Los mismos que no paran de soltar tacos en cualquier sobremesa familiar, que hacen chistes cuestionables delante de los niños, que ven Sálvame mientras ellos juegan o hacen los deberes a su lado y que dejan a sus hijos en libertad ante la tele o los vídeos musicales que puedan aparecer en Youtube, se niegan de entrada a que sus hijos vean a youtubers.
Absurdo. Pero así es. Percibo en muchos padres la sorpresa, la reprobación, cuando comento que mi hija ve a Luzu, uno de los youtubers españoles que más éxito tiene.
Prejuicios. En parte fomentados por los medios de comunicación que casi siempre que hablamos de youtubers es para recoger cuando sacan los pies del tiesto.
No debería ser preciso recordar que hay que ver las cosas antes de censurarlas. Hay muchos youtubers, muchísimos. Algunos son comunicadores estupendos. Y no se puede meter a todos en el mismo saco ni ignorar tanta variedad.
En Disney Channel hay contenidos de mierda llenos de estereotipos de género y que ensalzan aspectos superficiales (protagonizados por adolescentes y que ven niños de cinco años), y también otros divertidos y educativos. Hay vídeos musicales que son obras de arte y muchos que presentan a las mujeres como cachos de carne y están llenos de mensajes cuestionables.
Exactamente igual hay youtubers cuya calidad deja mucho que desear o que están orientados a un público adulto y no deberían ver niños y otros que son perfectamente aptos para niños de la edad de mi hija (que en marzo cumplirá ocho años).
Una de las muchas responsabilidades que tenemos los padres es ver lo que nuestros hijos quieren ver y decidir si son apropiados. Mi experiencia además me dice que, al menos a la edad que tiene mi hija, agradecen que compartamos sus intereses.
Yo he visto muchos vídeos del canal de videojuegos de Luzu, LuzuGames, junto a Julia y son entretenidos y completamente blancos. Hemos visto vídeos de Pokemon Go, de Pokemon Sol y Luna antes de ponerlo en la carta a los reyes magos, de sus visitas al parque temático de Harry Potter, que ya sabéis que Julia es muy fan, o adivinando pokemons junto a su novia Lanita.
Y no ha pasado nada, salvo que hemos pasado un buen rato. Prefiero con mucho que mi hija vea a Luzu que Violeta o el vídeo de Piki Piki.
Hay otros vídeos de Luzu que muestran videojuegos más adultos o experiencias que a Julia no le van ni le vienen. Esos no se ven y punto. Ella lo sabe y, además, no le llaman la atención. De todas formas, como los vemos juntas no hay peligro. Y si Julia tuviera ya doce o catorce años y le interesaran, no habría el menor problema. Ni mucha diferencia con cuando yo leía a esa edad Micromanía.
He visto a Luzu, en sus vídeos, abogar por jugar limpio, por hacer las cosas como es debido, le he visto explicarse con pasión y de forma amena, se le percibe un tipo sensato y capaz de reírse de sí mismo y es, sin duda, un comunicador fantástico al que imagino muy consciente de que entre los seis millones de seguidores de su canal hay un porcentaje muy elevado de niños (sobre todo en los de Pokemon) y tiene que cuidar en extremo lo que cuenta y cómo lo cuenta.
Lee el resto de la entrada »