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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Adiós a la bella Jean Simmons

Ha muerto otra de las grandes, Jean Simmons, una actriz que, además de una gran belleza, tenía un talento capaz de afrontar los melodramas intensos que tanto gustaban en la década de los cincuenta. Fue la intérprete de ‘Ellos y Ellas’, ‘Espartaco’, ‘La túnica sagrada’, ‘Grandes Esperanzas’, ‘Horizontes de grandeza’... Interpretaba igual de bien a una femme fatale, fría y retorcida, que a una ‘hermanita de la caridad’, dulce e ingenua.

Uno de las películas que más me gustan de ella es Angel Face (‘Cara de Ángel’). Así la resume Carlos Aguilar en la nueva edición de la ‘Guía del Cine’ (Cátedra, 39 euros). Uno de esos regalos de Navidad de los que no me había dato tiempo a hablaros:

Angel Face (Cara de Ángel). «La siempre espléndida Simmons en el papel de una especie de irresistible Ángel de la Muerte, que causa la perdición y posterior fallecimiento de todos aquellos que han osado amarla. Una de las realizaciones más turbadoras del siempre polémico Preminger, muy propenso a este tipo de argumentos. «

Hasta siempre Jean.

La próxima vida de Brittany Murphy

He de decir que a Brittany Murphy no le había prestado realmente atención hasta ahora, a pesar de haber participado en ‘Sin City’. Su muerte ha hecho que haga un esfuerzo por recordar las películas en las que la había visto y rápidamente me han venido a la cabeza dos títulos (me temo que no sus mejores películas): ‘Clueless’, en la que el protagonismo era para la gran promesa Alicia Silverstone, y ‘Recién Casados’, en la que formaba una simpática pareja con Ashton Kutcher. Así de caprichoso es el recuerdo. Ni ‘Sin City’, ni ‘Inocencia Interrumpida’, ni ‘8 millas’. Brittany Murphy era para mí esa chica de enormes y expresivos ojos, con pinta de asustada, que cedía siempre el protagonismo a sus compañeros de reparto.

Ahora leo que Brittany era una chica con muchísimos problemas de autoestima, constantemente preocupada por su físico, a la que se le han atribuido desórdenes alimenticios e incluso adicciones a las drogas por el deseo de controlar su peso y, quizás, dar tregua a su personalidad perfeccionista. Algunos periodistas que la entrevistaron dicen que era una chica que no acababa de estar a gusto en Hollywood, donde la competitividad y el deseo de prolongar la juventud acaba pasándoles factura al cuerpo y la mente.

Para agravar más la mala sensación que me ha dejado todo lo que he leído en las últimas horas sobre ella, llego a la página de TMZ y me encuentro con un vídeo, grabado el 1 de diciembre, que, visto hoy, es, cuanto menos, algo espeluznante. En él, Brittany, muy demacrada y delgada, le suelta a una periodista tras una entrevistas: «¿Podría tener tu pelo en mi próxima vida?». A lo que la periodista le responde: «¿Y yo puedo ser tú en mi próxima vida?». «Sin problemas», contesta la actriz.

¿Es Brittany Murphy otro juguete roto de Hollywood? No lo sé, pero desde luego no parecía una ‘estrella’ demasiado feliz.

Algunas razones para recordar a Jennifer Jones, que ha muerto

Ha muerto Jennifer Jones. Llevo más de una semana desconectada del mundanal ruido y en cuanto abro mi ordenador para ver qué me he estado perdiendo me encuentro con esta noticia. La que fuera esposa del productor más temido y recordado de Hollywood, David O´Selznick, ha fallecido a los 90 años de edad.

Puede que para la generación que se ha enganchado a ‘Crepúsculo‘, los Robert Pattisons y compañías, el nombre de Jennifer Jones le suene tan a chino como a mí el nombre del último expulsado en Gran Hermano (lo siento, Gus, soy incapaz de seguir los líos de Guadalix), aunque quizá no debería generalizar y utilizar la palabra ‘generación’ tan en vano, porque conozco a muchos y muchas de diferentes edades que viven ‘abducidos’ por la crepusculomanía. En fin, a lo que iba, que, aunque soy consciente de que decir Jennifer Jones puede no significar mucho para muchos, hubo un tiempo, allá por los años 40, que ella era la encarnación de la belleza pura y bondadosa, la mujer que conquistó a la Academia de Hollywood con ‘La canción de Bernadette’, la actriz que era tutelada con mimo por su todopoderoso marido hasta que éste cometió la torpeza de morirse y perjudicar gravemente la carrera de su esposa.

A mí no era una actriz que me gustara especialmente: su belleza no me atraía, sus gestos me resultaban repetitivos y ni siquiera me caía bien, me temo que como a la mayoría de sus contemporáneos, que la veían algo estirada y antipática, sin embargo, reconozco su importancia. Forma parte de la historia del cine (‘Desde que te fuiste’, ‘Duelo al sol’…) e incluso fue una gran dama del teatro, en Broadway interpretó con éxito ‘Retrato de una dama’. Además Jones ha protagonizado el que para mí es uno de las mejores comedias de todos los tiempos: ‘El pecado de Cluny Brown’, de Lubitsch. Allí Jones estaba magnífica, podría decir que parecía menos ella, aunque esto suene algo descortés. Solo por su intervención en esa joya del cine clásico, Jennifer Jones se merece algo más que dos líneas de compromiso en la sección de espectáculos. Solo por la estudiada ingenuidad que muestra en el filme de Lubitsch, Jones se merece que la gente recuerde su nombre.

¿Te gustaba Jennifer Jones? ¿Cuál de sus películas te gusta más?

José Luis López Vázquez, siempre igual, siempre distinto, siempre genial

Había oído hace tiempo que estaba mal y que se desplazaba en silla de ruedas. Eso, unido a su edad, 87 años, hace que su muerte no me haya cogido precisamente muy por sorpresa, aunque la haya sentido igualmente. José Luis López Vázquez era uno de los grandes, uno de esos actores que parecía interpretarse siempre a sí mismo, aunque esa era una sensación engañosa, porque nada tenía que ver, por ejemplo, su interpretación de José Luis, el hijo del marqués de Leguineche, de ‘La escopeta nacional’ ,con su papel de Adela en ‘Mi querida señorita’ o con el de Luis, de ‘La prima Angélica’, por poner solo algunos ejemplos.

Dicen de él que supo interpretar como nadie al mediocre y gris oficinista de finales de los sesenta, principios de los setenta, que sueña con una vida mejor y desea a la mujer del vecino, mientras cumple con su trabajo y mantiene contenta a la familia. Hasta para interpretar la mediocridad con convicción hace falta ser sobresaliente, y López Vázquez lo era.

Pero si hay algo que recordaré siempre de él, el rasgo para mí más característico suyo era su voz, esa voz a veces chillona, otras acelerada, que le confería un carácter especial, algo cómico, pero que me resultaba inconfundible. ¿Y con qué película suya quedarme? Hay tantas… quizá por lo mucho que me impactó cuando la vi: ‘Mi querida señorita’, donde está espléndido, o cualquiera de las muchas que hizo con Berlanga o con Marco Ferreri.

Ha muerto el director de ‘Matar un ruiseñor’, Robert Mulligan

Siento debilidad por ‘Matar un ruiseñor’. Probablemente sea, junto con ‘El padrino’ 1 y 2 y ¡Eva al desnudo’, la película que más veces he visto. En mi casa se ríen de mí cuando, al menos una vez al año, me la pongo en DVD para volver a saborearla. «¿Otra vez ‘Matar a un ruiseñor’?‘, me preguntan con una mezcla de estupefacción y admiración. Son de esas películas que ves de pequeño y te impactan tanto y tan profundamente que se quedan para siempre contigo.

Hoy ha muerto su director, Robert Mulligan (83 años), un hombre que provenía de la televisión y que nunca fue considerado uno de los grandes, nunca recibió grandes premios, a pesar de haber filmado esta joyita, y de ser responsable de otras grandes películas, como ‘Verano del 42’, ‘El próximo año a la misma hora’ y ‘El otro’. Quien haya visto algunos de estos filmes (tan distintos, tan bien acabados) valorará la sobresaliente capacidad que tenía Mulligan para retratar las contradicciones humanas y, sobre todo, para sacar lo mejor de sus actores. Que se lo digan a Gregory Peck, que gracias a él logró su único Oscar con ‘Matar a un ruiseñor’.

Los críticos, o algunos de ellos, los más obtusos, hablaban de él como «un buen artesano«, dando a entender que hacía su trabajo de forma correcta, pero que le faltaba genialidad, quizá originalidad. Qué equivocados estaban, qué difícil es encontrar a un buen narrador de historias, a un director sensible capaz de hacer sentir empatía por sus personajes.

Hasta siempre Mulligan.

Tres tristes noticias

Durante la semana que ahora acaba (afortunadamente, porque hay semanas que te gustaría borrar definitivamente del calendario) he conocido tres noticias cinematográficas tristes que me gustaría repasar con vosotros.

La noticia de que el entrañable Colombo, esto es, el gran actor que le da vida en la pantalla, Peter Falk, de 81 años, padece alzéheimer. Aunque Falk es un actor que siempre ha compaginado sus trabajos en el cine con los de la televisión, para mí es, sobre todo, el desaliñado, entrometido y brillante teniente Colombo de la serie televisiva del mismo nombre. Entre mis mejores recuerdos de infancia están las horas que permanecí enganchada a esta serie, viendo cómo el inspector Colombo, ataviado con su mugrienta y perenne gabardina, resolvía, como por casualidad, los crímenes más enrevesados y difíciles. Con Peter Falk me pasa como con Angela Lansbury (Jessica Fletcher) , a pesar de ser dos grandes actores cinematográficos, la televisión los ha convertido en héroes populares ligados irremediablemente a sus papeles en ‘Colombo’ y ‘Se ha escrito un crimen’, respectivamente.

Cuatro películas españolas acumulan 39 candidaturas a los Goya: ‘Los girasoles ciegos’, de José Luis Cuerda (15), ‘Sólo quiero caminar’, de Agustín Díaz Yanes (11), ‘Camino’ de Javier Fesser (7) y ‘Los crímenes de Oxford’, de Álex de la Iglesia (6). Teniendo en cuenta que, como ha reconocido un candidato y académico, al final los premios estarán repartidos porque ahora ha votado poca gente, que prácticamente se ha votado a sí misma, me parece un desatino el que cuatro películas, no especialmente brillantes ni espectaculares, concentren todas las posibilidades de premios. Es decir, el próximo 1 de febrero habrá más de un gran perdedor, si tenemos en cuenta lo que dice este anónimo académico.

En cualquier caso el anuncio de estas candidaturas a los Goya me parece una noticia triste porque es una muestra de que el sistema de votación para elegir a los premiados debería ser revisado y, segundo, si es indicativo del nivel general del cine español, es como para que alguien del Ministerio de Cultura se vaya planteando un plan de acción para buscar y promocionar nuevos talentos. Y hablando de todo un poco, ¿qué pensáis de que ‘El caballero oscuro’ y ‘El niño con el pijama de rayas’ figuren entre las finalistas a la mejor película europea? Suena a chiste, ¿no?

Y la tercera y última noticia con la que cierro esta semana aciaga es la muerte de un gran secundario de cine que, como Peter Falk, se hizo inmensamente popular gracias a la televisión, me refiero a Robert Prosky (‘Pena de muerte’, ‘Al filo de la noticia’) , el entrañable sargento Stan de ‘Canción Triste de Hill Street’. Prosky, de 78 años, murió prácticamente con las botas puestas, pues apenas una semana antes de morir en el hospital de Washington, debido a un problema cardiaco, llenaba las funciones de la obra teatral en la que trabajaba.

Ha muerto el primer marido de Audrey Hepburn

Ha muerto Mel Ferrer. Tenía 90 años y, aunque murió el lunes, la noticia no se ha confirmado hasta hoy. Ferrer, «el primer marido de Audrey Hepburn«, titulaba hoy un medio español. Curioso como Ferrer, que siempre fue considerado un actor mediocre, quizá solo pase a la historia por haber enamorado a la gran Audrey y haber sido el padre de uno de sus hijos: Sean.

