Se conoce como ‘Panot de Barcelona’ a una baldosa (de mortero de cemento y arena) con un diseño de cuatro lóbulos que se entrelazan en una forma circular y que se encuentra en algunas de las calles más emblemáticas y transitadas de la Ciudad Condal, convirtiéndose en uno de los símbolos más representativos y distintivos de la ciudad.
Aunque durante muchos años, numerosas fuentes han atribuido el diseño de la baldosa al arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch, en realidad fue obra de la prestigiosa compañía cerámica Casa Escofet.
En el siglo XIX, Barcelona era una ciudad con una estructura urbana caótica y un sistema de alcantarillado insuficiente. Como resultado, las calles de la ciudad estaban llenas de barro, lo que le valió el apelativo despectivo de ‘Can Fanga’ (por el fango que había). Para solucionar este problema, el Ayuntamiento de Barcelona convocó en 1906 un concurso para diseñar la pavimentación de las calles de la ciudad, tras la puesta en marcha del ‘Plan Cerdà’.
La compañía Casa Escofet ganó el concurso y cinco diseños diferentes de panot (loseta) se instalaron por primera vez en las calles de la ciudad a partir de 1910.
Tal y como te explicaba en el post anterior, el 26 de diciembre, día de Sant Esteve, es una jornada importante dentro del calendario de festividades navideñas en Cataluña, debido a la herencia de las tradiciones carolingias.
Hoy en día (y desde hace más de un siglo) ya no se utilizaba esa jornada posterior a la comida familiar de Navidad para que los diferentes miembros de un clan pudiesen regresar a sus respectivos hogares. Por lo que, al continuar siendo un día festivo en Cataluña, muchas familias optaron para dividir las celebraciones de las fiestas navideñas en dos y acudir en esa segunda jornada a comer a la casa familiar de la esposa (debido a que la Navidad se celebraba por tradición –heteropatriarcal- en la casa del padre del esposo).
Hoy en día se ha puesto muy de moda lo que se conoce como ‘cocina de aprovechamiento’, en el que se elaboran platos culinarios con los restos de las comidas de días anteriores y esto ya lo realizaban nuestros antepasados, por lo que el día de San Esteban era una jornada ideal para acabar con las existencias y sobras de la comida de Navidad.
Un gran número de fuentes indican que los canelones de Sant Esteve nacieron del aprovechamiento de lo sobrante de la sopa de escudella y la carne de ave servida en Nochebuena y Navidad (pavo, pollo, pularda o capón, estas dos últimas más típicas en la gastronomía navideña catalana). Pero esta es una verdad a medias, debido a que la tradición de comer este plato el 26 de diciembre es relativamente moderna y no se inició hasta bien entrados el siglo XX.
En ningún recetario de cocina catalana, anterior a 1900, aparece mencionada la receta de los canelones con relación a los elaborados y degustados en San Esteban. Tampoco figura en ningún libro o crónica sobre las celebraciones de siglos atrás que se degustase tal plato el día posterior a la Navidad. Sí que aparece mencionado que, antiguamente, aquellos que partían de regreso a su hogares el 26 de diciembre, llevaban para comer por el camino algunas viandas sobrantes de la comida del día anterior, pero ninguna mención a los canelones.
En realidad la tradición de comer canelones en Cataluña fue importada a finales del siglo XIX por los hermanos Charles y Michel Pompidor cuando abrieron, en 1897, el restaurante «Maison Dorée», ubicado en la plaza Cataluña de Barcelona. El mencionado restaurante era una sucursal en la Ciudad Condal del Maison Dorée de París, uno de los restaurantes más famosos y prestigiosos de la capital francesa y por el que que pasaban comensales de altísimo nivel, entre ellos el compositor y gastrónomo Giacomo Rossini, quien dejó al chef del establecimiento parisino la receta de sus famosos ‘canelones Rossini’.
Los hermanos Pompidor se trajeron consigo dicha receta y empezaron a servir el plato de canelones (con ciertas variaciones) en el restaurante que abrieron en Barcelona. Era un plato muy exclusivo, ya que solo se servía en contadas ocasiones, debido a la dificultad por conseguir unas láminas de pasta ideales para enrollar el canelón y que, hasta la fecha debían ser importadas desde Italia o Francia.
Una de las innovaciones que realizaron los hermanos Pompidor en el Maison Dorée de Barcelona, ya entrados en la primera década de 1900, fue el reinventar los canelones Rossini en un plato autóctono, empezando por convertirlo en una de las comidas estrellas del local el día de Sant Esteve, en el que se elaboraba con las viandas sobrantes de la comida de Navidad que había servido el restaurante.
