Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Sueño 2.0

Sábado, cuatro y media de la madrugada. Una usuaria de piel de leche (desnatada, seguro), ojos pequeños, labios grandes, cuerpo de nínfula y pechos pareados se quedó completamente dormida en el asiento trasero de mi taxi.

Nada más percatarme (a través del siempre espejo) decidí detener el taxi en doble fila para observar mejor tan sugerente escena:

– Inerte pero feliz. De muerte dulce – pensé.

La muchacha se encontraba acurrucada entre su asiento y la puerta derecha, con ambas manos pegadas a un lado de la cara, como rezando sin querer. No pude evitar la tentación de acercar mi mano a su boca, para notar su aliento cálido resbalando por entre mis dedos.

– Estará soñando algo increíble- pensé.

¿Pero cómo conocer el argumento de su sueño?

Necesitaba saber qué podría estar soñando en tan angelical pose. Era mi taxi, y tenía derecho a saberlo.

Pensé en ondas, en la frecuencia con la que podría trabajar su sueño. Y así, atando cabos técnicos con cabos oníricos, se me encendió la luz:

– Podría captar la señal de su sueño a través del Bluetooth del coche.

Dicho y hecho. A través del menú del Parrot busqué nuevos dispositivos. En aquellos instantes me encontraba en plena plaza de Tribunal, así que supuse que aparecerían muchos otros dispositivos cercanos. Y así fue. Tras unos segundos apareció en la pantalla:

DISPOSITIVOS ENCONTRADOS: Simpulso, Pokemon, Tuputamadre, SDragó, Sueño 2.0, Karina…

Seleccioné «sueño 2.0» y de seguido la pantalla del Parrot me pidió un código de acceso.

Tecleé, «1-2-3-4»: Acceso denegado. Probé entonces con el manido «1,1,1,1», pero nada. Al tercer intento, me pidió el código de desbloqueo.

– ¿Cuál será el código Puk de su sueño?

Desconecté el Bluetooth y al instante la usuaria despertó, tosiendo:

– Me duele la cabeza – dijo.

– ¿Cuál es tu código de desbloqueo? – pregunté nervioso.

– ¿Qué?

– El código de desbloqueo de lo que estabas soñando… – continué.

El caso es que ella salió del taxi un tanto asustada y luego corrió hacia una pareja de Municipales que, casualmente, se encontraba de paso. Habló con ellos señalándome (supongo que para preguntarles por el dichoso código). La Policía lo sabe todo, y eso…

Luego, ya en comisaría, un hombre gordo y con bigote (el mismo que otras veces) me hizo un montón de preguntas absurdas sobre la medicación que encontraron en la guantera de mi taxi.

Pero del código Puk de los sueños, nada de nada. En fin…

51 comentarios

  1. Dice ser Leire

    Después de una horas… Finalmente, en ese momento y ahora que me toca escribir para ti simplemente… «Es saber que hay alguien más que vive deseando poderte encontrar».Yo te espero en sueños… Zusammen?

    13 mayo 2008 | 12:21

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