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Circulecon, un proyecto para fomentar la economía circular en empresas y consumidores

Circulecon, Fiscalidad y Economía Circular es un proyecto de investigación de la Universidad de Castilla La Mancha dirigido a fomentar la economía circular y conseguir un modelo productivo circular para un desarrollo económico sostenible que respete el medio ambiente y optimice el uso de los recursos naturales, principalmente los no renovables.

La investigadora principal del proyecto es la profesora titular de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Castilla-La Mancha, Gemma Patón, que explica que lo que se pretende con Circulecon es «fomentar el interés por la economía circular e incentivar que se adopten las estrategias de economía circular por todos los sectores productivos» y que las instituciones adopten medidas proclives a esta estrategia.

Como la sociedad aún se encuentra en un momento inicial con respecto a la economía circular, el proyecto llama a despertar el interés de los consumidores y también de los modelos productivos para que la economía circular vaya avanzando y se fomente el cambio de transición ecológica y ambiental.

La estrategia de la política europea ha situado la economía circular en el centro del debate y sugiere la necesidad de impulsar medidas que colaboren en el fomento de la circularidad económica para provocar un cambio de conductas y procesos productivos y facilitar la sostenibilidad y la conservación de bienes y productos en su ciclo de vida.

El objetivo del proyecto de investigación Circulecon, concedido por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, parte del análisis de los instrumentos financieros y tributarios que actualmente se destinan a fines de protección y/o conservación ambiental para avanzar hacia propuestas de reformulación y diseño jurídico de esos mismos fines que permitan conseguir un modelo productivo circular y un desarrollo económico sostenible que respete el medioambiente y optimice el uso de los recursos naturales esencialmente no renovables.

El proyecto tiene tres ejes de actuación: en el primero, los investigadores analizarán y revisarán los mecanismos financieros tradicionales para la protección y conservación ambiental, con especial atención a los sectores de residuos, aguas y suelos. El segundo eje se centrará en el debate actual sobre la reforma fiscal que debe adoptarse de forma progresiva para colaborar en la sostenibilidad ambiental de acuerdo a la estrategia de economía circular; y el tercero, estudiará la operatividad y eficacia de los instrumentos financieros y fiscales como revulsivo de la responsabilidad social ambiental que permita incidir en el comportamiento de empresas y consumidores, que son los agentes protagonistas de la economía circular.

Circulecon tiene, según su responsable, un marcado carácter internacional ya que en el mismo participan académicos y profesionales de Latinoamérica, área geográfica de interés para la aplicación de los resultados que se obtengan. Según Gemma Patón, «en los países latinoamericanos existe una inmensa riqueza natural en reservas de la biosfera y una concentración de recursos naturales y materias primas que tienen relevancia de primer orden en su desarrollo socioeconómico. Esto, junto a las dificultades propias para la obtención de ingresos fiscales, hace que adquiera prioridad nuestro interés para aplicar los resultados del proyecto».

2.500 millones de euros para limpiar los océanos y proteger las costas

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) acaba de lanzar su Estrategia Oceánica Sostenible (Blue SOS), cuyo objetivo es hacer que los océanos sean más saludables, construir costas más fuertes y resilientes y mejorar la sostenibilidad de las actividades relacionadas con los océanos.

Para ello, el banco de la Unión Europea se ha comprometido a duplicar sus préstamos a proyectos sobre océanos sostenibles con una cuantía total de 2.500 millones de euros en los próximos cinco años (2019-2023). Se prevé que esta financiación mueva al menos 5.000 millones de euros en inversiones para la llamada economía azul sostenible, según informa la Fundación para la Economía Circular.

Foto: Efe

La estrategia se basa en el nuevo programa de océanos limpios y sostenibles del BEI, que prevé un aumento de los préstamos, asistencia técnica y servicios de asesoramiento a proyectos de limpieza y saneamiento para lograr océanos sostenibles. Es lo que se ha anunciado en la Conferencia Our Ocean celebrada en Oslo la semana pasada.