El establecimiento de los hermanos Charles y Michel Pompidor cerró sus puertas en 1918, pero sus famosos «canelons de Sant Esteve» ya habían quedado incorporados en los recetarios de cocina catalana. Ayudó en gran medida el que el industrial catalán Ramon Flo Valls abriese en la Ciudad Condal una empresa en la que se elaboraba pasta alimenticia al estilo italiano y que, a partir de 1911, comercializara las placas para elaborar canelones (tres años después el negocio pasó a ser denominado con el nombre comercial «Pastas El Pavo»).
Fue a partir de ese momento cuando muchos hogares catalanes empezaron a incorporar los canelones como plato estrella en las celebraciones, convirtiéndose en el principal del mencionado día de Sant Esteve.
Como nota curiosa, cabe señalar que antes de ponerse de moda los canelones en San Esteban, en los hogares catalanes se servía para comer el 26 de diciembre un sabroso arroz que se echaba al caldo sobrante de la sopa de escudella, junto con los restos de la comida de Navidad.
No te pierdas mi nuevo libro de curiosidades navideñas «Ya está el listo que todo lo sabe de la NAVIDAD».
136 páginas que dan respuesta a un gran número de cuestiones relacionadas con esta celebración y que incluye un útil «Breve diccionario Navideño».
De venta exclusiva en Amazon, se puede convertir en uno de tus regalos sorpresa para estas navidades (ideal para el «Amigo invisible»). Compra a través del siguiente enlace: https://www.amazon.es/dp/8409162520/
Tras un paréntesis de tres meses sin publicar reseñas de libros en el blog (debido al poco tiempo que he tenido durante ese tiempo al estar metido de lleno en la publicación y promoción de mi tercer libro ‘Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO’) retomo la sección y lo hago con una novela que creo que vale mucho la penar leer.
Se trata de ‘Ella es Mía’ y su autora Natàlia Cremades (@NataliaCremades), quien se estrena como escritora con una novela autoeditada (a través de EdítaloContigo) y cuya narración es impecable. Empezando por su título, el cual juega con un doble sentido, debido a que Ella y Mía es también el nombre de las dos protagonistas.
Natàlia Cremades, a quien tuve el placer de conocer personalmente el pasado fin de semana y con quien compartí un stand de venta de libros en el Erostreet Festival celebrado en el Museo Europeo de Arte Moderno de Barcelona (MEAM), tenía muy claro cómo quería que fuese su novela y la escribió de la forma en que a ella le hubiese gustado leer una historia similar: explicada desde los dos puntos de vista.
Y es que toda historia (ya sea de amor o desamor) tiene dos versiones, dos protagonistas (en este caso Ella y Mía) y cada una vive y cuenta la relación de un modo diferente.
‘Ella es Mía’ es una novela ligera y que nos adentra en la historia de dos mujeres que se conocen y enamoran. Dos mujeres muy diferentes entre sí. Ella es independiente y huye del compromiso. No cree en las edulcoradas historias de amor de los folletines de sobremesa. Por el contrario, Mía es romántica y cree en el concepto del ‘amor eterno’. Sus caminos se cruzan en un momento dado de sus vidas y aunque ambas poseen personalidades muy diferentes hay algo que las empuja a encontrarse.
Una difícil relación vivida y explicada por las dos protagonistas, motivo por el cual el lector podrá enterarse de la historia al completo.
Debido a su carácter de autoedición, la novela ‘Ella es Mía’ de Natàlia Cremades (que ya va por su 2ª edición) se puede encontrar en muy pocos puntos de venta (espero que muy pronto esté en muchísimos más). Las distintas formas de comprar son: a través de la web https://editalocontigo.es/producto/ella-es-mia/, físicamente en la Librería Cómplices de Barcelona (calle Cervantes, 4) o Llibreria La Mulassa de Vilanova i la Geltrú (Rambla Principal, 2) y también puedes adquirirlo enviando un correo email a la autora (y seguro que te lo manda dedicado): ncremades@hotmail.es
Esta es, muy posiblemente, una más de las muchas leyendas urbanas que las redes sociales y blogs se han encargado de expandir en los últimos años y que cada cierto tiempo va apareciendo de nuevo. Si escribes en cualquier buscador de internet las palabras Eiffel y Barcelona aparecerán cientos de miles de resultados, en los que, en su gran mayoría, explican cómo el Ayuntamiento de Barcelona rechazó el proyecto de Gustave Eiffel de construir en la Ciudad Condal la famosa torre metálica de cara a la Exposición Universal que se celebraría allí el año 1888. La inmensa mayoría de esas entradas no dejan de ser simples ‘copia y pega’, pero que no aportan ni una sola fuente o enlace fiable que demuestre la veracidad de tal historia. Afortunadamente, cada vez son más las páginas que lo desmienten.
