Se conoce como ‘Panot de Barcelona’ a una baldosa (de mortero de cemento y arena) con un diseño de cuatro lóbulos que se entrelazan en una forma circular y que se encuentra en algunas de las calles más emblemáticas y transitadas de la Ciudad Condal, convirtiéndose en uno de los símbolos más representativos y distintivos de la ciudad.
Aunque durante muchos años, numerosas fuentes han atribuido el diseño de la baldosa al arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch, en realidad fue obra de la prestigiosa compañía cerámica Casa Escofet.
En el siglo XIX, Barcelona era una ciudad con una estructura urbana caótica y un sistema de alcantarillado insuficiente. Como resultado, las calles de la ciudad estaban llenas de barro, lo que le valió el apelativo despectivo de ‘Can Fanga’ (por el fango que había). Para solucionar este problema, el Ayuntamiento de Barcelona convocó en 1906 un concurso para diseñar la pavimentación de las calles de la ciudad, tras la puesta en marcha del ‘Plan Cerdà’.
La compañía Casa Escofet ganó el concurso y cinco diseños diferentes de panot (loseta) se instalaron por primera vez en las calles de la ciudad a partir de 1910.
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Fuente de la imagen: Alfred López