FOTO: Gwendalin Niles
Chico A conoce a Chica B en una de esas webs de contactos para buscar pareja. Ambos se citan en la estatua del Oso y el Madroño de la Puerta del Sol, típico punto de encuentro de chicos y chicas en Madrid. De hecho, mientras Chica B espera a Chico A, se encuentra con Chico C, otro contacto de la web de con quien ya quedó hace un par de semanas, el cual a su vez está esperando a otra nueva chica de la web de contactos: Chica D. Al reencontrarse, Chica B y Chico C comienzan a charlar más por compromiso que otra cosa: aquella cita que tuvieron fue un desastre. No hubo química.
Al rato llega la cita de Chica B, es decir, Chico A. Chica B le presenta a Chico C. «Un amigo que encontré por casualidad», le dice. En realidad no se acuerda de su nombre. Acto seguido llega la cuarta en discordia, Chica D, que resulta que también conoce a Chico A: tuvieron otra cita en la misma web, y en este caso la noche acabó en sexo; después de aquello Chico A desapareció a pesar de la insistencia de Chica D por volver a quedar con él. Casualidades de la vida, el destino vuelve a cruzarles. En cualquier caso, nada más verse, prefieren actuar como dos desconocidos.
Llega el momento de despedirse y separarse cada cual con su nueva pareja. Sin embargo Chica D, la despechada, propone al resto salir todos juntos a tomar algo. Ella, en realidad, sólo busca joderle la cita al otro. Chico A, por supuesto, dice que no, pero el resto se abstiene. Para arrastrarles, Chica D decide parar un taxi y hacerles señas. «Vamos, subid», les dice.
Es mi taxi.
Chico A monta a mi lado. B, C y D, detrás. No se ponen de acuerdo dónde ir, así que me preguntan por un sitio con buena música donde tomar algo y charlar tranquilamente. Decido llevarles al garito de un amigo mío en Malasaña.
Chico A se muestra tenso y callado. Chica D no deja de mirarle con cierta inquina a través del espejo. Chica B y chico C hablan del tiempo y poco más. Se respira tensión, en cualquier caso.
Les dejo en el garito de mi amigo. Paga Chico A.
Al día siguiente llamo por teléfono a mi amigo. Le pregunto si anoche llegó a fijarse en dos parejas que entraron en su bar sobre las once y media. Le describo a los cuatro por encima. «Ya lo creo», me dice. «A los dos chicos… tuve que sacarles del garito porque acabaron a puñetazo limpio. Ellas sin embargo pasaron de irse con ellos. Se quedaron las dos y estuvieron bebiendo en la barra y charlando sin parar hasta el cierre».
Y no me sorprendió demasiado.
19 marzo 2014 | 23:16
Pues yo no creía en esas webs de conocer gente, pero me separé y decidí probar. Mi sorpresa fue increíble al ver que ligaba más que nunca y tuve la gran suerte de encontrar gracias a meetic a mi nueva pareja: http://xurl.es/q63hc
20 marzo 2014 | 00:37
Hombres e impulsos y mujeres y manipulación ¿tópico típico o típico tópico? Esa historia la terminas con las chicas liándose y tienes una película de Almodovar. Lo triste es que es algo bastante creíble (la versión no almodovareña) porque el ser humano es un poco cabrón por naturaleza.
Por cierto, echa un vistazo al último relato de mi blog y cuéntame que opinas 😉
http://veintisieteletras.wordpress.com/2014/03/15/la-caza/
20 marzo 2014 | 00:38
Eres un verdadero plasta con tu repelente página culera. Eres tonto tonto tonto. ¿Tienes que poner la web en todos los post de 20 minutos? Y llevas haciéndolo desde hace siglos y siglos.
20 marzo 2014 | 02:49
Hoy el tema me ”dépassa”
ya que de las ecuaciones
trigonométricas o algebraicas
la verdad que poco sé.
Ya que si A+B+C+D
elevado a la segunda potencia
con versiones macho y hembra
pueden haber de soluciones
tantas como combinaciones,
que si yo mal no recuerdo
los resultados posibles
puede hallarse al parecer
por extremal combinatoria
Aunque al final de la lectura
vemos que todo termina
como el rosario de la aurora,
con el alba y a mamporros
entre chicos A y D
por otro lado chica B y chica D
después de tanto beber,
con una cogorza de espanto.