Pero, aparte de que no hay publicado ni un solo documento oficial que verifique ese dato (o al menos que se haya hecho público), la casi totalidad de enlaces que hablan sobre la historia y construcción de la Torre Eiffel en París señalan que los representantes de la Ciudad de la Luz y el ingeniero francés llegaron a un acuerdo para construirla el 30 de marzo de 1885, mientras que las autoridades municipales de la ciudad de Barcelona no tuvieron constancia de que la población acogería la sede de la Exposición Universal hasta el 18 de junio de ese mismo año (dos meses y medio después).
A todo esto hemos de sumarle que, con los años que han pasado y la era digitalizada en la que nos encontramos, si fuera cierta la hipótesis de que Gustave Eiffel (o algún representante de su equipo de arquitectos) presentó el proyecto de construcción de su famosa torre en Barcelona ya se habría hecho público dicho documento o, al menos, existiría constancia de ello en las hemerotecas de los diarios de la época ¿no creéis?
Lo que sí realmente consta son los proyectos presentados por el también ingeniero francés J. Lapierre y el arquitecto catalán Pere Falqués para levantar unas torres (Torre Lapierre y Torre Condal), pero ambos fueron rechazados debido a la falta de presupuesto y en favor del Arc del Triomf diseñado por Josep Vilaseca i Casanovas.
Cabe destacar que parte de la confusión sobre el hipotético proyecto de Eiffel en la Barcelona de la Exposición Universal pueda deberse al hecho de que en 1929, durante la Exposición Internacional que se celebró en la Ciudad Condal, se levantó la conocida como ‘Torre Jorba’ (financiada por los grandes almacenes Jorba) en la entrada a la montaña de Montjuïc frente al parque de atracciones de la Foixarda y que representaba una réplica de la torre Eiffel, de 50 metros de altura, pero realizada con las letras que componían el nombre del mencionado comercio, tal y como puede observarse en la imagen inferior. Fue desmantelada a principios de la década de 1930, una vez clausurada la exposición.
La temporada 2015-16 del campeonato de la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LFP) en España llega a su fin. Durante toda la competición hemos podido disfrutar de grandes y emocionantes encuentros, no decidiéndose hasta el último partido el equipo campeón de este año, que ha recaído en el equipo culé. Se han marcado un buen número de goles, disputándose entre Luis Suárez (Barça) y Cristiano Ronaldo (Real Madrid) el ser bota de oro al mayor goleador y alzarse con el Trofeo Pichichi.
Tiempo atrás os traía al blog un post sobre la que había sido la mayor goleada en un partido oficial de fútbol (a nivel mundial) y en esta ocasión os traigo el récord sobre la mayor goleada de la historia en un encuentro de la liga de Primera División del fútbol español (hasta el momento de publicarse este post) el cual lo ostenta el Athletic Club de Bilbao que endosó un contundente 12 a 1 al Fútbol Club Barcelona.
Fue durante un partido disputado el 8 de febrero de 1931 en el antiguo estadio de San Mamés y desde entonces no se ha vuelto a repetir ni superar esa marca en las más de ocho décadas que han pasado desde entonces.
El protagonista absoluto del partido fue el jugador natural de Baracaldo, Agustín Sauto ‘Bata’, quien marcó siete de los doce goles de ‘los leones’.
Alfred López entrevistado por Guillermina Royo-Villanova en el Mobile Wolrd Center
Otra semana más cargada de entrevistas y actividades relacionadas con el libro ‘Vuelve el listo que todo lo sabe’ el cual se está convirtiendo en todo un éxito gracias a la cada vez mayor presencia en las redes sociales y medios de comunicación. Es por ello que quiero agradecer a todos aquellos que ayudan con sus tuits, reseñas en blogs y recomendando el libro en sus perfiles de twitter y Facebook, así como los que cuelgan sus fotografías mostrando el libro, a todos y todas ¡¡muchísimas gracias!!
Dentro de esta semana ha tenido lugar la presentación del libro en Parets del Vallès (población en la que resido), un buen puñado de interesantísimas entrevistas (alguna de ella en televisión), reseñas y una de las jornadas más importantes que hay para cualquier autor: el Día del Libro, coincidiendo que en la comunidad donde vivo se celebra también Sant Jordi, una festividad que saca a la calle a miles de ciudadanos que compran libros y rosas para regalarlo a su persona amada. Tuve el honor de firmar en un par de lugares, además de participar en diferentes actos.
El fallecimiento del cantante Pedro Pubill Calaf, más conocido artísticamente con el nombre de ‘Peret’, el 27 de agosto de 2014, provocó que centenares de artículos, posts, tweets o publicaciones en cualquier tipo de red social mencionanran a este célebre cantante de ascendencia gitana como uno de los más grandes representantes de la conocida como ‘rumba catalana’, un género musical que nació en Barcelona a medio camino entre las décadas de 1940 y 1950 y sobre la que han existido ciertas disputas para señalar quién fue el verdadero ‘padre de la rumba catalana’.
Entre los candidatos que se disputaban esa paternidad encontramos al propio Peret y a Antonio González ‘El Pescaílla’, quien se hizo más famoso en sus últimos años de vida por ser el esposo de Lola Flores, pero que fue un artista muy reconocido en los años 50.
Muchos son los que otorgan el honor de ser el primero a Peret, pero son más numerosos quienes se lo atribuyen a la familia González, apuntando que fue el padre de El Pescaílla quien dio pie a ese género musical traspasando el testigo a su hijo.
Se podría decir que la gran explosión y popularización de la rumba catalana llegó a mediados de 1960; una década en la que El Pescaílla ya se había casado con Lola Flores (que estaba en su mejor momento artístico) trasladándose a vivir a Madrid y Peret comenzaba a triunfar en el mundo de la música, consiguiendo una carrera meteórica que lo llevó a protagonizar varias películas, ser el representante de España en Eurovisión y uno de los artistas que más éxitos del verano cosechó hasta 1982 (año que se retiró de la música durante un tiempo para dedicarse a labores evangélicas y retomó la carrera a partir de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92).
Cabe destacar que aunque la mayoría de expertos señalan que el padre de la rumba catalana fueAntonio González ‘El Pescaílla’(en 2003 el Ayuntamiento de Barcelona colocó una placa en la calle donde nació en la que aparece como ‘creador de la Rumba Catalana’), admiten que quien ha sido durante todo este tiempo el verdadero ‘Rey de la Rumba Catalana’ es Pedro Pubill Calaf ‘Peret’.
En el histórico barrio de la Ribera de Barcelona y muy cercano al antiguo mercado del Born se encuentra la calle Tantarantana, que nace en la Plaza Sant Agusti Vell y a lo largo de una treintena de números llega hasta la famosa calle Princesa.
Según el nomenclátor histórico del ayuntamiento de Barcelona, la calle Tantarantana ya se llamaba de este modo hace tres siglos (documentación oficial lo data en el año 1716) y allí era donde vivía el pregonero de la ciudad que anunciaba con un redoble de tambor o un toque de trompeta las noticias oficiales. Esto hizo que el resto de ciudadanos conocieran a este personaje por el mote del ‘Tantarantana’ o ‘Tantarantán’, por la secuencia de sonidos que hacía con sus avisos/toques: «….tant, tarant, tant , tarant….».
Sin embargo muchos son los vecinos del barrio (sobre todo las personas más ancianas) que sitúan el origen del nombre de la calle al repique de campanas(«….tant, tarant, tant , tarant….») que se oía en toda la calle y que provenía del cercano Convento de Sant Agustí Vell, aunque la versión oficial que apunta el ayuntamiento (y da por oficial) es la que más historiadores apoyan y señalan como posible.
El Diccionario de la RAE recoge el término ‘tantarantán’ como el sonido del tambor o del atabal, cuando se repiten los golpes.
La construcción del Funicular se llevó a cabo bajo la dirección del ingeniero don Emilio Echevarría y las obras se realizaron en un tiempo record: 14 meses.
En el articulo publicado en La Vanguardia, al día siguiente, explicaba las características técnicas del nuevo medio:“La longitud del trayecto es de 760 metros y el desnivel salvado de 80 metros. La velocidad del tren es de 16’2 kilómetros por hora y el trayecto se efectúa en dos minutos 54 segundos”. “La capacidad de los trenes es de 350 personas, pudiendo transportar en cada sentido 6.000 personas por hora”. Y añadía: “Podemos enorgullecemos de poseer en Barcelona el funicular más rápido del mundo”.
Fundado en 1786, Can Culleretes es, según el Libro Guinness de los Récords, el restaurante más antiguo de Barcelona y el segundo más antiguo de España.
Can Culleretes está situado en pleno Barrio Gótico de Barcelona, junto a las Ramblas, cerca de la Plaza Reial y de la Plaza Sant Jaume.
La fundación de Can Culleretes se remonta al siglo XVIII, más concretamente al año 1786. Sobre el origen del nombre hay dos versiones.
Según la primera, cuando se empezaron a utilizar las cucharillas de metal se usaban muchas porque así lo pedían las especialidades de la casa —crema catalana, requesón, chocolate… Parece ser que en el restaurante no tenían demasiadas. Entonces, cada vez que el camarero se acercaba al mostrador se le oía pedir: “Chicas, culleretes!”.
La otra versión —menos probable— explica que el nombre del restaurante se debe a que fue el primero de Barcelona en usar cucharillas de metal en lugar de las de madera.
Quizás te interese leer los siguientes posts relacionados con los Guinness World Records: