Entradas etiquetadas como ‘parafilias sexuales’

‘Hipoxifilia’, la peligrosa masturbación que puede provocar la muerte

Una de las prácticas más arriesgadas que existen en el campo de la autoestimulación sexual es la conocida como ‘hipoxifilia’, la cual consiste en colocarse una bolsa de plástico en la cabeza o atarse un cinturón o cuerda alrededor del cuello mientras se procede a la masturbación y con ello provocar la falta de oxígeno, llegando a coincidir el momento del orgasmo con la pérdida de la conciencia.

'Hipoxifilia’, la peligrosa masturbación que puede provocar la muerte

Un gran número de personas fallecen cada año debido a ello (se calcula que cerca de un millar en Estados Unidos y un número muy similar en Europa), siendo hombres en un 90% de ocasiones. Uno de los casos más conocidos de muerte por asfixia erótica (como también es denominada esta peligrosa práctica) fue la del actor David Carradine, en 2009, que tuvo lugar en un hotel en Bangkok (Tailandia).

La asfixia erótica es una de las parafilias que suelen ser practicadas tanto en pareja, dentro del bondage, o en solitario, como método de masturbación, la cual lo convierte en extremadamente peligroso.

Los expertos en psiquiatría apuntan a varios motivos la causa por la que haya tantos individuos que lo realizan (se han dado casos de fallecimientos en adolescentes de 13 años hasta ancianos de 79 años), siendo una de las principales razones el deseo de experimentar sensaciones al límite y arriesgadas, proporcionando un gran placer la sensación de peligro y de  poder perder la vida, por lo que (según testimonios de aquellas personas que lo han practicado) el momento del orgasmo es mucho más intenso.

También tiene mucho que ver el hecho de que la falta de oxígeno en el cerebro hace que se tengan ciertas alucinaciones (como si se hubiese consumido algún tipo de droga, pero ésta es producida de forma natural por el propio cerebro).

Cabe destacar que hay constancia escrita de la práctica de la hipoxifilia en documentos que datan de principios del siglo XVII.

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

 

Fuente de la imagen: pixnio

Si en Japón gusta tanto el sexo ¿por qué pixelan los genitales en las películas pornográficas?

Se calcula que la industria del porno japonés produce anualmente más de 30.000 películas de alto contenido sexual, en las que se toca todo tipo de parafilias y fetichismos, no dejando ni un solo tema sin explotar. Pero, curiosamente, todas aquellas producciones que se realizan y comercializan desde Japón llevan una característica marca: los genitales aparecen pixelados (tanto de mujeres como de hombres).

Si en Japón gusta tanto el sexo ¿por qué pixelan los genitales en las películas pornográficas

Esto es algo que llama poderosamente la atención y más proviniendo de uno de los países en el que más pornografía se consume. (Te puede interesar leer el post: La curiosa y ancestral afición de Japón hacia la pornografía)

Hasta bien entrado el siglo XIX las ilustraciones pornográficas (llamadas Shunga) fueron ampliamente divulgadas. Eran dibujos de prácticas sexuales sin ningún tipo de censura. Pero todo cambió a partir de 1868 cuando se produjo la restauración de la Era Meiji, la cual destacó por un conservadurismo social, político y religioso de la sociedad japonesa, a la vez que el país intentaba su occidentalización.

Un halo de puritanismo gubernamental provocó que, a pesar de estar tan arraigada la sexualidad en la sociedad japonesa, disminuyera drásticamente las publicaciones y quedase todo lo relacionado con el sexo en un entorno más privado.

Todo lo que tenía que ver con la visión de los genitales se consideraba impúdico e incluso se prohibía exhibir alguna imagen en la que se pudiera ver el vello púbico. Ello era recogido en el polémico artículo 175 del código penal japonés por el cual marcaba aquello que era considerado como obsceno.

Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, Japón sufrió una serie de transformaciones hacia la modernización del país, pero aquellas siete últimas décadas de represión habían hecho mella en la sociedad nipona y por muy dados a la pornografía de los ciudadanos, estos han seguido teniendo en vigor el mencionado artículo 175 y, por tanto, viendo como algo impúdico la exhibición de genitales y vello púbico, de ahí que a pesar de seguir consumiendo gran cantidad de material pornográfico siguen censurándolo (hace unas décadas con un punto negro y ahora a través de pixeles).

Eso sí, hay una industria pirata y paralela que produce en Japón material pornográfico para ser comercializado en occidente y que no utiliza el pixelado genital. También cabe destacar que hoy en día existen una serie de programas y aplicaciones móviles que hacen desaparecer el pixel de una imagen censurada.

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

Misofilia: cuando el placer y excitación lo proporciona el oler una prenda interior sucia

Se conoce como ‘misofilia’ la parafilia o fetichismo sexual por el cual se siente una gran excitación al oler o entrar en contacto con alguna prenda de ropa sucia y en especial cuando se trata de una prenda interior (braguitas, tangas, calzoncillos…).

Misofilia: cuando el pacer y excitación lo proporciona el oler una prenda interior sucia

Aunque el abanico de posibilidades de excitarse con algo sucio es muy amplio, la mayor parte de personas misofílicas lo hacen con aquellas prendas íntimas que saben que han sido usadas y a las que además le que ha quedado algún rastro corporal en ellas (flujo, sangre menstrual, orina, semen, excremento…).

Curiosamente hay todo un mercado negro a través de algunas redes sociales para este tipo de prendas, pudiéndose encontrar en internet anuncios de personas que están dispuestas a pagar buenas sumas de dinero por el hecho de adquirir lencería usada de determinado tipo de personas (siempre y cuando se acompañe una prueba de que han sido realmente usadas y ensuciadas).

Incluso en referencia a Japón (uno de los países con un mayor número de fetichistas por metro cuadrado) circula la creencia de que durante un tiempo se podía encontrar en algunos lugares máquinas expendedoras de braguitas usadas que eran conocidas como ‘Burusera’.

Muchos son los expertos que señalan que se trata de una leyenda urbana, aunque también hay quienes defienden la existencia de esas máquinas expendedoras. Eso sí, leyenda urbana o no, en el país nipón se legisló al respecto y desde finales de la década de 1990 la venta de braguitas usadas está restringida, siendo perseguidas aquellas personas que adquieran prendas íntimas que hubiesen pertenecido a menores de edad.

 

 

Te puede interesar leer:

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

Fuente de la imagen: Andy bernay-roman (Flickr)

Melolagnia, cuando la música te produce excitación

Dentro de la inacabable lista de parafilias sexuales una de las más curiosas es la conocida como ‘melolagnia’, que consiste en excitarse y llegar al orgasmo simplemente por el hecho de escucha cierto tipo de música o alguna canción en concreto.

Melolagnia, cuando la música te produce excitación

Tal y como apuntan los expertos, el clímax sexual que siente una persona con melolagnia no es por el hecho de escuchar música mientas está practicando sexo sino que puede llegarle en cualquier momento y lugar en el que, de repente, empiece a sonar esa canción que tanto le excita.

Pero, a pesar de ser una parafilia algo extraña, no es algo nuevo y ya existen algunas referencias al placer obtenido por escuchar una melodía que están datadas varios siglos atrás. Por ejemplo, el propio William Shakespeare hace mención a ello en su comedia ‘Noche de Reyes’ (finales del siglo XVI) apareciendo en el primer acto de la obra la siguiente alusión:

[…]Si la música es el alimento del amor,
¡toquen! Denme de ella en exceso, pues saciándome
quizá se hastíe mi deseo y muera.
¡La melodía otra vez! Su cadencia se apaga.
Ah, llegó hasta mi oído como el dulce son
que al soplar sobre un campo de violetas
roba y trae su olor. ¡Basta, no más!
Ya no es tan dulce como antes.[…]

 

 

Te puede interesar leer también:

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

Fuente de la imagen: pixabay

Cuando solo te excita una parte concreta de tu pareja

Se conoce como ‘parcialismo’ y se caracteriza en que la persona que lo practica tan solo siente placer centrando su atención en una parte concreta de su pareja, ya sean los pechos, la manos, los genitales, la espalda, pies, boca, oreja, rodillas…

Parcialismo, cuando solo te excita una parte concreta de tu pareja

Durante la relación sexual necesita estar en contacto con esa parte que tanto le atrae y excita y para llegar al clímax total debe acariciarlo, besarlo, lamerlo o simplemente tocarlo, siendo la condición imprescindible para conseguir un placentero orgasmo.

No está calificado como una de las parafilias más perjudiciales, pero, según donde se encuentre ese punto que erotiza tanto, puede llegar a ser bastante complicado el mantener una relación sexual plena y satisfactoria.

 

 

Lee en este blog otras curiosidades relacionadas con el sexo

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

Fuente de la imagen: pixabay

La fábula griega que dio nombre a la parafilia ‘lluvia dorada’

Entre las innumerables parafilias sexuales podemos encontrarnos aquellas que proporcionan placer a ciertas personas y que están estrechamente relacionadas con lo escatológico, debido a que gozan con aquello que expele el cuerpo, como puede ser la orina, excrementos, vómitos…

La fábula griega que dio nombre a la parafilia ‘lluvia dorada’

En el caso de la orina, conocida esta práctica como ‘lluvia dorada’ (su nombre técnico es ‘urolagnia’), consiste en miccionar una persona sobre la otra (e incluso entre sí) y en algunos casos llegar a beber la orina.

El nombre ‘luvia dorada’ proviene de una antigua fábula de la Mitología Griega en la que la joven Dánae (hija de Acrisio, rey de Argos, y Eurídice) fue encerrada por su propio padre en una jaula de bronce, debido a que el oráculo había advertido al monarca que sería asesinado por su nieto. El Dios Zeus, encaprichado de la joven muchacha decidió convertirse en lluvia dorada para así caer sobre Dánae y dejarla encinta. De dicho embarazo nació Perseo quien, siendo ya adulto, cumplió la profecía y mató (accidentalmente) a su abuelo Acrisio.

 

 

Lee en este blog otras curiosidades relacionadas con el sexo

 

Portada del libro "Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO" de Alfred López

 

 

¿Te ha gustado esta curiosidad relacionada con el sexo? Pues esta es una de las 240 que podrás encontrar en mi nuevo libro «Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO». De venta en librerías y Amazon: https://amzn.to/2q6wNXa

 

 

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons