El Blog sobre la Comunidad Latinoamericana en España

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¿Dónde está el origen de la maldad?

El otro día me subí a un taxi y apenas subí el taxista me comentó que en una estación donde dejó el coche, en un segundo, mientras salió a saludar a un amigo y se distrajo, le habían robado la billetera (que había dejado dentro). Luego habían utilizado su tarjeta de crédito y le habían sacado como mil euros.

“¡Pobre hombre, qué mala suerte!” pensé, y seguí la conversación… Me caía simpático. Al rato de contarme lo que se habían comprado con su tarjeta su tono de voz cambió: “Seguro que fueron esos rumanos”, agregó.

Ante tal generalización comencé a sentirme incómoda y a dejar de sentir pena por él. “Bueno, bueno”, le dije. “Puede que sea o puede que no. No tiene pruebas”.

“Siempre están esos rumanos ahí robando”, prosiguió, generalizando aun más. “Quizá hay alguno que sí y pero habrá muchos que no”, le respondí.

Su tono subió todavía más y continuó: “Son todos delincuentes. Y como la policía no hace nada un día voy a ir allí con un cuchillo y les voy a dar yo mismo”.

“El posible delincuente, verá, es usted que tiene las ideas bien violentas y la prueba es usted mismo con sus palabras”, le respondí. “Y ahora hágame el favor de parar, que no pienso seguir un minuto más en este taxi”.

Me bajé enfadada y pensé en un montón de cosas, entre otras que los culpables de estos pensamientos absurdos somos, con demasiada frecuencia, los mismos periodistas, porque en una noticia lo que importa es el impacto y las únicas noticias que salen son las negativas. Mientras algunos roban, y salen en prensa una y otra vez, cientos de miles nos ganamos la vida honradamente sin que nadie se entere. La falacia está en los mismos textos… repetidas veces… “Los inmigrantes ocupan…” “Los inmigrantes hacen…” “Los inmigrantes enferman…” “Los inmigrantes…” Luego: una de las preocupaciones más grandes de los españoles es la inmigración, claro.

¿Por qué será que el razonamiento humano más sencillo es construir falacias? “Un argentino es un delincuente… Ergo: Todos los argentinos son delincuentes”. “Unos inmigrantes les cuesta integrarse… Ergo: cualquiera que sea inmigrante debe ir a un aula de acogida”…

Pensé, y pienso a menudo, en el desastre de Italia, en lo ridículo de los nacionalismos, en las guerras, en dónde está el origen de la maldad, en este mismo blog, en el absurdo… y en que no tenía la más mínima idea de cómo se hacía para ensombrecer los odios.

De dientes para afuera…

Los españoles apoyan la integración de los inmigrantes, pero a la vez mantienen un discurso xenófobo. Esto es lo que dice una de las conclusiones del estudio reciente de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros. Nada más lejos de la realidad.

El informe habla de la actitud contradictoria de los dueños de casa, es decir de los españoles. Yo equiparo esta conclusión del estudio con una frase que se usa mucho en Latinoamérica, para calificar a las personas que tienen un doble discurso. De esa gente se dice que «habla de dientes para afuera».

Y esto pasa aquí y en todo el mundo, y se aplica a cualquier circunstancia, pero ya que la inmigración es lo que nos ocupa, les pongo un ejemplo para que vean las contradicciones con las que vive la gente que se cree tolerante con los extranjeros.

Un día de estos conocí al novio de una amiga peruana, un danés, con quien pronto contraerá nupcias. Enhorabuena por los dos. Y como no podía ser de otra manera, durante la sobremesa, hablamos de la inmigración en Dinamarca y su respuesta fue, traducida al español: «esto es un gran problema que tenemos».

Él hablaba de la inmigración musulmana en Dinamarca y apuntaba su descontento porque viven del Estado. Yo me preguntaba si alguna vez pensó que la inmigración latinoamericana en su país -aunque minoritaria- también era un problema. Y luego pensé que quizás cambió de actitud cuando conoció a su novia.

Yo creo que los dueños de casa siempre hablan de dientes para afuera de sus inquilinos, y esto es así porque no nos acercamos en verdad, y vivimos unos con recelo del otro. ¿Tú qué piensas?

