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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

¡Maldito Twitter! Bienvenida a una nueva profesión

Hasta el sábado no conocía de nada a Guillermo Zapata, ahora mundialmente conocido, al que varios medios internacionales (y casi todos los nacionales) han dedicado sus portadas de ayer o de hoy.

En general no me gusta el humor negro; me suele hacer muy poca gracia. Los chistes que se han publicado, sacados del timeline del ya exconcejal de cultura del Ayuntamiento de Madrid, me parecen de pésimo gusto (además de crueles, como casi todo el humor negro).

Todos conocemos, o deberíamos conocer, el peligro que entrañan las redes sociales, con su eterna huella imborrable (incluso tras la legislación del Derecho al Olvido), algo en lo que se insiste mucho al hablar de adolescentes.

Pero reconozco que el caso Zapata me tiene muy asustado. No sé si ha dimitido o le ha cesado la alcaldesa (en la última media hora he leído varias veces cada una de las dos versiones) pero creo que eso es lo de menos. Lo que me preocupa es esta nueva caza de brujas que parece haber sustituído al y tú más de los últimos años.

Me imagino empezando dentro de poco en mi nuevo cargo (seguramente será el de jubilado, pero imaginemos cualquier otra cosa) y que alguien encargue a su becario que se revise mis casi diez mil tuits, mis cerca de mil posts, o mis cientos de artículos y conferencias para ver cuándo y dónde metí la pata para así poderme atacar.

Yo soy bastante moderado y pienso que no ofendo mucho, pero aun así recuerdo un par de post que ofendieron a asociaciones profesionales y ¿quién me dice a mí que en algún momento de cabreo no se me escapara un tuit malinterpretable? o, esto es mucho más probable porque muchas veces manejo la ironía, ¿cuántas frases sacadas fuera de contexto me podrían poner ante el pelotón de fusilamiento (mediático)?

Eso sí; estoy contento porque veo, en la de revisador de tuits, una profesión cargada de futuro, que creará cientos (¡qué digo cientos, miles!) de puestos de trabajo mal remunerados (o sea, de los habituales).

Pero, de nuevo en serio, ¿cuando prescriben los delitos tuitéricos?

2 comentarios

  1. Dice ser Tobor

    Creo que este caso, puede ser de utilidad. Quiero decir que abre un debate sobre lo que se puede y no se puede exigir en el pasado de un personaje público. Y abre un debate comparativo entre la forma de afrontar estos “escándalos” por parte de unas fuerzas políticas, y otros “escándalos” por parte de otras fuerzas. Que hemos visto a políticos investigados por auténticos delitos, y la actuación ha sido muy diferente. Y no es lo mismo que un personaje público en el pasado haya sido multado por mear en la calle en plena borrachera a las 04:00, que que haya sido condenado por abusos sexuales. Tenemos que plantearnos como ciudadanos cuál es el límite de integridad que exigimos al pasado de nuestros políticos como ciudadanos privados, y al presente como personales públicos. Bienvenidos sean estos debates.

    15 junio 2015 | 16:48

  2. Dice ser masquemedios

    El gran Forges recoge la misma idea de esta nueva profesión:

    http://elpais.com/elpais/2015/06/24/vinetas/1435165517_043661.html

    Búsqueda de meteduras de pata de progresistas en Twitter.

    Tobor: tienes toda la razón: ese debate, el de las diferentes varas de medir, sería interesante pero, como tantos otros, no creo que se produzca en términos de racionalidad. Parece que cada uno sólo ve lo bueno de los suyos y lo malo de los de enfrente.

    25 junio 2015 | 10:43

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