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7 libros para leer y reír a cualquier edad con el genio subversivo de Roald Dahl

Con Roald Dahl la bibliodiversión está garantizada. Porque a imaginación, irreverencia y humor hay muy pocos que igualen a este genio subversivo. Un titán de las letras que ha conquistado a legiones de lectores de todo pelaje, edad y condición con sus historias originales, desternillantes, inesperadas y casi siempre demoledoras. Y, eso sí, maravillosamente ilustradas por Quentin Blake. Otro que tal baila…

Aunque conocido fundamentalmente por sus míticos libros infantiles cargadas de rimas y de situaciones disparatadas, el británico Roald Dahl es también un consumado maestro del relato para adultos, aun cuando explota sus miserias con una ironía y un efectismo sobrecogedores.

Pero todos y cada uno de sus artefactos librescos son reflejos de un ingenio tan perverso como brillante e incisivo, donde el reverso más retorcido del hombre se revela en tramas cargadas de suspense, de humor mordaz y de mensaje, pobladas por criaturas marcadas por su diferencia y cerradas con finales abruptos y certeros.

Así que con semejante bibliopanorama cuando en la librería me preguntan por dónde empezar a leer a Roald Dahl me vengo arriba y suelto sin pestañear mi selección reginaexlibrislandiana de siete libros para leer, reír y rendirse al genio subversivo de Roald Dahl a cualquier edad:

  • Desde 8 años => ¡Qué asco de bichos! El cocodrilo enorme. Roald Dahl. Loqueleo. Roald Dahl, maestro en la personificación de animales, disecciona en nueve desternillantes historias en verso las aventuras y desventuras de distintos animales que necesitan poner en jaque al ser humano para sobrevivir, al tiempo que muestran a los más pequeños las grandezas y las miserias de una especie –la suya- caricaturizada en todo su estúpido, tierno, cruel y torpe esplendor. Una divertida e imaginativa manera de colocar al hombre en el lugar que le pertenece, es decir, un par de escalones más abajo del sitio que pretende ocupar en el reino animal. Escenas divertidas, rimas hilarantes y un buen rato de risas de letras aseguradas.

 

  • Desde 8 años => El Superzorro. Roald Dahl. Loqueleo. Pasen y lean las andanzas de Don Zorro, un superhéroe de pelo en pecho valiente, bondadoso, inteligente, divertido y definitivamente astuto que debe anticiparse a las sucias artimañas de Bufón, Buñuelo y Benito, tres bribones que lo acechan y atormentan en el bosque y desde sus granjas. Una divertida historia que empieza como un cuento de hadas pero que un par de páginas más allá pulveriza el género para demostrar que bondad y astucia pueden ir perfectamente de la mano o, mejor aún, vestir la piel de un zorro.

  • Desde 10 años => Los Cretinos. Roald Dahl. Loqueleo. El señor y la señora Cretino son dos odiosos personajes, tan malvados como mugrientos y repulsivos, que se dedican a hacerse la vida insoportable, no solo entre ellos sino a cualquiera que se les cruza. Y no solo eso: los Cretino son especialmente crueles y abusones con una simpática familia de monos, a los que tienen prisioneros y a los que tampoco dejan vivir en paz. Pero la irrupción del pájaro Gordinflón va a poner patas arriba el turbio hogar de los Cretino. ¿Recibirán los Cretino su merecido? Una desternillante fábula sobre un par de abusones que terminan por recibir su merecido de la forma más insospechada.

  • Desde 10 años => Las Brujas. Roald Dahl. Loqueleo. Las brujas de todo el mundo están celebrando su Congreso Anual en la costa de Inglaterra. Capitaneadas por la idolatrada y temida Gran Bruja planean aniquilar a todos los niños sirviéndose de un ratonizador mágico. El problema añadido es que estas brujas no son las típicas que aparecen en los cuentos tradicionales, sino que son unas mujeres corrientes que se visten con ropa corriente y llevan una vida corriente, como la de cualquier mujer corriente. Si es así, ¿conseguirán vencerlas un niño de 7 años y su abuela? Una divertidísima fábula apta para cualquier edad y paladar libresco. 

