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Qué fue de… Gareth Thomas: salir de la melé y del armario

Gareth Thomas, en una visita a Downing Street (WIKIPEDIA).

Gareth Thomas, en una visita a Downing Street (WIKIPEDIA).

En varias ocasiones he hablado en este blog de homosexualidad y deporte. Hoy voy a volver a hacerlo y lo hacemos con un jugador de rugby, un deporte lleno de tradiciones y masculinidad, pero que acogió bien la salida del armario del protagonista de hoy. Se trata de Gareth Thomas.

¿Quién era?: Un jugador de rugby galés de los 90 y la pasada década.

¿Por qué se le recuerda?: En el plano deportivo, por ser uno de los más destacados jugadores de su país y uno de los máximos anotadores de la historia del rugby galés. En lo extradeportivo, por su decisión de revelar públicamente su homosexualidad en 2009.

¿Qué fue de él?: Se retiró en 2010 en las filas de los Cardiff Blues. Ha sido comentarista de televisión y además, trabaja para Distinct Agency, una agencia de representación deportiva. Además, trabaja para una organización contra el acoso escolar y visita colegios impartiendo cursos de rugby.

¿Sabías qué…?: Antes de salir del armario, Gareth Thomas estuvo casado entre 2001 y 2007 con su amor de juventud. Cuando reveló su condición sexual, dijo que lo que peor llevó fue engañar a su mujer. Cuando salía de viaje con su equipo, visitaba locales de ambiente.

– Gareth reveló que tras su dolorosa ruptura, su entrenador lo pilló llorando en el vestuario. Thomas le dijo que se debía a su divorcio. Entonces, el técnico le dijo que ya sabía lo que pasaba. Animado por su técnico, Gareth Thomas decidió contárselo a dos de sus compañeros en la selección galesa, Stephen Jones y Martyn Williams. Cuando Thomas les reveló su secreto, reaccionaron dándole una palmada en la espalda y diciéndole: «No nos importa, ¿por qué no nos lo has contado antes?»

Thomas, en un partido con los British & Irish Lions (YOUTUBE).

Thomas, en un partido con los British & Irish Lions (YOUTUBE).

– En términos generales, Thomas encontró apoyo y respaldo en compañeros, rivales y aficionados tras su salida del armario.

– Ha escrito su biografía, titulada Proud (‘Orgulloso’).

– Es uno de los portavoces de la ONG ChildLine, una especie de Teléfono del Menor.

– Es el segundo jugador con más ensayos de la historia de la selección galesa y el decimosegundo de toda la historia del rugby internacional.

– Jugó para los British & Irish Lions, equipo que, al igual que su selección, llegó a capitanear.

– Sus fans lo llaman cariñosamente ‘Alfie’, por su supuesto parecido con el televisivo extraterrestre ‘Alf’.

– Es fan del Cardiff City de fútbol.

– Ha participado en las versiones británicas de Gran Hermano VIP y Desafío Bajo Cero.

Biografía, palmarés, estadísticas: Gareth Thomas nació en  Sarn, Gales, el 25 de julio de 1974. Empezó a jugar en 1991 en el Bridgend, desde donde pasó al Cardiff RFC en 1997. En 2001 regresó al Bridgend. Tras una experiencia entre 2003 y 2004 en los Celtic Warriors, se fue al Toulouse francés, donde estuvo tres temporadas. Las tres últimas de su carrera las pasó en los Cardiff Blues. En su palmarés tiene una Liga galesa, una Copa de Europa y una Copa anglo-galesa. Con Gales disputó 100 partidos, logrando 200 puntos.

Os dejo con un ensayo de Thomas en un partido de la Heineken Cup:

Hasta mañana

Quién fue… Gottfried von Cramm, el tenista que no quiso ser el héroe ario de Hitler

Volvemos a una oscura época de nuestra historia reciente, que por otro lado da historias jugosas para esta sección. Hoy os voy a hablar de un deportista que tuvo la mala fortuna de nacer en el país y en la época equivocadas, si bien siempre supo rehacerse. Os traigo la historia de Gottfried von Cramm.

Verano de 1909. Nettlingen, Baja Sajonia, Alemania. El barón Burchard von Cramm y su esposa, Jutta von Steinberg, tienen a su tercer hijo, al que llaman Gottfried Alexander Maximilian Walter Kurt. El título aristocrático de los von Cramm procedía del siglo XIX y era una prestigiosa familia cuyo árbol genealógico se podía trazar desde el siglo XII.

