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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Herrera en la COPE ¿y no habrá datos hasta diciembre?

Hacía varios años que una de las estrellas de la radio no cambiaba de cadena, así que la marcha de Carlos Herrera de Onda Cero a la COPE ha servido para centrar la atención en un medio que, lejos de morir (ni el Vídeo ni Internet le mataron) es uno de los que soportan las crisis con menos daños estructurales.

Por supuesto, el cambio de Herrera no es el único; su marcha ya provocó antes del verano una profunda renovación en la programación matinal de Onda Cero, donde Juan Ramón Lucas y Carlos Alsina tratan de salvar los muebles abandonados por la estrella. Hay muchos más. El gran Gorka Zumeta (seguramente el hombre que más sabe de Radio en España) los refleja todos en este artículo de despedida en su blog.

El primer día de Herrera en su nueva casa, arropado por los saludos de grandes personalidades entre las que se contaba el emérito Rey Juan Carlos, tuvo mucha repercusión en los medios; también en los sociales, donde muy pronto llegó a ser (como se puede ver aquí) trending topic, esa nueva medida, casi instantánea, del éxito (efímero).

Carlos Herrera. Foto: 20 Minutos

Pero, con todo lo bueno que tiene Twitter, la audiencia, tan necesaria para los publicitarios y los programadores, no se mide así y, de momento, habrá que esperar hasta los primeros días de diciembre, cuando se publique la tercera ola del EGM, para conocer los resultados. El mercado no ha sido capaz de darse un sistema de medición más ágil que el tan denostado por muchos (entre los que el propio Carlos Herrera no es el menor de sus críticos) Estudio General de Medios.

Recuerdo aquí una de mis últimas aportaciones a AIMC (la asociación que elabora el EGM) allá por el año 2005, cuando el grupo de trabajo que seleccioné y coordiné (por encargo de la Junta Directiva) planteó un estudio continuo a lo largo de todo el año (con suerte la propuesta estará en algún cajón, si no fue directamente a la papelera). Si siempre habría sido interesante tener un estudio continuo ¡imagínense en momentos de cambio!

El mercado tampoco apoyó los audímetros de reloj pese a los resultados muy positivos que se obtuvieron en la prueba realizada en Madrid en el año 2003.

Por supuesto que las cadenas no conducirán a ciegas; cada una encargará su propia encuesta para conocer cómo van evolucionando las audiencias en un comienzo de temporada tan interesante como éste, con cambio de comunicadores y dos decisivas campañas,y jornadas, electorales. Pero esos estudios sólo servirán para uso interno (desde el otro lado sabemos que, como es lógico, si nos filtran algún dato serán sólo los favorables).

Varios estudios paralelos y que nadie podrá usar ¿un despilfarro? ¡Que va! si somos ricos.

Mientras tanto, la primera semana de diciembre sabremos cómo le ha ido a Carlos Herrera (y a sus competidores) en los primeros meses en su nueva emisora.

2015 puede volver a ser un buen año para el Cine

Esta semana Rentrak ha publicado los datos del Cine correspondientes al primer semestre de 2015. Son muy similares a los del año pasado (una caída de menos de un millón de euros, menos del 0,5%)  lo que, curiosamente, da origen a interpretaciones dispares.

Mi amigo Arturo Guillén, de Rentrak, lo ve como una confirmación del cambio de tendencia que se vivió el año pasado:

Y explica esta visión descontando el fenómeno Ocho apellidos vascos, que el año pasado revolucionó las taquillas de forma inesperada y difícilmente repetible:

De hecho esa sola película recaudó 55 millones de euros:

Y, como recalcaba Panorama Audiovisual, ayudó a duplicar el número de espectadores del cine español.

En todo caso, una cifra ligeramente más baja se puede recuperar con un empujón importante. Como sugiere Amalia Blanco, eso podría ocurrir este mismo mes, que compara con un flojo julio de 2014:

Pero hay quien prefiere ver sólo la otra cara de la moneda: la puesta en marcha de la LPI no hace repuntar la recaudación del Cine. El problema siguen siendo los precios; en la línea de lo que propuse yo hace ya casi dos años:

Este año ya se ha celebrado la primera Fiesta del Cine, con menos éxito que en años anteriores. La elección de fechas fue muy arriesgada, al coincidir con jornadas de fútbol europeo con participación importante de equipos españoles. El cine como alternativa para los que no nos gusta el fútbol podía ser una buena idea, pero no termina de funcionar cuando la asistencia al cine se suele hacer en pareja o en grupo (y es raro que a ninguno de los componentes del grupo le guste el fútbol).

Se puede estar de acuerdo con una u otra interpretación pero, con los estrenos que aún quedan por llegar se puede confiar en que éste puede ser un buen año para el Cine en sala. Una buena opción para huir del calor en estos apabullantes días de julio.

7 cosas que puedes hacer en Twitter sin meterte en líos

Llegué a mis primeros 10.000 tuits practicamente en los mismos días en que estalló el Caso Zapata. Reconozco que me preocupé. No tengo la sensación de escribir sin pensar; de hecho, casi nunca lo hago. Pero en 10.000 veces ¿seguro que no escribí nunca nada que, sacado de contexto, pudiera ofender a alguien? Y en Twitter el contexto no existe, o está en otro tuit, que alguien con mala intención no encontrará.

Así que me puse a hacer un repaso de los temas que he tratado a lo largo de los últimos cuatro años. (Sí; como tanta gente entré en Twitter hace más tiempo, en mayo de 2008, pero me costó empezar a tuitear con asiduidad y fue en 2011 cuando me lancé). Seguro que me dejo más de una idea pero estas son las que recuerdo haber hecho en más ocasiones:

1.- Retuitear temas que me interesan (casi siempre de temas profesionales que tienen que ver con la publicidad, su investigación o el marketing).

2.- Tuitear cuando asisto a algún evento.

3.- Utilizar Twitter como altavoz de los estudios (Vigía, Zenthinela,…) que elaboro y retuitear cuando algún medio los cita.

4.- Servir de altavoz a las iniciativas de Usúe, mi hija (#mamiconcilia; #~papiconcilia; #salpuntual;…).

5.- Reproducir los temas de interés que se publican en Bloggin Zenith, el blog de la empresa en la que trabajo, o en blogs de amigos (Createch 540;…).

6.- Dar a conocer a mis seguidores que he escrito un nuevo post en este blog o algún artículo en las revistas con las que colaboro esporádicamente.

7.- Publicar series de fotos de ciudades o localidades por las que paseo (desde hace año y medio doy largos paseos por prescripción facultativa:

7.1.- #mispaseosporMadrid Con esto empezó todo. A partir de la idea de hacer fotos durante mis recorridos y publicarlas en Twitter (y en Facebook, que tengo ligados) mis paseos fueron mucho menos aburridos.

7.2.- #SantiagodelaRibera El pueblo a orillas del Mar Menor en el que paso la mayor parte de mis ratos de ocio. A veces son flores del jardín; a veces paisajes de lugares cercanos.

7.3.- #Parispromenade Un viaje a París hace unos meses dió mucho de sí.

7.4.- #Undiaenelzoo En el zoo también se pueden encontrar imágenes interesantes.

7.5.- #Madridportodoloalto Empezó el día en que me di cuenta de todo lo que nos perdemos por mirar hacia el suelo (para no pisar minas) al pasear. Es muy reciente, pero promete ser interesante.

A veces me preguntan el por qué de las fotos en Twitter y no en Instagram o en Pinterest, redes que parecen más indicadas para la publicación de imágenes. No tengo respuesta: simplemente empecé ahí y ahí sigo.

Volviendo al principio: no estoy seguro de no haber ofendido a nadie (10.000 son muchos tuits) pero espero que si me llevan a los tribunales me toque un juez razonable como Pedraz.