Corbacho y el cumplimiento de las normas con los inmigrantes

Con la creación del nuevo ministerio de Trabajo e Inmigración, el PSOE ha querido dejar algo claro: la inmigración estará ligada al trabajo, ni más ni menos. Zapatero ha nombrado a Celestino Corbacho (en el vídeo), hijo de “inmigrantes” en Cataluña, que se ha referido a la inmigración de una manera estricta, que debe hacerse siempre bajo los rangos de la Ley.

Desde este humilde blog le damos la bienvenida al ministro en su primera semana de trabajo y, desde luego, como inmigrantes, nos sumamos a la idea de que las leyes están para cumplirlas.

Y, hablando de leyes e inmigración, nos sumamos también a las solicitudes que Amnistía Internacional hizo públicas la semana pasada respecto a las políticas del Estado español, en específico contra la xenofobia y el racismo.

Entre otras cosas, Amnistía Internacional le solicita al Estado español que firme y ratifique los tratados internacionales promovidos por el Consejo de Europa que aun no ha firmado:

1-La Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios, que garantiza que todos los inmigrantes, independientemente de su estatus, tengan una protección legal mínima en el trabajo.

2-El Convenio sobre la lucha contra al trata de seres humanos.

3-El Protocolo adicional del Convenio sobre el delito cibernético relativo a la penalización de actos de naturaleza racista o xenófoba cometidos por medio de sistemas informáticos.

4-El Convenio sobre la participación de los extranjeros en la vida pública local para mejorar la integración de los inmigrantes en su comunidad.

5-Los protocolos 4 y 7 del Convenio par la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, sobre las garantías durante los procedimientos de expulsión.

Amnistía también le pide al Gobierno español que acepte cuanto antes las solicitudes de visita del Relator Especial sobre promoción y protección del derecho de la libertad de opinión, de la Experta en cuestiones de las minorías, y del Relator Especial sobre los Derechos Humanos de los migrantes. Y que invite expresamente al Relator Especial sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.

El nuevo ministro tendrá mucho trabajo y, efectivamente, muy complejo. Aquí, otra lista de tareas, relacionadas con el informe de Amnistía, que nos gustaría ver en su programa:

-Que ponga en marcha con el Gobierno un Plan integral de lucha contra el racismo y que como parte de ese plan ponga en funcionamiento el Consejo para la Igualdad de Trato, obligación establecida la Comisión Europea, pero que España aun no ha cumplido (el Consejo se creó pero nunca llegó a reunirse). Que éste Consejo sea independiente del Ministerio y que integre a los colectivos afectados.

-Que trabaje para que el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia realice investigaciones sistemáticas sobre el tema. Según la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea España es uno de los cinco Estados miembro (junto con Grecia, Italia, Portugal y Chipre) que no publica datos sobre incidentes racistas.

-Que trabaje con su homólogo de Interior para que adapte el borrador del protocolo de actuación de la policía en las repatriaciones a los estándares internacionales; y que la doctrina constitucional prohíba expresamente el uso de criterios raciales por parte de las fuerzas de seguridad, como lo ha indicado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

-Que también con su homólogo de Interior trabaje para que, entre otras cosas, las mujeres víctimas de violencia machista no sólo se les de permiso de residencia sino también permiso para trabajar.

No es poco… Y todavía hay mucho más trabajo por hacer. Como él mismo lo ha dicho, no será una tarea fácil. Buena suerte.

Cuando el maltrato llega a la diplomacia

El presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, llamará estos días al presidente de España, José Luís Rodríguez Zapatero, para felicitarlo por haber ganado las elecciones. Pero en su felicitación agregará un tema. Le hablará de los tratos vejatorios a sus ciudadanos por parte de la policía del aeropuerto de Barajas y de las repatriaciones indebidas.

Esta semana dos politólogos brasileños que pasaban por Madrid para terminar en Portugal, donde debían acudir por razones académicas, fueron detenidos y retenidos en el aeropuerto madrileño, maltratados por la policía y devueltos a su país.

“¿Porqué nos tratan como perros?”, le había dicho uno de los académicos al policía en Barajas. “Porque son como perros”, le había respondido el policía.

La noticia trascendió, a través de la universidad, a los medios brasileños y llegó al despacho del presidente Lula.