Al joven Gottfried le da por el tenis. Muy joven, con 23 añitos y gracias a su talento, el aristócrata gana un puesto en el equipo alemán de Copa Davis y vence el campeonato alemán de tenis. Pronto se convierte en el mejor jugador de su país y lo confirma en 1933 cuando gana el dobles mixto de Wimbledon junto a Hilde Krahwinkel. Mientras, en Alemania, Adolf Hitler se hace con el poder…

En 1934, Gottfried von Cramm gana un sitio en la historia cuando gana Roland Garros. Admirado por sus contrincantes por su caballerosidad y su juego limpio, regresa a Alemania como un héroe. Hitler se frotaba las manos: von Cramm era guapo, rubio, buen deportista… era un ejemplo perfecto de lo que su mente enferma concebía como raza aria. Y el Führer no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad. Pero al bueno de von Cramm no le gustaba nada la idea. Rechazó afiliarse al NSDAP (el partido nazi), protestó cuando prohibieron jugar a un compañero judío y cuando estaba en el extranjero, no ocultaba sus críticas a Hitler. Todo ello le provocó estar siempre en el ojo del huracán.

Intentando ser ajeno a los tejemanejes políticos de detrás, von Cramm siguió con su carrera tenística. Y hubiera sido el mejor de su época, si no llega a ser por los dos contrincantes con los que le tocó lidiar en su época: el inglés Fred Perry (otra gran historia) y el californiano Don Budge (que era hijo, por cierto, de un ex futbolista escocés del Rangers). Estos dos jugadores le privaron de ganar tres Wimbledon y un US Open, si bien en 1936 logró reeditar su título de Roland Garros tras vencer a Fred Perry. Precisamente con Budge le unió una sincera amistad, más allá de la rivalidad, que tenía como origen una tremenda admiración mutua. El americano contaría años después una anécdota para demostrar la absoluta caballerosidad del aristócrata alemán: en un partido de Budge en Wimbledon que von Cramm presenciaba entre el público, el juez de línea cantó a favor de Budge una bola que era obviamente punto para su rival. Budge quiso ser caballeroso y en la siguiente jugada, falló deliberadamente para compensar a su rival. Tras el encuentro, von Cramm se acercó a saludar al californiano, pero en vez de felicitarle, le reprendió por lo que había hecho. Budge estaba patidifuso, ya que él creía que se había comportado como un señor.

Tienes que darte cuenta, Don -dijo von Cramm-, que haciendo lo que has hecho has avergonzado al juez de línea delante de 15.000 personas. Y eso es inconcebible.

En 1937 comenzaron sus problemas con el régimen nazi. No pudo defender su título en París. Ahora entenderéis por qué. En ese año, von Cramm jugó un partido que marcaría su carrera. Era una eliminatoria de la Copa Davis y se enfrentaban Alemania y Estados Unidos. La eliminatoria estaba 2-2 y el ganador saldría del encuentro entre von Cramm y Budge (en la foto bajo estas líneas). Según contaría más tarde Budge, minutos antes de empezar el partido, cuando él y von Cramm estaban en el vestuario, el alemán fue avisado de que tenía una llamada. Budge oyó a von Cramm referirse a su interlocutor como «mein Führer»… En efecto, el mismísimo Hitler había llamado al tenista para advertirle de lo indispensable de su victoria. Según Budge, cuando von Cramm colgó el teléfono, estaba pálido. De hecho, salió a jugar cada punto como si le fuera la vida en ello. Así las cosas, von Cramm ganó los dos primeros sets por 8-6 y 7-5 (no había tie-break). Budge se rehizo y ganó las dos siguientes mangas por 6-4 y 6-2. En el quinto set, von Cramm llegó a ir dominando 4-1, pero en una espectacular remontada, el estadounidense logró llevarse el partido y la eliminatoria con un resultado de 8-6. Al acabar el partido, ambos jugadores se fundieron en un abrazo (Budge diría «Creo que ambos queríamos llorar») y el público pasó varios minutos ovacionándolos (se dice que cuando los tenistas salieron de la ducha, aún se oían los aplausos). Dicen que fue uno de los mejores partidos de todos los tiempos. Pero la derrota iba a suponer para el aristócrata alemán graves consecuencias.BUDGE-CRAMM

Tras ese partido, von Cramm siguió jugando por todo el mundo y cuando regresó a Alemania en marzo de 1938, pronto notó que las cosas no pintaban bien. Se suspendió una recepción oficial en su honor. Al día siguiente a su llegada, el barón recibió la visita de dos personas. Eran agentes de la Gestapo. Gottfried von Cramm era detenido, acusado de mantener una relación homosexual (con un judío exiliado, por cierto) y de enviarle dinero al extranjero. El mejor tenista alemán sufrió un colapso nervioso que le llevó al hospital.