De Ferrer todo el mundo recuerda ‘Lili’, como me escribía hace un rato Lola, ‘Guerra y Paz’, ‘La caída del Imperio Romano’ o ‘El día más largo’; pero poco más. Su inexpresividad, torpeza y falta de atractivo no hizo de él una estrella. En el teatro, sin embargo, siempre tuvo un hueco.

También hizo sus pinitos como director , consagrándole una película a su mujer ‘Mansiones Verdes’ (la única vez que dirigió a Audrey), un fracaso de comercial y de crítica, y a nuestra Marisol, ‘Cabriola’.

De él Donald Spoto en la biografía que escribió sobre Hepburn dice que era «un hombre celoso, que se había erigido en el vigilante de la carrera de su esposa». Se casó con ella el 24 de septiembre de 1954 en Bürgenstock, un pequeño pueblo a orillas del lago Lucerna, que él escogió por su intimidad y desde ese día se convirtió en su sombra, su consejero, su agente, su protector y su enfermero.

«Él hablaba por ella. Él sabía lo que le convenía, cuánto dinero debía recibir. Incluso creo que lo cobraba personalmente»,

dijo de él King Vidor, el hombre que los dirigió en ‘Guerra y Paz’.

Durante el rodaje en España de ‘La caída del Imperio romano’ Ferrer se enamoró de nuestro país y se compró una casa en Marbella : Santa Catalina, en honor a Audrey (cuyo segundo nombre es Kathleen); pero apenas la visitaron. Ambos estaban muy ocupados con sus respectivas carreras.

La pareja se divorció durante el verano de 1967. Fue Audrey quien planteó el divorcio. A partir de entonces, la carrera de Mel también entró en declive, quedando relegado a papeles mediocres en el cine o en telefilmes. Año, antes, eclipsado por la fama de su esposa, Mel había llegado a confesarle al diseñador Hubert de Givenchy, íntimo amigo de su esposa, que se volvía susceptible

«cuando los productores me llaman para hablar de tal o cual proyecto, cuando en realidad lo que están haciendo es lanzar un anzuelo a Audrey, usándole a mí de cebo” .

Pobre Ferrer. Años más tarde, hasta en el día de su muerte, la gente parece recordarlo solo por haber sido el marido de Audrey, su compañero de baile en ‘Guerra y Paz’.

Muere Pollack, buen director, productor y actor

Ha muerto Sydney Pollack. El gran amigo de Robert Redford y director de películas como ‘Danzad, danzad malditos’, ‘‘Tootsie’ , ‘El jinete eléctrico’, ‘Los tres días del Cóndor’ o ‘Memorias de África’. A mí Pollack me gustaba, no siempre de la misma manera; pero me gustaba, y me caía bien. Sus trabajos siempre eran interesantes, hasta los aparentemente más comerciales (‘La intérprete’, ‘Ausencia de malicia’,’La tapadera’). El único que se me hizo bastante insoportable fue ‘Sabrina’, quizá por haberse atrevido a versionar una de las películas del inimitable Billy Wilder, aunque no fuera ésa la mejor del genial austriaco.

Convencido por Dustin Hoffman para que aceptara interpretar el papel de su agente en ‘Tootsie’, Pollack era uno de los rostros con más carácter entre los secundarios de lujo del actual cine americano (‘Maridos y mujeres’,‘Eyes Wide Shut’, ‘La intérprete’). Este año mismo nos había ofrecido una magnífica interpretación de un abogado sin escrúpulos en el filme de Tony Gilroy ‘Michael Clayton’.

Como productor, Pollack se había asociado hacía años con el británico Anthony Minghella para crear Mirage Enterprises, con la que habían producido ‘El talento de Mr. Ripley’, ‘El americano impasible’, ‘Cold Mountain’ y ‘Sketches of Frank Gehry: una invitación a la arquitectura’, entre otras. Todas ellas, películas con pretensiones artísticas. La muerte de Minghella, hace dos meses, paralizó la mayoría de proyectos de la productora, aunque no le impidió a Stephen Daldry seguir con ‘The Reader’.Como curiosidad os diré que en Hollywood queda otro Pollack conocido, Bernie, su hermano, que es diseñador de vestuario.

Con un fragmento de su simpática interpretación en ‘Tootsie’ os dejo.