¿Un nombre único (o casi) o un nombre más común para nuestros hijos? ¿Qué os gusta más? ¿Un nombre que haga que no gire la cabeza al oírlo o uno que tenga que repetir tres veces cuando se identifique?
Nosotros huimos de la lista de los diez más puestos en el INE, lo confieso. Pero una cosa es huir de esos diez y otra muy distinta tener un nombre demasiado original, tanto que sonara extraño la primera vez que otros lo oyeran. Eso no era santo de nuestra devoción.
Cada familia tiene sus propias reglas, todas respetables. La verdad es que a nosotros nos preocupaban más otras cosas: que no estuviera repetido en la familia, que no fuera compuesto, que no tuviera diminutivo fácil, que no hubiera personajes muy populares con ese nombre si era distintivo…
Respeto a esto último, os confieso que desde antes de tener aún claro si quería ser madre tenía claro que, de tener una niña, la llamaría Leonor. Y entonces, cuando estaba embarazada de Jaime, nuestros entonces príncipes tuvieron a su primogénita y decidieron llamarla así y me lo chafaron.
No obstante, en estos tiempos el tema de la marca personal está muy de actualidad y hay expertos en branding que aseguran que conviene añadir como norma la originalidad, incluso siendo el primero en algo, desde que naces. Te ayuda a ser encontrado en redes sociales y en buscadores y hace que te recuerden mejor, lo que puede implicar beneficios personales, sobre todo en tu carrera.
«Alguien con un nombre único destacará del resto y será más recordado», comenta Raúl Ituero, de la empresa AVÁN & ERA que salió a los medios en otoño ofreciendo como servicio buscar un nombre único para su hijo a los padres que requirieran sus servicios. Una empresa que es un spin-off del estudio Damenáme y que asegura toda la dedicación del mundo para proponer nombres originales y a gusto de los padres.
Lo que me lleva a otra pregunta: ¿Qué te parecería que una empresa experta en marcas te ayudara a elegir el nombre de tu hijo?
Yo no lo haría la verdad. Es algo que me parece demasiado personal. Julia y Jaime se llaman así por decisión de su padre y mía, pero ni siquiera buscamos consejo en la familia más cercana. Pero me consta que, aunque hay gente que lo tiene muy claro o no lo tiene pero no necesita recursos externos, otros muchos tiran de libros y páginas webs que incluyen todo tipo de nombres y significados. Así que tal vez no resulte algo tan descabellado permitir que una empresa te lo proponga.
Lo que está claro es que es una decisión importante. La primera tal vez que tomamos por nuestros hijos más allá de decidir traerlos a este mundo. Algo que admite pocos experimentos, porque es cierto que va a marcarles de por vida.
Nosotros tuvimos nuestros criterios para escoger el nombre y entre ellos estaba que fuese común e internacional: que se escribiese igual en muchas lenguas y mucha gente lo pudiese pronunciar razonablemente bien y de ahí salió Daniel. Si hubiese sido niña habría sido Júlia basándonos en los mismos criterios pero ahí sí que hay diferencias ya entre castellano y catalán (nosotros vivimos en Cataluña y aunque desde fuera os pueda parecer una chorrada, aquí no lo es, ello también te marca).
Con la que sí que acudimos a Internet para buscar el nombre, aunque no es comparable con un hijo, fue con nuestra perra Chispa, muy posiblemente porque ahí no hay tantos nombres conocidos como en personas… y por supuesto los criterios fueron muy distintos.
23 enero 2017 | 10:06
Nosotros adoptamos a nuestra hija en Etiopía cuando tenía casi 4 años de edad. Tomamos la decisión de mantener el nombre que le habían puesto sus padres biológicos, Genet (se pronuncia Guenet), porque nos pareció precioso y porque de alguna manera es un vínculo que siempre tendrá con su familia biológica. Ahora que es más mayor, se queja porque hay niños que la dicen que tiene un nombre raro o porque no lo pronuncian bien, y nos pregunta que porque no se lo cambiamos cuando vino a España. Supongo que será una etapa y espero que cambie y se sienta orgullosa de su nombre y de su origen.
23 enero 2017 | 10:41
como te de la gana, pero poner nombre de actores cantantes o religiosos dice muy poco de la inventiva de los progenitores.
23 enero 2017 | 10:44
Básicamente que no rime. Y eso que es difícil porque la mayoría de nombres tienen rima.
23 enero 2017 | 10:47
Y que suene bien con el apellido ¡por dios! Que una pareja española llamó a su hijo Ethan… ¡¡Ethan!!
Ethan López
Ethan García
Ethan Sánchez
¡No! ¿vale? Eso no es un nombre, padres modernillos, es una venganza.
23 enero 2017 | 11:16
Nosotros queriamos uno que no se repitiera en la familia (Cosa que fue dificil, xq por lado de mi marido hay muchs chicas), que no tuviera facil rima para el colegio y que no fuese demasiado comun.
Yo lo buscaba de Origen Gallego, pero el padre que es mas andaluz que valenciano le parecian todos muy raros al final nos decantamos por Nayara de origen Vasco (en vasco Naiara, en caetellano Nayara)
Y desde entonces parece que se ha puesto de moda, el otro dia en la sala d eespera del pediatra habia 2 niñas mas de menos de 2 años que se llamaban nayara.
Es una tarea complicada lo del nombre. Si hubiese sido chico lo teniamos mucho mas claro.
23 enero 2017 | 11:20
La empresa asesora de nombres me ha dejado muerto. Impresionante. Hay gente pa tó está claro.
“Alguien con un nombre único destacará del resto y será más recordado”, pero pero qué mentalidad es esta?, a dónde te lleva esto? y si lo recuerdan por lo malo?, y si?, y si?….cuanta memez corre por las redes……mezclar un puñetero nombre con conceptos como búsqueda, resaltar, destacar etc etc me parece de indigente mental directamente.
Informática afectiva, es el futuro. Van a acabar sabiendo hasta por qué lloramos en las pelis o libros que veamos o leamos. y nos bombardearán. Sabrán más que nosotros de nosotros mismos, y si ya has tendido que consultar el puñetero nombre de tu vástago , estas perdido.
Conmigo que no cuenten. Al carajo …….jonathan no te metas pa lo hondo, que tú no sabes nadar , vente con la yaya vente con el pápa…..
23 enero 2017 | 11:45
Nosotros básicamente parecido: que no se llamara igual que el padre y evitar que fuera fácil hacer diminutivo, así salió César, si hubiera sido niña, Mar.
Lo cierto es que salió del paritorio llamándose Ricardo, pero ya en la habitación viendo lo pequeño que era (2,550 pesó) … demasiado nombre para tan poco niño… la verdad es que tenía más cara de César que de Ricardo y aunque «Cesitar» se las trae, «Ricardito» tela marinera.
23 enero 2017 | 12:15
A mi ver, lo importante de un nombre es que la persona se sienta identificada con él. Muchos padres nombran a sus hijos como lo harían con una mascota, y eso es un error, pues el nombre es propiedad del hijo, no de sus padres.
No creo que haya que pensar un nombre antes del nacimiento. Cuando esté en vuestros brazos, pensadlo con calma, en cuál es el nombre que mejor le irá. Tampoco pensarlo demasiado, el nombre ideal llegará sin esfuerzo.
Y no pasa nada por llamarle igual que a un familiar, mientras no vivan en la misma casa no habrá muchos líos. No entiendo el rechazo a eso.
23 enero 2017 | 13:47
Tengo que reconocer que las normas de los nombres de mis hijos las cogí de este blog.
La primera la tenía clara desde el principio.
Hay 5 Nieves, 5 Asun y 3 Pilar en la familia.
José o José Algo hay 5.
Mi marido añadió la cuarta al querer ponerle a la niña Deianeira.
Tenía que ser español.
Ni gallego ni vasco ni catalán.
Ni hablar de fuera de la frontera.
Así que Ines y David.
23 enero 2017 | 14:02
Pues llamadme raro, antiguo o carca, pero mi mujer se llama Rocío y mi hija mayor se llama Rocío, pues ya ves tú qué problema y qué trauma. A los dos nos gustaba y punto. Si no hay ninguno en la familia como si hay 350, no hay más.
Y eso de un nombre que sea difícil poner diminutivo o apodo, es batalla perdida. Por mucho que tú en tu casa le llames Rocio, César, Juan Carlos o Eustaquio, en el cole o en la calle la gente les llamará Rociito, Cesitar, Juancar o Eusta. Demostrado científicamente.
De todas formas en España no nos podemos quejar. Si vemos los nombres que les ponen en Sudamérica (sin ánimo de parecer racista, y si lo parece, pues qué le vamos a hacer) como John Jairo, Keylor o Deyanira, es para pegarse un tiro.
23 enero 2017 | 15:06
Teníamos claro que no queríamos nombre de la familia, el mío lo llevaban una prima y una de mis abuelas, el de mi marido su madre lo llevaba en femenino, y entre tíos, abuelos y bisabuelos había un nombre que se repetía tanto en femenino como en masculino. Así que le pusimos a la nena Nereida, si hubiera sido niño le habríamos puesto Héctor, a nosotros es que nos gusta mucho la mitología griega. Lo que resultó curioso fue que Nereida no era tan «original» en la clase de mi hija había dos niñas más con ese nombre y la hija de una amiga, que se llama como yo, también tiene una hija llamada Nereida, de lo que yo no me acordaba. Eso sí, nada de nombres compuestos, sólo en el caso de que nos hubieran puesto pegas a la hora de bautizarla, le habríamos añadido María.
23 enero 2017 | 17:30
Lo que también debemos de tener en cuenta son loa apellidos, cuando se elige un nombre se tiene que pensar que este se hará mayor y entonces empezará a utilizar al menos el primer apellido.
23 enero 2017 | 22:26
Pues mi canijo de 6 mesecitos se llama Einar, un nombre que aquí no es muy común pero en los países nórdicos si. Cuando decidimos ir a por él estábamos de crucero por los fiordos, y tanto en Noruega como en Suecia y en Dinamarca oí el nombre de Einar, que me encantó porque además todos los portadores eran altos,rubios y de ojos azules, y yo pensé…este nombre me lo guardo,a ver si me sale un vikingo de éstos…Y me salió!!!! Vikingo de aspecto y vikingo de carácter, porque es un guerrero de aúpa…
23 enero 2017 | 22:31
Lo peor que le puedes hacer a tu hijo es llamarle como los padres o abuelos. Un niño es un ente independiente, no un homenaje a nadie. Y ya no digamos con nombres antiguos que ya no se llevan, a mí personalmente me hubiese encantado llamarme de otra manera pues tengo un nombre viejuno y poquísimo original que hasta me da palo presentarme y eso es muy triste.
23 enero 2017 | 22:49
Con los nombres como con los perros, es una cuestión de moda.
Hace años que no se ven pequineses o pastores alemanes, les han suplantando los bichones y otros lanudos, con los nombres hace años que no se oyen Myriam, Verónica, Blanca, Rosa, etc… pero Marías, Lucías, Anas, Paulas y Martas a cascoporro… son épocas
24 enero 2017 | 10:25
También influye si se tiene un apellido muy común o no. Es el caso de dos parejas de amigos: uno su primer apellido es López y el segundo García, con lo cual buscaron unos nombres un poco más «raros» para sus hijos. Uno se llama Aaron y la otra, Graciela.
En cambio, otra pareja de amigos que el apellido del padre es de origen polaco, han tenido un niño y le han llamado Carlos. Dicen que encima que la criatura va a tener que deletrear su apellido para cualquier gestión el resto de su vida, al menos que no tenga que hacerlo también con el nombre.
24 enero 2017 | 11:14
Yo también seguí esas reglas:
-Nadie de la familia con ese nombre
-No demasiado común pero tampoco muy extraño
-Español: ni catalán, gallego, o vasco o mucho menos extranjero.
Al final se llaman Fabiola y Lila, no son «raros» pero tampoco de los que levantas una piedra y salen tres.
25 enero 2017 | 00:41
Hola, para mi el nombre de alejndra es el de los mas originales y tiene un gran significado.
25 febrero 2017 | 17:02
Todos los nombres son bonitos ❤
03 marzo 2017 | 21:49
Hay muchos nombres que aparecen y desaparecen pero hay cientos que se mantienen a lo largo del tiempo
30 abril 2017 | 06:46
El tema de los nombres de los bebés siempre ha sido un motivo de controversia, no sólo con la mujer o la familia, también es un tema de modas pasajeras (el problema es que el niño o niña ya se queda con el nombre aunque la moda pase). Y, como bien dice Rosa, unos van y vienen y otros siempre permanecen.
12 enero 2018 | 12:19