En efecto, von Cramm era homosexual. Todos los que lo conocían lo sabían, a pesar de que este fuera de serie mantenía una estricta discreción acerca de sus gustos sexuales. Tanto que de hecho estaba casado. Conoció a su amante, el actor Manasse Herbst, en el libertino Berlín de 1931. Von Cramm confesó y ni la reputación de su familia ni la intercesión de uno de los mandamases nazis, Hermann Göring, le libraron de ser condenado a un año de cárcel.

Su amigo y contrincante Don Budge decidió recoger firmas entre la flor y nata del deporte mundial y estas fueron enviadas a Hitler para que liberara a von Cramm. Entre los firmantes estaba el mítico jugador de béisbol Joe di Maggio. El caso es que seis meses después de su encarcelamiento, Gottfried fue puesto en libertad por buen comportamiento. Tras salir de prisión, se trasladó a Suecia, invitado por el rey Gustavo, con el que le unía una buena amistad. A pesar de sus intentos por retomar su carrera tenística, tuvo muchas dificultades. En 1939 se le prohibió jugar en Wimbledon por ser ex convicto y en el US Open por similares razones. No pudo jugar ni siquiera el torneo de Roma, esta vez por decisión del Gobierno alemán, que temía que von Cramm, el homosexual, el desafecto, pudiera derrotar a cualquier otro de los alemanes en liza.

Y por si fuera poco, estalló la guerra, la II Guerra Mundial. Fue enviado al frente ruso, donde desempeñó con heroicidad (no era nazi, pero sí desde luego alemán y orgulloso de serlo). Regresó con lesiones por congelamiento en las piernas pero le fue concedida la Cruz de Hierro. No obstante, al poco fue retirado del Ejército. Sobre él planeaba la sospecha de unirse con un grupo de conspiradores para derrocar a Hitler. Su amistad con Gustavo de Suecia le salvó la vida.

En los últimos años de la Guerra, von Cramm vivió a caballo entre Estocolmo y el castillo de Bodenburg, la residencia de su familia. En una ocasión, ayudó a un piloto estadounidense herido que fue derribado cerca del castillo. «¿Por qué me ayuda?», preguntó el americano. «Porque una vez jugué al tenis con Don Budge», respondió el alemán. «¡Oh, pues entonces usted debe de ser Gottfried von Cramm!», replicó admirado el piloto.

Cuando acabó la Guerra, un von Cramm que nunca habló sobre su estancia en prisión ni sobre su presencia en el frente soviético, regresó a Berlín, donde intentó reconstruir el Rot-Weiss Club, al que pertenecía y que había sido destruido. En sólo tres años, consiguió levantarlo. En 1951 se metió en el mundo de los negocios. Gracias a sus contactos en Egipto, logró crear una empresa en Hamburgo que importaba para Alemania algodón egipcio. Pero no se olvidó del tenis. En 1948 y 1949 se había proclamado de nuevo campeón de Alemania y en 1951 volvió a jugar en Wimbledon, 14 años después de su última aparición en el All England Lawn Tennis Club, si bien fue eliminado en primera ronda.

En 1956, von Cramm se casó con Barbara Hutton (ambos, en la foto bajo a estas líneas), heredera del imperio Woolworth y poseedora de una de las mayores fortunas de Estados Unidos. Aunque Hutton sabía que era homosexual, la relación de amistad era muy buena y ella buscaba tener un acompañante bello para sus reuniones de sociedad. En 1960 se divorciaron y von Cramm se fue a vivir a Egipto, con frecuentes visitas a Hamburgo, para ocuparse de sus negocios.Barbara Hutton Seated with Baron Von Cramm

Y así pasó los años, convertido en una de las personas más populares de El Cairo, hasta que el 9 de noviembre de 1976, cuando viajaba con su chófer entre El Cairo y Alejandría, sufrió un accidente después de que un camión chocara con su coche. El mecánico murió en el acto y von Cramm en la ambulancia. Se iba así, a los 67 años, uno de los más grandes tenistas de la historia.

Su memoria sigue presente. El Rot-Weiss Tennis Club de Berlín está situado en una calle que lleva su nombre. El Salón Internacional del Tenis lo tiene como uno de sus componentes. Y para que os quedéis pensando un rato, os contaré que el 7 de julio de 1985, el día en el que Gottfried von Cramm hubiera cumplido 76 años, un joven de 17 años llamado Boris Becker se convertía en el primer alemán que ganaba como profesional en Wimbledon.

Hasta mañana, chicos. Siento que me haya quedado un poco larga la historia, pero espero de veras que os haya gustado.