El Blog sobre la Comunidad Latinoamericana en España

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¿Inmigrantes con un pie fuera de Europa?

Europa levanta sus muros y en todos los países miembros de la comunidad europea se habla de endurecer la política migratoria, de expulsar a los ilegales (unos 8 millones) y de restringir más la llegada de la fuerza laboral extranjera -aunque de momento el debate en Bruselas se haya aplazado-.

Pero el mensaje del sector privado es contradictorio, y cada dos por tres aparecen en la prensa titulares que rezan: España necesitará al menos 157.000 inmigrantes al año hasta 2020. No sólo eso, también abundan las personas que hacen negocio con la inmigración y venden ofertas de trabajo valoradas en 4.000 euros, y se negocia con matrimonios y los abogados de extranjería se conocen mil triquiñuelas para ayudar a inmigrar a más gente.

Eso se debe controlar. La estafa, el engaño, la venta de papeles falsificados. Es indiscutible que una buena economía convoca a los inmigrantes, pero así mismo, cuando esta situación de bienestar empieza a decaer, la gente de fuera hace sus maletas y busca mejores condiciones de vida.

No por nada ahora se habla del retorno voluntario. El gobierno ecuatoriano -que promueve el regreso de sus ciudadanos- ha recogido en dos meses las inquietudes de 3.000 personas que están dispuestas a volver, como los españoles emigrantes que otrora cruzaron océanos y luego volvieron a casa.

Los Toros de Lidia y los toreros inmigrantes

Si hay algo que se reproduce tal cual en ambos lados del Atlántico, esto es una corrida de toros. Y es que al margen de la brutalidad de estas faenas, en las que se enfrenta el hombre con la bestia, quisiera mencionar que la arena es uno de los pocos lugares que han logrado a integrar a personas de origen diverso.

Los dueños de la tradición, los españoles, han abierto las puertas a exponentes como el colombiano César Rincón, que ha llegado a salir por la puerta grande de Las Ventas.

Muchos latinoamericanos como él han llegado a España para perfeccionar el arte del toreo, sobre todo, mexicanos, pues es precisamente en México donde está la mayor plaza de toros de Latinoamérica.

Como México, Colombia y Ecuador también viven al máximo la tauromaquia. La temporada en el otro lado del Atlántico empieza en septiembre y termina en enero. Toma así la posta de la temporada que en España va de marzo a octubre.

Uno de los matadores inmigrantes es el ecuatoriano Guillermo Albán, que cerró la última temporada en España, toreando en las Ventas, justamente el 12 de Octubre, cuando España celebra su Día Nacional.

¿Tienes otros ejemplos de lugares de integración? ¿Una cancha de fútbol talvez?

Les incluyo un video de la Feria Jesús del Gran Poder de Quito-Ecuador. El torero en acción es Guillermo Albán, quien también figura en la fotografía de arriba.

Comprar a control remoto

A la distancia todo es posible, desde educar desde el locutorio –como bien lo señala la pedagoga argentina Nora Rodríguez, en su libro publicado por Plataforma Editorial- hasta comprar electrodomésticos, vehículos e incluso casas.

Los clientes de este lado del mar son ecuatorianos, colombianos, bolivianos… y todos los que se apunten. La mayoría de ellos son padres que han visto que el dinero que enviaban a sus familiares ni se ahorraba ni se invertía, simplemente se traducía en ropa y otros bienes superfluos.

Los hombres y mujeres de negocio vieron el filón de oro de los latinoamericanos, y trajeron a España las empresas conocidas por los inmigrantes. La Ganga, por ejemplo, –una cadena de almacenes de electrodomésticos, que tiene 120 tiendas en Ecuador- llegó hace cinco años a Madrid, Barcelona y Murcia, y próximamente estará en la zona del Levante.

La modalidad de negocio de esta empresa inmigrante es: pague aquí y retire allí. Los inmigrantes no necesitan presentar contratos de trabajo ni demostrar que tienen papeles. Presentan su pasaporte, pagan lo que cuesta el bien en el país de origen y unos días después, una persona en Ecuador retira la lavadora, cocina o refrigeradora en la tienda que le quede más próxima.

Hay más ejemplos: J&P Store ofrece lo mismo y se ha instalado en las ciudades españolas mencionadas antes. Esta empresa ya posibilita la compra de coches y de viviendas.

La adquisición de la vivienda es un tema muy importante. “Cuando tenga mi casita, vuelvo”, dicen muchos inmigrantes que contemplan la posibilidad de volver. Y esto es universal, recordemos la película Un franco 14 pesetas, en la cual la familia madrileña regresa cuando tiene lo suficiente para comprar un piso.

Volviendo al tema del negocio, ahora son habituales las ferias de vivienda que se hacen en España para mostrar al inmigrante que se puede comprar en su país de origen, y tal como están los precios en España, es absolutamente rentable.

“Mi casa en Ecuador” lleva ya tres años realizándose en los pabellones de Casa de Campo, en Madrid, y este año no será la excepción. Los días 11, 12 y 13 de abril se desarrollará la feria. Y le sigue en el calendario la feria de vivienda de Colombia, ya le daremos más detalles.

El deporte que España importa de Ecuador

De la misma manera que España exporta juegos no tan populares, como la Pelota Vasca, los inmigrantes también traemos algunas sorpresas deportivas con nombre propio. El ‘Ecuavoley’ es una de ellas. La red tiene que ser colocada a 2,75 m del piso, se usa una pelota de fútbol y solo pueden participar 3 jugadores por equipo. Esas son las reglas de este juego ecuatoriano que todavía no tiene un espacio adecuado.

Los ecuatorianos buscan lugares planos y alejados para adecuarlos y poder practicar el juego que convoca a cientos de personas cada fin de semana. Uno de los sitios más concurridos es la parte trasera de unas naves industriales abandonadas en San Cristóbal de los Ángeles, un barrio del sur de Madrid.

El dueño del lugar les permitió instalarse durante los fines de semana y ellos a cambio controlan el crecimiento de la vegetación y mantienen el lugar limpio. Llegado el viernes, familias enteras improvisan cuatro canchas y la gente juega sin importar si es invierno o verano, hombres y mujeres, viejos y jóvenes.

Hay diversas asociaciones ecuatorianos que han pedido un espacio adecuado, pero todo ha quedado en sendos oficios que llegan a las dependencias municipales y se pierden en torbellinos de papeles. Pero no hay peor lucha que la que no se hace y para ejemplo están los dominicanos y su béisbol.

Sus canchas improvisadas se levantaron por años en los alrededores de Alcobendas, también Madrid, pero muy pronto van a tener un campo adecuado, donde podrán demostrar cómo se juega su deporte nacional y animar a otros a participar, en un intercambio sano.

Las mujeres al volante

Cuando se habla de la inmigración latinoamericana se dice que es mayoritariamente femenina. Que son las mujeres las que han abierto el camino a esposos e hijos. Y que es más facil para ellas encontrar trabajo, porque las contratan para trabajar en el servicio doméstico. Aquí una historia de una mujer que se desmarcó de ese estereotipo.

La ecuatoriana Elva María Alba vino a España porque otra mujer, una madre que había inmigrado unos años antes, le pidió que trajera a su hijo de 2 años desde Ecuador. Elba llegó al País Vasco hace 7 años y aunque los primeros años estuvo encasillada en el estereotipo de la mujer inmigrante, su vida dio un giro cuando tuvo un hijo.

Cuando nació Lander -nombre vasco, por cierto-, Elva empezó a tener problemas en las casas donde trabajaba. No tenía donde dejarlo, así que lo llevaba con ella hasta que una de sus jefas le pidió que dejara al niño en la terraza, junto al perro.

Esto fue muy duro para Elva y comprendió que tenía que buscar otro trabajo. Al ver que los hombres de su entorno trabajaban conduciendo camiones y ganaban más, se le ocurrió apuntarse a la autoescuela y así consiguió su permiso para conducir coches y luego el carné para conducir camiones.

Ahora la tenemos trabajando para una empresa que recicla aceite vegetal en el País Vasco. Con un camión, recorre a diario los pueblos aledaños a San Sebastián; llega a la plaza principal de cada sitio y recoge las botellas de aceite que le entregan los lugareños. Trabaja sólo las mañanas, gana más y de vez en cuando se lleva a su hijo con ella. Todo un ejemplo de superación.

La fiesta de primavera en versión quichua

Con la primavera a la vuelta de la esquina, las fiestas para espantar al frío brotan por todos lados. En España hay varias; las fallas de Valencia son las más populares, pero existen otras tradiciones que se empiezan a celebrar aquí como la fiesta del Pawkar Raymi (ver vídeo).

El término viene del quichua y traducido al español significa la celebración del florecimiento, En Madrid, la Asociación Puriccuna reunió a las personas que provienen de comunidades indígenas de la sierra de Ecuador y con ellas realizó el primer Pawkar Raymi en España.

La fiesta fue ayer en Aluche, en la cancha deportiva Tres Cruces. El acto central fue la entrega del bastón de mando al Mushuk Varayuk, que será la persona que gobierne sobre la comunidad indígena. Además se eligió a la Pawkar Ñusta o Reina de la Flor.

La elegida fue Valeria Castillo Manangón, una joven de 21 años, oriunda de Cayambe, población andina donde se asientan varias comunidades indígenas. Ella vistió su traje típico, al igual que el resto de candidatas que buscaban la corona.

Siguiendo la tradición, un día antes de la celebración del Pawkar Raymi, se realizó un campeonato de fútbol, pues la fiesta del florecimiento también procura la reunión de las personas. Se constituyeron varios equipos y escogieron el nombre de las comunidades indígenas para identificarse: Agato, Otavalo, Llano Grande, Arenal… etcétera. Los ganadores fueron los jugadores de Llano Grande.

En la mayoría de los pueblos indígenas andinos la fiesta del florecimiento de las tierras se repite cada año. Lo próximo en el calendario es el Inti Raymi, o fiesta del Sol, que será para junio, cuando inicie el verano oficialmente.

El diablo anda suelto en Viernes Santo

¿Conocen a personas que hagan su vida según lo que le dictan las cartas del tarot?, Yo conozco a una y gracias a ella entendí que la Semana Santa no sólo es el momento para salir en procesiones y visitar las iglesias. También es el momento para preesenciar el mejor performance del Señor de la Oscuridad, el Diablo, Lucifer… como quieran llamarlo. Suena a burla, pero si los creyentes tienen un lugar para Dios, seguramente tienen otro para el Diablo. Ahí les va el cuento.

Volvamos a mi amiga y a la señora que lee el tarot en un barrio de Quito. Mi amiga quería atrapar a un hombre y la mujer en cuestión le dio un hechizo para conseguir su objetivo y aquí entra la Semana Santa en juego. La señora le pidió que esperase hasta el Viernes Santo, pues ese día, cuando muere Jesús, no hay ningún representante de Dios en la tierra y es cuando el Diablo concede todos los deseos.

Mi amiga tenía que fumar un cigarrillo, pero antes tenía que escribir su deseo en él y rezar una oración para conseguir su objetivo. No sé si lo hizo, seguramente sí. Ahora ella está felizmente casada y tiene un hijo. Juzguen por ustedes mismos.

Esta es una creencia más, pero hay muchas que se convierten en un ritual en Semana Santa, específicamente en Viernes Santo. Cuando yo era muy pequeña y vivía bajo las reglas de una casa católica, ni siquiera podíamos encender la radio ni la televisión, tampoco podíamos hablar en voz alta, en señal de respeto por la muerte de Jesucristo.

Por ese mismo respeto tampoco podíamos comer carne roja en Viernes Santo y eso sí que es universal –bueno hablando del universo católico-. El pescado tradicionalmente ha sido el mejor sustituto de la carne, aunque hay que mencionar que su costo ha hecho que muchos católicos pobres caigan en pecado y consuman carne roja, aunque ese es otro tema.

En Ecuador hay un plato que reemplaza a la carne y ha sido así desde que tengo memoria. Se llama la fanesca y es una colección de todos los granos que da la tierra y, además, lleva pescado. Es la madre de todas las sopas y prepararla involucra a toda la familia. Las personas que estamos a la distancia tratamos de acercarnos a esa tradición de diversas maneras.

Este año, el Centro Hispano-Ecuatoriano preparó la fanesca para un centenar de comensales. Hubo muchos ecuatorianos, por supuesto, pero también españoles que llegaron de la mano de sus parejas y que se unen a una tradición ecuatoriana de comer fanesca. ¿Qué tradiciones sigue usted en Semana Santa?

El voto inmigrante llega a las urnas

La ecuatoriana Elvia Zurita será una de los primeros votantes en el colegio Jorge Manrique de Usera. Le han dicho que el recinto se abre a las 09:00 horas y ella estará antes para depositar su voto y correr a su trabajo, en una residencia privada donde se desempeña como enfermera.

Es la primera vez que vota en este país y está realmente motivada, dice que quiere ejercer ese derecho y castigar con su voto a las personas que hablan mal de la inmigración. Ella lleva 11 años en España y a la fecha tiene homologado su título de enfermera y está preparando una oposición para optar por una plaza fija en un hospital.

La nacionalidad le ha abierto muchas puertas, aunque fue un trámite que le tomó dos años. Su DNI se lo entregaron en el 2004, pero ya no alcanzó a participar en las pasadas elecciones generales. Ahora está segura de ir a sufragar, pero no revela sus preferencias políticas, escudándose en la premisa de que el voto secreto.

Su esposo, que también ejercerá el voto por primera vez, si muestra su preferencia por los populares. El esposo de Elvia dice que el PP no está en contra de la inmigración, que sólo exigirá que las personas que se portan mal firmen un contrato.

Elvia no lo escucha mucho, y entre los dos cuestionan a Zapatero porque –según la pareja- el actual jefe del Gobierno no sabe nada de economía y no dice cómo va a conducir el país.

En Ecuador, donde el voto es obligatorio, Elvia siempre votó nulo, pues nunca le gustaron los líderes políticos. Quizás su política ante las urnas siga siendo igual, porque como dice ella: “yo tengo una idea clara, y es que aquí y allá yo tengo que trabajar, porque los políticos no me van a dar para vivir”. Y por eso el domingo, después de votar, irá a cumplir con sus ocho horas de trabajo.

Elvia es una de las casi 300 mil personas inmigradas que se han nacionalizado en los últimos diez años -según cifras el Ministerio de Trabajo- y que al hacerlo han adquirido sus derechos políticos. No así los 4 millones de extranjeros residentes que no tenemos el derecho al voto. Una iniciativa interesante es la de ceder el voto. Miren este video.

Los Latin King pasaron de moda

Hablemos de personajes famosos que pasaron de moda: los Latin King. ¿Los recuerdan? El nombre fue motivo de titulares y de amplios debates en televisión sobre la violencia juvenil importada, pero últimamente ya no suenan tanto. Su presidenta, la ecuatoriana Melody Jaramillo, dice que “pasaron de moda”

La organización, sin tener la atención de los medios de comunicación, sigue en intensa actividad. Ahora bajo el nombre de Asociación de Reyes y Reinas Latinos de Cataluña organiza campeonatos deportivos, promociona un grupo de música y organiza talleres de sexualidad para adolescentes y jóvenes.

Están organizados en comisiones de trabajo y las más activas son tres: la de fiesta, deportes, y de labor social y obra comunitaria. Así explica su presidenta y añade que se reúnen todas semanas para hacer la planificación de actividades.

Todavía lo hacen en un local prestado, el espacio que les deja Fedelatina (Federación de de Entidades Latinoamericanas en Cataluña) y esperan más adelante tener recursos para tener un local propio.

La legalización de este grupo ayudó a quitar el estigma que pesaba sobre los jóvenes latinos, a quienes se los asociaba con la violencia. Todos eran etiquetados como peligrosos y miembros de bandas latinas y a su alrededor se crearon verdaderas obras de ficción.

Las historias de los jóvenes eran buen material para cualquier best seller de novela policial, pero la verdad es que detrás estaban jóvenes que llegaron a España por reagrupación familiar y que encontraron protección al juntarse con sus iguales.

Ahora están más abiertos y su ejemplo es digno de seguir. El primer contagio ha ocurrido en Alicante, donde se ha anunciado que un grupo similar también saldrá del anonimato y formará una asociación de jóvenes totalmente legítima.

En Madrid, el Defensor del Menor intentó hacer lo mismo, pero se encontró con mucha oposición. En foto de este post aparece Melody Jaramillo con el Defensor del Menor madrileño, Pedro Núñez Morgades.

España pide ADN para reagrupar

Esta historia podría haber ocurrido en Francia, pues sólo en ese país se ha dado luz verde a la prueba de ADN, como un requisito más en el proceso de reagrupación familiar, pero la historia que viene a continuación ocurrió en España, bueno en el consulado español en Ecuador, que después de todo es una parte de España.

Allí le pidieron a Rosa Morán Espinoza “una prueba fehaciente” de la maternidad de su hijo de 6 años, para concederle el visado por reagrupación familiar. La sospecha surgió porque el menor lleva los apellidos de su madre y, además, tiene una inscripción tardía en el Registro Civil. La conclusión consular fue que el niño podría ser hermano de Rosa en lugar de su hijo, y le negaron el visado.

Pero ¿en qué consistía esa famosa prueba fehaciente? y ¿por qué se la pedían en Quito, si en España ya se habían hecho todas las comprobaciones necesarias para aprobar la reagrupación familiar de sus dos hijos?

Rosa se hacía esas preguntas cuando recibió la notificación en el consulado, pero no tenía las respuestas. Lo único que tenía claro era que no quería volver a España sin sus dos hijos e inició una maratónica jornada para reunir todas las pruebas documentales, que ella creía, que probaran la maternidad de su segundo hijo.

Dos días después y con 16 horas de viaje encima, (el consulado español está en Quito y la gente de provincia tiene que viajar hasta la capital para realizar todos los trámites) la mujer entregó mil y un papeles en el consulado, inclusive un certificado firmado por el doctor que le había atendido el parto y las fotos de su embarazo (ver fotografía). Lo presentó todo, en el plazo indicado, y con todos los sellos y rúbricas de autenticidad, pero la respuesta fue negativa.

Sólo entonces, en el consulado le explicaron que la «prueba fehaciente» de la maternidad era el examen de ADN, pero Rosa ya no tuvo tiempo para batallar más y tuvo que viajar sólo con su hijo mayor (a quien si le extendieron el visado, básicamente porque la ex pareja de Rosa se presentó en el consulado y no había lugar para sospechas).

El pequeño fue de vuelta a la casa de su abuela, echando la culpa a su madre de todo, pues él no entiende de visados, y ahora lo único que pregunta cada vez que su madre le llama es cuando va a viajar a España.

Acá, Rosa no se da por vencida y sigue buscando una respuesta en el Ministerio de Relaciones Exteriores, al tiempo que recorre los medios de comunicación contando su historia.