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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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A todos los que dejan escapar ‘The Artist’ porque es una película muda

A pesar de la contundencia de las excelentes críticas con las que aterrizó ‘The Artist’ he visto que muchas personas se niegan en redondo a ir a verla. ¿Pero por qué, si incluye una historia de amor de esas que le gustan a casi todo el mundo? “Pues porque es muda”, me han dicho varias personas con las mismas palabras.

Da igual que sea una de las mejores películas del año, que todo el mundo destaque su originalidad y genialidad, o la grandísima interpretación de sus protagonistas, la ausencia de diálogos sonoros echa para atrás a muchos espectadores.

«Me da pereza». «Me agobia que no hablen». «Me deprimen los filmes mudos». «Me aburren y me distraen este tipo de filmes… » Son algunas de las cosas que he oído por ahí.

Esto es nuevo, eso hay que reconocerlo, que una película sea muda no suele ser una de las razones esgrimidas para no ir a verla. Hasta ahora eran motivos para esquivar determinado título: su excesiva duración, el nombre de su director (Almodóvar y Garci son los que despiertan reacciones más furibundas a mi alrededor), determinados actores, el tema o incluso el cine donde la proyecten… La propia originalidad de ‘The Artist’ hace que muchos la encuentren demasiado arriesgada como para invertir hora y media de su ocio en ella.

Si también es ese tu caso, quizá no sirva de nada que te diga que es mejor incluso de lo que dicen, que hacía muchísimo tiempo que no me emocionaba tanto en una sala y salía tan contenta y con tantas ganas de volver a ver algunos de los grandes clásicos. Que ‘The Artist’ me trae a la memoria todas las tardes de cine emocionante que he disfrutado desde niña: grandes clásicos con historias bien contadas, sensibles, llenas de personajes a los que te parece que nunca ves los suficiente… , que el tiempo vuela viendo esta obra maestra de Michael Hazanavicius y que el espectacular trabajo de Jean Dujardin, Bérénice Bejo, John Goodman y James Cronwell,  te deja tan sin palabras como la película que protagonizan.

No sé si estas razones serán suficientes para convencerte, pero si yo fuera tú, no dejaría escapar ‘The Artist’, tu estado de ánimo te lo agradecerá.

Esos clásicos que hemos descubierto ya mayorcitos

La primera vez. ¿Cuántas veces habéis leído eso de que ‘siempre hay una primera vez para todo‘? Una primera vez para salir de marcha, para hacer un largo viaje sin compañía, para caminar por el monte bajo la lluvia, para descender una cuesta en patines… para ver una película de Robert Benton… ¿perdón? ¿Un película de Robert Benton? Pues sí, por ejemplo, Kramer contra Kramer, su película más conocida.

Eso es precisamente lo que me contaba una amiga el otro día. Con cierta sorpresa, pero contenta , decía que a su edad, pasados ya los 30, había visto por primera vez Kramer contra Kramer, una película de la que había oído hablar, pero que ella había descubierto medio de casualidad. Y fue ella misma la que me sugirió la idea de este post, porque nos quedamos hablando un rato de los descubrimientos cinematográficos tardíos.

Partiendo de esta idea me puse a preguntar por ahí, y así supe que muchos de mis compañeros hacía relativamente poco que habían visto por primera vez algunas de los grandes clásicos del cine. Una se había quedado boquiabierta con La hija de Ryan, que había visto hace unos días; otro con La muerte tenía un precio, que hasta hace poco solo conocía de oídas; otro compañero, muy aficionado al cine, se lamentaba de haber tardado tanto en comprobar lo buena que era Bienvenido Mr. Marshall… Yo recordé que tenía vientimuchos cuando me quedé enganchada a a las imágenes de Barry Lyndon y a su impresionante banda sonora.

Espartaco, Mi tío Jacinto, Senderos de Gloria, Érase una vez en América… los títulos se fueron amontonando en la conversación entre exclamaciones de admiración. Todos teníamos a mano un  ¡Qué buena!, ¡Genial!, ¡Me encantó!  para recordar nuestra primera vez ante una de esas obras maestras. Obras que otros habían disfrutado mucho antes que nosotros.

Para otro conversación, otro post, quedaron los títulos míticos que voluntariamente nunca veremos por diversas razones.

 

Paseo nostálgico con las estrellas ancianas del séptimo arte

Ha comenzado el TCM Classic Film Festival, un certamen que se celebra en Hollywood durante cuatro días y que reúne a las viejas (algunas viejísimas) estrellas del séptimo arte. La edición anterior fue un gran éxito y este año los organizadores han querido volver a asegurarse la atención mediática concediéndole la proyección inaugural aUn americano en París‘, que acaba de ser restaurada. Su protagonista femenina, Leslie Caron, ya casi octogeneria, posó sonriente y coqueta sobre la alfombra roja. Os dejo su fotos y otras cuantas curiosas del festival para que déis rienda suelta a la nostalgia.

Peter O´Toole (79 años) con su hija Kate.

Las hermanas Hayley (65 años)  y Juliet Mills (70 años). Fantásticas, ¿no?

Margaret O´Brian (74 años). Ha pasado mucho desde que protagonizara con Elizabeth Taylor ‘Mujercitas’.

Diane Baker (73 años), todavía muy atractiva.

Tippi Hedren (80 años). La suegra de Banderas estaba radiante.

Películas para ver en vacaciones

Me voy de vacaciones. Me voy a lugar bastante aislado, casi incomunicado, sin cobertura de móvil y sin Internet. No es que alabe esto último; pero después de estar un año permanentemente enganchada a la Red, se agradece una desconexión mental y física. Así que como me esperan unas semanas de «dolce far niente» , me llevo a mi refugio unos cuantos libros y, por supuesto, películas en DVD, ya que me temo que tampoco podré ir al cine, a ver mi esperada ‘Up’ (31 de julio).

Y ¿qué pelis me llevo en la maleta? Pues un poco de todo. Algunas novedades, como ‘El luchador’, de Darren Aronofsky, con Mickey Rourke haciendo un poco de sí mismo; pero mucho mejor; ‘El desafío, Frost contra Nixon’, de Ron Howard (sus diálogos y su actuación me impactaron tanto en el cine que quiero volver a disfrutarla) y ‘Mi nombre es Harvey Milk’, de Gus Van Sant (ahora que por fin se estrena ‘Paranoid Park’, la película que Van Sant rodó antes que ésta; no está mal revisar la evolución de este director que cada día valoro más).

Pero también le he hecho hueco a algunas películas clásicas, que me gusta volver a ver de vez en cuando, como la extraordinaria ‘Anatomía de un asesinato’, de Otto Preminger, con un James Stewart y una Lee Remick insuperables; ‘Gran Hotel’, de Edmund Goulding, con una guapísima Greta Garbo, acompañada por dos de los hermanos Barrymore, John y Lionel (siento verdadera debilidad por este último); ‘La noche del cazador’, de Charles Laughton-no me canso de ver a Robert Mitchum haciendo de malo. ¡Laughton, menuda opera prima hiciste! -y, claro, algo de Frank Capra, que es, junto a Billy Wilder, uno de los mejores antídotos que conozco contra los accesos de melancolía que me invaden al final de las vacaciones. Esta vez toca ‘Arsénico por compasión’, con Cary Grant poniendo a prueba sus dotes para la comedia física.

Y vosotros ¿os lleváis alguna película para las vaciones? ¿cuáles?

Va de aniversarios: que alguien se acuerde de Spencer Tracy

Hay aniversarios que se celebran más, otros menos, y hay muchos, la mayoría, que pasan directamente desapercibidos. Yo este fin de semana me había apuntado dos cumpleaños especialmente significativos de gente del cine. Ayer la falta de tiempo me impidió avisaros de que era el cumpleaños de uno de los directores más personales del cine francés: Eric Rohmer, un octogenario que todavía se sienta detrás de las cámaras para ofrecernos su particular visión de los conflictos humanos y del amor. Cumplió 89 años, me imagino que enfrascado en algún nuevo proyecto, aunque hace meses que no sé nada de él.

Ese mismo día, Robert Downey Jr. cumplió 44 años y Heath Ledger hubiera soplado 30 velas, si una sobredosis no hubiera acabado con él hace más de un año.

El otro aniversario del que quería hablaros es el de hoy. Tal día como hoy, hace 109 años, nació en Milwaukee uno de los actores clásicos más añorados hasta hace unos años, aunque últimamente un poco olvidado: Spencer Tracy, el mejor compañero cinematográfico que nunca tuvo Katherine Hepburn.

¿Y por qué os cuento esto hoy? Porque pienso que estaría bien que alguna televisión generalista, la que fuera, aprovechara cualquiera de estas excusas, cualquiera de estos aniversarios, para ofrecernos algún ciclo de los directores y actores clásicos. Qué bien hubiera estado hoy que alguien se hubiera acordado de Tracy y hubiera repuesto, por ejemplo, ‘La costilla de Adán’ o ‘Adivina quien viene esta noche’,. ¿No os parece?

Estrellas fotografiadas por estrellas

Quienes esta Semana Santa tengan la suerte de pasar unos días en Londres van a poder disfrutar de una exposición muy especial y que tiene mucho que ver con el cine: Los retratos fotográficos de la revista Vanity Fair (de 1913 a 2008), con el que la famosa revista celebra sus 95 años de vida. La National Portrait Gallery mantendrá esta exposición hasta el 26 de mayo. Después, se trasladará a Escocia, a la Scottish National Portrait Gallery, donde estará del 14 de junio al 21 de septiembre.

Y digo que esta muestra tiene que ver mucho con el cine porque la gran mayoría de las 150 fotografías que reúne están protagonizadas por las estrellas de la gran pantalla. Aquí se puede ver a una de las reinas del cine clásico, como Jean Harlow, fotografiada en 1934 por George Hurrell, o a una espectacular Gloria Swanson retratada en 1924 por Edward Steichen.

Las viejas glorias como Cary Grant, Katherine Hepburn o Fred Astaire comparten espacio expositivo con jóvenes valores del siglo XXI como Scarlett Johansson, Keira Knightley o Hillary Swank (atlética e imponente, corriendo frente al mar). Y por supuesto, también hay hueco para galanes maduros que derrochan toneladas de sex appeal (léase Michael Caine y sobre todo, Sean Connery).

Los fotógrafos Annie Leibovitz y Edward Steichen, los dos artistas más emblemáticos de la casa, tienen reservada su propia sala. Steichen, por ser el artífice de los mejores retratos de Gloria Swanson, Greta Garbo, Anna May Wong o Paul Robeson. Y Leibovitz por haber dotado de glamour y elegancia a sus conocidas composiciones grupales.

En fin, que los aficionados al cine pueden pasar un buen rato escudriñando los retratos de las estrellas, aunque a veces puedan llevarse sobresaltos, como ver a un abotargado Tony Curtis, en posición de ataque, compartiendo mesa con Madonna.