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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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¿Todos ganan o todos perdemos?

Creo que esta es una de las primeras veces en que veo a varios partidos reconocer en la noche electoral o al día siguiente que no han alcanzado sus objetivos. Lo habitual es siempre encontrar el lado bueno de los resultados y, al igual que el día que se publica el EGM parece que todas las cadenas de radio han ganado (y, como hay muchos indicadores, siempre es posible encontrar alguno en el que los resultados mejoran) el día de las elecciones lo normal es que todos ganen, o digan que han ganado.

Estas de Cataluña han sido unas elecciones tan atípicas en todo que hasta ha habido muchos partidos que no han ganado.

Así es como yo lo veo:

El PP, que montó todo esto, eligió la fecha de las elecciones y las condiciones en las que se harían (con la Generalitat controlada desde Madrid, varios candidatos encarcelados y otros en el exilio) casi desaparece de Cataluña y consigue los peores resultados de su historia.

Ciudadanos, ganador indiscutible de las elecciones, no consigue su objetivo de gobernar. Su granero de votos no han sido la abstención ni los partidos independentistas sino los otros partidos constitucionalistas en los que se tendría que haber apoyado.

El PSC consigue frenar su caída de los últimos años pero al conseguir sólo un escaño más se queda sin fuerza para apoyar a cualquiera de las combinaciones con opciones de gobierno que se puedan contemplar.

Cataluña en comú/Podem consigue menos escaños de los que tenía y tiene pocas opciones de ser relevante en su intento de conseguir el diálogo entre las dos partes de una sociedad enfrentada. No parecen haber acertado con una estrategia con poca cabida en un momento tan caliente.

Los independentistas, en su conjunto, vuelven a ganar en escaños pero no consiguen superar un escollo (no tener mayoría en voto popular) que en mi opinión y en la de muchos otros les inhabilita para avanzar en su objetivo principal.

La CUP retrocede. Es posible que su estrategia de no personalizar y cambiar las caras en cada ocasión no sea muy eficaz en los tiempos que corren.

Y entre los dos grandes partidos indepes llama la atención que, en contra de lo que parecían apuntar las encuestas, los votantes hayan apoyado más a quien huye que a quien es fiel a sus valores hasta el punto de ir a la cárcel por defenderlos. Me parece toda una demostración del orden que van adoptando los valores en esta sociedad en la que vivimos.

Todo eso por lo que respecta a los políticos pero ¿y en lo que nos afecta a los ciudadanos?

No creo que quienes han cifrado todos sus objetivos en la independencia puedan estar satisfechos: hemos vuelto, prácticamente, al punto de salida. La galería de imágenes que les regaló el 1 de Octubre un Gobierno torpe (si de ninguna forma se iba a dar validez a los resultados del referendum sobraban las imágenes de colegios rotos y ciudadanos apaleados) no parece haberles aportado votos ni un gran apoyo internacional.

Quienes pensamos que no vivimos tiempos de divisiones sino de sumar esfuerzos (y en muchos casos tenemos amigos catalanes a ambos lados de la línea divisoria) creo que volvemos a perder frente a la ineficaia de unos políticos incapaces de salir del mero enfrentamiento y pasar a la búsqueda de soluciones.

Ayer, como en los últimos tres meses, como en los últimos años, perdimos todos.

Que gobierne la lista más votada es inconstitucional

Goebels decía que una mentira repetida miles de veces se acaba convirtiendo en una gran verdad.

No sé si los políticos del PP creían que a fuerza de repetir que tenía que gobernar la lista más votada se iba a convertir en verdad, pero sí parece que ellos se lo han terminado creyendo.

El cabeza de la lista más votada tiene que negociar para gobernar

No parece muy propio de los autoproclamados guardianes de la Constitución defender ideas anticonstitucionales (según nuestra Constitución u nuestro sistema debe gobernar quien consiga más apoyos entre los diputados).

Pero a fuerza de repetir esa idea se la acabron creyendo. Sólo así se explica que más de un mes después de las elecciones no se conozca ningún intento de diálogo con ningún otro partido para conseguir esos necesarios apoyos. Las imágenes que se han publicado de los dos Hernandos (Antonio y Rafael, los portavoces de los dos partidos mayoritarios) cenando uno frente a otro en una mesa pequeña rodeados de otras mesas igualmente pequeñas ocupadas por otras personas, no parecen propias de una negociación política de altos vuelos.

Así se cerró la primera ronda de visitas al Rey sin que éste pudiera proponer a un candidato a la presidencia.

Aunque las declaraciones públicas de los políticos en un periodo como éste no parecen un buen reflejo de lo que de verdad esté ocurriendo, no hay indicios de que el PP haga otra cosa que criticar a las hipotéticas «coaliciones de perdedores». No parece una buena manera de acercarse a una negociación.

El caso es que lo que las urnas ordenaron (si es que se puede decir así) es, o bien una gran coalición de PP y PSOE o bien una de más de dos partidos que, sean o no perdedores, parece difícil de consolidar.

Esa gran coalición PP/PSOE, seguramente con dos personas diferentes de los irreconciliables Rajoy y Sánchez, no es sólo lo que piden los mercados, es también lo que los electores dejaron como más indicado, en puras matemáticas. Pero para eso hace falta diálogo y una cierta altura de miras. Algo que no parece abundar entre nuestros políticos.

Preguntas postelectorales

No soy un especialista en política pero, por aquello de los números, me apasionan las elecciones, más aún éstas, que han tenido un resultado tan complejo y, por tanto, tan interesante.

No creo que, por sistema, deba gobernar la lista más votada, salvo que hubiera dos vueltas. Debe gobernar quien consiga más apoyos. Tenemos muchos casos tras estas elecciones, pero el de Barcelona es muy claro: Barcelona en Comú tiene 11 concejales de 41; si no consigue llegar a acuerdos tendrá una oposición de casi las tres cuartas partes del consistorio, lo que le hará muy difícil gobernar.

Hemos entrado en una nueva era, en la que hablar con quien tiene ideas diferentes, negociar, pactar, cobra una importancia que, hasta ahora, sólo había tenido en algunas comunidades autónomas. El reciente ejemplo de Andalucía no es el mejor precedente.

Se me plantean un buen número de preguntas, que pongo aquí por si algún lector tiene las respuestas; también me gustaría ver más preguntas en los comentarios.

De cara a las elecciones de fin de año:

¿Qué le perjudicaría más al PSOE: apoyar a Ahora Madrid o aceptar el apoyo del PP para gobernar?

¿Qué le perjudicaría más a Podemos: apoyar al PSOE en Castilla La Mancha o no hacerlo y dejar que gobierne Cospedal?

¿Qué le perjudicaría más a Ciudadanos: apoyar al PP o no hacerlo donde otras coaliciones den el poder a la izquierda?

¿Qué le perjudicaría más al PP: cambiar de estrategia o no hacer nada?

¿Está a tiempo el PP de cambiar de candidato?¿Existe un candidato con más posibilidades que Rajoy?

Y centrándonos en las elecciones del domingo:

Si los tripartitos o pentapartitos entre partidos de izquierda propiciaban la inestabilidad ¿por qué un tripartito de ideas opuestas como el que propone Aguirre va a generar estabilidad?

Foto: 20 Minutos

Si, como parece, la propuesta de frente antiPodemos, se extiende a otros lugares, entonces ¿no era una boutade de Esperanza?

¿Por qué es peor ser el quinto partido en Navarra que el sexto en Barcelona?

¿Por qué da la sensación de que muchos políticos no se enteran? Si ya estábamos hartos del y tú más ¿por qué creen que nos pueden conquistar con el pues a tí te ha ido aún peor?

¿Por qué dimiten en diferido quienes no se han atrevido a decirle al jefe en directo que se han equivocado?¿Por qué el jefe mira siempre para otro lado?

¿Qué ha pasado con el proceso soberanista; sale reforzado, como dicen algunos o se ha dado un batacazo considerable como piensan otros?

¿Es muy diferente la situación actual de la de 1979 cuando coaliciones de izquierda llegaron al poder municipal? Entonces también, para algunos, se iba a hundir el mundo.

Podría seguir y seguir, pero me saldría un post demasiado largo.

¿Quién me puede dar las respuestas?

¿De verdad estamos mejor que en 2011? Yo no lo veo claro

Está claro que algunos viven mejor que en 2011; también hay muchos que viven mucho peor, pero no es de esto de lo que quiero hablar en este post sino de esas variables macroeconómicas que les gustan tanto a los gobiernos y en las que se supone que basan sus decisiones.

Hay algunas variables que parecen indicar que las cosas empiezan a mejorar, pero lo hacen desde muy abajo, porque 2012 y 2013 fueron años muy negativos.

Las ventas de automóviles crecieron un 27,5% en enero; se encadenaban ya 18 meses seguidos de subidas; en 2014 las ventas crecieron un 18,3%. Unas cifras espectaculares, atribuibles al Plan PIVE, uno de los pocos estímulos empleados durante estos años. Si se compara con 2011 las ventas de 2014 crecieron, pero sólo un 5,8%. Si nos vamos un poco más atrás, la comparación con 2010 es desastrosa: un 13% menos. Pero parece que cuando hay estímulos la economía reacciona.

Se acaban de publicar nuevas previsiones de crecimiento del PIB para este año; si se cumplen crecerá un 2,3%. Aunque no están cerradas las cifras de 2014 se espera que el crecimiento se sitúe en un 1,6% (que está muy lejos de compensar el 2,8% de caída que se produjo entre 2012 y 21013). Nos dicen que los países que más crecerán este año son los rescatados: es el viejo truco de los porcentajes; cuando algo es muy pequeño es muy fácil crecer más en porcentaje.

¿De verdad estamos mejor que en 2011? Foto: GTRES

¿De verdad estamos mejor que en 2011? Foto: GTRES

Se espera que el dato de incremento del Consumo de los Hogares se sitúe en el 2,7% en 2014. Entre 2012 y 2013 había caído un 5,6%, o sea que aún nos faltan casi tres puntos para llegar a la cifra de 2011.

La Tasa de Ahorro de los Hogares cerró 2014 en el 9,1%, dos puntos y medio por debajo de la cifra de 2011. Tenemos menos dinero, vivimos más al límite y ahorramos menos.

La Tasa de Paro ha bajado casi tres puntos en dos años. Ahora ya es sólo del 23,7%. pero es que a finales de 2011 era del 22,6%. Todavía tendrá que mejorar más de un punto para salir bien en la comparación.

Pero la Tasa de Paro no es lo más importante; está muy influida por la Tasa de Actividad, que ha disminuido en los últimos años. El dato verdaderamente relevante es el número de Empleados. Una buena aproximación es el número de Afiliados a la Seguridad Social. También han aumentado en 2014: ya se sitúan en 16.5 millones (en algún momento de 2014 llegaron hasta los 16,7 millones. Sólo faltan 800.000 para llegar a la cifra de 2011. De la de 2007 (19,2 millones) mejor es que casi no hablemos. En realidad sólo ha habido ocho años en toda la historia de España en que el número de afiliados superó los 17 millones. Fue entre 2004 y 2011. Casi Nadie recuerda quién gobernaba entonces.

¡Ah, no! que lo importante era la evolución de la Deuda. Vamos a ver: a mediados de 2014 se situó en 1,02 billones de euros. ¿Mucho menos que en 2001, no? Entonces eran 744.000 millones; o sea que ha subido ¡un 37,8%! Pero ¿no nos decían que esta era la variable clave? En 2011 nos iban a rescatar porque superaba ya el 69% del PIB. Ahora es el ¡96,8%!

Lo que sí ha mejorado es la Prima de Riesgo. Ahora ha llegado a estar en algún momento por debajo de los 100 puntos básicos y no en los 637 a los que llegó en ¡verano de 2012! ¡Anda! ¿pero ahí no gobernaba ya el PP? (en 2011 nos movíamos algo por debajo de los 300 puntos).

Eso sí: el Banco Central Europeo ha dejado de mantener artificialmente alta la cotización del Euro. Eso favorecerá las importaciones y el turismo desde fuera de la Eurozona. Y el barril de Petróleo Brent cuesta ahora poco más de 40 dólares, frente a los 120 de 2011. ¡Hay que reconocer que Rajoy hace las cosas bien!

Estamos mejor que en 2012 y 2013; no cabe duda. Pero si lo comparamos con 2011 yo no lo veo tan claro.

Y tú más ¿es una buena estrategia?

Nunca un partido a la izquierda del PSOE había tenido posibilidades de gobernar, igual que ninguno a la derecha del PP conseguía apoyo entre los votantes. Ahora las dos cosas podrían ocurrir.

¿Cómo puede ser?

Ayer vi que se celebraba el primer cumpleaños de Podemos. Un partido que en tan solo un año ha conseguido ser la sensación en las elecciones europeas, en las que obtuvo cinco diputados, y en las encuestas, en las que se codea con los dos grandes partidos como una alternativa posible más.

¿A qué se debe este éxito?

En una sociedad que ha sufrido mucho y que no entiende las prioridades que han establecido sus dirigentes (¿por qué salvar a las bancos antes que a los ciudadanos?¿por qué si entregas la casa que pusiste como garantía del préstamo aún sigues debiendo al banco que se equivocó al valorarla?…) Podemos ha puesto sobre la mesa los problemas que preocupan a la gente. Otra cosa es, como dice Miguel del Fresno en este artículo, que tenga la solución a esos problemas. Pero eso parece que, al menos de momento, no es lo importante.

Los dos grandes, acostumbrados a combatir entre sí mediante la estrategia del y tú más han decidido aplicar al nuevo competidor la misma medicina. ¡Craso error!

En lugar de buscar en sus propios errores (y tratar de corregirlos) el motivo del empuje del nuevo partido, tratan de encontrar sus puntos débiles: una beca dudosa ( de 1.800 euros al mes) de uno de sus dirigentes, o las dudas sobre las adjudicaciones en un ayuntamiento por parte de la novia de otro dirigente (concejal de IU, por cierto) son todas las armas que han encontrado. Lógico: poca corrupción se puede encontrar en un partido que aún no ha tocado el poder.

Así, sin estrategia, están viendo cómo la intención de voto a los partidos alternativos crece y crece cada día y entonces volvemos a otro argumento clásico: las únicas encuestas que yo me creo son los votos que se introducen en las urnas el día de las elecciones.

El PP sigue confiando en que las mejoras económicas que ya empiezan a producirse en el ámbito macro lleguen a una mayoría de la gente (algo poco probable antes de las elecciones) y el PSOE sigue atacando las reformas del Gobierno, que han aumentado el desempleo y precarizado el empleo.

Pero si sigue creciendo el descontento puede que esas encuestas en las que nadie cree acaben reflejándose también en los resultados electorales.

El bipartidismo puede estar tocando a su fin.

¿Y tú más?¿No hay otra estrategia?

Sin publicidad

Últimamente se habla mucho de Ello, la red social que se define como alternativa a Facebook. Sus ventajas: no va a vender los datos de sus miembros y…no va a tener publicidad. Nadie sabe aún de qué van a vivir; cómo van a financiar sus desarrollos, pagar los costosos servidores y los sueldos de sus empleados.

Tras casi tres años de calvario, Leopoldo González Echenique ha dimitido como Presidente de RTVE. La fórmula de financiación que propuso el PSOE para eliminar la publicidad de la televisión pública y que el PP ha mantenido, se ha demostrado inviable. Su sucesor tendrá que reducir la plantilla, cerrar canales, vender edificios…o negociar la vuelta de la publicidad.

Pero ningún gobierno se atreverá a decretar la vuelta de la publicidad. Mucho menos ahora, cuando por la falta de medios de TVE y por otros errores, los informativos de la televisión pública tienen menos audiencia que los de las privadas. ¿Quién se va a atrever a quitarles el caramelo cuando la creencia de que la televisión decide las elecciones está todavía muy asentada?

La publicidad no molesta; molesta su abuso. Pero la insistencia en conseguirla a precios cada vez más reducidos nos ha llevado a una saturación excesiva. Ahora a los publicitarios nos miran mal. Nos lo hemos ganado.

No hemos sabido transmitir el valor que aporta la publicidad a una sociedad que quiere tenerlo todo gratis.

Y el camino de vuelta, si existe, será muy escabroso.

 

(*) Este artículo se ha publicado este mes en la revista IPMark. Lo escribí hace algo más de un mes. Hoy, que ya tenemos nuevo Presidente de RTVE, ya sabemos que uno de los objetivos de José Antonio Sánchez es conseguir que se acepte alguna fórmula para que los ingresos por publicidad vuelvan a la Corporación. Sería bueno para todos.

TVE: Lentamente hacia su desaparición (III)

Los lectores de este blog, que por diversas razones y contra mi voluntad tengo casi abandonado, ya saben cual es mi tesis sobre TVE. La expongo aquí en cuatro pasos:

1.- Se retira la publicidad para favorecer a los amigos de las cadenas privadas y se define un sistema de financiación complejo y, sobre todo, deficitario.

2.- Tras un inicial incremento de audiencia (al no haber publicidad no se producen las bajadas de audiencia típicas de los bloques) la audiencia cae porque la programación se deteriora al no contar con recursos para financiarla.

3.- Se declara que una audiencia tan baja no justifica el coste de la Corporación.

4.- Se pide el cierre de una institución caduca y deficitaria.

 

Ya hemos dado el segundo paso y tengo pocas dudas de que el tercero está muy próximo.

En junio la audiencia de La 1 cayó por debajo del 10% y se quedó en el 9,6%, su mínimo histórico. Podía ser un pinchazo circunstancial y el verano, cuando alguna de las privadas importantes suele levantar el pie del acelerador con la programación, era una oportunidad para salir del agujero.

Pero los datos de julio confirman el problema: a pesar de que la audiencia de Tele 5 cae, La 1 repite su mínimo del 9,6%.

Resulta curioso que la situación de TVE es peor a lo largo del día que en el prime time donde tradicionalmente se han jugado las grandes batallas y el prestigio de las cadenas. En el horario de máxima audiencia han aguantado bien en los últimos meses programas como Máster chef, Isabel o Cuéntame. Estos programas además han ganado varios premios.

Por si eso fuera poco los Telediarios, la joya de la corona, también perdieron su liderato que habían mantenido durante casi cinco años. Primero fue la segunda edición: la que presentaba Marta Jaumandreu pronto se vio superada por el Informativo de Tele 5 que presenta Pedro Piqueras, un peso pesado, ex de la casa. Durante algunos meses la distancia se fue incrementando hasta superar el medio millón de espectadores, lo que con las cifras actuales supone algo más del 20% de la audiencia. Hasta ahora la veterana Ana Blanco había conseguido mantener su baluarte de la Primera Edición, pero en los últimos tiempos incluso eso parece haberse venido abajo y muchos días se ve superada por Antena 3 Noticias 1 que, curiosamente, presenta otro ex TVE como Vicente Vallés.

Con un sistema de financiación deficitario, pese a que en principio TVE ya no puede incurrir en déficits, no es extraño que se busquen fórmulas que bordean la ilegalidad, incluyendo en el capítulo de patrocinios culturales algunos contenidos, cuando menos, dudosos. Tampoco es extraño que sus competidores, los más interesados en que se llegue al paso 4, lo denuncien.

Quienes creemos que la desaparición de TVE sería un error histórico de grandes proporciones debemos apoyar que se ponga en marcha un sistema de financiación sostenible, que incluya la vuelta de la publicidad de una manera controlada, como propone la AEA (Asociación Española de Anunciantes).

El lobby de las cadenas privadas es muy fuerte, así que no puede extrañar demasiado que el PP no esté dispuesto a rectificar un error que cometió otro partido cuando ellos eran oposición: nos dice que no está dispuesto en absoluto a la vuelta de la publicidad a TVE.

Pero rectificar es de sabios. Si el Gobierno se diera cuenta de que por contentar a dos grupos de comunicación está perjudicando a la mayor parte de las empresas que generan el empleo y la riqueza de este país, quizá cambiar de opinión.

Mi voto vale menos que el tuyo

No es tan fácil.

Ha pasado casi una semana desde las elecciones. El resultado ha sido tan apabullante, la mayoría absoluta de unos, el descalabro de otros, que, más que de las diferencias en las votaciones, yo he oído hablar de las consecuencias de la Ley Electoral, que beneficia a algunos partidos (los mayoritarios en las circunscripciones por las que se presentan) y perjudica a otros (todos los demás).

Eso hace que aunque algún partido hizo de la frase cada voto vale el slogan de su campaña, la realidad haya ido, como siempre, por otra parte. De hecho todos los votos que ese partido, UPyD, ha conseguido en cualquier provincia que no sea Madrid o Valencia, no han servido para nada, ni siquiera para alcanzar el 5% a nivel nacional que les daría derecho a tener grupo parlamentario (yo supongo que finalmente lo tendrán).

Esta vez al menos no he oído tantas críticas al sistema D’Hondt y sí muchas, mejor orientadas, hacia el diferente peso que tienen las circunscripciones electorales. Hace casi cuatro años, en los primeros meses de existencia de Casi Enteros, le dediqué un post a este tema. Lo titulé Pobre D’Hondt. No sé si porque el señor que da nombre al sistema de reparto de los escaños era matemático como yo o porque creo que ha sido muy injustamente tratado, me siento solidario con este hombre.

El caso es que el sistema D’Hondt puede no ser la mejor manera de distribuir escaños; estos días he visto reproducido un artículo (también de colegas matemáticos, en este caso españoles de la Universidad de Valencia) que explica un sistema mejor y además más sencillo. Pero la mejora que introduce es mínima y no habría cambiado sustancialmente la distribución de escaños. El sistema D’Hondt funciona razonablemente bien para cada demarcación; en casi todos los casos la distribución de escaños que produce es la óptima o está muy próxima a ella. Cuando la demarcación es grande (como en el caso de las europeas) la representatividad que consigue es muy próxima a la óptima (entendiendo por óptima la que más se aproxime a la proporcional).

El problema viene cuando las circunscripciones son pequeñas; el caso extremo sería el sistema mayoritario inglés (y en muy buena medida el nuestro para el Senado) en el que toda la representación se la lleva el partido más votado, con lo que los votos de los otros partidos en esa demarcación no sirven, literalmente, para nada.

En nuestro caso, en las elecciones al Congreso, el sistema es proporcional para cada circunscripción, pero hay circunscripciones de tamaño muy diferente. Eso hace que en Soria (que elige dos diputados) dé lo mismo ser el primero que el segundo (siempre que el primero no duplique al segundo) pero si eres el tercer partido, o cualquier otro a partir de ahí, tus votos no sirven para nada.

Esto ha hecho que en las últimas elecciones el coste en votos de los escaños de los diferentes partidos haya sido muy diferente. Mientra GBai consigue su escaño con 42.372 votos, en una circunscripción pequeña como Navarra, y a Amaiur cada uno de sus siete escaños le ha costado 47.656; Equo no consigue ninguno pese a tener 215.776.

Siempre se hace hincapié en las ventajas que obtienen los partidos nacionalistas que son fuertes en circunscripciones pequeñas y obtienen ventajas sobre los nacionales. En esta ocasión el hecho de que entre los favorecidos esté la coalición Amaiur ha hecho sublevarse a más de uno.

Pero no es tanto que sean nacionalistas como que tengan mucho peso en las demarcaciones por las que se presentan. Así, los grandes partidos nacionales han salido más beneficiados que la mayoría de los partidos nacionalistas. Al PP cada escaño le ha costado 58.073 votos, 6630 menos que los 64.703 que le han costado al PNV cada uno de sus cinco diputados; cada diputado le ha costado al PSOE 63.248 votos, prácticamente lo mismo que los 63.253 que le han costado a la coalición CiU.

Los grandes perjudicados son los partidos, como IU o UPyD, que obtienen sus votos muy dispersos a lo largo de todo el territorio nacional y que casi sólo obtienen representación en las circunscripciones más pobladas. Todos los votos que obtienen en circunscripciones pequeñas o incluso medianas sólo sirven para llegar a ese mínimo necesario para obtener grupo parlamentario.

El sistema electoral que tenemos se instauró en los primeros años de la transición con dos finalidades principales:  evitar la proliferación de pequeños partidos (en las primeras elecciones, las del 15 de junio del 77, se presentaron multitud) y mantener la representatividad provincial. Está claro que el primer objetivo se consiguió. El segundo no está tan claro si pensamos en la abundancia de diputados cuneros; sin ir más lejos en la anterior legislatura Rubalcaba (cántabro, residente desde hace mil años en Madrid, casado con una vitoriana, era diputado ¡por Cadiz!).

Con una distribución proporcional de los escaños ningún partido habría obtenido mayoría absoluta. El PP tendría 154 escaños, el PSOE 99, IU 24, UPyD 16 o CiU 14. El PNV conseguiría los mismos 5 que con la ley actual, pero los mismos que Amaiur (en lugar de dos menos) y Equo alcanzaría 3 diputados. Pero no todos los regionalistas se verían perjudicados: el BNG obtendría un escaño más (3 en lugar de los 2 que obtiene ahora.

Si se quiere mantener la representatividad provincial y además aumentar la proporcionalidad a nivel nacional, la solución sería llevar todos los votos que no obtienen representación en su provincia a una bolsa nacional de restos con la que se distribuiría un número añadido de diputados, proporcinalmente. Se hace así en algunos países de centroeuropa.

En estos momentos hay un movimiento a favor de reformar la Ley Electoral para hacerla más representativa. Se puede apoyar desde la web Actuable. Por cierto, creo que dentro de unos días voy a conocer (por otros motivos) a Francisco Polo, su promotor.

Estoy en Twitter @MadinaED

¿Puede volver la publicidad a TVE?

Entre los anunciantes y en las agencias de medios existe una seguridad casi completa en que, cuando el PP gane las elecciones (algo que no sólo las encuestas dan por seguro) aprobará la vuelta de la publicidad a TVE. Yo ya he estado en varias reuniones en las que hay gente que propone apostar a que será así. Nadie recoge el guante. No parece que sea porque, como yo, tengan la convicción de no apostar.

Hace ya varias semanas se publicó una noticia en la que se aseguraba que el PP está estudiando devolver parte de la publicidad a TVE.

Claro que, pocos días después también he leído que Silvio González, el Consejero Delegado de Antena 3, declaraba que tiene garantías, tanto del PP como del PSOE, de que la publicidad no volverá nunca a TVE.

Yo, ya lo he dicho antes, no suelo apostar, pero estoy casi seguro de que, en efecto, la publicidad no va a volver a TVE. Es más, si la crisis se prolonga creo que los políticos (quienquiera que esté en el poder, incluso si no fuera el PP) acabarán regalándoles también a las televisiones privadas la inversión de las cadenas autonómicas.

En España hay pocos lobbies con verdadera fuerza, pero la UTECA ha demostrado sobradamente que sí la tiene. No creo que ningún político se atreva a ponerse en contra a los directivos de las cadenas privadas de televisión, por muchas Norias y basuras que sigan emitiendo.

 

Estoy en Twitter @MadinaED

En defensa de RTVE

La supresión de la publicidad de TVE fue una buena noticia para algunos, especialmente para los miembros de la UTECA. Ya he dicho muchas veces, seguramente aquí también, que si hay alguien en España que se gane bien su sueldo ese es Jorge del Corral.

Para los espectadores puede ser una noticia buena: ¡qué gusto ver una televisión sin publicidad; saber a qué hora termina la película! Claro que si el espectador se acuerda de su faceta de contribuyente, a lo mejor ya no le gusta tanto. Y a pocos les gustará saber que una parte importante de los impuestos que pagan para financiar la televisión pública, van a los bolsillos del Primer Ministro italiano, un personaje a punto de ser procesado por pederastia.

El otro día, al salir del seminario de AEDEMO discutía con Pedro, un amigo, sobre la existencia de las televisiones públicas y la conveniencia, o no, de que tuvieran publicidad. Yo estoy convencido de que el hecho de tener publicidad es bueno para las televisiones públicas: supone una garantía de supervivencia, y es bueno también para los ciudadanos, que no tienen que pagar tanto para mantener una televisión de calidad. Pedro piensa que las televisiones autonómicas son un despilfarro y que TVE podrá mantener una programación de calidad sin necesidad de ingresos publicitarios.

Ayer se celebró en Madrid un debate sobre la televisión pública, al que no pude asistir ¡y bien que lo siento! A cambio estuve en una de las reuniones más largas de mi vida: diez horas ininterrumpidas.

Televisión Española podría desaparecer; la Ley de Financiación con la que se suprimió la publicidad define un sistema que ya en su primer año de vida se ha mostrado insostenible: las operadoras de telefonía (que deberían pagar un 0,9% de sus ingresos) han recurrido la ley; las cadenas privadas de televisión (que habrían de pagar un 3% si son en abierto y un 1,5% si son de pago) no ven con buenos ojos financiar a quien está siendo un mes tras otro líder de audiencia y por tanto está reduciendo la cantidad de GRPs (la mercancía en el mercado publicitario) que pueden vender. Harán todo lo posible porque su programación se deteriore.

Los partidos políticos, que han tratado siempre de manipular a las televisiónes públicas, no parecen muy interesados en mantenerla ahora que es algo más neutral y que, en cualquier caso, es mucho menos influyente que antes. Ya hemos visto lo que ha hecho el PSOE durante estos últimos años. Ahora nos dicen que si, como es más que probable, el PP llega al Gobierno, la televisión pública peligra. Con unos mal; con los otros peor.

Por eso en la reunión de ayer se puso en marcha un manifiesto en defensa de la televisión pública. Trata de buscar el apoyo de cuanta más gente mejor. Quien esté de acuerdo con esta idea, puede apoyarla aquí.

Yo creo que hay que dar un paso más, porque si no, no será realista: hay que luchar en favor de la televisión pública y para que vuelva a tener publicidad.

¡Apoyemos una televisión pública con poca publicidad y bien tratada!