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Santuarios del deporte. Mercedes-Benz Arena, Berlín: la cancha de la final del Eurobasket

Fachada de la instalación (WIKIPEDIA).

Como sabéis, esta semana ha comenzado el Eurobasket y vamos por ello a hablar de la cancha donde se disputará la fase final del torneo: la Mercedes-Benz Arena.

Nombre oficial: Mercedes-Benz Arena.

Ubicación: Mercedes-Platz 1, Friedrichshain, Berlín, Alemania.

Capacidad: 14.500 espectadores.

Año de inauguración: 2008.

Propietario: AEG.

Interior de la Mercedes-Benz Arena (WIKIPEDIA).

Más cosas: Se trata de la segunda cancha cubierta más grande de Alemania, tras la Lanxess Arena de Colonia. Inaugurada en 2008, es la casa del Alba Berlín de basket y del Eisbären Berlín de hockey hielo. Al principio se llamó O2 World Berlín, pero desde 2015 adquirió el nombre de Mercedes-Benz Arena gracias a un acuerdo de patrocinio con la famosa firma automovilística.

Acogió la final four de la Euroliga en 2009 y en 2016 y como os decía, a partir del día 10 acogerá todos los partidos de octavos, cuartos, semifinales y final del Eurobasket ya en curso.

Además del deporte, la Mercedes-Benz Arena ha acogido espectáculos musicales de artistas de primer orden como Metallica, Tina Turner, Sting, Britney Spears, Muse, Bob Dylan, Kylie Minogue, Mark Knopfler, The Beach Boys, Madonna, Pearl Jam, Iron Maiden, Lady Gaga, Jennifer Lopez, Beyoncé, Rihanna, Adele, Celin Dion o U2.

Espero que os haya gustado el artículo. Hasta mañana.

Qué fue de… Franziska van Almsick

vanalmsick1Si hablamos de natación femenina y nos remontamos unos años en el tiempo, la República Democrática Alemana es todo un referente, sospechas de dopaje aparte. La protagonista de hoy es un personaje curioso, porque nació en la RDA, se formó en ella, pero su explosión como nadadora llegó con la Alemania unificada. Es Franziska van Almsick.

¿Quién era?: Una nadadora alemana especializada en estilo libre de los 90 y mediados de la pasada década.

¿Por qué se la recuerda?: Porque en los Juegos de Barcelona 92, con sólo 14 años, asombró al mundo ganando cuatro medallas, añadiendo después un enorme número de medallas en Mundiales y Europeos.

¿Qué fue de ella?: Se retiró hace 9 años, tras los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Poco después se hizo comentarista para ARD, cadena con la que ha comentado los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012, entre otras competiciones. Además, desde 2008 es la vicepresidenta de la Stiftung Deutsche Sporthilfe, que es una Fundación cuyo objetivo es apoyar a atletas alemanes económicamente.

¿Sabías qué…?: Su primer contacto con la natación lo tuvo a los cinco años.

– Parte de su fama se la debe a que cuando explotó en 1992, se convirtió en la primera gran deportista de la recién unificada Alemania.

– Mide 1,81 metros.

– Fue pareja durante cuatro años de otro gran deportista alemán nacido en la RDA: el jugador de balonmano Stefan Kretzschmar. El controvertido jugador alemán llegó a tatuarse el rostro de Van Almsick en un gemelo.vanalmsick2

– En Alemania es más conocida como ‘Franzi’.

– Ha posado para revistas masculinas como Maxim.

– También ha protagonizado spots para televisión, como uno para Opel, que se pudo ver en España, por cierto.

– A pesar de que los Juegos Olímpicos la hicieron famosa, su gran espina es no haber logrado nunca un oro en esta competición. Sonada fue su actuación en Sydney 2000, donde no logró clasificarse para ninguna final individual. La prensa alemana fue muy dura con ella, llegando a bautizarla como «Franziska van Speck» («Franziska van Tocino»), por considerar que había llegado a Australia fuera de forma.

– Tiene dos hijos, el menor nacido este mismo año.

– En 2004 escribió su propia autobiografía.

Biografía, palmarés, estadísticas: Franziska van Almsick nació el 5 de abril de 1978 en Berlín Este (RDA). En 1992 debutó a nivel senior y su retirada llegó doce años después. En ese tiempo participó en Barcelona 92 (dos platas y dos bronces), Atlanta 96 (dos platas y un bronce), Sydney 2000 (dos bronces, ambos en relevos) y Atenas 2004 (un bronce). En Mundiales logró dos oros, dos platas y dos bronces y en Europeos, 18 oros y tres platas. Además, batió récords del mundo en 50, 100 y 200 metros libres, además de en el 4×50 y en el 4×100.

Os dejo un vídeo de 1994, en el que Van Almsick gana el oro de los 200 m libres en los Mundiales de Roma, batiendo además el récord del mundo:

Mañana más fútbol. Saludos.

Quién fue… Gottfried von Cramm, el tenista que no quiso ser el héroe ario de Hitler

Volvemos a una oscura época de nuestra historia reciente, que por otro lado da historias jugosas para esta sección. Hoy os voy a hablar de un deportista que tuvo la mala fortuna de nacer en el país y en la época equivocadas, si bien siempre supo rehacerse. Os traigo la historia de Gottfried von Cramm.

Verano de 1909. Nettlingen, Baja Sajonia, Alemania. El barón Burchard von Cramm y su esposa, Jutta von Steinberg, tienen a su tercer hijo, al que llaman Gottfried Alexander Maximilian Walter Kurt. El título aristocrático de los von Cramm procedía del siglo XIX y era una prestigiosa familia cuyo árbol genealógico se podía trazar desde el siglo XII.

Al joven Gottfried le da por el tenis. Muy joven, con 23 añitos y gracias a su talento, el aristócrata gana un puesto en el equipo alemán de Copa Davis y vence el campeonato alemán de tenis. Pronto se convierte en el mejor jugador de su país y lo confirma en 1933 cuando gana el dobles mixto de Wimbledon junto a Hilde Krahwinkel. Mientras, en Alemania, Adolf Hitler se hace con el poder…

En 1934, Gottfried von Cramm gana un sitio en la historia cuando gana Roland Garros. Admirado por sus contrincantes por su caballerosidad y su juego limpio, regresa a Alemania como un héroe. Hitler se frotaba las manos: von Cramm era guapo, rubio, buen deportista… era un ejemplo perfecto de lo que su mente enferma concebía como raza aria. Y el Führer no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad. Pero al bueno de von Cramm no le gustaba nada la idea. Rechazó afiliarse al NSDAP (el partido nazi), protestó cuando prohibieron jugar a un compañero judío y cuando estaba en el extranjero, no ocultaba sus críticas a Hitler. Todo ello le provocó estar siempre en el ojo del huracán.

Intentando ser ajeno a los tejemanejes políticos de detrás, von Cramm siguió con su carrera tenística. Y hubiera sido el mejor de su época, si no llega a ser por los dos contrincantes con los que le tocó lidiar en su época: el inglés Fred Perry (otra gran historia) y el californiano Don Budge (que era hijo, por cierto, de un ex futbolista escocés del Rangers). Estos dos jugadores le privaron de ganar tres Wimbledon y un US Open, si bien en 1936 logró reeditar su título de Roland Garros tras vencer a Fred Perry. Precisamente con Budge le unió una sincera amistad, más allá de la rivalidad, que tenía como origen una tremenda admiración mutua. El americano contaría años después una anécdota para demostrar la absoluta caballerosidad del aristócrata alemán: en un partido de Budge en Wimbledon que von Cramm presenciaba entre el público, el juez de línea cantó a favor de Budge una bola que era obviamente punto para su rival. Budge quiso ser caballeroso y en la siguiente jugada, falló deliberadamente para compensar a su rival. Tras el encuentro, von Cramm se acercó a saludar al californiano, pero en vez de felicitarle, le reprendió por lo que había hecho. Budge estaba patidifuso, ya que él creía que se había comportado como un señor.

Tienes que darte cuenta, Don -dijo von Cramm-, que haciendo lo que has hecho has avergonzado al juez de línea delante de 15.000 personas. Y eso es inconcebible.

En 1937 comenzaron sus problemas con el régimen nazi. No pudo defender su título en París. Ahora entenderéis por qué. En ese año, von Cramm jugó un partido que marcaría su carrera. Era una eliminatoria de la Copa Davis y se enfrentaban Alemania y Estados Unidos. La eliminatoria estaba 2-2 y el ganador saldría del encuentro entre von Cramm y Budge (en la foto bajo estas líneas). Según contaría más tarde Budge, minutos antes de empezar el partido, cuando él y von Cramm estaban en el vestuario, el alemán fue avisado de que tenía una llamada. Budge oyó a von Cramm referirse a su interlocutor como «mein Führer»… En efecto, el mismísimo Hitler había llamado al tenista para advertirle de lo indispensable de su victoria. Según Budge, cuando von Cramm colgó el teléfono, estaba pálido. De hecho, salió a jugar cada punto como si le fuera la vida en ello. Así las cosas, von Cramm ganó los dos primeros sets por 8-6 y 7-5 (no había tie-break). Budge se rehizo y ganó las dos siguientes mangas por 6-4 y 6-2. En el quinto set, von Cramm llegó a ir dominando 4-1, pero en una espectacular remontada, el estadounidense logró llevarse el partido y la eliminatoria con un resultado de 8-6. Al acabar el partido, ambos jugadores se fundieron en un abrazo (Budge diría «Creo que ambos queríamos llorar») y el público pasó varios minutos ovacionándolos (se dice que cuando los tenistas salieron de la ducha, aún se oían los aplausos). Dicen que fue uno de los mejores partidos de todos los tiempos. Pero la derrota iba a suponer para el aristócrata alemán graves consecuencias.BUDGE-CRAMM

Tras ese partido, von Cramm siguió jugando por todo el mundo y cuando regresó a Alemania en marzo de 1938, pronto notó que las cosas no pintaban bien. Se suspendió una recepción oficial en su honor. Al día siguiente a su llegada, el barón recibió la visita de dos personas. Eran agentes de la Gestapo. Gottfried von Cramm era detenido, acusado de mantener una relación homosexual (con un judío exiliado, por cierto) y de enviarle dinero al extranjero. El mejor tenista alemán sufrió un colapso nervioso que le llevó al hospital.

En efecto, von Cramm era homosexual. Todos los que lo conocían lo sabían, a pesar de que este fuera de serie mantenía una estricta discreción acerca de sus gustos sexuales. Tanto que de hecho estaba casado. Conoció a su amante, el actor Manasse Herbst, en el libertino Berlín de 1931. Von Cramm confesó y ni la reputación de su familia ni la intercesión de uno de los mandamases nazis, Hermann Göring, le libraron de ser condenado a un año de cárcel.

Su amigo y contrincante Don Budge decidió recoger firmas entre la flor y nata del deporte mundial y estas fueron enviadas a Hitler para que liberara a von Cramm. Entre los firmantes estaba el mítico jugador de béisbol Joe di Maggio. El caso es que seis meses después de su encarcelamiento, Gottfried fue puesto en libertad por buen comportamiento. Tras salir de prisión, se trasladó a Suecia, invitado por el rey Gustavo, con el que le unía una buena amistad. A pesar de sus intentos por retomar su carrera tenística, tuvo muchas dificultades. En 1939 se le prohibió jugar en Wimbledon por ser ex convicto y en el US Open por similares razones. No pudo jugar ni siquiera el torneo de Roma, esta vez por decisión del Gobierno alemán, que temía que von Cramm, el homosexual, el desafecto, pudiera derrotar a cualquier otro de los alemanes en liza.

Y por si fuera poco, estalló la guerra, la II Guerra Mundial. Fue enviado al frente ruso, donde desempeñó con heroicidad (no era nazi, pero sí desde luego alemán y orgulloso de serlo). Regresó con lesiones por congelamiento en las piernas pero le fue concedida la Cruz de Hierro. No obstante, al poco fue retirado del Ejército. Sobre él planeaba la sospecha de unirse con un grupo de conspiradores para derrocar a Hitler. Su amistad con Gustavo de Suecia le salvó la vida.

En los últimos años de la Guerra, von Cramm vivió a caballo entre Estocolmo y el castillo de Bodenburg, la residencia de su familia. En una ocasión, ayudó a un piloto estadounidense herido que fue derribado cerca del castillo. «¿Por qué me ayuda?», preguntó el americano. «Porque una vez jugué al tenis con Don Budge», respondió el alemán. «¡Oh, pues entonces usted debe de ser Gottfried von Cramm!», replicó admirado el piloto.

Cuando acabó la Guerra, un von Cramm que nunca habló sobre su estancia en prisión ni sobre su presencia en el frente soviético, regresó a Berlín, donde intentó reconstruir el Rot-Weiss Club, al que pertenecía y que había sido destruido. En sólo tres años, consiguió levantarlo. En 1951 se metió en el mundo de los negocios. Gracias a sus contactos en Egipto, logró crear una empresa en Hamburgo que importaba para Alemania algodón egipcio. Pero no se olvidó del tenis. En 1948 y 1949 se había proclamado de nuevo campeón de Alemania y en 1951 volvió a jugar en Wimbledon, 14 años después de su última aparición en el All England Lawn Tennis Club, si bien fue eliminado en primera ronda.

En 1956, von Cramm se casó con Barbara Hutton (ambos, en la foto bajo a estas líneas), heredera del imperio Woolworth y poseedora de una de las mayores fortunas de Estados Unidos. Aunque Hutton sabía que era homosexual, la relación de amistad era muy buena y ella buscaba tener un acompañante bello para sus reuniones de sociedad. En 1960 se divorciaron y von Cramm se fue a vivir a Egipto, con frecuentes visitas a Hamburgo, para ocuparse de sus negocios.Barbara Hutton Seated with Baron Von Cramm

Y así pasó los años, convertido en una de las personas más populares de El Cairo, hasta que el 9 de noviembre de 1976, cuando viajaba con su chófer entre El Cairo y Alejandría, sufrió un accidente después de que un camión chocara con su coche. El mecánico murió en el acto y von Cramm en la ambulancia. Se iba así, a los 67 años, uno de los más grandes tenistas de la historia.

Su memoria sigue presente. El Rot-Weiss Tennis Club de Berlín está situado en una calle que lleva su nombre. El Salón Internacional del Tenis lo tiene como uno de sus componentes. Y para que os quedéis pensando un rato, os contaré que el 7 de julio de 1985, el día en el que Gottfried von Cramm hubiera cumplido 76 años, un joven de 17 años llamado Boris Becker se convertía en el primer alemán que ganaba como profesional en Wimbledon.

Hasta mañana, chicos. Siento que me haya quedado un poco larga la historia, pero espero de veras que os haya gustado.

Santuarios del deporte. Estadio Olímpico de Berlín

olympiastadion berlin

Berlín, una de las grandes capitales del mundo y eje de no pocos acontecimientos históricos. Por eso, creo que es interesante, en esta sección de grandes santuarios del deporte (estoy seguro de que mi vecino arquitecto tendrá cosas que decir de ella), sacar un sitio tan emblemático como el estadio Olímpico de Berlín.

Nombre oficial: Berlin Olympiastadion.

Ubicación: Distrito de Charlottenburg, Berlín, Alemania.

Capacidad: 74.064 espectadores.

Año de inauguración: 1936.

Deportes: Fútbol, atletismo.

Equipos: Hertha Berlín.

Más cosas: Este recinto deportivo tiene unos orígenes muy oscuros y un maravilloso presente, pero de todas maneras, es inevitable hacer referencia a sus inicios. Como sabéis, Berlín fue ciudad olímpica en 1936, pero estaba previsto que lo hubiera sido 20 años antes, en 1916. El COI le adjudicó a la capital alemana la organización de los Juegos de ese año. El Gobierno alemán propuso la construcción de un estadio olímpico para la ocasión en el distrito berlinés de Charlottenburg, en concreto en el bosque de Grunewald. Querían aprovechar un hipódromo que ya estaba allí ubicado.

Se pusieron en contacto con un arquitecto llamado Otto March, cuya idea original era la de crear un estadio por debajo del nivel del suelo. Pero estalló la I Guerra Mundial y los planes se paralizaron. Así las cosas, en 1931, el COI volvió a adjudicar a Berlín la organización de los Juegos, los de 1936. Aunque la idea original era hacer lo que Otto March había decidido en 1916, la llegada al poder, en 1933, del NSDAP, el Partido Nazi, cambió los planes. Hitler quería hacer algo más grandioso, puesto que pretendía utilizar el evento con fines propagandísticos. Otto March siguió siendo el arquitecto encargado de la construcción, esta vez ayudado por su hermano Walter.

En dos años (de 1934 a 1936) no sólo el estadio, sino todo el complejo (con instalaciones para todos los deportes), fue construido. March siguió con parte de su idea y el primer anillo del estadio estaba unos 12 metros por debajo del nivel del suelo. En total, el estadio tenía una capacidad de 110.000 espectadores.

Adolf Hitler lo inauguró con motivo de los Juegos del 36. Fueron unos JJ. OO. importantes, ya que fueron los primeros televisados, los primeros radiados y los primeros en los que la llama Olímpica llegaba, por relevos, desde Grecia hasta el lugar de celebración del evento. Además, fueron el escenario principal de la película documental Olympia (estrenada tres años después), dirigida por Leni Riefenstahl para mayor gloria de Hitler y el nazismo. Desde el punto de vista deportivo, el gran triunfador de esos Juegos fue el velocista estadounidense Jesse Owens, cuyas hazañas en territorio hostil le hicieron entrar en la leyenda olímpica.Berlin Olympic Stadium 1936

Y estalló la Guerra. Sorprendentemente, el Olympiastadion apenas sufrió desperfectos graves durante su ocupación. El Ejército Rojo fue quien lo conquistó, si bien una vez acabado el conflicto, fue el Ejército Británico el que se hizo cargo del edificio, estableciendo allí la sede de su fuerza militar en el Berlín ocupado. En esas circunstancias se mantuvo hasta no hace tanto (1994). En los primeros años del Berlín ocupado, soldados estadounidenses llegaron a practicar fútbol americano en el estadio.

En 1963 se formó la Bundesliga y uno de los equipos que la fundaron fue el Hertha de Berlín, que desde ese año adoptó el Olympiastadion como su casa. El tiempo pasó sin novedades hasta 1974. La República Federal de Alemania iba a acoger el Mundial de Fútbol y el estadio fue renovado. Si bien la final se jugó en otro Olímpico, el de Munich, Berlín acogió tres partidos del grupo A, en el que jugaban las dos Alemanias, Chile y Australia.

Llegados ya a finales de los 90, se abrió un gran debate en Berlín. Había que renovar el estadio, que estaba obsoleto. Había dos corrientes: La de los que querían tirarlo y hacer uno nuevo, ya que consideraban que Olympiastadion era un recuerdo de la época más negra de Alemania, y los que optaban por reformarlo y no obviar que, al fin y al cabo, el Olímpico de Berlín era parte de la historia del país. Estos últimos se llevaron el gato al agua y de cara al Mundial de Fútbol de 2006, el estadio sufrió una profunda renovación. Entre los cambios más destacados, cabe nombrar la construcción de un techo, profundizar casi tres metros más en la ubicación del terreno de juego y cambiar el color del tartán de la pista de atletismo a azul (en honor al Hertha), además de la creación de un parking, restaurantes y espacios VIP. La capacidad, eso sí, se vio reducida hasta los actuales 74.064 asientos. Como curiosidad, os diré que durante las obras de remodelación fue hallada una bomba de la Segunda Guerra Mundial sin estallar. El total de las obras tuvo un coste de 242 millones de euros.