Un año de #mamiconcilia. La lucha por la conciliación es ya un movimiento social

Si al terminar la baja maternal, los directivos de la empresa donde tenías un puesto de responsabilidad te invitan a irte tienes varias opciones:

Pelear por tus derechos y pleitear (con la seguridad de que ganarás esa batalla) para mantener un puesto para el que ya te han dicho que no te quieren.

Hundirte en el fango y quejarte de lo mal que funciona esta sociedad.

Venirte arriba, organizarte y empezar una nueva vida, complicada, difícil, pero muy estimulante.

A principios de abril de 2014, hace ahora poco más de un año, a mi hija Usúe, que había tenido un niño precioso, le invitaron a abandonar su empresa. En menos de un mes organizó #mamiconcilia que en pricipio fue un e.book que se publicó para el Día de la Madre. El mismo día de su lanzamiento, el 30 de abril, fue trending topic (uno de los temas más tratados en Twitter) en Madrid. Ese Día de la Madre  fue objeto de un reportaje en La Sexta y en los días siguientes muchos medios se hicieron eco de su iniciativa.

Desde entonces no ha parado. Como la conciliación del trabajo y la vidad familiar no es sólo cosa de mujeres, publicó en noviembre #papiconcilia, primero como e.book con 24 testimonios de padres que peleaban para compaginar el tiempo que querían dedicar a sus hijos con una vida laboral tan absorbente como nos exigen ahora las empresas. Para el reciente Día del Padre ese libro, ampliado ya hasta los 46 testimonios, se podía adquirir en papel.

Para implicar a las empresas, en septiembre importó a España el movimiento #SalPuntual que ya existía en algunos países anglosajones.

El movimiento se mantiene y crece en la red y tendrá pronto, estoy seguro, nuevas ramificaciones.

En este nuevo Día de la Madre quieren ampliar los 83 testimonios que ya tienen hasta superar los 100. Es un buen regalo para este día ¿no crees?

¿Te animas a enviar tu propio testimonio?

 

 

 

Una semana de locos

Últimamente no escribo mucho por aquí.

Y es que no paro. Entre otras cosas de escribir; en otros sitios.

La semana empezó el sábado 22 con la comida de ex colegiales del Aquinas, el colegio mayor en el que viví durante gran parte de mi carrera. Hace unos años se nos ocurrió ampliar hacia otros grupos que hubieran vivido allí por la misma época la reunión que ya hacíamos el grupo de amigos más cercanos. Este año entre la comida y las copas posteriores nos hemos reunido sesenta personas. No es excesivamente complicado, pero la coordinación de toda esa gente, que hago junto con Emilio, otro amigo del grupo más próximo, se lleva su tiempo.

Me había comprometido con Juanjo Ibáñez a enviarle dos artículos (uno largo sobre la evolución de la publicidad y otro corto sobre la aportación de Zenith en investigación) para la revista Investigación y Marketing, que va a publicar el número conmemorativo de sus primeros 35 años. Tenían que estar para el día 25. El corto pude enviarlo a tiempo. Con el largo me cogió el toro y acabé enviándolo el viernes por la noche, con tres días de retraso.

Cuando acometía la redacción de la última parte del artículo largo me entró un mensaje de Pedro Urquidi recordándome mi columna mensual en IPMark; tenía que enviársela ese día, así que me puse con ella y la envié. Una columna es corta y no me llevó demasiado tiempo.

Pero lo mejor de la semana fueron los eventos del miércoles.

Por la mañana teníamos lo que yo llamaba homenaje a los panelistas de Atalaya (los estudios Vigía y Zenthinela con los que hago previsiones de inversión publicitaria desde hace catorce años) y que acabamos denominando El arte de fallar en las previsiones. Tras una introducción de Candi Rodríguez, mi jefa, hablaba yo (conté cómo surgió el proyecto y cómo se ha convertido en una referencia en el mercado. Es un caso de generación colaborativa de conocimiento). El resto del acto miraba hacia el futuro: una impresionante Antonella Broglia expuso como un verdadero tsunami las novedades en tecnología; Nacho Villoch nos contó los obstáculos que se encuentra quien quiere innovar y cómo debemos actuar para sobrevivir a ellos y Pablo Foncillas las propiedades formativas del fracaso, cómo no hay que tenerle miedo: fracasar es la demostración de haberlo intentado. Resultó un acto tremendamente interesante; al menos eso me han dicho muchas de las 160 personas que me arroparon ese día.

Mi intervención era breve y sobre un tema que conozco bien, pero aun así había que prepararla y ensayarla.

Ese mismo día por la tarde mi hija Usúe presentaba un nuevo e.book colaborativo: #papiconcilia en el Centro de Innovación del BBVA. Ahí yo sólo participaba como público orgulloso.

Y este fin de semana, además de terminar y enviar los artículos que ya he mencionado, tenía que escribir el informe sobre el estudio Vigía de noviembre y el resumen que elaboro para la prensa. Al menos esta vez los resultados son buenos y he podido escribir textos optimistas algo que, cuando se escribe sobre la realidad, siempre es más agradable. Esta mañana ya he podido terminarlos.

Para completar la semana de eventos ayer tuvimos la comida de los Herrera, los hermanos de mi mujer y algunos sobrinos, en total diecisiete, nos reunimos para pasar nuestro agradable rato anual prenavideño.

Y, claro, todo eso sin dejar el trabajo normal de cada día.

¿Ha sido o no una semana de locos?

Usúe y las dimisiones

En este país no dimite nadie. ¿Que no? Díganle a Usúe que organice algo y verán.

Usúe es mi hija, y seguro que si todavía me queda algún lector en este blog pensará que últimamente hablo mucho de ella. Pero es que desde que está en el paro no para de organizar cosas, con mayor o menor éxito (y, de momento, sin ningún retorno económico).

Tras lanzar el e.book #mamiconcilia a finales de abril, para el Día de la Madre, eligió para su presentación el día 2 de junio. Ese día abdicó el Rey. Desde la abdicación de ida y vuelta de Felipe V no se han producido en España muchas más (Isabel II, Amadeo de Saboya, Alfonso XIII…). Poco más de una por siglo.

El 24 de septiembre Usúe puso en marcha la iniciativa #SalPuntual con la que trata de concienciar a las empresas, y a los trabajadores, de que cumplir los horarios no sólo no es una mala idea, sino que incluso aumenta la productividad. Hasta ese día el Gobierno de Rajoy había permanecido «impasible el ademán» pese a los numerosos casos de corrupción que les rodeaban. Parecía imposible que dimitiera un ministro, pero ¿qué fecha eligió Ruiz Gallardón para abandonar el Gobierno? No; no me lo digan: el 24 de septiembre.

Usúe sigue insistiendo en el tema de la conciliación y hace unos días lanzó un nuevo e.book; esta vez #papiconcilia. La presentación se celebró ayer en el Centro de Innovación del BBVA (conciliar es innovador y una buena parte de los padres que participan en el libro se han visto obligados a emprender para poder atender a sus hijos como ellos quieren). Durante el acto, en una pantalla en la que se podían ver los tuits que hacían referencia el tema, pudimos leer:

Ha dimitido la ministra que hace una semana dijo que era imposible ampliar el permiso por paternidad.

Ana Mato, que no había dimitido por el asunto del inesperado Jaguar en el garaje, ni por los kilos de confetti en las fiestas de sus niños, ni por su gestión del problema del ébola, ni por… eligió el día de ayer para dimitir.

¿Casualidad?

Yo, por si acaso, si fuera director de un periódico estaría al tanto de los nuevos movimientos de Usúe para tener en alerta a la redacción.

Rosa no dice adiós

Recuerdo perfectamente cuándo conocí a Rosa Margarit. Eran buenos tiempos para la publicidad y había muchas fiestas en el sector. Como yo aún no me había pasado a este lado, era muy raro que me invitaran (después, como trabajaba en investigación, tampoco me han invitado a muchas).

Corrían los últimos años ochenta, la década prodigiosa de la publicidad española. La SER organizó una fiesta multitudinaria en el Museo del Ferrocarril en la que actuaban todos los grandes grupos españoles del momento: recuerdo a Mecano, Duncan Dhu, Los Secretos, La Frontera, Los Ronaldos,…pero estaban muchos más.

Curiosamente el evento incluía cena formal, con los invitados sentados en mesas.

Cuando Claudio Martínez, el Director de Marketing de la SER, nos sentó en la misma mesa y nos presentó, me dijo: os vais a caer bien. Claudio era un tipo fantástico, ya por entonces buen amigo y ¡claro! acertó.

Tiempo después volamos uno al lado del otro en el avión que nos llevaba a San Sebastián para el Seminario de AEDEMO de Televisión en la que fue mi primera ponencia en ese marco. Volar a San Sebastián en febrero en aquellos miniaviones de hélice podía ser toda una aventura, seguro que yo iba nervioso ante lo que me esperaba al día siguiente, pero lo recuerdo como un viaje agradable. Seguro que la Margarit tuvo mucho que ver.

Luego, cuando yo ya era publicitario, coincidimos durante muchos años en la Comisión Técnica del EGM. Rosa representaba a los anunciantes. Siempre interesada, siempre exigente, aportando siempre una visión interesante.

Empezamos a colaborar en investigaciones propias antes de que Procter&Gamble, la empresa en la que ha trabajado siempre, fuera cliente de Zenith, Rosa confiaba ya en nosotros, algo que siempre le agradeceré.

Luego, en estos doce o trece últimos años en los que ha sido cliente, la relación ha sido más intensa. Una de sus exigencias fue establecer reuniones periódicas de Investigación, en las que mi equipo le contaba al suyo todas las novedades que fueran surgiendo tanto en nuestras investigaciones como en las del mercado. Eso nos ha obligado a estar siempre al día. No conozco otro anunciante más interesado que Rosa. Gracias a ella creo que somos los que más sabemos sobre cómo se construye cobertura en Internet.

Cuando puse en marcha el panel Zenthinela conté con ella desde el primer momento:

– Eduardo: sabes que en nuestra empresa no podemos dar datos; es información confidencial.

-Pero Rosa: Sólo hay una pregunta de datos de la empresa, no la contestes y ya está, lo demás son opiniones. Y la tuya, en este mercado, importa. Y mucho.

Pese a las reticencias iniciales, nunca ha fallado. Siempre contestaba antes de la fecha que yo había puesto como tope. Tanto que, la única vez que le envié el recordatorio que suelo enviar (hasta cuatro o cinco veces) a los panelistas que se retrasan, se enfadó porque pensó que yo no estaba entendiendo su escasez de tiempo. El enfado le duró dos minutos y enseguida contestó.

Ha sido siempre una negociadora implacable. Los medios la temían, pero también la adoraban.

En el mundo del marketing y de la publicidad haber trabajado para P&G es un mérito que se valora mucho en la trayectoria profesional. Haberlo hecho teniendo como interlocutor a Rosa Margarit no sólo es un mérito, también una gran satisfacción personal.

Ayer fue el último día de trabajo de Rosa en la Procter. Se prejubila. Mandó un mail diciendo que no se despide. Yo espero que sea verdad y que nos sigamos viendo. No creo que le resulte fácil separarse siendo tan joven de lo que ha sido su vida profesional durante todos estos años.

Muchas gracias, Rosa. Somos muchos los que te queremos. Y lo sabes.

Sal puntual

Dicen que en España la productividad es baja.

Pero también es verdad que, al menos en algunas profesiones, pasamos muchas, muchas horas en el puesto de trabajo. A veces la disculpa es la larga pausa del mediodía para comer. Pero no siempre.

Los que trabajamos en grupos multinacionales sabemos que es inútil llamar a nuestros colegas europeos después de las cinco y media o seis de la tarde. Nadie responderá a la llamada.

Nacho, un compañero que trabajó unos años en Suecia, nos contaba que en su empresa si alguien tenía que quedarse a trabajar después de la hora oficial de salida tenía que pelearse con la persona encargada de apagar las luces. Consideraban que, no sólo no hacía bien su trabajo si tenía que dedicarle más horas de las establecidas sino que, además, estaba consumiendo de manera injustificada una energía que aumentaba los gastos de la empresa.

Pero no todo debe de ser tan bonito como lo contaba Nacho cuando en el Reino Unido pusieron en marcha en el año 2000 la iniciativa Go Home on Time Day (#GHOTD). Este año se va a celebrar el día 24 de septiembre. La plataforma Mujeres directivas y la iniciativa #mamiconcilia (de la que ya hemos hablado aquí) la apoyan desde España. Van a utilizar el hastag #salpuntual y están proponiendo a las empresas (y a las personas) diversas formas de colaboración. Una de ellas es la participación en un carnaval de blogs en el que se cuente cómo se va a apoyar la iniciativa (y después del día 24, cómo se cumplió).

Yo tuve un pequeño problema de salud hace unos meses, del que ya hablé aquí. Eso me hizo plantearme una nueva opción de vida. Ahora hago todo el año jornada de verano (de 8 a 3) algo que sólo rompo para reuniones verdaderamente importantes. Eso me permite andar todos los días hora y media. Mis paseos por Madrid, además de muchas fotos colgadas en Twitter, han hecho que me encuentre mucho mejor y no creo que mi productividad haya bajado. Es verdad que muchos días tengo que hacer algún trabajo desde casa, pero lo hago a gusto porque sé que lo compenso por otro lado.

El día 24 saldré a las 3 y no trabajaré desde casa. Al menos lo intentaré.

Mi segunda Vuelta al Mar Menor

Ya lo habíamos hecho hace dos años.

El año pasado por estas fechas estábamos en Gredos, celebrando el cumpleaños de mi hermana Ana. Por cierto, El Milano Real, el hotel en el que nos alojamos en Hoyo del Espino, es todo un descubrimiento para quien no lo conoce: muy recomendable. Las habitaciones son fantásticas, la comida aún mejor y todo ello en un entorno que merece la pena conocer.

Cuando hace algo más de un mes mi cuñado Joaquín me planteó volver a hacer este año la Vuelta al Mar Menor (68 kilómetros andando bajo el sol murciano de agosto para rodear la laguna salada costera más grande de Europa) le dije que sí.

Tenía que hacer las gestiones más o menos en secreto porque sabía que este año Maxi, mi mujer, se iba a oponer. Fuensanta, hermana de Maxi y mujer de Joaquín, se encargó de todo. Hasta pocos días antes de venir a La Ribera no lo dije en casa. Hubo oposición, amenazas con llamar a la neuróloga y poco más.

Precisamente por mi incidente de enero, y porque desde entonces he mejorado mucho mi forma física, yo tenía más interés en hacerlo.

Llevo casi siete meses andando hora y media cada día, entre diez y doce kilómetros, y aunque esta marcha sean casi siete veces más (en horas, con las preceptivas paradas, acaban siendo dieciséis, desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche) ese entrenamiento se tenía que notar.

Cuando se iba acercando la fecha, ya de vacaciones, incrementé un poco mi ración diaria, hasta cerca de dos horas y más de catorce kilómetros, intentando hacerlo en horas en las que ya apretase el calor. La mayor dificultad que yo recordaba de hace dos años era justo esa, el calor asfixiante de las horas centrales del día en las que se recorre la parte Norte de La Manga.

Pocos días antes Joaquín se puso enfermo, con fiebre alta. Era una buena disculpa para echarse atrás: si Joaquín no va, yo me quedo. Siempre hay algún momento de debilidad.

Pero la víspera Joaquín mejoró sensiblemente y decidió hacer la marcha, así que no había alternativa.

A primera hora hacía bastante menos calor que hace dos años y aunque en la zona que recordaba como más cálida volvió a hacer mucho, mucho calor, creo que nunca llegó a hacer tanto como entonces (cuando había alarma por exceso de calor ern la zona).

Yo, mucho más en forma, me encontré mucho mejor que la vez anterior. Si entonces empezaba cada etapa con los primeros y me iba descolgando hacia atrás hasta acabar cerca de la escoba, esta vez me mantenía siempre en el primer tercio, con la gente que disfruta más de la marcha.

Joaquín, todo un héroe, con fiebre hasta dos días antes, aguantó hasta la hora de comer, cerca de cuarenta kilómetros, cuando una ampolla en el pie le impidió seguir.

Esta vez el paso de La Encañizada, que los valientes hacen andando con el agua al cuello y los pies hundidos en el lodo, se hizo en barcos. Toda una aventura: hay que llegar andando con el gua hasta más arriba de la rodilla hasta una barca que te acerca al barco en el que se hace la travesía para, una vez llegados al Molino de la Calcetera volver a bajar a otra barca que te lleva hasta la orilla.

Si los escaladores suben a las montañas más difíciles simplemente porque están ahí, en mi caso ocurre algo parecido: necesitaba probarme, ver que, si hay límites, los míos están más allá de esos 68 kilómetros andando.

El consejo de cambiar de calcetines y airear los pies en cada parada es muy recomendable; yo lo hice así. También ponerse protector solar en cada parada (yo lo hice hasta que, a la hora de comer, descubrí que había dejado el bote mal tapado y se había vaciado en mi mochila).

Los daños: perdí una uña del pie cuando aún quedaban más de veinte kilómetros y sufrí un poco para terminar, aunque me puse una tirita y ayer, al día siguiente de la marcha, tenía unas fuertes agujetas. Esta vez, ya con experiencia, las manos no se me hincharon. Hoy ya estoy bien y he podido hacer mi habitual paseo en bici por La Llana.

¿Lo haremos otro año? Si hay una buena compañía, posiblemente sí.

Por cierto, la marcha, con más de 300 participantes y cerca de 500 implicados, que pasa a lo largo de todas las urbanizaciones de la costa del Mar Menor en una de las épocas en las que están más llenas de gente, sería una buena oportunidad para los patrocinadores, creo que no muy aprovechada.

Se acabó. Tercera novela de Rafael Caunedo

Hace ya cinco años que conozco a Rafael Caunedo. Resulta que es el marido de una ex-compañera de trabajo, pero le conocí cuando publicó su primera novela: Plan B.

Más o menos dos años después volví a coincidir con él cuando presentó Helmut, su segunda novela, de la que también hablé aquí y que me leí casi de un tirón.

Hace poco Rafa colaboró con mi hija Usúe en su e.book #mamiconcilia. Era el hombre que concilia y que complementaba los testimonios de las 27 mujeres que constituyen la mayor parte del libro. Su texto es, seguramente, el mejor de todos. Yo me emocioné mucho al leerlo.

El mes pasado presentó su tercera novela: Se acabó. Ayer terminé de leerla. La novela comienza cuando la pareja protagonista, Jean, un músico francés muy famoso, y Sofía, su mujer española, mucho más joven que él, sufren un atraco tras recibir el Óscar por la banda sonora de una película.

A partir de entonces la vida de la pareja cambia radicalmente. De ese cambio, de esos cambios, trata la novela.

El cambio es una constante en las novelas de Caunedo: un cambio radical en la vida de un ejecutivo, en Plan B; los cambios en la vida de un periodista cuando empieza a traducir la obra de su idolatrado escritor en Helmut y ahora los cambios en la vida de Jean y su influencia en la vida de Sofía, la verdadera protagonista, en Se acabó.

 

La novela nos lleva a través de la vida de Sofía, impulsada por un Jean cada vez más lejano y de los amigos en que se apoya. El final, uno de los muchos posibles, no deja de tener algo de sorprendente: Sofía elige y lo hace de una manera diferente a la que el transcurso de la novela nos podía haber hecho imaginar.

Otra constante, me doy cuenta ahora, es que los títulos  de sus novelas son siempre cortos, aunque muy expresivos.