 

  • Desde 12 años => Matilda. Roald Dahl. Loqueleo. Los bibliófagos del mundo caímos rendidos a los pies de Matilda, una niña de 5 años que es una voraz devoradora de libros. Es superdotada y traviesa, algo que desestabiliza e incomoda a sus padres y al resto de adultos que la rodean, y eso haría de esta historia un drama familiar de no ser por el humor y el ingenio de esta pequeña bibliófila que, además, tiene algún que otro poder secreto. Armada con una curiosidad insaciable y un empeño rotundo en ser feliz a toda costa, esta princesita de armas tomar es un derroche de inteligencia, gracia y humor que un buen día decide desquitarse y empezar a actuar ante quienes la quieren hacer daño o la tratan injustamente. Divertido, tierno y lúcido relato del amor por los libros y del poder de la imaginación y de la lectura como armas contra la mediocridad.

  • Desde 12 años => Charlie y la Fábrica de Chocolate. Roald Dahl. Loqueleo. Charlie vive junto a sus padres y sus abuelos en un hogar donde escasea prácticamente todo menos el amor. Juntos sobreviven sin quejarse del hambre ni del frío, y la cosa empeora cuando su padre pierde el trabajo. Mientras tanto el excéntrico Señor Wonka, dueño de una fábrica de chocolate local, ha escondido cinco billetes de oro en sus chocolatinas y los afortunados que los encuentren tendrán libre acceso a sus misteriosas instalaciones. En un golpe de suerte es Charlie quien se hace con uno de esos preciados pasaportes dorados, y desde el momento en que accede a la Fábrica nada será como hasta entonces. Hilarante fábula que recomiendo leer con el buche lleno donde lo verdaderamente importante se impone a lo superficial, y donde se suceden escenas tan escalofriantes como divertidas. Roald Dahl en estado puro.

 

  • Desde 13 años => Relatos. Roald Dahl. Loqueleo. Para los lectores más creciditos que quieran profundizar en el al universo literario más adulto de Roald Dahl no hay mejor opción que sus relatos, y hete aquí una selección pensada para paladares adolescentes. Son trece sorprendentes historias que reflejan el indiscutible talento de uno de los grandes titanes de la literatura universal. El humor, la ironía y la imaginación de Roald Dahl se mezclan para crear situaciones y personajes inolvidables y levantar relatos con un lenguaje directo y rico, un humor corrosivo y sarcástico, y finales atípicos e inesperados que invitan a una sonrisa cómplice. Sin duda un efectivo bibliopasaporte al resto de la alucinante bibliografía de Dahl.

Así que, reginaexlibrislandianos de pro, pasen y lean solos o en familia a este genio llamado Roald Dahl, ese que sin miedo a ser subversivo logra ser luminoso y oscuro al mismo tiempo. Palabra de Regina ExLibris.

 

Viva el ‘humor inglés’ de Anagrama

Tenía que ser Jorge Herralde, cuerpo y alma de la editorial Anagrama, quien impulsara una gloriosamente inesperada promoción bibliófila más de las que se incluyen en el programa de celebraciones del 40 aniversario del sello.

La cosa va así: al comprar dos títulos de Anagrama el cliente se lleva de regalo un ejemplar de ‘El mejor humor inglés’, que recoge fragmentos de 11 novelas de las lenguas y los ingenios más afilados, hilarantes y certeros de las letras de la Gran Bretaña.

Sí, queridos, sin duda una iniciativa a la medida de Reginaexlibrislandia, donde como firmes defensores de las propiedades terapéuticas del humor hecho letras, recibimos la iniciativa herraldiana a lo grande: con un lingotazo extra de café.

Tan contenta estaba yo con este oasis promocional en medio de la aridez estival sembrada de reediciones de los mismos títulos de siempre con cubiertas renovadas y en formato bolsillo –así, entre nosotros os diré que como vea otra reedición más de La sangre de los inocentes creo que me voy a poner a gritar– cuando la Providencia Librera arrojó a mis confines a una mujer que, parapetada al otro lado de un bolso descomunal, me soltó a media voz:

 

– Clienta: Buenas, ¿puede ayudarme?- Regina: Sí, claro, ¡usted dirá!

– C.: Verá, el humor inglés me gusta, y quisiera leer libros de humor inglés.

 

A ver, queridos, una petición tan singular a bocajarro no es fácil de encajar con gracia, y a veces el estupor me bloquea la neurona y retarda mi capacidad de reacción bibliófila.

En esos momentos me quedo en ‘modo regina automática», programada para no dejar de sonreír y para parpadear cada dos segundos, mientras de epidermis para adentro me entrego a una frenética actividad cerebral…

… Y en esas estaba, cuando ella prosiguió:

 

– C.: Me refiero a algo de un tal Barnes, o de Gudhose… y de alguno más que no recuerdo.

¡Plim! Campanilla cerebral a lo juego de pim-ball que me desactivó el automatismo y me retrotrajo a la realidad bajo mi regio pelucón. Ella misma me dió la clave:

 

– Regina: ¿Julian Barnes?- C.: Sí, ese.

– R.: ¿Y Wodhouse, quizás?

– C.: Sí, sí, me equivoqué. Y también un tal Jornby.

– R.: Mmm, ¿Hornby? ¿me permite una indiscreción?

– C.: Sí, dígame.

– R.: ¿Tiene usted un ejemplar de El mejor humor inglés, de Anagrama, que recoge fragmentos de británicos dados al humor?

– C.: Uy, si, ¿cómo lo sabe? En realidad se lo vi a un compañero de trabajo, me lo prestó a la hora de la comida y me hizo tanta gracia lo que leí que decidí comprarme los libros de donde sacaron esos textos. Es que, verá, con tanto problema y tanta crísis esa será una buena terapia de choque, ¿no cree?

– R.: Sin duda. Pues, mire, le enseño los títulos para que los vea:

 

 

Wilt no se aclara, de Sharpe; Relatos de los inesperado, de Roald Dahl; Con lo puesto, de A. Bennet; El loro de Flaubert, de Julian Barnes; Mar gruesa, de Martin Amis; Primer amor, últimos ritos, de Ian McEwan; Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, y Alta fidelidad, de Nick Hornby.

 

 

Ella se llevó ¡Pues vaya!, de P.D. Woodehouse, Merienda de negros, de Evelyn Waugh y, como no, su ejemplar de regalo de El mejor humor inglés no sin antes decirme:

 

«Mira qué bien, así ya sé los que me puedo seguir comprando. ¡Gracias!»

En ese momento fue en el que decidí montar una mesita veraniega dedicada al ‘Humor Inglés» con los títulos seleccionados por Herralde (gracias de antemano, caballero), con el ejemplar de regalo en medio.

Y vosotros, regianexlibrislandianos de pro, ¿vísteis en alguna librería la promoción de Anagrama? ¿Conocíais el volumen ‘El mejor humor inglés’? ¿Qué títulos de autores británicos editados o no por Anagrama me sugeriríais para mi mesa temática?

«Mejor me llevo los de Los Cinco, que a Harry Potter llegará ella solita»

Quizá sea un efecto secundario del oficio librero, pero en reginaexlibrislandia impera el dogma que reza «Soy lo que leo». No es que correteemos por entre nuestras baldas farfullándolo en plan mántrico, pero a veces alguna anécdota con clientes o comerciales o cualquier noticia de los medios nos devuelve a él.

Y esta semana, en una de esas paradas técnicas mediamañaneras para repostar café, leíamos en la prensa: «Enid Blyton vence a la ‘mamá’ de Harry Potter como autora más querida en el Reino Unido». Ay, queridos, mi otro librero y yo pasamos de la estupefacción a la euforia a velocidad de crucero, y eso que aún no habíamos metido el morro en la cafeína, ni leído el texto íntegro.

Pero sólo con saber que se trataba del resultado de una encuesta realizada entre 2.000 adultos, para quienes a día de hoy su escritora preferida es Enid Blyton (Los Cinco, Los Siete Secretos, la Serie Secreto, etc), seguida por Roald Dahl (Charlie y la Fábrica de Chocolate; Las Brujas; James y el melocotón gigante, etc) y por J.K.Rowling nos bastaba.

Ojo, pero no por desprestigiar a la madre literaria de Harry Potter ni su gloriosa saga de la que yo misma soy devota, sino porque volvíamos a nuestro citado dogma: ‘Soy lo que leo’. Eso demuestra que las generaciones que han crecido leyendo a Blyton y a Dahl, habrán leído o no la saga de Rowling, pero siguen apegados sentimentalmente a quienes les revelaron la magia de la lectura décadas atrás.

Y hacia ahí, hacia el espacio que ocupa el universo Blyton en reginaexlibrislandia, derivó nuestra charleta de mostrador:

– Regina: Mira, en la balda a ras de suelo está la saga completa de Los Cinco, que son 21 aventuras, y la de Los Siete Secretos… Tráete alguno un momento,- Librero: Uy, pues si es de reciente edición. Ahora no caigo en cifras ¿las vendemos?

– R.: Sí, salen al mes unos 5 o 6 ejemplares de media.

– L.: Nada comparado con los 20 Harry Potter en el peor mes.

– R.: Ya, pero Los Cinco no tienen película ni merchandising ni nada, van de boca a boca o, mejor, de adulto a niño.

– L.: ¡Madre mía, mira esta cubierta! ¡Es igualita a la que yo tenía!

– R.: La verdad es que no sé qué tiene más mérito: si que una saga de aventuras publicada en llos 40-50-60 del S.XX venda a día de hoy diez millones de ejemplares en el mundo (continúan disponibles en noventa idiomas) sin campañas de publicidad, o el fenómeno mediático a escala planetaria llamada harrypottermanía que mueve cifras astronómicas.

– L: Pues creo que…

Y aquí apareció una mujer que había cogido los dos primeros volúmenes de Harry Potter de las baldas:

– Clienta.: Voy a la playa con mi sobrina de 12 años y, como se aburre, a ver si logro que lea.- Regina: Muy bien

– C.: Pero estoy perdidísima en libros para esa edad, así que con esto espero no fallar.

– R.: Hombre si quiere puedo recomend….

– C.: ¿ESO de ahí son libros de LOS CINCO? ¿Los de toda la vida?

– R.: Estooooo, sí. Son los mismos, los de Enid Blyton

– C.: Ah, pero entonces ¿aún existen los de Los Cinco?

– R.: Como puede ver, sí, por suerte aquí siguen.

– C.: ¡Dios mío, si yo los devoraba de pequeña! ¡Qué veranos!

– R.: Aunque no lo crea, la gente los compra, normalmente para regalar a parientes menores.

– C.: No me digas más, me llevo dos de Los Cinco en lugar de los de Harry Potter.

– R.: Como quiera, pero… justo hablábamos de eso, ¿puedo preguntarle por qué?

– C.: Eran… son especiales para mí. A Harry Potter llegará tarde o temprano, pero no quiero que se pierda Los Cinco. Por intentarlo que no sea, ¿no?

Y se fue con sus dos volúmenes (Los cinco y el tesoro de la isla; Los cinco se escapan) de la grandísima Enid Blyton.

Ah, visto lo visto hemos colocado las colecciones de Blyton más a la vista en reginaexlibrislandia, para los adultos más olvidadizos.

Y vosotros, queridos, ¿Erais de Los Cinco, de Los Siete Secretos, de La Serie Secreto o de las otras? ¿Sabíais que los libros de Enid Blyton siguen en circulación? ¿Los habéis regalado o recomendado alguna vez?

Para los nostálgicos unas imágenes de la adaptación televisiva de Los Cinco que la televisión británica emitió años atrás:

«Gracias por Matar un ruiseñor«

Si para Forrest Gump ‘La vida es como una caja de bombones…’, os aseguro que el día a día en reginaexlibrislandia es como la Fábrica de Chocolate de la fabulosa novela de Roald Dahl, donde lo mismo le hincas el diente a una tableta dulce que a otra amarga, según el talante del cliente/Willy Wonka que te la de.