Y 70 años después de su inauguración, el Olympiastadion se volvía a vestir de gala para acoger otro magno acontecimiento: el ya citado Mundial 2006. Berlín fue escenario de  seis partidos: cuatro de primera fase, los cuartos entre Alemania y Argentina y la final, entre Italia y Francia, que se saldó con la victoria en penaltis de los transalpinos, en el último partido como profesional de Zinedine Zidane (sí, fue el partido del cabezazo a Materazzi).

Por último os contaré que el Olympiastadion ha acogido conciertos de grupos tan importantes como Madonna, Michael Jackson, los Rolling, U2 o Bruce Springsteen.

Esto ha sido todo por hoy. Mañana una historia… y no nos vamos lejos.

Qué fue de… Andreas Köpke

Ya sabéis que tengo especial predilección por los porteros (no por nada, sino porque son todos unos personajes dignos de atención en su mayoría). También sabéis de mi admiración por algunos de las ideas básicas del fútbol alemán, es decir, tesón, físico inalterable, fuerza, efectividad, profesionalidad… Hoy se unen ambos conceptos en el protagonista de hoy: Andreas Köpke.

¿Quién era?: Un portero alemán de los 80 y los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser el portero titular de la selección alemana que consiguió la Eurocopa de 1996, convirtiéndose en el mejor meta del torneo y en uno de los más prestigiosos a nivel europeo.

¿Qué fue de él?: Se retiró en 2001 en el Nuremberg de su país. En la actualidad, y como jugadores de su época como Sammer o Bierhoff, trabaja para la Federación Alemana de Fútbol. En concreto es el entrenador de porteros de la selección absoluta o como dicen en mi pueblo, la Mannschaft.

¿Sabías qué…?: Köpke fue durante años el eterno suplente de Bodo Illgner en la selección alemana. Su explosión como meta llegó, como os decía, en la Euro 96, cuando ya contaba con 34 años.

– Quizá esa tardanza a la hora de despuntar fue la que le mantuvo en Alemania hasta esa misma edad. Tras la Eurocopa fichó por el Olympique de Marsella.

– Köpke es conocido en España porque precisamente durante y justo después de la Euro 96, se le vinculó al Barcelona. Bueno, más que eso, ya que llegó incluso a viajar a la ciudad condal, pasar un reconocimiento médico y buscar un colegio alemán para sus hijos, tal y como recuerda el blog Renaldinhos y Pavones. Pero un precontrato que tenía firmado con el Stuttgart (que luego resultó papel mojado le evitó venir a España). El Barcelona acabó fichando a Vitor Baia.

– No sé si tendría alguna relación, pero durante la Eurocopa del 96, Köpke vistió una camiseta azul celeste, tal y como llevó el legendario Sepp Maier en el Mundial del 74.

– A pesar de no ser titular con Alemania hasta su última época, Köpke no se perdió ninguna competición grande (Eurocopas y Mundiales) entre 1990 y 1998. En Italia 90 era el tercer portero, tras Illgner y el bávaro Raimond Aumann (que me gustaba mucho a mí de pequeño).

– En las semifinales de la Euro 96, paró el penalty decisivo de la tanda al inglés Gareth Southgate (momento que recoge la foto de arriba).

– Su último partido con la selección fue un humillante 3-0 que encajaron los teutones ante Croacia en el Mundial del 98.

– En Alemania se le conoce como Andy.

– Fue el gran Oliver Kahn quien le sustituyó en la meta alemana.

Biografía, palmarés, estadísticas: Andreas Köpke nació el 12 de marzo de 1962 en Kiel, Alemania. Debutó como profesional en 1979 en las filas del Holstein Kiel. En 1983 se fue al Charlottenburg y un año después firmaba por el Hertha de Berlín. Dos temporadas después llegó al Nuremberg, de donde no se movió hasta 1994, cuando fue fichado por el Eintracht de Frankfurt. En 1996 vivió una aventura en Marsella que duró hasta 1998, cuando regresó al Nuremberg y se retiró en 2001. Con la selección jugó 59 partidos y ganó un Mundial (1990) y la ya requetecitada Eurocopa del 96.

Aquí os dejo un amplio resumen del Alemania-Inglaterra de la Euro 96:

¿Sabes algo más de Köpke? ¿Tienes alguna anécdota? Escríbeme en los comentarios.

Qué fue de… Kretzschmar

Tras unas breves incursiones, regresamos al mundo del balonmano. Lo hacemos de la mano de uno de los más reconocibles ases de este deporte de los últimos tiempos. Hay veces en las que no hace falta ser el mejor jugador del mundo para ser todo un símbolo, aparecer en revistas, anuncios y grandes carteles. Con una buena puesta en escena puede ser suficiente. Es el caso de este jugador, que aunque era un extraordinario jugador de balonmano, le debe más a su look que a su juego. Es Stefan Kretzschmar.

¿Quién era?: Un jugador de balonmano alemán de los 90 y de principios de este siglo.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser uno de los más reconocibles jugadores alemanes de los últimos años, sobre todo por sus tatuajes, piercings y constantes cambios de color de pelo.

¿Qué fue de él?: Se retiró en 2007 en las filas del SC Magdeburg de su país. Tras su retirada, es miembro del staff técnico de este equipo. En concreto es el inspector de deportes (ya sabéis que los alemanes usan nombres un poco raros).

¿Sabías qué…?: Tiene 19 tatuajes y siete piercings (ambas cejas, ambas orejas, nariz, ombligo y lengua).

– Muchos le comparan con el ex jugador de la NBA Dennis Rodman.

– Su apodo es Kretzsche.

– Su padre, Peter, fue internacional con Alemania del Este y seleccionador de este país en categoría femenina. Allí conoció a la madre de Stefan, que era también jugadora internacional de Alemania Oriental.

– Habla perfectamente español, porque estuvo casado con una cubana, María de los Ángeles Mayea Linares, la madre de su única hija.

– Su primer tatuaje se lo hizo en 1993. Representa a la muerte y se lo hizo después de su primer gran desengaño amoroso.

– En 1998, el canciller alemán Gehrard Schröder lo citó en su discurso anual del Día de la Unificación Alemana.

– Tuvo un programa en la MTV alemana.

– Tuvo un lío amoroso con la nadadora alemana Franziska Van Almsick. Tres meses después de iniciar su affaire, se tatuó el rostro de la bella deportista en gemelo izquierdo. Estuvieron juntos entre 2000 y 2004.

– Protagonizó una campaña publicitara con PETA en contra del uso de pieles. El lema era «Tinta, no piel» (en referencia a sus tatuajes).

– Sus dos últimos tatuajes se los hizo en 2008. Uno es en honor de su familia y el otro, de sus amigos.

– Tuvo dos locales de ocio en Magdeburgo, ahora cerrados.

– Como todos los ciudadanos de Alemania del Este, Kretzschmar hizo el servicio militar.

– Es un fanático de la NBA.

– Sus películas favoritas son Pulp Fiction y los dos volúmenes de Kill Bill (en sus gustos cinéfilos coincide conmigo).

Biografía, palmarés, estadísticas: Stefan Kretzschmar nació el 17 de febrero de 1973, en Leipzig, República Democrática Alemana (RDA). Sus equipos fueron el Dynamo de Berlín, el Blau-Weiss Spandau, el VfL Gummersbach y el SC Magdeburg, todos en Alemania. En su palmarés tiene una Liga de Campeones, dos EHF, una Supercopa de Europa, una Bundesliga, una Copa y dos Supercopas de Alemania. Con la selección jugó 218 partidos y metió 821 goles. En su palmarés internacional cuenta con una plata Olímpica (Atenas 2004), un Mundial y un Europeo.

Aquí os dejo un vídeo del alemán. El primero gol que podéis ver se lo metió a España en la Olimpiada de Sydney, pasándose el balón por la espalda:

¿Sabes algo más de Kretzschmar? ¿Tienes alguna anécdota? Escríbeme en los comentarios.