El último informe especial del Grupo intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala que se necesitan medidas urgentes para abordar las amenazas sin precedentes que afrontan los océanos y sus recursos y que la crisis climática está causando el aumento del nivel del mar y el calentamiento y la acidificación de los océanos, mientras que la contaminación y la sobrepesca están alterando aún más los ecosistemas oceánicos.

En este sentido, el objetivo de la Estrategia para Océanos Sostenibles del BEI es movilizar inversiones para apoyar a la economía azul y al mismo tiempo preservar la salud de los mares y su biodiversidad. «Esta nueva iniciativa tendrá impactos positivos tangibles en el clima y es un elemento importante de la ambición del BEI en fortalecer su rol como Banco Europeo del Clima», según afirma Emma Navarro, vicepresidenta del BEI para la Acción Climática y el Medioambiente.

El banco trabajará con empresas, ciudades, gobiernos y otros socios para apoyar sectores clave como la protección costera, la investigación, el desarrollo y la innovación para biotecnologías azules, cadenas de suministro de productos pesqueros y transporte ecológico.

Para promover una economía azul sostenible, el BEI ha adoptado medidas, junto con la Comisión Europea, WWF y el World Resources Institute, tendentes a dirigir a los inversores hacia el uso sostenible de los recursos oceánicos. Estos principios han sido aprobados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

La transición hacia la economía circular se estanca en España

El cambio hacia un modelo de economía  circular se ha estancado en España con la recuperación económica y en la actualidad no avanza al ritmo que sería necesario. Lo confirma el Informe sobre la situación de la Economía Circular en España 2019, realizado por la Fundación Cotec, una entidad privada sin ánimo de lucro cuya misión es promover la innovación como motor de desarrollo económico y social.

La transición desde el modelo tradicional lineal de producción y consumo, todavía dominante, hacia un modelo de economía circular, se vio impulsada a partir de 2008, durante la crisis económica y el concepto de economía circular es además cada vez más popular entre los ciudadanos. Uno de cada tres españoles ya está familiarizado con este concepto, mientras que hace dos años eran uno de cada diez. No obstante, con la recuperación económica el cambio de modelo se ha estancado y no avanza al ritmo deseable, según este informe.

La economía circular es un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos y propone cambiar el producir, usar y tirar por el reducir, reusar y reciclar.

Los vertidos representan en España el 54 % del volumen total de residuos (el resto se reparte entre incineración, reciclado y compostaje), un porcentaje que supone más del doble de la media de la Unión Europea (24 %) y que está muy lejos del objetivo establecido por la Comisión Europea para 2030 (10 %).

El indicador de generación de residuos municipales per cápita apunta a que la tendencia de reducción en España empieza a ponerse de manifiesto en 2003, y queda constatada con el inicio de la crisis económica a partir de 2007, si bien a partir de 2014 empiezan a registrarse nuevamente aumentos de residuos,

Las ciudades son verdaderos laboratorios de la economía circular, según los autores del estudio, que señalan que el reciclaje es una práctica que ayuda, pero que no soluciona el problema puesto que el objetivo debe ser generar una menor cantidad de residuos y para ello es necesario el uso de nuevas tecnologías, la mejora de los procesos y un cambio integral en el consumidor.

 

Respecto al indicador de uso circular de los materiales, que mide la proporción del material recuperado y devuelto a la economía, España pasa de contar con una tasa de circularidad del 10,4% en 2010 a una tasa del 7,6% en 2015, su valor más bajo.

España mantiene, según Cotec, patrones de producción y consumo con fuertes rigideces estructurales que dificultan la introducción de modelos más circulares y sostenibles. Otra dificultad para la implantación del nuevo modelo es la falta de indicadores específicos para medir la circularidad en la economía.