Pues bien, hoy me tocó catar uno de un sabor tan inesperado y exquisito que me puso el pelucón mirando al séptimo cielo librero.

Hallábame yo en plena orgía de café, facturas y albaranes cuando se materializó en mis confines un reginaexlibrislandiano asiduo. Como es un caballero que, exceptuando los saludos de cortesía, rara vez se dirige a mi me limité a darle los buenos días con una sonrisa. Pero él, en lugar de consagrarse a mis baldas como acostumbra, enfiló hacia mi escritorio.

Al llegar se detuvo, se aclaró la garganta y me dijo a media voz:

– Cliente: Gracias por Matar un ruiseñor, señorita.

– Regina: Perdón, ¿cómo dice?

– C.: Que por usted llegué a ese libro, y me ha conmovido como pocos.

– R.: ¿Yo? Pero… pe-pero

Aquí os aclaro que en el reparto de dones a mi la Providencia librera tuvo a bien otorgarme uno tan curioso como útil en mi profesión: el de ser capaz de relacionar caras con libros y escritores a velocidad de crucero. Siempre recuerdo quién ha leído qué, especialmente si fui yo quien se lo sugerí.

Y de ahí mi desconcierto: me apostaría el pelucón sin titubeos a que yo jamás hablé con este caballero de Harper Lee ni de su obra, Matar un ruiseñor.

– Cliente: Si, mujer, si. Hace un par de meses estaba por aquí y sin querer escuché cómo le contaba a una señora lo maravillosa que era la novela de la mejor amiga de Truman Capote, Harper Lee, que según dijo usted aquel día y que yo he comprobado luego resulta que acompañó a Capote en su investigación para escribir A Sangre Fría.- Regina: Ahh, si, ya me acuerdo. Es que ella había visto Capote, la película, y quería leer algo de ‘la escritora que lo acompañó’, pero se había equivocado. Me pedía algo de Dorothy Parker, cuando lo que realmente quería era algo de Harper Lee, que solo publicó Matar un ruiseñor, por la que le dieron el Pulitzer en 1961.

– C.: ¡Justo! Y perdone mi descortesía, pero no pude evitar escucharla hablando de la novela. No me la llevé, porque ese día vine a por Vida y Destino, pero me picó la curiosidad y un par de días me vine a por ella, pero usted no estaba.

– R.: ¡Vaya, vaya! Y entonces, ¿le ha gustado?

– C.: Es una maravilla. El caso es que me sonaba la película, que no he visto, pero no sabía que existía la novela. Y me ha gustado tanto y me topé con ella de una forma tan curiosa que tenía que decírselo. Así que ya sabe, gracias por Matar un Ruiseñor. ¡Y no deje de recomendarla!

– R.: Mejor se las damos a Harper Lee, por escribirla. ¿No cree?

Qué queréis, me encantó el detalle. Y más viniendo de un caballero tan introvertido.

Y yo que cuando me suelto a hablar de un libro en mis confines entro en estado regina exlibris-modo-géiser, ¿a cuántos inocentes más habré calado sin querer con mi chorro indiscriminado de verborrea de letras?

Y vosotros, queridos, ¿leísteis Matar un ruiseñor, de Harper Lee? ¿Sabíais de su amistad con Capote y de su crucial colaboración en la preparación de A Sangre Fría?

Nota de Regina: Harper Lee llevaba una bomba de relojería dentro, y estalló en Matar un ruiseñor, una maravillosa novela cuya onda expansiva se deja sentir más allá del final. Ambientada en una aldea sureña en los años 30 y narrada en la voz de la pequeña Jean Louise, cuenta cómo su padre -el abogado Atticus Finch- defiende a un hombre negro acusado en falso de violación. Cargada de realismo e ironía, es un brillante tapiz de la América profunda, de los conflictos raciales, del miedo a los distintos y de irrupción de una niña en la madurez a golpes de realismo. Soberbia, Regina Exlibris dixit.

Va el trailer de la maravillosa y oscarizada adaptación homónima de 1962 protagonizada por Gregory Peck, no sin antes recordaros que, como siempre, mejor primero la novela y luego la película: