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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Marilyn Monroe, el infierno que merecía la pena

Es difícil no relacionar agosto con varios aniversarios cruciales que recordamos sin falta año tras año: los lanzamientos de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki y la muerte de Marilyn Monroe. Este año, sin embargo, la cita con la memoria de Monroe es ineludible, porque hoy se cumplen se cumplen nada menos que cincuenta años de su desaparición. Cincuenta años y aún sigue siendo el icono cinematográfico más importante del mundo (quizá solo Charlot le disputaría el trono).

Ella misma escribió en My Story que «era el tipo de chica a la que encuentra muerta en su dormitorio con un frasco de somníferos en la mano» y Truman Capote, amigo, confidente y admirador de la actriz escribió en Retratos que tenía la impresión «de que moriría joven». Profecías y corazonadas aparte, la vida y la muerte de Marilyn siguen subyugando y excitando la imaginación colectiva, porque ella era única.

Billy Wilder ,el director que la ayudó a convertirse en icono, y que sufrió indeciblemente los vaivenes de su carácter, resumió lo que suponía el mito: «Existe más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la Segunda Guerra Mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos. Era el infierno, pero valía la pena«. Y Sir Laurence Olivier, institución dramática y referente de actores, dijo: «Al dirigir a Marilyn me di cuenta de que existe una relación misteriosa entre ciertos seres y la cámara. Algo que es imperceptible en el trato cotidiano, pero que se convierte en auténtica transfiguración cuando la persona es contemplada por el visor«. Estos dos testimonios, expresados hace ya décadas, dan un ejemplo del impacto que Monroe tuvo en el cine; una huella que permanece imborrable y se perpetúa en las nuevas generaciones de cinéfilos que sufren su hechizo cuando ven por primera vez sus películas.

 

Trivial sobre Marilyn. Fotogalería sobre el mito.

A los periodistas siempre nos quedará ‘Primera plana’

Hoy miles de periodistas españoles han salido a la calle para protestar por la terrible precariedad de la profesión y por las presiones que impiden trabajar en libertad y con responsabilidad. Hace dos años y medio dediqué un post a los colegas que habían perdido su trabajo, entonces hablaba de 2.000 puestos de trabajo destruidos en un año. Hoy los despedidos por la crisis son ya más de 6.000 (una minúscula gota en el mar de los cinco millones de españoles que quieren trabajar y no pueden).

En aquel post recordaba las películas sobre el periodismo que más me habían gustado (‘Todos los hombres del presidente‘, ‘El desafïo: Frost contra Nixon‘, ‘Al filo de la noticia‘, ‘The paper‘, ‘Luna nueva‘…) y vosotros proponíais alguna otra: ‘El gran carnaval‘, ‘Buenas noches, y buena suerte‘, ‘Chantaje en Broadway‘… incluso ‘Superman‘, que como oía hace poco en la redacción, con algo de chufla, había estado detrás del despertar de más de una vocación.

¿Y ‘Primera plana‘? Me diréis. ¿Me he olvidado de ella? No, la dejo para el final, porque esta obra maestra (una más) de Billy Wilder retrata mejor que ninguna las grandezas y miserias de esta profesión tan maltratada. Sé que habrá alguno por ahí que le guste verse a sí mismo como el implacable  Walter Matthau, o como el profesional y bienintencionado Jack Lemmon. Dudo que nadie pueda parecerse a ellos: son tan perfectos en su imperfección, tan complejos dentro de sus estereotipos, que cualquier aspirante a imitarlos cae en lo grotesco.

De todas las secuencias de la película hay una que me gusta especialmente, porque resume con esa mezcla tan wilderiana de ironía, crítica y cariño de qué van esta profesión y los afortunados que todavía trabajan en ella. Ahí os la dejo. Que la disfrutéis.


¿A que os entran ganas de verla entera?

Tony Curtis, «un chico guapo sin mucho talento»

Estos días los medios británicos han venido publicando distintas entrevistas con Tony Curtis. Aunque muchos no citan el porqué, el motivo por el que, de repente, tras años de silencio, Curtis se reencuentra con la prensa es que expone parte de sus cuadros en la galería Harrods de Londres. De las entrevistas que he leído me han llamado la atención varios detalles que no conocía de este actor que siempre ha sido uno de mis preferidos: un actor guapo como pocos y también tremendamente desaprovechado.

