo ninguna duda:

Muy recomendable.

María Lisboa y el nacimiento del Instituto Español

A Eduardo (Foronda) con un fuerte abrazo.

Como sabes (página 20), en la ruta hacia la habitación 412 del AQUINAS, el camarada que suscribe dejaba dormir en la 410 los papeles comprometidos. ¡Qué buenos años compartimos en aquella Universidad! Espero que te guste la novela.

Ángel.   Noviembre 2015

Con esa dedicatoria me llegó por correo un libro, María Lisboa, enviado por su autor: Ángel Chica Blas.

Portada del libro

Ángel fue compañero mío en el Aquinas; efectivamente utilizaba mi habitación como depósito de material comprometido (y comprometedor) y quizá fue en parte responsable de que tanto mi amigo Roberto como yo acabáramos estudiando Matemáticas después de un no muy brillante intento en la Escuela de Ingenieros de Caminos.

Chica era un genio para las Matemáticas en su versión más abstracta (lo que llamábamos pura) se lo sabía todo, mucho antes de que lo explicaran en clase; sabía de donde venía y qué otros teoremas estaban relacionados con el que se estaba estudiando. Acabó siendo Catedrático de Instituto; de Matemáticas, claro.

Pero con este libro se me ha revelado también como un gran escritor.

Él venía de Lisboa, donde había pasado una gran parte de su vida. Hasta llegar a la Universidad Complutense siempre había estudiado en la Escuela e Instituto Español de Lisboa y fue allí donde, muchos años después, decidió terminar su carrera profesional en los años previos a su reciente jubilación.

Su estancia en esta última etapa coincidió con la celebración del 75º aniversario de la creación del centro; como antiguo alumno se encargó de la organización de los actos conmemorativos de esa efeméride. Eso le puso en contacto con mucha documentación de la época inicial y le permitió conocer en profundidad la historia de los dos primeros profesores del centro: José Hernández y Ramón Martínez.

El Instituto Español de Lisboa nació en los años de la Segunda República, con un ideario de formación muy próximo al de la Institución Libre de Enseñanza. El inicio de la Guerra Civil fue determinante en el cambio de trayectoria. Cada uno de los dos profesores fundadores tomó un rumbo diferente: José siguió en el centro, aunque renunció a la dirección, mientras Ramón se vio obligado a optar por el exilio y acabó como profesor de gran prestigio en una universidad de Estados Unidos.

Años después se produjo un reencuentro entre los dos compañeros, del que existe un testimonio gráfico. A partir de esa fotografía el autor reconstruye en una excelente novela la historia de esa relación, la de los primeros años del Instituto, los cambios que se producen en los primeros momentos de la Guerra y, sobre todo, el ambiente de una Lisboa entrañable, tan cercana y a la vez tan lejana en muchos sentidos como lo es Portugal para los españoles.

Por la novela, además de retazos de esas dos vidas tan distintas, desfilan los olores y los sabores de las calles de una Lisboa a la que apetece siempre volver, a pasear siempre cuesta abajo en una ciudad de grandes cuestas que ha sabido resolver el problema: se sube en ascensores, en tranvías o en cualquier vehículo para después disfrutar del descenso.

María Lisboa es el título de un fado que pudo empezar a cantar Amalia Rodrigues, aunque quizá lo terminara Mariza. O puede que no; puede que sea un texto que comenzó Pessoa o cualquiera de sus heterónimos y terminó Saramago tiempo después.

Aunque yo sigo prefiriendo leer los libros en papel y así se lo dije a Ángel Chica, que en seguida me lo envió, también se puede adquirir en versión electrónica: http://www.amazon.es/MAR%C3%8DA-LISBOA-ANGEL-CHICA-BLAS-ebook/dp/B017HOBS9I

Yo lo recomiendo.

#Unoalmaes: «La Oculta» una gran novela sobre la Colombia actual

El mes pasado, Melisa, la jefa de los blogueros de 20 Minutos nos sugirió que nos uniéramos a la iniciativa #UnoAlMes: se trata de, una vez al mes, durante la última semana, recomendar un libro que nos haya gustado.

Yo llevo ya unos años hablando, de vez en cuando, de libros. Trato de contar mis lecturas del verano, aunque casi siempre me quedo a medias, o cuento lo que me ha gustado de otros libros. Pero esta idea me pareció bonita y voy a tratar de seguirla. Además, decía Melisa, no hay ninguna obligación: se puede hacer unos meses sí y otros no. Así es más fácil. Pero intentaré hacerlo bien.

La Oculta es el segundo libro que leo de Héctor Abad Facciolince y, como casi todo, tiene su anécdota. Hace cuatro años leí El olvido que seremos, una dura pero extraordinaria novela autobiográfica en la que el autor narra la muerte de su padre a manos de unos sicarios, en la época más dura de las guerrillas y los paramilitares. Si no la han leído, búsquenla. Es una de las mejores novelas que he leído en los últimos años y ahora se puede encontrar en edición barata, de bolsillo (yo sigo prefiriendo leer en papel).

Este año yo estaba enfermo el Día del Padre y mis hijos bajaron a Modesta Librería, que está debajo de su casa, a pedir una recomendación para regalarme un libro. La recomendación unánime de quienes estaban en la librería fue El olvido que seremos (está claro que tienen buen gusto). La cara de desilusión de Usúe y Carlos cuando abrí el paquete y vieron que ya lo había leído fue apoteósica.

