Dijeron tu nombre en la radio y después llegó tu voz. Eras tú. No había duda. El locutor te presentó como la actriz protagonista de un cortometraje nominado a no sé qué premio europeo. En cierto modo, no me sorprendió. Siempre supe que acabarías cumpliendo ese sueño. Cuando estábamos juntos, ya apuntabas maneras en aquella escuela de teatro. Yo siempre te animaba a continuar: eras buena, tenías futuro. Incluso llegué a escribir monólogos sólo para ti, ¿recuerdas? Para ayudarte a ensayar el texto, yo hacía de público (me ponía un bigote postizo) mientras tú interpretabas. ¿Recuerdas aquel de la cajera transexual del Pryca? ¿o el de la monja embarazada? Al final yo te aplaudía, y luego tú te sentabas sobre mí, me abrazabas fuerte y me besabas el bigote postizo. Lo pasábamos bien. Nos quisimos mucho, mientras duró.
No me sorprendió, como digo, que varios años después te escuchara aparecer en la radio. En esos instantes yo me encontraba conduciendo mi taxi libre por el Paseo de la Castellana y, de súbito, tu voz comenzó a evocarme decenas de recuerdos como flashes sorprendentemente nítidos. De hecho, tal vez siguiendo tus cantos de sirena o arrastrado por el hilo del recuerdo, cuando quise darme cuenta, ya me había dirigido a las inmediaciones de la radio en la que estabas (Cadena SER, Gran Vía 32). Acabó tu intervención y en los minutos siguientes yo, en Gran Vía, aminoré la marcha por intentar coincidir con tu salida de la radio. Tenía curiosidad por saber, aunque fuera de lejos, cómo te había sentado el paso de los años.
Me detuve en un semáforo y, de repente, te vi salir tan guapa como siempre o más que nunca. Pero en lugar de marcharte caminando te acercaste a la acera y alzaste el brazo al primer taxi libre de la calle, que resultó ser el mío.
Respiré hondo. Y antes de que se abriera el semáforo, saqué mi bigote postizo de la guantera.
Sr. Lotus: Usted no es ningún cobarde y Usted SI que quiere a su mujer. Si no fuera asi, no la respetaría tanto. También estoy de acuerdo en que se puede querer a más de una persona a la vez. Por supuesto. Pero eso no está bien visto, la presión socio-cultural paraliza la capacidad de empatizar con el prójimo y dispara la predisposición a prejuzgar (valga la «predundancia») sin saber.
La vida sabrá premiar su honestidad y le dará oportunidad de gozar de todas sus pasiones sin herir a nadie. Más vale que sea así o yo también estaré bien jodido…
21 marzo 2012 | 19:43
En un principio mi comentario iba a ser:
«Querida Elena Francis…..»
21 marzo 2012 | 19:44
Hombreeeeeeeeeeee, yo quiero mucho a mi perro y si no me lo follo no es porque esté mal visto, no sé como explicarlo.
21 marzo 2012 | 19:48
Apreciado «No te cansas??»: Me recuerda Usted a Sergio Ramos, que es tan tonto, tan tonto, tan tonto, que se sacó el DNI a la tercera…
21 marzo 2012 | 19:55
Que no hombre que no. Que estar con una mujer y liarse con otra no es respetar ni a una mujer ni a la otra ni a uno mismo.
21 marzo 2012 | 20:11
Dicho sea de paso que por eso sufre, porque lo está haciendo mal.
21 marzo 2012 | 20:18
¿Esta con una mujer y se ha liado con otra? Me he perdido algún comentario. Voy a repasarlos. O mejor digame Usted en qué comentario dice eso… Estoy perezoso.
21 marzo 2012 | 20:20
@l jinete:
He entendido bien: te gusta mi insensatez ??? Debo tomarmélo como un cumplido ( ?¿ )…
Aki el Simpulso es hombre y tiene – creo – 34 takos ya…aunke como dices muchos post parecen escritos en plan Peter Punk eterno adolescente…
Dabuten ??? Eso creo k lo decía el Emilio Aragón en aquel programa de siguiendo la línea blanca…está demodé…K carroza, nen !!!
21 marzo 2012 | 20:25
Es verdad. No están, sorry.
21 marzo 2012 | 20:35
Habría que saber si estaría si pudiera, que para el caso es lo mismo. Y yayayaya me voy a por el DNI, si es que me lo dan, claro.
21 marzo 2012 | 20:40
Si la protagonista del cortometraje era capaz de interpretar monólogos escritos por ti, Simp; llegará lejos.
PD: la guantera de tu taxi nunca deja de sorprenderme: un bigote postizo, genial!! jajaja…
21 marzo 2012 | 21:06
Joer, me acaban de estropear mi comentario. Pero ya lo tenía pensado.
Sí señor, hombre preparado vale x dos!. Eso de llevar un bigote postizo por si la situación lo requiere, no tiene precio. Estoy de acuerdo con Manu: tendríamos que hacer un inventario de lo que llevas en tu taxi, por pura curiosidad.
Y me pregunto, llevarás kleenex en tu guantera, es más, llevarás kleenex cuando no vas en coche? Lo digo porque para mí el «summum» de un tío detallista es que cuando lo necesites te pueda dar un «clínex» (Toma ya!). Es uno de mis traumas de juventud no resueltos. Siempre era yo la que prestaba el maldito pañuelito de papel, normalmente, a los chicos.
21 marzo 2012 | 21:26
No nos cuentes para qué lo necesitaban, Cristina, que ya nos lo imaginamos…
……clínex en la guantera… 🙂
21 marzo 2012 | 21:41
Sr. Madixon.
¿De verdad cree que la vida premia la honestidad? Ójala tenga razón de lo contrario también estaré j….a…
Pero me leerle me ha dado un hilo de esperanza. Gracias.
21 marzo 2012 | 21:44
El día que se congreguen todas esas preciosas ex de simpulso en el taxi…yo no sé qué va a pasar…
Yo quiero un ex que me persiga por Gran Vía con un antifaz en la guantera, o un silbato, o ya puestos, un anillo.
***
Mara, te va a salir caro el experimento, pero seguro que al gremio taxial lo tienes contento (pareado) 😉
21 marzo 2012 | 21:46
Por fin esto parece un blog!!!!!!!!
21 marzo 2012 | 23:13
@Mariam: Yo al gremio taxial lo tengo en muy alta estima y hago lo que haga falta por mantenerlo, que me han sacado cien mil veces de apuros… y sin ellos como me podria yo haber desplazado tantas veces por Madrid con mis perros? Prefiero quitarme de otras cosas si es necesario, para poder ir en coche (taxi) a cualquier parte dentro de distancias moderadas.
Ademas merece la pena el experimento, puede ser interesante…. lastima que no tengo donde contaroslo, que en mi blog de perros no ha (o a, que no se) lugar.
22 marzo 2012 | 07:26