¿Por qué no estudiaría yo
de joven el bachillerato?
20 marzo 2014 | 07:55
Me hace gracia esto, pues sea concertado o no, si a una no le apetece…a frotarla toca!
20 marzo 2014 | 08:05
Esas citas estaban predestinadas al fracaso,raro es q al final de la noche,ellas no se marcaran un tijeretazo.
20 marzo 2014 | 08:41
Chicas listas!!
http://areaestudiantis.com
20 marzo 2014 | 08:52
Uaaaah…el timo de este siglo son las webs de contactos y sus citas en las que sólo tienen en cuenta afinidades y gustos en común. Unos con otras y otras con unos, al final son los mismos siempre, van a pillar la misma gripe….
Prefiero toparme con mi hombre ideal en el super 😉 .
20 marzo 2014 | 09:33
Me he perdido con tanto A, B, C, D, PI….
20 marzo 2014 | 10:17
«El deseo te arrastrará hacia los hombres; y estos te dominarán».
Dios castigando a Eva en el génesis.
20 marzo 2014 | 10:32
Por un polvo que no vale la pena no me peleo con ninguna amiga. Si hubiera valido la pena nos lo partimos, una noche ella, otra noche yo, luego nos lo contamos y jaja. Al final todo queda en nada, pero y esos ratos.
Debía ser una mala experiencia, de esos que dicen «Te quiero» y a la mañana siguiente ya ni contestan. ¿Tú te crees que por eso van a pelearse dos amigas?
Desde el principio: Han quedado las dos, para quedar con dos en el mismo sitio, la casualidad hace que una llegue más tarde. El resto es historia.
Y si ellos no tienen algo fijo es porque no pueden, mientras ellas van haciendo. Simpulso, a ver donde encuentras un amigo que haga lo mismo por ti.
20 marzo 2014 | 16:29
Que digo que dice Pablo Iglesias que está muy feo irrumpir en la Universidad para reprimir la protesta social, y tal. Una cosa así, vaya.
http://youtu.be/5tTWia5LpxM
Más feo está ocultarlo, pero sobre gustos no hay nada escrito. Pero nada, vaya.
20 marzo 2014 | 16:53
Cuaderno de bitácora: Nos ha acercado Dani, en la Eva. Lo que había sido una frondosa isla (en realidad dos muy próximas) de algo más de un km de longitud por sólo medio de ancho se ha convertido en sólo unos años en una bellísima Minivenecia, denominada precisamente Dolce Venezia, repleta de flores y de aves diversas. El diseño de la pequeña y tranquila ciudad, comunicada con la orilla izquierda del río Northfleuve por el “Ponte della Libertà”, ha logrado en manos de arquitectos venecianos de la nave estelar “Veneto”, recrear casi absolutamente “el ambiente” veneciano; es más, de alguna forma la “Dolce Venezia” se ha impregnado de lo más característico de “Murano”, “Burano”, “Torcello”, “Pellestrina”, y el “Lido”, con sus tiendas de artesanías de vidrio, bordados, ropa glamurosa, etc, en estudiados lugares. Las dos islas originales se trocearon en varias más pequeñas, a fin de crear un generoso entramado de canales y puentes. Las familias que habitan Dolce Venezia han hecho proliferar todo tipo de negocios que buscan la satisfacción plena del “turista”; sobretodo cafeterías y restaurantes que llevan sonoros nombres italianos. “Tango Haize” se encuentra en plena Piazza San Marco, justo al lado del embarcadero que conecta mediante el “vaporetto” dicha “piazza” con el mercado de abastos, adyacente al “Ponte Rialto” (principal monumento de la ciudad) así como con el propio Ponte della Libertà, cerca del cual ha quedado «la Eva». Numerosas góndolas, de color negro, pasan una y otra vez bajo los puentes que hemos de cruzar cada dos por tres. Si por mí fuese me habría parado en cada pequeña cafetería a tomar un capuchino tras otro y alguna que otra grappa. Pero estos biólogos…
-Bueno, ¿qué?. Llevamos dos horas dando vueltas. ¿Cuándo comemos?- indagó Dani.
