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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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La suerte de un malabarista del cine llamado José Luis Garci

‘Los girasoles ciegos’, de José Luis Cuerda; ‘Siete mesas de billar francés’, de Gracia Querejeta y ‘Sangre de mayo’, de José Luis Garci… ¿Sangre de qué? ¿Qué ha dicho? ¿Qué peli es ésa? Algo así debieron de pensar mis compañeros cuando anotaban al dictado los títulos de las películas que optarán a representar a España en los Oscar dentro de la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera.

No os asustéis si vosotros tampoco habías oído hablar hasta la fecha de la película de Garci. Nadie la ha visto; bueno me imagino que unos cuantos, quizá los habitantes de Talavera de la Reina y algunos miembros de la Academia. ‘Sangre de mayo’ todavía no se ha estrenado y todavía no tiene una fecha fija para hacerlo (como me ha confirmado esta misma tarde la productora Nickel Odeon). ¿Que cómo ha llegado entonces hasta la final? Pues como siempre lo logra José Luis Garci: estrenando el filme contrarreloj, generalmente en Talavera de la Reina (Toledo), para salvar el trámite que exige que el filme preseleccionado haya sido estrenado en España en pantalla grande.

¿Es legal? Por supuesto que es legal, el trámite que pone la Academia de Cine Español se ha cumplido; pero no deja de ser sorprendente. Del resto de filmes preseleccionados conocemos su trayectoria, nos consta que muchos de los miembros de la Academia la han visto, y que hay una larga serie de críticas que avalan su calidad. Sobre el filme de Garci debemos confiar en el buen criterio de los miembros de la Academia que la han votado. ¿Y quiénes son ellos? Pues hay representantes de todos los campos del cine; actores, directores, directores de arte, de fotografía, músicos… Y está claro que dentro del gremio, Garci tiene mucho predicamento; y quizá también muy buenos y fieles amigos. Los mismos que edición tras edición, votan por su filme.

Que conste que esto no solo pasa con Garci. El año pasado ninguna de las tres películas finalistas había sido estrenada oficialmente en España cuando se anunciaron sus candidaturas (‘Luz de domingo‘, de Garci; ‘El orfanato‘, de José Antonio Bayona y ‘Las 13 rosas‘, de Emilio Martínez Lázaro); pero por el número de veces que Garci logra colarse en la final, sin haber estrenado comercialmente el filme, merece un premio al mejor malabarista del cine. Hago memoria: en 2005 logró que ‘Ninette’ llegara a la final junto a ‘Obaba’, y ‘Princesas’. El año anterior, ‘Tiovivo C’ también llegó a la final junto a ‘La mala educación’ y ‘Mar adentro’. En 2002, ‘Historia de un beso’ luchó por representar a España junto a ‘Los lunes al sol’ y ‘Hable con ella’. Y podría seguir… Si la memoria no me falla, y si no, por favor, decídmelo, en todos los casos, la película de Garci llegó a las pantallas semanas después de su preselección.

¿Suerte? ¿Amiguismo? ¿La gran calidad de los filmes de Garci le aseguran un puesto entre el trío finalista? ¿Una buena labor de su productora, que se preocupa de que los académicos vean el filme? En cualquier caso, un ejemplo único.

Con lo de Bardem se nos va la olla

Aunque todavía parezca que estamos en estado de shock, en realidad el Oscar de Bardem lo veíamos venir desde hace meses, cuando empezaron a lloverle en masa premios por su trabajo en la película de los Coen. Como ya he dicho muchas veces que me alegro por él y que se lo merece, no me repito, pero, por favor, dejemos de politizar su premio. Es un premio genial, merecido, que tapará la bocaza de más de un miope que es incapaz de ver más allá de las ideas políticas de un actor, pero no olvidemos que lo han votado los Académicos de Hollywood, que, aunque en general, sean más demócratas que republicanos, tampoco puede decirse que tengan nada de izquierdosos, por lo menos no en el sentido que nosotros le damos aquí. Flaco favor le hacemos a Bardem y a su familia si insistimos en politizar todas y cada una de sus actuaciones y sus logros. Bardem se ha ganado el Oscar por una interpretación soberbia en una película magistral. ¿Tan difícil es de aceptar eso? ¿Un premio de la izquierda? ¿Pero estamos locos? Es un premio con nombre y apellido, fruto del talento.

En cuanto al resto de los premios, pues deciros que no me han sorprendido, a excepción, quizá, del de Marion Cotillard, aunque debería habérmelo olido, al fin y al cabo hace unas semanas le dieron el Bafta en Gran Bretaña (¿una francesa triunfando en la cuna de los grandes actores? Era una señal). Tampoco me ha sorprendido (y creo que a nadie) el Oscar para Daniel Day-Lewis, pero aunque Daniel es un monstruo (interpretativo, me refiero), me hubiera encantado llevarme una sorpresa y ver a Viggo Mortensen en el escenario (demasiado bonito para ser cierto). Su trabajo en ‘Promesas del Este’ es de los que no se olvidan.

Como también me hubiera encantado que el Oscar al Mejor Guión Original se lo llevara ‘Ratatouille’, en lugar de la tramposa y ñoña Juno’ (sí, ñoña y edulcorada, a pesar de la ágil lengua viperina de la protagonista). El soliloquio del crítico gastronómico Anton Ego en ‘Ratatouille’ es de los pasajes más impresionantes que recuerdo haber visto en el cine últimamente. También habría estado bien que la Academia se hubiera mostrado algo más generosa con la exquisita ‘Expiación’. ¿De verdad que su vestuario y su fotografía no se merecían algún premio? De la dirección artística no digo nada porque se lo ha llevado ‘Sweeny Todd’, creo que muy merecidamente.

Como no he visto la gala, no puedo opinar de la ceremonia ni del presentador, Jon Stewart, así que os invito a que me digáis abajo qué os pareció y si os gustó.

Tim Burton se dejó el sentido del humor en casa, o tal vez fui yo

En la semana de los Oscar, he ido a ver una de las pelis que tiene tres nominaciones, ‘Sweeny Todd’, la película de Tim Burton de la que todo el mundo habla, para bien o para mal. He oído desde el caso de gente que se ha marchado del cine, harta de tanto festival sangriento aderezado con música, hasta el caso de algún devoto que ya va por el tercer visionado.

Yo ni lo uno, ni lo otro. Me ha gustado, pero menos de lo que esperaba. Si os soy sincera a mí me ha empachado un poco tanto rebanamiento de gaznate y tanto espachurramiento contra el suelo, sobre todo, porque he echado en falta ese sentido del humor tan negro y tan característico de Burton, que siempre ayuda a tragar los tropezones sangrientos. Pero, como soy casi incondicional de Burton (‘El planeta de los simios’, aparte), me ha encantado su estética, su colorido, su ambientación… es decir (poniéndome divina): su fotografía y su dirección artística. Además, por su puesto, de su espléndida música ( mérito de Stephen Sondheime) y de la interpretación de los actores. Y entre ellos, aparte del gran trabajo de Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman (un club de fans de Rickman, ya, por favor)…, mi favorito, sin lugar a dudas, ha sido el pequeño Edward Sanders, un chaval que debió rodar la película con 13 ó 14 años y que tienen una voz increíble.

Sanders nació en 1993 en East Sussex, Inglaterra, y actuaba y cantaba en el National Youth Music Theatre hasta que un cazatalentos lo descubrió y le ofreció este papel. Para mí él y la música de Stephen Sondheim son el verdadero descubrimiento de ‘Sweeny Todd’.

Semana de los Oscar: lo que se pierden los que no llegaron a la final

Debe de ser bonito pasearse estos días por Los Angeles, una ciudad que vive por y el cine. Si habitualmente, me cuentan los que han estado por ahí, la ciudad es una amalgama de talento, ilusión por triunfar, ambición, gente guapa, sucesión de castings y dinero, estos días Los Angeles vive acelerada, preparándose para la gran fiesta, la traca final que es la ceremonia de entrega de premios.

Me cuenta una amiga que el año pasado viajó a Los Angeles con el equipo de una de las películas con más nominaciones a los Oscar, que la ciudad literalmente se «paraliza» el día de la entrega de premios. Una nube de publicistas, agentes de prensa, periodistas, productores, distribuidores y agentes toman la ciudad.

Las distribuidoras que tienen películas nominadas en alguna de las categorías se encargan de organizar y acomodar a sus invitados. Los recogen en las limusinas, les procuran las invitaciones, los hoteles… las entradas a las fiestas. «Hay, me cuenta mi amiga, muchísimos controles de seguridad hasta que llegas al Kodak Theatre, eso sí, la ciudad está completamente despejada, sin tráfico, para asegurarse de que llegas a la cita a la hora«.

Pero no a todos se les espera al mismo tiempo. Los últimos en llegar son las estrellas, los nominados en las categorías principales y a los que todas las cámaras quieren grabar, pero cuatro horas antes han comenzado a desfilar por la alfombra roja del Kodak Theatre el resto de invitados, aquellos de los que rara vez se capta una imagen. Aquí la extravagancia del vestuario está permitida, hay manga ancha.

Después de los nervios, de las alegrías y las decepciones del premio llegan las fiestas, y en especial la fiesta con mayúsculas, la de Vanity Fair, esa que va asociada al eslogan «no eres nadie si no has conseguido invitación para ella». Aunque hay un truco, llegar con alguien que haya logrado una estatuilla. «Todo el mundo, absolutamente todo el mundo, te deja entrar si vas con un Oscar o con alguien que lo tenga. Te paran, te saludan, te felicitan«. Eso sí, las fiestas no son para desparramar, soltar adrenalina y hacer unas charlas con los amigos. «No hay nada fuera del negocio«, me comenta mi amiga. «Todo el mundo sabe quién es quién y se informan de lo que has hecho antes de hablar contigo. Todo tiene una atmósfera muy profesional».

Así que entre copa y copa se habla de planes, disponibilidad de fechas, posibles castings. Los agentes vigilan de cerca a sus pupilos mientras los productores perfilan nuevos proyectos. ¿Qué negocios se cerrarán la noche del 24 de febrero? Los veremos en los cines en dos años, aproximadamente.

La semana de los Oscar : así funciona la Academia y se elige a sus miembros

Durante dos días he repasado algunas de las curiosidades de los premios, hoy hago un poco de historia de la Academia que organiza los premios y su funcionamiento:

-La Academia se formó en mayo de 1927 y originariamente tenía 36 miembros, entre ellos Mary Pickford, Douglas Fairbanks, Raoul Walsh, Henry King y Jack L. Warner.

-Hoy la Academia tiene 5.829 miembros con derecho a voto, aunque esta cifra cambia de día en día, dependiendo de las bajas y las nuevas incorporaciones, pero, desde hace años, se mantiene siempre alrededor de las 6.000 personas.

-Los académicos representan 15 categorías del cine: actores, animadores, directores artísticos y diseñadores de vestuario, cinematógrafos (directores de fotografía), compositores, directores de documentales, directores, productores ejecutivos, productores, editores (montadores), peluqueros y maquilladores, especialistas en relaciones públicas, técnicos de sonidos, expertos en efectos visuales y escritores (guionistas).

Es la propia Academia quien invita a incorporarse a la institución a aquellos profesionales que destacen por su especial contribución o su calidad excepcional en algunas de las áreas arribas descritas. Generalmente, el haber estado nominado a algún Oscar en alguna de las categorías asegura recibir la invitación, que debe estar respaldada por al menos dos miembros de la Academia.

Entre los españoles que han sido recientemente invitados a formar parte del selecto grupo que elige a los ganadores del Oscar están Maribel Verdú, Agustín Almodóvar (su hermano Pedro es miembro desde hace años), los cortometrajistas Borja Cobeaga y Javier Fesser y los maquilladores David Martí y Montse Ribé, que ganaror el año pasado el Oscar por su trabajo en ‘El laberinto del Fauno’.

-La Academia envia a sus miembros las papeletas para que voten, primero a los nominados, luego a los ganadores, de las distintas categorías. La firma PricewaterhouseCoopers es la encargada de velar porque todo el proceso se cumpla dentro de la más estricta legalidad.

-El primer presidente de la Academia fue el mítico actor de cine mudo Douglas Fairbanks, padre del atlético Douglas Fairbanks Jr. Los actores Bette Davis, Gregory Peck y Karl Malden; los directores Frank Capra y Frank Lloyd y el guionista Charles Brackett han sido algunos de sus más presidentes más conocidos. Actualmente ostenta el cargo el actor y productor Sid Ganis.

La semana de los Oscar: las anécdotas de los premios. Parte 2 y última

Ayer te adelantaba algunas curiosidades de los Oscar, hoy prosigo el recuento de lo más llamativo que han arrojado estos premios en sus ochenta años de historia. Si tú conoces otras anécdotas, cuéntanoslas.

-Sabías que las películas que han acaparado más nominaciones han sido ‘Eva al desnudo’ (1950), de Joseph L. Mankiewicz, que tuvo 14 nominaciones y logró seis premios ,y ‘Titanic’ (1997), de James Cameron, a la que le fue mucho mejor, porque con 14 nominaciones logró 11 premios.

-Las únicas películas que han conseguido los cinco grandes premios (película, director, actor principal, actriz principal y guión) son ‘Sucedió una noche’ (1934), ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ (1975) y ‘El silencio de los corderos’ (1991).

-Como los actores no tienen edad de jubilación nos encontramos con que Henry Fonda logró cuando tenía 76 años un Oscar como mejor actor principal por ‘En el estaque dorado’ y Jessica Tandy, 80 años ( ‘Paseando a Miss Daisy’).

-En la categoría de secundarios, donde este año puede lograr el Oscar Javier Bardem, los que tenían más edad cuando recibieron un premio fueron George Burns (80 años) por ‘La pareja chiflada’ y Peggy Ashcroft (77 años) por ‘Pasaje a la India’.

-Por el contrario, los intérpretes más jóvenes que recibieron un Oscar en la categoría principal fueron Adrien Brody (29 años) por ‘El pianista’ y Marlee Matlin (21 años) por ‘Hijos de un dios menor’.

-En la categoría de secundarios, los más bisoños fueron Timotty Hutton (20 años) por ‘Gente Corriente’ y la niña Tatum O’Neal (10 años) por ‘Luna de papel’.

-El nominado más joven de cualquier categoría fue el niño Justin Henry que tenía 8 años cuando fue nominado como mejor actor secundario por ‘Kramer contra Kramer’.

-Los directores que han recibido más nominaciones han sido William Wyler (12 nominaciones y tres Oscar), Billy Wilder (ocho nominaciones y dos Oscar), Fred Zinneman (7 nominaciones, dos Oscar) y David Lean (7 nominaciones, dos Oscar).

-Tres de los actores principales de ‘Rebelión a bordo’ (1935) fueron nominados por esta película : Clark Gable, Charles Laughton y Franchot Tone, aunque la película se quedó sin premio en esa categoría, porque se lo llevó Victor McLaglen por ‘El delator’, de John Ford.

-Algo parecido ocurrió con ‘El padrino’ (1972), cuando James Caan, Robert Duvall y Al Pacino fueron nominados como mejores secundarios por su trabajo en la película de Coppola. Al final el Oscar se lo llevó Joel Grey, por ‘Cabaret’.

-Los países que más veces han estado nominados al premio a la mejor película extranjera han sido Francia (34 veces, lo ha logrado en nueve ocasiones); Italia (27 nominaciones, lo ha logrado 10 veces) y España (19 nominaciones y cuatro Oscar: ‘Mar adentro’; ‘Todo sobre mi madre’ ‘Belle Epoque’, ‘Volver a empezar’).

La semana de los Oscar: las anécdotas de los premios. Parte 1

Entramos en la semana de los Oscar, va a ser difícil no olvidar que encaramos la recta final de la espera para saber si Javier Bardem se convertirá, por fin, en el primer actor español que consigue un Oscar. Este año la Academia conmemora su ochenta aniversario con más expectación que nunca: hasta hace unos días, cuando se puso fin a la huelga de guionistas, la cerebración de la entrega de premios estaba en el aire.

Como apertitivo de lo que se avecina la madrugada del domingo al lunes, te propongo repasar algunas anécdotas y curiosidades de los premios cinematográficos con más solera.

-Al margen de los Oscar honoríficos que se entregan muchas veces para arreglar desaguisados de años, nunca recibieron un Oscar genios como Charles Chaplin (tenía dos honoríficos), Orson Welles, Cary Grant, Alfred Hitchcock, Richard Burton (y eso que éste había estado nominado en siete ocasiones), Greta Garbo, Howard Hawks, Kirk Douglas, Gene Kelly y Ernest Lutbisch.

-El año pasado Peter O´Toole tuvo su octavo intento para conseguir un premio por ‘Venus’, pero ni por esas logró el actor irlandés acariciar al hombrecillo dorado.

Stanley Kubrick, famoso por haber revolucionado el lenguaje cinematográfico en películas como ‘El resplandor’, ‘Senderos de gloria’ o ‘La naranja mecánica’, estuvo nominado en 13 ocasiones, pero solo logró un premio ¡por los efectos especiales! de ‘2001: Una odisea del espacio’.