Así que volvieron a la librería en busca de nuevas recomendaciones y, esta vez, me llamaron por teléfono para consultar. Tenían dudas entre La Oculta, del mismo autor y Nada se opone a la noche, de Delphine de Villan, otra gran novela casi autobiográfica, pero que transcurre en la Francia actual, con el suicidio como tema de fondo. Al final se decidieron por esta última, que era una autora nueva para mí. Se lo agradezco, porque siempre es bueno descubrir algo nuevo.

Pero yo me quedé con el gusanillo de La Oculta y terminé comprándola en otra ocasión.

La he leído este mes y, también, me ha encantado.

Aunque el aspecto autobiográfico no esté tan claro como en la novela anterior, también se trasluce de manera latente a lo largo de todo el libro. La Oculta es una finca de la región de Antioquia, al Noroeste de Colombia, que ha pertenecido a una misma familia desde mediados del siglo XIX.

Los tres miembros actuales de esa familia son las tres voces de la narración. Son tres hermanos, dos mujeres y un hombre, con visiones muy diferentes, y muy complementarias, de la vida, una magnífica manera de contarnos los cambios que han experimentado la familia, el país y la sociedad en general a lo largo de casi doscientos años.

La hermana mayor se casó muy joven y sigue fiel a su marido y a La Oculta, la finca donde ha transcurrido toda su vida, sigue siendo el centro de sus inquietudes y por la que siente un gran apego. Es la visión tradicional, en muchos sentidos conservadora.

La segunda hermana es, casi, su polo opuesto: se ha casado varias veces y mantenido otras muchas relaciones sentimentales. Además sufrió una experiencia traumática en la finca. Aunque allí vivió alguno de los mejores momentos de su vida, ahora preferiría desprenderse de La Oculta o, en todo caso, no volver. Es un punto de vista más desapegado y, en cierto modo, más moderno.

El hermano, un músico homosexual que vive en Nueva York,  tiene a La Oculta en el centro de sus obsesiones, investiga sobre su historia (lo que nos ayuda a los lectores a conocer mejor a la familia que ha desarrollado allí su vida) y aspira a vivir en ella con su pareja cuando pase el tiempo. Es, por una parte, la visión histórica, pero también la visión desde la distancia y la nostalgia.

Una novela a tres voces, llena de humanidad, que mantiene siempre el interés.

Muy recomendable.

Rafa Caunedo en el Premio Planeta

El jueves se falló el Premio Planeta. La ganadora fue Alicia Giménez Bartlett, de quien aún  no he leído nada, pero que es cuñada de José Ramón, un buen amigo mío. Habrá que darle una oportunidad. La novela ganadora es Hombres desnudos.

El finalista fue el cineasta Daniel Sánchez Arévalo, con La isla de Alice. No conocía su faceta como escritor, así que tampoco he leído nada suyo.

Pero al día siguiente, el viernes, la primera vez que me conecté a Internet (creo que a través del móvil) me encontré con esta foto:

Rafa Caunedo y Ana Castro en la noche de Santa Teresa

Rafa Caunedo y Ana Castro, radiantes de felicidad en la ceremonia del Planeta mostrando en sus manos un trofeo con el logotipo de la editorial.

De Rafa sí he leído tres novelas que, por cierto, he comentado en este blog: Plan B, en el año 2009; Helmut, en 2011 y Se acabó, en 2014. Las tres me gustaron. En las tres ocasiones acudí a la presentación.

¿Habría ganado Rafa algún premio? Entendí que había estado entre los diez seleccionados aunque, como casi todos iban con seudónimo, no lo pude comprobar.

El viernes por la tarde, ante las felicitaciones recibidas, Ana aclaraba en Facebook:

¡Pero que majos sois leche! estuvimos en la entrega del premio Planeta pero no nos concedieron nada … todavía ….

Eso digo yo: …todavía…

Estoy seguro de que Caunedo acabará recibiendo el reconocimiento que se merece.

Pero a quién yo conozco es a Ana. Seguro que ella no se acuerda pero nos conocimos cuando ella era estudiante y vino a Central Media a pedir unos datos para un trabajo que tenía que hacer.

Después ella estuvo en Saatchi &Saatchi, una agencia del grupo en el que trabajo y volvimos a coincidir. Poco.

Siguió por otras agencias y la perdí de vista. O no.

Creo que fue en 2005 cuando llegó a Zenith y acabó ocupando el despacho de al lado del mío. Entonces había despachos.

Recuerdo el primer día en que fuimos juntos a presentar un nuevo negocio. Era en Electronic Arts; ella decía que estaba emocionada por ir junto conmigo a una presentación. Como si yo fuera alguien. Ella que ahora es alta directiva de una de esas multinacionales en las que a cualquiera nos gustaría trabajar.

Fuimos buenos vecinos de despacho. Nos llevábamos muy bien. Pero acabó yéndose; por esas cosas de la vida.

Hace casi dos años, cuando mi hija se quedó sin trabajo después de ser madre y empezó su aventura #mamiconcilia, le pidió a Ana un testimonio. Como es una alta directiva de una gran multinacional le dijo, con razón, que no iba a tener tiempo. Se me ocurrió decirle que, en su casa, el que más conciliaba era Rafa, el marido, y que quizá él podría escribir su testimonio.

Lo hizo.

Seguramente es el mejor testimonio de #mamiconcilia.

Espero, en realidad estoy seguro de, que Rafa acabará triunfando con sus novelas.

Quizá el de esta semana haya sido un paso decisivo.