-La paciencia es una virtud, una virtud amigo mío, respondió sonriente el profesor Lipton, con los ojos exageradamente abiertos, como intentando captarlo todo, memorizar todo lo que estaba viendo.
-¡Soy mucho más paciente con el buche lleno!- replicó Dani.
-No es el buche lo que da valor al hombre, sino su inteligencia- remachó Lipton- tocándose el bigote.
-¡Pero qué me dice!, la inteligencia es sólo el arma, el instrumento; en sí misma, no es nada, ¡cero y sólo cero!, insistió Dani.
-Pero te lleva a las certezas básicas de la vida, a los porqués…. -sentenció Lipton.
-¡Nada de eso! -interrumpió Dani, más transgresor que de costumbre- Lo que te hace grande son “las dudas” que vayas acumulando a lo largo de tu galáctica existencia. Las certezas te empequeñecen hasta el absurdo, te quitan todo el valor como ser humano, ¡te convierten en un grano de arena!.
-¡Cómo está el patio!. Ya hemos llegado… empieza a llover y sugiero, para evitar que lleguen a las manos…¡con el estómago vacío!, que entremos ya al restaurante.
Me detengo unos instantes para contemplar la lluvia que cae suave, romántica, sobre las ya húmedas calles y puentes de la ciudad y nada más entrar me sorprende gratamente el sonido de un violín y un piano casi oculto en el rincón más apartado del restaurante. Es un tango. El violinista viene hacia nosotros, que ya hemos ocupado nuestros respectivos asientos y, de pronto, hacen su aparición en un pequeño hueco libre entre las mesas, la bailarina Anita Proenza una belleza morena de Cuba y Juan Rosa, de Argentina. Para bailar así hay que sentirlo. La comida, muy sabrosa, del todo recomendable. Hemos cenado medio aturdidos, casi hipnotizados, por los sensuales movimientos de Anita y la elegancia, la maestría, de Juan. He vuelto a pedir sacarina para el café. Cuanto más azúcar me meta peor ya que el organismo prefiere, para obtener energía, quemar azúcar porque le resulta más fácil, que quemar las grasas. La nave de Dani ha quedado en el hangar a la entrada de la ciudad y, en principio, vamos a regresar en el vaporetto hasta la misma. Lo que no sé es quién la va a conducir. Hemos bebido demasiado, como cosacos, sobretodo después del café. Dani ha bebido lo suyo y el profesor Lipton está borracho perdido, como una cuba.
20 marzo 2014 | 17:18
jaja…. si es que los hay mu primates
20 marzo 2014 | 17:27
«Los chicos con las chicas tienen que estar
las chicas con los chicos han de vivir
y estando todos juntos deben cantar.
Los viejos pararán, me imitarán a mi
se mordernizarán, les costará reir.
La edad de piedra ya pasó,
al menos por aquí,
y yo contigo tengo que vivir,
quiero ser feliz.
Ven, ven a vivir, ven.
Ven a vivir, ven,
ven a vivir,
así seremos muy felices.
Ven, ven a vivir, ven,
ven a vivir, ven
y yo te haré feliz.
Las cosas han cambiado
yo soy feliz
los chicos con las chicas pueden vivir.
Por fin hemos ganado
hay que reir.
No nos impedirán
que al anochecer
podamos pasear, bailar y hasta correr.
La gente no nos mirarán
no hay nada que esconder
y hasta los viejos van a comprender
que tú has de vivir.
Ven, ven a vivir, ven.
Ven a vivir, ven,
ven a vivir,
así seremos muy felices.
Ven, ven a vivir, ven,
ven a vivir, ven
y yo te haré feliz.
Los chicos con las chicas deben estar
las chicas con los chicos deben vivir
y estando todos juntos deben cantar»
(Los Bravos. 1967)
20 marzo 2014 | 20:03
No me extraña nada que sucedan esas cosas, las citas por esas webs tienen que ser muy frias.
http://www.i-love-sexy.com
20 marzo 2014 | 20:41