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De cómo vivir sin dinero o con muy poco

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Café, una industria de éxito contra las personas y el medio ambiente

El 17 de junio se celebra el Día contra la Desertificación y la Sequía.

La Coordinadora Estatal de Comercio Justo acaba de publicar el estudio Café: La historia de un éxito que oculta una crisis, elaborado por Commerce Equitable France que concluye que el actual modelo de la industria del café no resulta sostenible ni para el medio ambiente ni para quienes lo cultivan.

La producción de café sufre especialmente el impacto del cambio climático: aumento de temperaturas, alteración de lluvias, plagas y enfermedades, etc. De hecho el estudio revela que sin un plan para combatirlo, la superficie apta para su cultivo podría reducirse a la mitad en 2050.

 

Frente a ello, los modelos productivos que combinan el comercio justo y la agricultura orgánica son los que generan mejores resultados tanto para aumentar los ingresos de los productores como para conservar modelos agroforestales tradicionales y frenar las consecuencias de la crisis climática.

El estudio, que analiza de manera particular el caso de Etiopía, Perú y Colombia, se publica con motivo del Día contra la Desertificación y la Sequía, el próximo lunes 17 de junio y Naciones Unidas hace un llamamiento al papel de la ciudadanía y, entre otras medidas, apuesta por el consumo responsable para evitar la degradación de la tierra.

El estudio prevé además que de aquí a 2050 el consumo de café aumente debido a los cambios de hábitos y al desarrollo de economías emergentes. Para satisfacer la nueva demanda, se debería multiplicar por 2’5 la superficie disponible para las plantaciones, lo que incrementaría los efectos negativos.

La creciente expansión de la producción de café y la tendencia a modernizar las explotaciones están generando un gran impacto en la deforestación, porque provoca la tala de árboles de sombra y, por tanto, la pérdida de sus beneficios asociados como son la regulación climática, la lucha contra la erosión o el mantenimiento de la fertilidad y humedad de los suelos.

Además, estos modelos industriales necesitan un elevado uso de productos químicos, lo que aumenta los costes de producción y, por tanto, reduce los ingresos para los productores, que ya viven en la pobreza.

La investigación señala que 25 millones de personas de más de 80 países se dedican al cultivo del café, mayoritariamente en parcelas de menos de 5 hectáreas. En su mayoría, viven en la pobreza. De los tres países analizados, en Perú y Etiopía, los caficultores generaron ingresos muy por debajo de lo que se considera el umbral de la pobreza. De hecho en 2017 sus ingresos fueron un 20% más bajos que en 2005.

En el caso de Colombia aunque de media los caficultores sí alcanzan el umbral de la pobreza, a menudo no cuentan con medios suficientes para mantener sus cultivos, a veces ni siquiera para cosechar todo su café, por lo que se ven obligados a endeudarse para satisfacer sus necesidades básicas. Ello favorece también fenómenos como el trabajo infantil o la migración.

En un mercado que genera unos 200.000 millones de dólares al año -el segundo producto agrícola en volumen comercial después del petróleo- la desigualdad entre los distintos eslabones de la cadena se ha acrecentado. En los últimos años mientras las empresas tostadoras y distribuidoras generaron 1.177 millones de euros, los productores percibieron únicamente el 4% de las ganancias.

Se trata de una industria en la que la distribución de valor y costes es profundamente injusta. Si bien los países productores reciben de media entre el 23% y el 27% del valor generado por la cadena del café, concentran entre el 68% y el 92% de los costes sociales asociados y sufren en primera persona los principales impactos medioambientales y sociales.

En los tres países analizados -Etiopía, Perú y Colombia- la investigación concluye que la combinación del comercio justo y la agricultura orgánica está consolidando el modelo agroforestal tradicional que permite luchar contra los efectos del cambio climático. Y además favorece una mayor calidad de vida de los productores. En Perú, en 2016, el 25% de las exportaciones totales de café fueron producidos bajo los principios del comercio justo, lo que significó  para los 45.000 productores recibir un 5% más del valor total en relación al mercado convencional.

En el caso de Colombia, el café de comercio justo, que representa el 2’5% de las exportaciones y es producido por 67.000 personas, les permite desarrollar un modelo agroforestal y orgánico que ofrece una alternativa para luchar contra las consecuencias de la crisis climática, y sus ingresos han aumentado en un 20% .