Por ejemplo he sabido que Curtis consiguió vender uno de sus cuadros al MOMA de Nueva York por 25.000 dólares. De su habilidad como pintor, y sobre todo de su gran capacidad para imitar las pinceladas de los clásicos, ya habló hace años Billy Wilder, un gran coleccionista de arte.

Tampoco conocía el detalle de que cuando Curtis tenía 11 años, un camión mató a su hermano de 9 años. Su madre, enferma de esquizofrenia, se desentendió del accidente y tuvo que ser él quien reconociera el cadáver.

Todas las entrevistas hablan sin embargo de algo obvio: que Curtis fue uno de los actores más guapos de su época y que supo sacar el mejor provecho que pudo a esta circunstancia, dado que la mayoría de productores lo tomaban como «un chico guapo, sin mucho talento». Creo que se equivocaban. Curtis tenía talento, y mucho: sobre todo para la comedia; pero solo Billy Wilder supo aprovecharse convenientemente de esta circunstancia y de su don para la imitación en ‘Con faldas y a lo loco’, aunque para mí también estuvo genial en películas como ‘Chantaje en Broadway’ (papel que consiguió gracias a uno de los actores que más admiraba, Burt Lancaster), ‘Los vikingos’ o ‘El estrangulador de Boston’.

¿Es Curtis uno de vuestros actores preferidos? ¿En qué películas os gusta más?

Decepcionante ‘Juno’

A ‘Juno’ la han vendido como la Pequeña Miss Sushine de 2007, es decir una película indie, de bajo presupuesto, llena de talento, que triunfa en la taquilla estadounidense y se cuela en los Oscar, echándole un pulso a superproducciones como ‘Pozos de ambición’ o ‘Expiación’.

Fui a verla este fin de semana. Entre el tráiler que vi y todas las críticas y artículos que he leído sobre ella, tenía mucha curiosidad. Y me decepcionó. No porque la película sea mala, no lo es, ni mucho menos. Me reí, me entretuvo, escuché buena música y salí del cine con una sonrisa en los labios, pero con la sensación de haber visto una película hueca, una fast-comedy, de calidad, eso sí, como la comida rápida que empaqueta Ferrán Adriá en su franquicia.

Esperaba mucho más de ella. Mucho más que unos diálogos cortantes como cuchillos, ingeniosos y unos personajes entrañables (J.K. Simmons, Mac, el padre de Juno, es para llevárselo por ahí de vacaciones). Esperaba algo más de mala leche, de invitación a la reflexión, de realismo. A fin de cuentas Juno va de una chica de 16 años que se queda embarazada, trasmite la noticia a su familia y: ¡no pasa nada!. El buen rollo es generalizado. Va a entregar su hijo en adopción, no quiere abortar, pero nada de traumatizar a la audiencia, que estamos ante una comedia, la chica y su familia se toman el asunto con filosofía, es más, todo va como la seda porque Juno ha sido lo suficientemente valiente como para no abortar (no recuerdo si su madrastra se refiere a ella como vikinga, amazona o algo así, precisamente por haber tomado esta decisión). ¿No es ése un mensaje muy conservador?

Me encanta que se barnicen con humor los grandes problemas o dramas de la vida, pero, por favor, que en algún momento del camino, vislumbremos, aunque sean entre penumbras, la verdadera dimensión de lo que está pasando. Por eso me gustó tanto ‘Full Monty’. Es una comedia, se ríe del paro y sus consecuencias, te tronchas con ella, pero los personajes son reales, sufren el drama, a pesar de reírse de él. Salen ganando aunque el camino no ha sido fácil. Billy Wilder era un maestro en eso.

En Juno no hay nada de eso. Solo el contratiempo que surge con la familia de adopción (no adelanto nada para no desvelar la trama) pone una pequeña chinita, del tamaño de una juanola, en el dulce camino de Juno hacia la maternidad adolescente. Ni siquiera Frank Capra, el optimista oficial del cine de la época dorada de Hollywood, se hubiera atrevido a tanto. Lo siento, será muy indie, muy de moda, y la película revelación de 2007; pero para mí tiene la complejidad emocional de Bambi, con la diferencia de que ‘Juno’ tiene mejores diálogos .