El informe recuerda que en los últimos años se han desarrollado en nuestro país acciones e iniciativas en administraciones, empresas y organizaciones sociales, pero la implantación de estrategias circulares es todavía incipiente. Por eso, apela a la voluntad política para favorecer la transición hacia una economía circular. En este sentido, subraya la importancia del ámbito local, debido a su proximidad con los ciudadanos, las empresas y los trabajadores.

La economía circular es una de las tres grandes transiciones en las que estamos inmersos y en las que la Fundación Cotec está centrando sus esfuerzos. Su tarea es el rediseño del modelo de producción lineal, que debe conducir progresivamente a una economía circular

Con este segundo informe, la fundación quiere mantener su contribución al análisis de la situación de la economía circular en España, y proponer una hoja de ruta en la que se recogen prioridades necesarias y estratégicas para la transición de lo lineal a lo circular. En 2017, Cotec publicó el primer informe.

La UE quiere involucrar a los consumidores en el desarrollo de la economía circular

Un informe del Comité Económico y Social Europeo (CESE) señala que ya se dan las condiciones para involucrar a los consumidores en el desarrollo de la economía circular y permitirles tomar decisiones sostenibles en sus compras diarias.

Hasta ahora, las acciones para estimular el desarrollo de una economía circular en Europa se han centrado en la producción, alentando a las industrias a establecer modelos de negocios circulares y brindando al mercado soluciones que cumplan con este enfoque.

Imagen: Efe.

En su informe titulado Consumidores en la economía circular, el CESE aboga por una reorientación estratégica a escala europea, nacional y local que promueva nuevos modelos de circularidad y sitúe a los consumidores en el centro de las políticas públicas.

Hasta la fecha, se han realizado numerosos estudios, propuestas y dictámenes sobre el tránsito de una economía lineal a otra circular y se ha puesto el foco en la producción y apenas se ha abordado -dice el informe- el rol del consumidor, actor clave para afrontar los retos de la economía circular.

Como punto de partida, el estudio evidencia una fuerte brecha entre las alegaciones del consumidor, muy sensible a los retos sociales y medioambientales, y sus pautas de comportamiento, muy influidas por el fenómeno low cost, que a menudo antepone el factor precio a la calidad integral del producto o servicio.

Según el Comité Económico y Social Europeo, las instituciones de la Unión están poniendo la atención de la economía circular en lo medioambiental y productivo y apenas en lo social y el consumo, con el consiguiente riesgo de estar transitando circularmente hacia otra economía lineal. Por eso, aboga porque la economía circular 2.0 se sitúe al lado del consumidor.

El estudio realizado considera prioritaria la información del consumidor ya que los estudios demuestran que, si bien los consumidores son plenamente conscientes de sus problemas sociales y ambientales, el precio de un producto o servicio a menudo tiene más peso en su decisión de comprar que sus cualidades. «Sin embargo, la información y la educación son factores esenciales para guiarlos hacia patrones de comportamiento circular. Por lo tanto, es necesario establecer mecanismos para educarlos y capacitarlos, así como proporcionarles la información más objetiva posible».

El Comité aboga por el etiquetado facultativo como un primer paso hacia el etiquetado obligatorio, que indique la huella social y ambiental del producto en cuestión, la conservación de la biodiversidad, el uso eficiente de los recursos o la no utilización de componentes con un alto impacto ambiental, su vida útil estimada, la disponibilidad de piezas de recambio y su potencial de reparación.

El informe señala en este sentido que aunque la información y la educación pueden hacer mucho para orientar a los consumidores hacia productos ecológicos, reparables y sostenibles, muchas personas no podrán comprarlos, por lo que sugiere que los Estados miembros tengan la opción de adoptar un enfoque de recompensa y que los gobiernos locales puedan aprovechar la contratación pública para apoyar a los proveedores sostenibles.

Entre sus propuestas para otorgar mayor protagonismo a los consumidores, el CESE también incluye:

. La potenciación de los yacimientos de empleo ligados a las actividades de reutilización, reparación y reciclaje de alto valor añadido.

. Campañas de información dirigidas a consumidores, sobre todo a los jóvenes, relacionadas con los modelos económicos de producción y consumo sostenibles.

. Reconocimiento a municipios, centros educativos, universidades y otras instituciones que incorporen protocolos de participación de los consumidores en actuaciones de la economía circular.

. Y el fomento de las redes de consumo locales, el prosumo y las prácticas como hazlo tú mismo.

Fuentes: Fundación para la Economía Circular.
Comité Económico y Social Europeo.

El 38% de las españolas compra ropa de segunda mano

El 38% de las mujeres españolas ya compran ropa de segunda mano, y las compras de las generaciones de mujeres de 18 a 24 años  y de 50 a 65 son la que más crecimiento han experimentado, según un informe sobre Moda circular realizado por Micolet, una plataforma de venta de ropa de segunda mano.

El estudio no contiene datos de lo que compran los hombres ni de sus hábitos de consumo en segunda mano.

Las compradoras de marcas caras también compran y venden ropa en el mercado de segunda mano. Ambas prácticas que pudieron sufrir un estigma social en el pasado, hoy son una dinámica habitual en los armarios de las mujeres españolas y está motivada, entre otros, por una concienciación medioambiental sin precedentes, según se afirma en este estudio.

Organizaciones como SlowFashionNext, Fashion Revolution o Greenpeace, junto con los medios de comunicación han impulsado la creación de un consumidor más informado y preocupado por el impacto de sus compras y el 15% de las mujeres ya tienen en cuenta factores medioambientales a la hora de comprar ropa.

La industria textil nacional también ha dado respuesta a un cambio de mentalidad en el consumidor y ya son muchas las iniciativas de concienciación de las grandes marcas de nuestro país, como la campaña Se más viejo de Adolfo Domínguez contra la moda de usar y tirar; marcas  como Ecoalf, Ternua o Skunfunk, que han hecho de la sostenibilidad el objeto de todos sus procesos; o el diseñador Juanjo Oliva que ha subido a la pasarela de MBFW una colección realizada con plástico reciclado. También Santanderina Textil, pionera europea de producción de tejidos reciclados y sostenibles y hasta el emblema textil Inditex trata de adaptarse a los tiempos con sus colecciones Join Life.

Este informe contiene datos extraídos de un estudio de mercado realizado por la empresa WeAreTesters sobre los hábitos y actitudes en el consumo de moda, que ha realizado encuestas a mujeres de 18 a 65 años residentes en el territorio español.

Según el sondeo, el 65 % de nuestras prendas son de marcas de usar y tirar, de moda rápida, y el 51 % de las compras están motivadas por el deseo de darse un capricho, no son una necesidad. El45 % de las encuestadas admite que estas compras a menudo son incitadas por los bajos precios y el83 % de las compradoras de moda rápida tienen intención de aumentar su gasto en este segmento. El 84 % prefiere tiendas que propongan novedades constantemente.

Cada año, se producen 100.000 millones de prendas en el mundo y esta producción implica la generación del 3% de todo el dióxido de carbono del mundo, unas 850 millones de toneladas. El 60% de las prendas se fabrican con poliéster, que ha generado tres veces más dióxido de carbono que el algodón (282.000 toneladas frente a 98.000 toneladas). Y además, el poliéster tiene un problema añadido y es que no se degrada fácilmente.

El informe señala que cada español se desprende de siete kilos de ropa por año, o sea, un total de 326.000 toneladas anuales, tanto como el peso de 45.000 coches medianos.

La organización Greenpeace calcula que, si cada persona estira la vida útil de sus prendas de uno a dos años, se reducirían las emisiones contaminantes un 24%.

Solo el 1% del material utilizado para producir ropa es reciclado. Aunque las técnicas se van haciendo cada vez más sofisticadas, aún es complicado obtener prendas con material reciclado sin perder calidad en el proceso debido, entre otros, a las habituales mezclas de tejidos. Algunas empresas ya lo han conseguido a través del reciclaje químico pero los costes son todavía elevados para hacer de ello un proceso habitual.

Por otro lado, países como Zimbabue han prohibido la importación de ropa donada, para proteger su industria local y para evitar que su país se convierta en el vertedero de Europa y U.S.A.

Recuperadas 8.000 toneladas de ropa para que tengan una segunda vida

8.058 toneladas de textil usado ha recuperado la Fundación Humana en España en el primer semestre de 2019 que equivalen a 16,7 millones de prendas que serán reutilizadas o recicladas y alargarán su ciclo de vida útil.

Las donaciones proceden de los contenedores verdes ubicadosen las calles de las ciudades, gracias a los acuerdos con más de 2.000 ayuntamientos y entidades privadas. En los puntos de recogida se deposita la ropa, el calzado, los complementos y el textil de hogar que ya no se utilizan pero que están en buen estado y pueden tener una segunda vida. El servicio es gratuito y representa un ahorro importante en los gastos de recogida y tratamiento de residuos urbanos, según señalan los responsables de Humana.

La reutilización y el reciclaje de textil tiene un beneficio ambiental: contribuyen al ahorro de recursos, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. «Las 8.058 toneladas recogidas de enero a junio representan un ahorro de 25.536 toneladas de CO2 a la atmósfera, cosa que el planeta agradece; equivalen a la emisión anual de 9.591 coches (que circulen 15.000 km anuales) o a la absorción anual de dióxido de carbono de 190.573 árboles», afirman.

Elisabeth Molnar, directora general de la Fundación, asegura que su organización «se ha consolidado como un agente de la economía social, la economía verde y la economía circular. Genera recursos, empleo, incide en el ámbito local y promueve el desarrollo en el entorno más cercano» y añade que sus programas tanto en España como en el Hemisferio Sur «involucran a decenas de miles de personas, cuyas condiciones de vida mejoran gracias a los recursos obtenidos con la valorización del residuo textil que permiten financiar proyectos».

Las prendas depositadas en los contenedores de Humana tienen dos destinos: el 85% se trata en las tres plantas de preparación para la reutilización de la Fundació, en Madrid, Barcelona y Granada, y el resto se vende a empresas de reutilización y reciclado.

La gestión sostenible del residuo textil tiene dos beneficios sociales: la generación de empleo verde y la contribución a la economía social, ya que fomenta la creación de puestos de trabajo inclusivos, estables y de calidad, señalan en Humana, que genera un empleo indefinido por cada 36.000 kg de textil recogido.

El segundo beneficio para esta organización es la aportación de recursos a iniciativas sociales, como los programas de desarrollo en los países del Sur a los que la Fundación ha destinado más de 30 millones de euros para la formación de profesores de primaria, el impulso de la agricultura sostenible o la lucha contra el VIH/SIDA, entre otras acciones.

Cada ciudadano desecha entre 30 y 40 kg de textil anualmente en España, lo que representa un millón de toneladas cada año. Pese a que gran parte de esas prendas desechadas son susceptibles de tener una segunda vida y que el 90% de la fracción textil se valoriza o reaprovecha, apenas se recupera selectivamente el 10% por un gestor autorizado. El resto (900.000 toneladas) acaba en vertederos.

En 2025 la recogida selectiva de la fracción textil, que es una competencia municipal, será obligatoria por exigencia de la Unión Europea en todos los países miembros.

Cómo reciclar cinco millones de botellas de plástico al día

Eko-REC es una empresa guipuzcoana de economía circular única en Europa. Posee una tecnología pionera que la sitúa entre las más importantes e innovadoras del mundo en el reciclaje del plástico, al ser la única que combina el reciclaje de botellas  con la transformación en productos para alimentación, automoción o textil en las mismas instalaciones y proporciona empleo directo a alrededor de 120 personas.

En sus fábricas se reciclan cada día unos cinco millones de botellas de plástico que se reconvierten en bandejas para el sector de la alimentación o en fibra de poliéster con la que se hacen las alfombrillas de los coches. Esta fibra, además, se utiliza para elaborar prendas de ropa.

«Con el reciclado de botellas PET, además de darle una segunda vida al producto (o tercera, o cuarta), en su posterior uso para la fabricación de diferentes productos se consume un 20 % menos de agua, un 50 % menos de energía y se contamina un 60 % menos», asegura David Zabala, responsable del Desarrollo de Negocio de Eko-REC.

Estos procesos sitúan a la compañía a la cabeza de las empresas que están apostando por la economía circular como negocio y como una alternativa para hacer del sector del reciclaje, una apuesta segura por la sostenibilidad.

El proceso por el que consiguen reciclar cinco millones de botellas PET al día, o lo que es lo mismo, 1.825.000.000 al año, evita la emisión de 42 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La innovación y el desarrollo son dos pilares fundamentales sobre los que se sustenta. Gracias a esta apuesta la empresa es capaz de participar en la cadena de valor de productos tales como tejidos y prendas de ropa sostenible como camisetas, abrigos, pantalones, zapatillas sostenibles, gafas de sol a partir de redes de pesca, quillas de surf a partir de botellas o redes de pesca o filamento de impresoras 3D a partir de botellas o redes de pesca.

Ekomodo: startup de economía circular

Además, la empresa ha creado el primer Centro de Investigación para el Reciclaje, en el que se descubren nuevos procesos de tratamiento y nuevas aplicaciones para el plástico reciclado.

«Investigamos con nuevos materiales reciclados e innovamos con proyectos que aportan no sólo valor económico, sino también valor social y medioambiental», explica David Zabala. Fruto de este emprendimiento se creó el año pasado la empresa Ekomodo,  una variante de Eko-REC que nace bajo el concepto de una startup dedicada a la economía circular.

«Ekomodo nace porque nos dimos cuenta que en el sector industrial el material reciclado está bien considerado y es de muy buena calidad, pero no pasa lo mismo en el mercado de consumo. Al pensar en productos reciclados, lo normal es que nos vengan a la cabeza cosas feas, manualidades o de muy baja calidad. Esto no tiene por qué ser así y teníamos que hacer algo para cambiarlo», asegura Adriana Uribesalgo, co-fundadora de Ekomodo.

«En la actualidad elaboramos accesorios de moda sostenible como fundas de ordenador, portadocumentos o fundas de gafas, pero estamos investigando con nuevos materiales sostenibles y ecodiseñando nuevos productos, también orientados a la decoración de espacios», señala Aritz Gartzia.

Eko-REC está especializada en el reciclaje del PET; parte de la botella de PET post-consumo para hacer productos útiles a la industria, asegurando la mejora medioambiental y la reducción de emisiones de CO2. El proyecto nació en el año 2012, al identificar la oportunidad de utilizar la economía circular como fuente de negocio y mejorar la sostenibilidad de sectores como la automoción.

 

‘Sempiterna’ tecnología sin fin, porque se reutiliza

Sempiterna, tecnología sin fin es una red de recuperación de aparatos eléctricos y electrónicos de Madrid, creada por la Asociación La Kalle y la empresa Vortex, que está presentando su actividad en diferentes institutos de la capital, dentro del programa de Mares Madrid.

Se trata de una red de entidades de la economía social, instituciones y empresas que promueve la economía circular en el ámbito de la electrónica.

Imagen: Mares Madrid.

Realiza las funciones de distribución, reparación, reacondicionado, comercialización, mantenimiento y reciclaje y garantiza la trazabilidad y la reutilización formal de los dispositivos, evitando el reciclaje prematuro.

La plataforma sirve también para compartir recursos, distribuir procesos y facilitar el intercambio de datos entre las entidades integrantes, con el objetivo del bien común. Estas entidades pueden ser grupos locales, empresas, entidades de la economía social e instituciones que promuevan la economía circular en el ámbito de la electrónica.

Desde la red se pretende cubrir las fases de recepción, reparación, recuperación, mantenimiento, comercialización, distribución y, en última instancia, derivación de los residuos de aparatos eléctricos y electrónico a un gestor final.

Las entidades participantes cooperan para desarrollar, mantener y compartir un conjunto de herramientas tecnológicas, métodos y datos organizados para el bien común.

Sempiterna se encarga de conseguir equipos de donantes, formatea estos equipos con total garantía y trata de crear un ambiente de reinserción para que los jóvenes puedan trabajar con un equipo. Lo que se trata de transmitir en este proyecto es que otros institutos de la comunidad de Madrid se animen a participar en el proyecto y convencer de que no siempre es necesario recurrir a material de primera mano para trabajar con comodidad.

Vortex  es un empresa de economía social que colabora con asociaciones, centros educativos y otras organizaciones que contribuyan a mejorar la educación, el medioambiente o promover la solidaridad. Opera principalmente en dos líneas de acción: subvencionando proyectos concretos de diferentes entidades y realizando proyectos propios.

La Kalle es una asociación que trabaja para que mujeres y hombres jóvenes en riesgo de exclusión social puedan desarrollar sus potencialidades, cualificarse profesionalmente, acceder a un empleo y disfrutar de un ocio y tiempo libre saludables.

Mares Madrid es un proyecto de transformación urbana a través de la economía social y solidaria, que busca fomentar iniciativas productivas y cambiar la ciudad de Madrid incidiendo en cinco sectores: movilidad, alimentación, reciclaje, energía y cuidados.

Economía circular: Edificios como bancos de materiales

Arup, una empresa internacional de diseño e ingeniería, ha publicado una guía para el diseño de instalaciones inspirada en el concepto Cradle-to-Cradle (C2C), punto de partida de la economía circular que plantea un nuevo modelo de diseño y producción en el que todos los elementos puedan ser 100% reciclados o reutilizados.

Cradle to Cradle (C2C) significa literalmente de la cuna a la cuna. Es un concepto inspirado en la naturaleza, en la cual no se contempla la producción de residuos. Es lo que sus creadores denominaron basura=alimento: cerrar el ciclo de vida de todo producto haciendo del fin de vida un inicio de la siguiente producción.

Madrid Nuevo Norte.

El enfoque C2C no aspira a reducir el consumo sino a reinventar los procesos industriales para que los productos sean devueltos a la tierra como nutrientes o bien vuelvan a la propia industria.

La guía de Arup tiene como objetivo servir de base a los diseñadores que busquen incorporar principios de diseño circular en el desarrollo de sistemas y edificios, proporcionando un equilibrio positivo que genere un impacto ecológico beneficioso en su entorno, según publica EcoCircular, el portal de la Economía circular.

El documento detalla cómo llevar a cabo la aplicación de sus principios en las diferentes disciplinas que conforman las instalaciones: los sistemas eléctricos, de agua, gas, calefacción, ventilación o enfriamiento, así como el transporte vertical o la gestión de edificios.

Proporciona un conjunto de objetivos generales y criterios de diseño para la aplicación del C2C en cada una de estas disciplinas, indicando los aspectos que se deben considerar en cada fase de diseño. Además, sobre la eliminación de residuos y el diseño para el desmontaje (DFD), la guía también incluye los métodos de construcción y selección de materiales, garantizando que los materiales empleados puedan reciclarse y reutilizarse al final de su vida útil, convirtiendo el edificio en un «banco de materiales».

Fundación Botín, en Santander.

Para el lanzamiento de esta guía, el equipo de expertos de la compañía se ha basado en su experiencia global y señala que un diseño inspirado en el C2C no puede lograrse por ninguna disciplina por sí sola, sino que requiere el desarrollo de soluciones holísticas que vayan más allá de las disciplinas de diseño tradicionales.

Arup, una firma de consultores, ingenieros y diseñadores, ofrece una amplia gama de servicios profesionales a clientes en todo el mundo y está detrás de muchos de los edificios, proyectos de ingeniería civil y transporte más innovadores y sostenibles. Está en España desde hace más de 25 años, fue fundada en 1946 y opera en 34 países.

En nuestro país, trabajan, entre otros proyectos, en las torres de la Sagrada Familia de Barcelona, en una colaboración de diseño digital y piedra. También en Madrid Nuevo Norte, en donde darán  vida a un espacio en desuso formado por el haz de vías que conducen a la estación de Chamartín y darán respuesta a las nuevas tendencias en movilidad, con la estación de Chamartín como epicentro de Cercanías y plataforma de lanzamiento del tren de alta velocidad para el norte de España. En Santander, han creado el Centro Botín, un referente artístico y cultural a pie de mar.

La industria textil se compromete a trabajar con la UE por la economía circular

Cinco organizaciones europeas y mundiales de la industria textil y de la moda se han comprometido a trabajar con las instituciones de la Unión Europea para desarrollar una visión conjunta para los textiles en una economía circular, según la Fundación para la Economía Circular.

La Confederación Europea de Confección y Textil (Euratex), la Federación de la Industria Europea de Artículos Deportivos (FESI), la Federación Internacional de Confección (IAF), la Coalición de Confección Sostenible (SAC) y la Agenda Global de la Moda (GFA) han elaborado un manifiesto en el que llaman a trabajar para introducir la economía circular en el textil.

«Es la primera vez que tantas organizaciones influyentes en la industria de la moda se unen para trabajar con los responsables políticos en un enfoque unificado de la circularidad«, señala Eva Kruse, presidenta de GFA, organizadora de la Cumbre de la Moda que se celebra cada año en Copenhague.

El manifiesto reconoce que la Comisión Europea ha destacado los textiles como una prioridad futura para la economía circular y señala que una parte representativa  de la industria ya está comprometida, pero que la infraestructura y las herramientas para apoyar la circularidad en los textiles son todavía inadecuadas.

Las organizaciones piden a los políticos que miren más allá de las herramientas políticas existentes que están arraigadas en una economía lineal y dicen que cerrar el ciclo requiere de una colaboración sin precedentes para combatir los residuos textiles.

«La industria necesita implementar innovaciones tecnológicas para ayudar a separar las fibras para su reutilización y reciclaje. También necesitan mejores diseños y materiales», afirman.

El manifiesto exige políticas innovadoras adaptadas a las PYME (la mayoría de los fabricantes) y multinacionales (marcas de moda) y regulaciones inteligentes para incitar a los consumidores a reconsiderar cómo usan y desechan los textiles.

Europa es el segundo mayor exportador de textiles del mundo después de China y los fabricantes europeos subrayan que la aplicación de las normas de la UE para las importaciones es crucial para mantener la competitividad internacional.

Casi tres cuartas partes (73%) de la ropa en el mundo termina en vertederos. Además, el progreso en la sostenibilidad de la moda se ha desacelerado en el último año, según estas organizaciones, que señalan que el sector no está mejorando lo suficientemente rápido como para contrarrestar el impacto dañino del crecimiento y que la sostenibilidad aún está lejos de ser una consideración clave en las decisiones de compra.

Según Euratex, la ropa representa alrededor de un tercio del mercado textil europeo, otro tercio lo forman los textiles para el hogar y el resto son textiles técnicos, como los materiales utilizados en los motores de los aviones.