En Etiopía un 29% de las cooperativas cafetaleras contaban con la doble certificación de comercio justo y orgánica y ha permitido aumentar en un 10% los ingresos a los productores y preservar el modelo agroforestal tradicional.

La investigación ha sido elaborada con financiación de la Unión Europea en el marco del proyecto Trade Fair Live Fair.

Pantalones a 19,99 euros: a alguien le están pagando muy poco o nada por hacerlos

Este martes 21 de mayo, la Casa Encendida de Madrid proyectará el documental The true cost, del estadounidense Andrew Morgan, sobre el impacto y las consecuencias que tiene el sector de la moda en aquellos que la producen a muy bajos costes.

La campaña Ropa Limpia, de la Coordinadora de Comercio Justo, organiza la proyección de la película que tendrá lugar a las 19 horas. Un documental que refleja una situación que no por ignorada por el mundo occidental es menos dolorosa. En algún lugar de la cadena de producción de unos pantalones a 19,99 euros a alguien le están pagando muy poco o nada, señala el filme.

«Y una vez que entendemos que podemos llenar el armario sin que la tarjeta se desangre, las preocupaciones desaparecen». Es la llamada Moda rápida (Fast Fashion), una industria valorada en tres trillones de dólares que Andrew Morgan zarandea en The True Cost  y revela con imágenes e historias, la miseria que el brillo del glamour y las lentejuelas no nos deja ver.

Aunque el precio de la ropa ha estado cayendo durante décadas, los costes humanos y mediambientales han crecido dramáticamente y The True Cost tira de la manta y nos hace meditar sobre quién paga realmente el precio de la ropa. Andrew Morgan ha filmado en países de todo el mundo, entrevista a líderes mundiales de este campo incluidas Stella McCartney, Livia Firth y Vandana Shiva y nos invita a echar un ojo al mundo y a las vidas de mucha gente que está detrás de lo que vestimos.

Tras el accidente ocurrido en 2015 en un edificio de talleres textiles de Bangladesh, en el que murieron 1.129 personas y otras 2.515 resultaron heridas, Andrew comenzó a investigar el sector de la producción y comercialización de textiles e indumentaria y durante un año y medio recorrió países de Asia y Europa para contar la penosa situación que afecta a 40 millones de trabajadores textiles, de los cuales, alrededor de cuatro millones, la gran mayoría mujeres, trabajan en las 5.000 fábricas de Bangladesh por un salario mínimo de menos de 3 dólares al día.

En el coloquio posterior intervendrán Eva Kreisler, responsable de la Campaña Ropa Limpia, y Marta Lozano, directora de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo.

La Campaña Ropa Limpia es una red de Ongs, sindicatos y organizaciones de consumidores que trabaja para mejorar las condiciones de los trabajadores de la industria global de la confección. Presente en 17 países europeos, colabora con más de 200 organizaciones de trabajadores y trabajadoras de todo el mundo.

Alerta ante la vorágine consumista de las navidades

La Coordinadora Estatal de Comercio Justo lanzará en estas fiestas navideñas la campaña Un regalo, una historia (#UnRegaloUnaHistoria), una iniciativa con la que quiere dar a conocer a las organizaciones campesinas y artesanas de comercio justo.

El Comercio Justo reivindica  unas condiciones de trabajo dignas y seguras, el pago de un salario adecuado, el mismo para ellos y para ellas ante las mismas tareas, la no explotación laboral infantil y la producción a través de procedimientos respetuosos con el entorno natural.

Por eso, esta plataforma, que agrupa a 27 organizaciones, recomienda optar por alternativas que garanticen los derechos humanos y la protección del medio ambiente. Una de ellas es el comercio justo, que garantiza que los artículos que compramos han sido producidos en condiciones de igualdad o sin dañar nuestro entorno natural.

«Con estas pequeñas acciones al alcance de todos –señalan sus responsables-, dignificamos el trabajo y las vidas en las comunidades del Sur y contribuimos a grandes objetivos como erradicar la pobreza y contribuir a un mundo más justo. Evitamos, por ejemplo, las condiciones de explotación laboral, especialmente en la infancia».

El consumo responsable es además uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que incide en la necesidad del consumo y la producción sostenibles y en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Además, la ONU advierte que, con nuestro nivel de vida actual, en 2050 necesitaríamos los recursos naturales tres planetas para abastecernos.

El anuncio de la Comisión Europea de poner fin a la emisión de gases de efecto invernadero a mediados de siglo abunda en lo evidente de esta urgencia que también justifican los datos: El sector de la alimentación, por ejemplo, representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y genera el 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, la alta demanda de consumo incide aún más en la explotación laboral que sufren millones de personas, unas condiciones que en determinados sectores son cercanas a la esclavitud. La Organización Internacional del Trabajo calcula que cerca de 25 millones de personas padecen condiciones de trabajo forzoso y una gran parte de ellas en la agricultura.  En este sector es donde además se concentra el 70% de la explotación laboral infantil que afecta a 152 millones de menores. A esto hay que añadir la precarización del trabajo en todo el mundo. Actualmente, casi un tercio de la clase trabajadora (780 millones de personas) vive en la pobreza.

En España existen 150 tiendas y puntos de venta y 11 tiendas on-line especializadas y gestionadas por las organizaciones de la Coordinadora.

Ciudades de 40 países debaten en Madrid sobre el comercio justo y el consumo sostenible

Desde hoy y hasta el domingo, más de 250 representantes del movimiento en cuarenta países, participan en la Conferencia Internacional de Ciudades por el Comercio Justo que se celebra este año en Madrid, bajo el lema «Consumo Sostenible para el cuidado de la vida».

Representantes del comercio justo, administraciones locales y expertos en desarrollo económico y social, ONGDs y centros educativos se reúnen para impulsar este modelo alternativo de relaciones económicas que pone en el centro a las personas y al medio ambiente.

Entre los objetivos del encuentro está fortalecer el trabajo de los municipios en el programa de Ciudades por el Comercio Justo, impulsando la campaña y el compromiso de las autoridades locales en seguir apoyando el comercio justo como herramienta de cooperación y de desarrollo sostenible.

La Conferencia se organiza en plenarios en los que intervendrán expertos y expertas en los diferentes temas propuestos y también habrá talleres más reducidos para profundizar en los diferentes asuntos programados con debate y reflexión conjunta.

Entre los temas que se van a estudiar figura la Compra pública ética y el necesario compromiso del sector público para impulsar el comercio justo; los criterios de equidad de género en los grupos productores; Comercio justo y Banca ética o migraciones y solidaridad en estas ciudades para con las personas refugiadas.

La organización de este encuentro corre a cargo de Ideas, como coordinadora de la campaña estatal, junto al Ayuntamiento de Madrid y con la colaboración del Comité Internacional de la Campaña de Ciudades por el Comercio Justo.

La campaña Ciudades por el Comercio Justo es un movimiento internacional que implica a municipios de todo el mundo con un mismo objetivo: impulsar esta actividad y contribuir a un desarrollo más sostenible. Para ello la campaña otorga el título de Ciudad por el Comercio Justo a las localidades que demuestran su compromiso con este modelo. Una Ciudad por el Comercio Justo es una localidad que acerca los productos de Comercio Justo a la ciudadanía a través de las administraciones, comercios, empresas y el tejido asociativo.

Actualmente existen 2.074 Ciudades por el Comercio Justo en todo el mundo, entre ellas Londres, Bruselas, Roma, San Francisco, Copenahgue, Taipei, Melburne. En nuestro país, Córdoba, Madrid, Málaga, Zaragoza o Burgos, entre otras, cuentan también con esta distinción.

España, a la cola de los países europeos en consumo de comercio justo

El consumo de Comercio Justo en España creció un 8% en el último año y alcanzó una facturación de 43 millones de euros, según constata el último informe del sector elaborado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo.

La Coordinadora también ha presentado la Nueva Carta Internacional de Comercio Justo, un documento refrendado por más de 300 organizaciones de todo el mundo que reivindica su pertinencia ante la creciente desigualdad global y la degradación del medio ambiente. La presentación se ha realizado coincidiendo con el tercer aniversario de la firma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de Naciones Unidas.

Este documento establece la necesidad de que los valores de la justicia, la equidad y el desarrollo sostenible estén en el centro de las estructuras y prácticas comerciales.

«Las necesidades de las personas y el medio ambiente deben ser la prioridad frente a la maximización de los beneficios económicos» afirma Juan José Martínez, presidente de la Organización Mundial del Comercio Justo, quien ha instado a los representantes políticos, empresas, organizaciones sociales y a la ciudanía a adoptar la visión de la Carta de Comercio Justo  y así favorecer un sistema comercial que no deja a nadie atrás.

El informe El Comercio Justo en España 2017 señala que el año pasado las ventas de estos productos superaron los 43 millones de euros, un 8% más que el año anterior”, explica Mercedes García de Vinuesa, presidenta de la Coordinadora Estatal. Y la alimentación representa el 94% de las ventas. Dentro de este apartado, el grupo de productos más vendidos han sido el azúcar y derivados, que generan el 41% de la facturación. El café, con un 37% de las ventas, que tradicionalmente ha sido el producto estrella, se sitúa este año en segundo lugar.

Por otro lado, la artesanía se mantiene respecto al año anterior, con un 4’8% de las ventas. En este subsector, los productos textiles han registrado un aumento. Por último, los artículos de cosmética e higiene descienden su peso relativo en el global, al 1’3%.

Supermercados y grandes superficies se posicionan como el principal espacio de consumo del Comercio Justo y ganan peso en el mercado, generando el 40% de las ventas. Le sigue el denominado canal Horeca (hostelería, catering y restauración), con el 36%. En tercer lugar se encuentran los establecimientos minoristas, que generan un 21% de las ventas, dos puntos menos que el año anterior, caída que se concentra en las tiendas especializadas en Comercio Justo.

Pese al aumento de las ventas, nuestro país continúa a la cola en relación con nuestros vecinos europeos, donde la media de consumo de Comercio Justo por persona en 2017 fue de 14’1 euros mientras que en España fue de 0’93 euros. Los países europeos donde el Comercio Justo está más presente son Suiza (63 euros por persona/año). A nivel mundial, el mercado español solo representa el 0’5% del mercado global de Comercio Justo.

En cuanto al origen de los productos, las organizaciones importadoras de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo mantienen una relación comercial directa más de 200 organizaciones de 39 países.

Ecuador y Paraguay son los países que más azúcar surten a nuestro mercado. De África el producto de Comercio Justo que más importamos es café de Uganda, Etiopía y Tanzania (por este orden de importancia) y componentes como moringa, aceite de argán y karité para elaborar productos de higiene y cosméticos. De Asia lo más vendido es el té de Sri Lanka y el arroz de Tailandia. El producto que cuenta con una procedencia más amplia es el café, solo en nuestro país podemos encontrar café de Comercio justo cultivado en 18 países.

El informe El Comercio Justo en España 2017 ha contado con financiación de la Agencia Española de Cooperación. Tanto el informe como la Carta Internacional de Comercio Justo están disponibles en www.comerciojusto.org

 

 

 

 

 

 

Sociedades sostenibles gracias a la cooperación

Este sábado 7 de julio, se celebra el Día Internacional de las Cooperativas, que este año lleva como lema «Sociedades sostenibles gracias a la cooperación» con el que se quiere destacar la contribución de las cooperativas a la sostenibilidad y al fortalecimiento de las comunidades.

De las 242 organizaciones que elaboran artículos de comercio justo vendidos en España, el 80% adoptan fórmulas jurídicas propias de la economía solidaria y el 46% son cooperativas, según datos de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. Esa forma jurídica comparte muchos de los valores y principios con el sistema comercial alternativo y su contribución a la reducción de la desigualdad y la pobreza ha sido reconocida por Naciones Unidas.

El movimiento del Comercio justo y en concreto las cooperativas productoras contribuyen también a la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el empoderamiento de la mujer y la igualdad entre mujeres y hombres, la producción y el consumo responsables, a frenar el cambio climático y a la promoción de sociedades justas, democráticas e inclusivas. Todos ellos forman parte de la Declaración de Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecida por Naciones Unidas para su cumplimiento antes de 2030, como destacan los responsables de la Coordinadora Estatal.

El modelo de organización cooperativo se basa en un planteamiento equitativo y centrado en las personas en el que la propiedad y los beneficios son comunitarios. Tiene una importante vocación social y de preocupación por la comunidad.

Su funcionamiento y la toma de decisiones son democráticos y transparentes. Estos valores son algunos de los que definen, también, al Comercio justo. De ahí que cerca de la mitad de las organizaciones productoras que elaboran artículos Justos vendidos en España, adopten la forma de cooperativa.

La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) es la plataforma española que agrupa a 27 organizaciones vinculadas al Comercio justo. Su trabajo se centra en potenciar este sistema comercial alternativo y solidario y en dar servicio a las entidades miembros. Forma parte de la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO) y su objetivo se dirige a transfornar de las reglas del comercio internacional a través de la incidencia en las políticas públicas, la sensibilización y movilización de la sociedad y el fortalecimiento del sector de comercio justo.

 

 

 

 

Madrid y Vitoria, finalistas para el Premio a la ciudad europea del Comercio Justo

Este año, una ciudad de la Unión Europea recibirá por primera vez el Premio a las Ciudades Europeas promotoras del Comercio Justo y Ético. Con este premio se reconocen y celebran los logros de las ciudades en los ámbitos de la sostenibilidad en el comercio internacional, valorando las mejores prácticas comerciales justas y éticas.

Y en España, las ciudades de Madrid y Vitoria-Gasteiz han sido designadas finalistas en esta carrera que terminará el próximo 27 de junio con la entrega del galardón a la capital ganadora en Bruselas. También optan al premio Dormund, Gante, Lyon, Malmö, Saarbrücken.

La convocatoria es una iniciativa de la Comisión Europea, destinada a reconocer y celebrar los logros de las ciudades en los ámbitos de la sostenibilidad en el comercio internacional, estimulando el aprendizaje común entre ellas, y poniendo en valor las mejores prácticas comerciales justas y éticas.

Trata también de ser un instrumento para fomentar el desarrollo sostenible e inclusivo para los pequeños productores, concienciando a ciudadanos, representantes políticos y empresarios sobre programas comerciales sostenibles, éticos y justos.

Las ciudades han sido tradicionalmente centros del comercio mundial y han servido como plataformas para los vínculos económicos de Europa con el resto del mundo, según los convocantes, que señalan que «Hoy, más de dos tercios de los europeos viven en ciudades y pueblos que desempeñan un papel central en el comercio y la concienciación acerca del consumo sostenible. Como tal, las ciudades europeas tienen un gran potencial para impulsar cambios positivos para el comercio sostenible e inclusivo».

Una ciudad por un comercio justo es un modelo de localidad que acerca los productos de Comercio Justo a la ciudadanía a través de las administraciones, comercios, empresas y el tejido asociativo. Esta campaña internacional surgió en Garstang – Inglaterra- en 2001 de la mano de unos militantes del comercio justo y hoy se desarrolla en más de 2.000 ciudades de todo el mundo con apoyo del Parlamento Europeo, de los municipios que participan y, principalmente, de las organizaciones de Comercio Justo que trabajan en cada comunidad.

Día Mundial del Comercio justo: consumir de forma responsable para reducir la desigualdad

Este sábado, 12 de mayo, se celebra el Día Mundial del Comercio justo y las organizaciones que lo promueven quieren destacar que un consumo más responsable puede reducir la desigualdad y la pobreza.

Bajo el lema elegido este año, «Somos comercio justo», más de 50 poblaciones españolas se unirán a la celebración. El movimiento del Comercio justo, que integra a más de dos millones de productores y trabajadores en todo el mundo y en España a unas 2.600 personas voluntarias y 135 profesionales, recuerda que es posible garantizar una vida digna para todos los habitantes del planeta y frenar la degradación medioambiental.

Así también lo ha constatado Naciones Unidas en los llamados Objetivos Mundiales (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que deberían cumplirse antes del 2030. “Para lograrlo, uno de los factores esenciales es fomentar el consumo responsable y una producción más sostenible”, señalan los responsables de la Coordinadora estatal de Comercio justo.

«Queremos hacer un llamamiento a la ciudadanía –dicen- para que realice un consumo más ajustado a sus necesidades reales y favorezca aquellas formas de producción respetuosas con los Derechos Humanos y laborales y con el medio ambiente».

Las organizaciones invitan a la ciudadanía a participar en la campaña en redes sociales #SomosComercioJusto y unirse a este movimiento para mostrar su compromiso por un mundo más justo.

Gloria Sagñay es una campesina de Ecuador, representante de una pequeña organización productora de quinoa.  Dice que con el comercio justo su producto es valorado y el precio y el peso son justos; y que así logra ingresos para su familia. Su forma de vida es apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que concluye que el 70% de los alimentos que consume la población mundial son producidos por pequeñas organizaciones agricultoras con explotaciones de menos de 2 hectáreas. Pero paradójicamente, la mayoría de quienes trabajan en este sector malviven en la pobreza. Un estudio reciente de la OIT señala que casi dos tercios de los trabajadores en situación de pobreza extrema estaban empleados en la agricultura.

 

Por otro lado, la degradación de la tierra, la disminución de la fertilidad de los suelos y el uso insostenible del agua están disminuyendo la capacidad de los recursos naturales para suministrar alimentos. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático advierte de que en los últimos 30 años, debido al calentamiento global, se ha producido una reducción significativa en la producción de maíz, trigo y otros cultivos importantes, situación que pone en riesgo la soberanía alimentaria de los pueblos. 

Ante estas realidades, los promotores del Comercio justo apuestan por el desarrollo de las pequeñas organizaciones productoras y el cuidado del medio ambiente a través de la comercialización de sus productos elaborados en condiciones dignas. De esta manera, se apoya su desarrollo y se contribuye a una mayor seguridad alimentaria y al impulso de la producción sostenible en mercados locales y mundiales.

El Comercio Justo se basa en principios tales como garantizar unas condiciones laborales dignas y seguras para sus productores y productoras, el pago de un salario adecuado, el mismo para los hombres y para las mujeres ante las mismas tareas, la no explotación laboral infantil y la producción a través de técnicas y procedimientos respetuosos con el entorno natural.

La celebración del Día Mundial del Comercio justo está promovida en nuestro país por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) y cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. La agenda completa de actos del Día Mundial se puede consultar en: www.comerciojusto.org

La historia de 4.000 mujeres que han salido de la pobreza con el comercio justo

Corr the Jute Works es una iniciativa de comercio justo de Cáritas Bangladesh que trabaja desde 1973 promoviendo el empleo de mujeres organizadas en pequeños grupos de producción de ropa, complementos y artesanía. La organización también les ofrece formación y un fondo de préstamos y desarrolla proyectos educativos y sanitarios. Bangladesh, con la mitad de su población malviviendo con menos de 1 dólar al día, es uno de los países más pobres del mundo.

Dos miembros de esta organización han participado en un encuentro organizado por la Coordinadora estatal de Comercio Justo en Madrid, con motivo del Día Mundial de la Justicia Social, que se celebra el martes 20 febrero.

Naciones Unidas designó esta fecha como el Día Mundial de la Justicia Social con el fin de destacar la necesidad de erradicar la pobreza promoviendo el trabajo decente, la igualdad entre hombres y mujeres y el acceso al bienestar social.

Los dos representantes de Corr the Jute Works, que han viajado a Madrid, Milton Suranjit, responsable de desarrollo e información, y Ananda Piacid, director adjunto, han relatado cómo el comercio justo favorece la independencia y el desarrollo personal, económico y social de 4.179 mujeres de Bangladesh.

Dos ejemplos del trabajo que realiza esta organización los representan Maya Rani y Punnalaxmi Modhu, dos de sus trabajadoras que han conseguido salir de la pobreza. Como ellas, las mujeres de la organización llevan una vida digna gracias a la producción de ropa, complementos y artesanías en condiciones de comercio justo.

Maya Rani.

Maya Rani es viuda y tiene 42 años. Vive con sus dos hijos en la aldea de Koran, distrito de Gazipur (Bangladesh). Para poder mantener a su familia, buscó trabajo. Una de sus vecinas le habló del centro de Jagaroni, en el que podía aprender a hacer artesanía de yute que además, se podía hacer en casa para no dejar a su familia sola y así se unió a uno de los grupos de producción de Corr the Yute Works y comenzó a tener ingresos.

Maya ha podido mejorar su casa, comprar dos vacas y arrendar una pequeña tierra cultivable, que le proporciona arroz. Ahora ella es la coordinadora de su grupo de producción, se encarga de organizar y distribuir el trabajo y de formar a sus compañeras.

Punnalaxmi Modhu tiene 41 años y vive con su marido y sus tres hijos. Era la mayor de cinco hermanos de una familia pobre que no podía permitirse llevarlos a la escuela. Se unió a Corr the Jute Works, donde también aprendió a hacer artesanía con yute. Ahora ella y su familia cuentan con unos ingresos estables, han mejorado su vivienda y sus tres hijos están escolarizados.

Corr the Jute Works trabaja con 2.000 pequeñas cooperativas artesanas en las que el 97% de los trabajadores son mujeres. Las cooperativas están repartidas en 31 distritos de Bangladesh, especialmente en los más marginados. Una parte de las trabajadoras tienen alguna discapacidad y otras pertenecen a pueblos indígenas. Se trata de grupos sociales que viven en situaciones de especial marginación y son “invisibles” socialmente.

La organización les da formación en la elaboración de artesanías y también en gestión económica para que sean capaces de gestionar sus ingresos, sus  gastos, sus cuentas bancarias…

Cuando a Corr The Jute llega un pedido, distribuye el trabajo entre las distintas cooperativas, pero son las mujeres las que se organizan el trabajo, preparan los artículos y gestionan la parte económica. Las cooperativas se organizan de manera democrática y en cada una de ellas hay una responsable, que se presenta a ese cargo de manera voluntaria y es elegida democráticamente.

Punnalaxmi Modhu.

«No trabajamos solamente para que las mujeres produzcan y vendan sus artículos en condiciones de comercio justo, trabajamos también para que ellas se sientan independientes», señala Milton Suranjit.

«Las mujeres cuando comienzan a recibir ingresos –añade-  son vistas de manera diferente por su familia y su entorno, son escuchadas, se sienten con capacidad para hablar, para exponer sus puntos de vista y toman sus propias decisiones».

Para la organización, son igualmente muy importantes las medidas de conciliación con la familia y aplican medidas de flexibilización para facilitar el cuidado de los hijos.

Además, les ofrece créditos a bajo interés para que las mujeres puedan desarrollar otras pequeñas fuentes de ingresos y también les proporciona atención sanitaria.

En la actualidad, más de 700 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema, es decir, no tienen acceso a necesidades básicas como alimentación, agua, salud, o educación. Además, el hecho de tener un empleo no garantiza salir de la pobreza. En los países en vías de desarrollo al 38% de los trabajadores y trabajadoras son pobres, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y en la región de Asia y Pacífico el empleo vulnerable afecta a casi la mitad de los trabajadores, más de 900 millones de personas, de los que el 82% son mujeres.

Se crea el Premio Ciudades Europeas por un Comercio justo y ético

En 2018 una ciudad de la Unión Europea recibirá por primera vez el Premio a las Ciudades Europeas promotoras del Comercio Justo y Ético. El concurso es una iniciativa de la Comisión Europea  y organizado por la Dirección General de Comercio como un compromiso de la comunicación Comercio para todos, publicada en el año 2015.

El Centro de Comercio Internacional ha sido elegido como la agencia de ejecución principal del concurso, que ha abierto el plazo de presentación de candidaturas.

El objeto del concurso es reconocer y celebrar los logros de las ciudades y el impacto positivo en los ámbitos de la sostenibilidad medioambiental, económica y social en el comercio internacional. También, fomentar el desarrollo sostenible e inclusivo de los pequeños productores concienciando a los ciudadanos, representantes políticos y empresarios sobre programas comerciales sostenibles, éticos y justos. Y por último, inspirar a las ciudades a aprender unas de otras y a compartir sus mejores prácticas resaltando las prácticas comerciales justas y éticas.

El porqué de un premio que relaciona ciudad y comercio se explica, según los convocantes, porque las ciudades han sido tradicionalmente centros del comercio mundial y han servido como plataformas para los vínculos económicos de Europa con el resto del mundo.

«Hoy, más de dos tercios de los europeos viven en ciudades y pueblos que desempeñan un papel central en el comercio y la concienciación acerca del consumo sostenible. Como tal, las ciudades europeas tienen un gran potencial para impulsar cambios positivos para el comercio sostenible e inclusivo», señalan.

El concurso se inscribe dentro de las políticas de la Unión Europea por concienciar sobre cómo las decisiones de compra de los consumidores de la UE pueden afectar al medioambiente y a los medios de vida de las personas de los países proveedores.

Entre los beneficios para las ciudades por concurrir al Premio, están la promoción de las ciudades inspiradoras y de sus historias de comercio sostenible, el reconocimiento para las que fomenten  el comercio ético y justo, el apoyo futuro del Centro de Comercio Internacional al proyecto de desarrollo sostenible liderado por la ciudad y el intercambio de mejores prácticas en comercio ético y justo entre ciudades, ciudadanos, representantes políticos y negocios.

Pueden participar las ciudades de más de 20.000 habitantes que tengan actividades comerciales justas y éticas en terceros países mediante la implementación de políticas, prácticas, programas o proyectos.

Para saber más sobre el concurso, formulario de solicitud y presentación de candidaturas: www.trade-city-award.eu.