George C. Scott fue un actor de carácter que no creía en la competición con otros actores, por eso rehusó aceptar el Oscar que logró por ‘Patton’. En su lugar, lo recogió el productor Frank McCarthy que se lo devolvió a la Academia al día siguiente, siguiendo las indicaciones de Scott.

-La leyenda negra de los premios cuenta que el actor Jack Palance estaba completamente borracho cuando leyó que Marisa Tomei había logrado el premio a la mejor actriz secundaria por ‘Mi primo Vinny’, premio que, según la leyenda, era en realidad para otra actriz (competía con Judy Davis, Vanessa Redgrave, Joan Plowright y Miranda Richardson). Durante años, Marisa tuvo que hacer frente a las especulaciones y las dudas sobre la legitimidad de su Oscar.

-‘Cabaret’ es uno de esos casos únicos en el que una película logra hasta ocho premios de diez candidaturas, pero no el de mejor película, que es el principal, el que debería ser el compendio de los otros ocho. Se lo arrebató ‘El padrino’ en 1972.

-Los actores que más veces han sido nominados a los Oscar son Meryl Streep (14 intentos y dos aciertos), Jack Nicholson (12 intentos y tres aciertos) y Katherine Hepburn (12 intentos y cuatro aciertos). Nadie ha conseguido hasta ahora batir a la Hepburn.

Decepcionante ‘Juno’

A ‘Juno’ la han vendido como la Pequeña Miss Sushine de 2007, es decir una película indie, de bajo presupuesto, llena de talento, que triunfa en la taquilla estadounidense y se cuela en los Oscar, echándole un pulso a superproducciones como ‘Pozos de ambición’ o ‘Expiación’.

Fui a verla este fin de semana. Entre el tráiler que vi y todas las críticas y artículos que he leído sobre ella, tenía mucha curiosidad. Y me decepcionó. No porque la película sea mala, no lo es, ni mucho menos. Me reí, me entretuvo, escuché buena música y salí del cine con una sonrisa en los labios, pero con la sensación de haber visto una película hueca, una fast-comedy, de calidad, eso sí, como la comida rápida que empaqueta Ferrán Adriá en su franquicia.

Esperaba mucho más de ella. Mucho más que unos diálogos cortantes como cuchillos, ingeniosos y unos personajes entrañables (J.K. Simmons, Mac, el padre de Juno, es para llevárselo por ahí de vacaciones). Esperaba algo más de mala leche, de invitación a la reflexión, de realismo. A fin de cuentas Juno va de una chica de 16 años que se queda embarazada, trasmite la noticia a su familia y: ¡no pasa nada!. El buen rollo es generalizado. Va a entregar su hijo en adopción, no quiere abortar, pero nada de traumatizar a la audiencia, que estamos ante una comedia, la chica y su familia se toman el asunto con filosofía, es más, todo va como la seda porque Juno ha sido lo suficientemente valiente como para no abortar (no recuerdo si su madrastra se refiere a ella como vikinga, amazona o algo así, precisamente por haber tomado esta decisión). ¿No es ése un mensaje muy conservador?

Me encanta que se barnicen con humor los grandes problemas o dramas de la vida, pero, por favor, que en algún momento del camino, vislumbremos, aunque sean entre penumbras, la verdadera dimensión de lo que está pasando. Por eso me gustó tanto ‘Full Monty’. Es una comedia, se ríe del paro y sus consecuencias, te tronchas con ella, pero los personajes son reales, sufren el drama, a pesar de reírse de él. Salen ganando aunque el camino no ha sido fácil. Billy Wilder era un maestro en eso.

En Juno no hay nada de eso. Solo el contratiempo que surge con la familia de adopción (no adelanto nada para no desvelar la trama) pone una pequeña chinita, del tamaño de una juanola, en el dulce camino de Juno hacia la maternidad adolescente. Ni siquiera Frank Capra, el optimista oficial del cine de la época dorada de Hollywood, se hubiera atrevido a tanto. Lo siento, será muy indie, muy de moda, y la película revelación de 2007; pero para mí tiene la complejidad emocional de Bambi, con la diferencia de que ‘Juno’ tiene mejores diálogos .

Atrapada por un buen tráiler

El otro día, mientras esperaba que comenzara ‘American Gangster’ (si podéis, no os la perdáis, no entiendo por qué no tiene más nominaciones a los Oscar) vi dos tráilers de factura completamente diferente. El primero era el de la película española ‘Déjate caer’ de Jesús Ponce; el segundo era el de ‘Juno’, la que ya es calificada por muchos como la pequeña joya de las nominaciones a los Oscar.

Se supone que un tráiler es el cebo que ayuda a pescar espectadores. Debe ser lo suficientemente atractivo como para generar el deseo de ver la película, mostrando imágenes impactantes y diálogos brillantes; pero no lo suficientemente explícito como para que se tenga la sensación de que seguramente en el tráiler estaba lo mejor del metraje. Pues bien, en el primer caso, con ‘Déjate caer’, cuando acaba el anuncio (que a fin de cuentas eso es un tráiler) no solo no te entran ganas de verla, si no que te sientes con el deber moral de advertir a tus amigos que no pierdan tiempo y dinero en ella. Si los diálogos y las imágenes escogidas eran lo mejor de ‘Déjate caer’, con las partes más flojas directamente se puede hacer una fogata. Dudo que la película sea tan mala como aparenta el tráiler, de hecho he leído alguna crítica positiva. El hecho de que vaya a estar en los cines Renoir (un rincón dedicado al cine de calidad), me hace pensar que el problema está en el anuncio.

Por el contrario, el tráiler de ‘Juno’ era muy sencillo, pero estaba hecho con mucha habilidad. Buena música, una cuidada selección de escenas y lo mejor: dos o tres diálogos con chispa que te hacen reír. Así que te dices a ti mismo: si en unos minutos esta peli me ha hecho sonreír un par de veces y ha logrado que los personajes me intriguen, qué no conseguirá en una hora y media de metraje. Es la promesa de la felicidad. Acabo de picar el anzuelo.

Eso, unido (también hay que reconocerlo) a la campaña de publicidad extra que supone estar nominado a los Oscar, hace que Juno se haya convertido en mi primera opción para este fin de semana. Sí, los tráilers ayudan mucho y si no que se lo pregunten al mítico productor Joseph E. Levine, un pionero en su utilización; pero de esa historia os hablo otro día.

¿Qué os parecen ambos tráilers? ¿Creéis que exagero?

Javier Bardem hasta en la sopa

Hoy me había hecho el firme propósito de ignorar las nominaciones a los Oscar y hablaros de la ceremonia de entrega de los premios del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC), a la que asistí anoche, pero el torbellino generado por la nominación de Bardem me arrastra con fuerza. Va a ser inevitable hablar de él durante las próximas semanas. Analizaremos su vida y milagros, daremos cuenta de todas las anécdotas y noticias que nos lleguen de él y si estornuda, lo convertiremos en el tema del día (aunque también podría ser noticia precisamente lo contrario. ¡En fin!).

Estoy segura de que a estas alturas hasta Javier Bardem está harto de oír hablar de Javier Bardem. Pero él es el rey estos días, y si consigue el Oscar, se convertirá en emperador. Dicho esto, le deseo suerte, realmente me gustaría que ganara, y creo que lo va a hacer, como también me gustaría que lo hiciera Alberto Iglesias, un gran compositor, todavía poco conocido fuera del mundillo del cine, que volverá a optar al Oscar (ya lo hizo por ‘El jardinero fiel’), esta vez por la polémica ‘Cometas en el cielo’.

Del resto de las nominaciones, me llama la atención la doble nominación de Cate Blanchett (es una gran actriz, pero ¿es tan buena como para que acumule las nominaciones a pares? ¿no hay nadie más por ahí que haya hecho un buen trabajo durante el pasado año?) y el logro de Johnny Depp. No es fácil colarse en la categoría de mejor actor interpretando a un vengador sanguinario en un musical. Lo tendrá muy difícil porque competirá con Daniel Day-Lewis, que le tiene ya reservado sitio a la estatuilla en su mansión de las montañas Wicklow (supongo). Aunque a mí a quien realmente me gustaría que se lo dieran, lo siento George, es a Viggo Mortensen. Porque está genial en Promesas del Este, porque es un gran actor que muchas veces pasa inadvertido y porque es todo un caballero. Sé de lo que hablo, pero eso quedará para otro día.

Como quedará para mañana el resumen que había pensado haceros de los premios CEC.

Os adelanto que estuve hablando Juan Antonio Bayona , el director de El orfanato, y me hizo una pequeña confesión. Otro que parece un buen tipo.

Y a ti ¿quién te gustaría que ganara el Oscar?