Entradas etiquetadas como ‘Interjección’

¿De dónde proviene la interjección ‘Aleluya’?

La interjección ¡Aleluya! es utilizada en la Iglesia cristiana como una expresión de júbilo y alabanza a Dios, siendo su canto una manifestación de alegría y gratitud.

¿De dónde proviene la interjección ‘Aleluya’?

Etimológicamente proviene del latín tardío halleluia y a su vez éste provenía del hebreo ‘hallĕlū yăh’, cuyo significado literal era ‘alabad a Dios’.

En el contexto religioso, esta expresión se utiliza para celebrar momentos de regocijo y alabanza hacia el creador, pero con el tiempo también se ha terminado usando como demostración de entusiasmo y alegría (sin tener nada que ver con una creencia o fe).

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Voto a Bríos!’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘¡Voto a Bríos!’?

La famosa y antiquísima expresión «¡Voto a Bríos!» no proviene de ninguna intención de votar, con intención de dar apoyo a un candidato político, que se denomine Bríos. En realidad se trata de un eufemismo con que se expresaba la intención de rogar o jurar por Dios sin nombrarlo y, por tanto, no blasfemar. Debemos tener en cuenta que, durante gran parte de la Historia, todo aquello que pronunciar el nombre de Dios en vano estaba considerado pecado, siendo perseguido por la justicia; por lo que, gracias al ingenio de la época, se buscó una fórmula en la que se enmascaraba el nombre del Creador de una forma en la que no pudiesen acusarles de herejía al pronunciarla.

Algo muy similar ocurrió por la misma época con el otro famoso eufemismo «¡pardiez!» (¡Por Dios!). Podemos encontrar ambas formas ampliamente referenciadas en textos del Siglo de Oro español por autores como Cervantes, Lope de Vega o Quevedo y posteriormente en obras de Zorrilla, Jovellanos o Bretón de los Herreros.

Ya en el siglo XX, el eufemismo ¡Voto a Bríos! apareció con frecuencia en las aventuras de ‘El Guerrero del Antifaz’, unas historias ilustradas (lo que conocíamos como tebeos y que actualmente se denomina cómic) sobre un heroico batallador de la época de la Reconquista Española que lo exclamaba mientras luchaba contra los llamados ‘infieles’. Fue creado en 1943 y se publicó ininterrumpidamente a lo largo de dos décadas (posteriormente se realizaron nuevas reediciones).

 

 

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¿Cuál es el origen de la exclamación ‘caray’?

Días atrás, mi compañero y amigo José Miguel Cruz, del programa La linterna de Cope Catalunya y Andorra (en el que realizo una sección de curiosidades), me preguntó sobre el origen de la exclamación ‘¡caray!’.

¿Cuál es el origen de la exclamación ‘caray’?

Se utiliza el término ‘caray’ a modo de exclamación y con intención de indicar algún tipo de emoción o sentimiento (de sorpresa, admiración, enfado…) sin utilizar una palabra malsonante (muy en la línea de otras como ‘caramba’, ‘¡ostras!’, ‘jolines’ o las desfasadas ‘cáspita’ o ‘canasto’).

No es un vocablo que surgió de la nada sino que tiene tras de si un origen etimológico de lo más curioso, ya que pocas son las personas que conocen que el término ‘caray’ es un eufemismo que surgió para sustituir a otra exclamación malsonante: ‘carajo’ (que, como sabréis, se utiliza como sinónimo de ‘pene’).

En realidad caray no es más que el resultado final de la catalanización del término carajo. Inicialmente se decía en la forma ‘carall’ y con el tiempo se modificó a ‘carai’ e incluso podemos encontrarlo en la forma ‘carat’. Estos tres términos están recogidos por los diferentes diccionarios de la lengua catalana dándoles como acepción a todos ellos el de ‘interjección y eufemismo de carajo’.

Las primeras referencias en castellano, recogidas en los diccionarios, de este eufemismo las encontramos por un lado en la 10ª edición del Diccionario de la RAE de 1852 en la forma ‘caray’ y con la acepción: ‘Interjección semejante a las de caramba, cáspita, canasto y otras’. Ese mismo año (1852) aparece recogida en el Gran diccionario de la lengua española de Adolfo de Castro y Rossi en la forma ‘carai’ y con la acepción: ‘Interjección de sorpresa, o extrañeza, o dolor. Es voz nada decorosa’.

Cabe destacar que en los diccionarios podemos encontrar también que se le da una segunda acepción al término caray que es el de ‘tortuga de mar’, pero hay que señalar que este caray no proviene del mencionado carajo sino que es una variación de ‘carey’ que es como realmente se denomina la citada tortuga de mar.

 

 

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Fuentes de consulta: Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española / RAE (1) / RAE (2) / enciclopedia.cat (1) / enciclopedia.cat (2) / enciclopedia.cat (3) / libertaddigital / etimologias.dechile
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