Gracias a esto saltó a la luz una realidad: estos eran sólo dos casos, pero había muchísimos más. Una licenciada en Física se quejó porque la retuvieron tres días en Barajas sin poder ni bañarse, y se supo que era una práctica cotidiana, no fortuita. España había deportado el año pasado a un promedio de 20 brasileños por día, según la embajada de Brasil.

Lula aplica ahora la misma táctica con España que había aplicado hace unos años cuando Estados Unidos rechazaba a los ciudadanos brasileños. El país sudamericano deportó recientemente a 13 turistas españoles, por no llevar dinero suficiente. ¿Es esto justo? Probablemente no, ni una cosa ni la otra (aunque no tiene comparación con las fronteras españolas).

Es la forma que tiene el presidente Lula de llamar la atención momentáneamente. Lo que les pasó a los brasileños les pasa también a otros ciudadanos del mundo que son retenidos por días en el aeropuerto de Barajas. Esto ya había sido denunciado por organizaciones de defensa de los derechos humanos en España, pero no trascendía. Actualmente se habla de esos y otros temas en las jornadas Antirracistas que está haciendo estos días la ONG SOS Racismo.

Sería bueno que otros presidentes latinoamericanos, africanos, asiáticos… sigan el ejemplo de Lula y se movilicen. No es justo tratar “como perro” a ningún ciudadano, de ningún país del mundo, sea quien sea, bajo ninguna circunstancia. Obviamente tampoco debería ser ese el trato si no vinieran por asuntos académicos sino porque existe la pobreza y buscan un futuro mejor.

Catedráticos de la Universidad de Barcelona contra el voto xenófobo

Junto con el lanzamiento de la campaña electoral, un grupo de académicos de la Universidad de Barcelona ha elaborado un “Manifiesto contra el voto xenófobo”. Aquí repetimos algunos de los párrafos del manifiesto, en el que instan a la población a no votar a favor de planteamientos xenófobos, y advierten a los políticos de que no siempre se gana con esos mensajes.

“Los planteamientos realizados en la presente campaña electoral por parte del PP, tales como el contrato de integración, la obligación de los inmigrantes a adaptarse a las costumbres españolas, o la vinculación entre inmigración y delincuencia, constituyen una nueva agresión contra unas personas que no han recibido un trato integrador y a las que se ha mantenido en situación de inferioridad de derechos en muchos aspectos. Tales propuestas culpabilizan a los inmigrantes de falta de integración y acentúan los prejuicios populares que también los culpabilizan de casi todos los males que afectan a nuestra sociedad: de las carencias de los servicios públicos, de los bajos salarios, de la delincuencia, etc.

La intencionalidad de estas propuestas responde a lo experimentado en los últimos 20 años en casi todos los países europeos: el mensaje xenófobo da votos (…) Quienes subscribimos este manifiesto queremos afirmar que no todo vale, y que quien recurre a incentivar la xenofobia para ganar unas elecciones debe pagar un precio por ello.

Es necesario que los votantes demos una lección a los partidos políticos, demostrándoles que el discurso xenófobo también puede servir para perder elecciones. Si bien en Europa hasta ahora siempre había sucedido lo contrario, el año 2008 comenzó con un cambio de signo: fue precisamente el discurso xenófobo lo que hizo perder las elecciones en el Estado alemán de Hesse al candidato conservador. El electorado alemán mostró, en esta ocasión, una madurez que se ha convertido en una lección para todos los europeos y que nos ha de guiar en España en las elecciones del 9 de marzo.

Frente al discurso xenófobo reivindicamos unas políticas relacionadas con la inmigración cuyos ejes sean el avance en las medidas antidiscriminatorias, la inversión en servicios públicos acorde con los incrementos de población producidos y la equiparación efectiva de derechos para todas las personas que residen en nuestro país (…). El 9 de marzo la xenofobia ha de ser derrotada y hemos de encaminarnos hacia la construcción de una sociedad más integradora. Quienes han apostado por el discurso xenófobo para ganar las elecciones deben perderlas. Es mucho lo que está en juego, y es por ello por lo que convocamos, a cuantas personas se quieran sumar a esta iniciativa, a ser activas en la lucha contra el voto xenófobo”.