El Blog sobre la Comunidad Latinoamericana en España

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Nos despedimos pero seguimos

La crisis llega a todos lados, y cómo no, nos ha llegado también a nosotras. Este blog en el 20 Minutos cierra sus puertas, junto con otra serie de blogs. Sin embargo, “Desde este lado del mar” seguirá abierto en WordPress (http://desdeesteladodelmar.wordpress.com). Seguiremos escribiendo, aunque quizá no con la misma frecuencia, porque muchas personas nos han abierto sus corazones y sus historias personales y queremos que lo sigan haciendo. Allí estaremos para seguir recibiendo sus comentarios e iremos mejorando poco a poco y apostando por la convivencia.

Gracias a todos los que nos han seguido y los que han aportado ideas positivas. ¡Los esperamos en el nuevo-viejo blog!

Ahorcados por las hipotecas a la calle

«Hemos sido víctimas de fraude, cometiéndose muchas irregularidades en

nuestra contra, ya que los pisos fueron sobrevalorados para que la deuda sea más grande, se utilizaron avales cruzados entre los mismos deudores, se incluyó a avalistas como copropietarios y codeudores para eludir el control de riesgos del sistema financiero, se nos ha cobrado diferenciales sobre el Euribor cuatro veces superiores al que cobran a otros clientes, se nos engañó diciendo que no habría grandes incrementos de las cuotas de la hipoteca etc., etc.»

Esto es lo que dicen las más de 3 mil inmigrantes que están buscando un poco de oxígeno para seguir pagando sus hipotecas. La mayoría son ecuatorianos y piden, entre otras cosas, que la cuota de la hipoteca no supere el 30% de sus ingresos y que se haga una auditoria social para determinar que fueron víctimas de un fraude. Por eso se manifiestan una vez más en Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia y Pamplona.

La primera manifestación fue en diciembre pasado, el punto de concentración fue la Embajada de Ecuador y luego avanzaron hasta Cibeles, donde hicieron público su pedido. Esta vez se reunirán en Cibeles, el domingo 22 de marzo, a las 12:00 horas. Como dicen por allí, peor lucha es la que no se hace y la reflexión de la gente en la calle es que si el gobierno apoya a los bancos, también podría apoyar a las familias que están quedando desahuciadas, porque los intereses de la deuda no paran.

En el siguiente video podemos ver lo que fue la primera concentración en Madrid.

Los autónomos inmigrantes unen sus fuerzas

En España había hasta hace poco más de 235.000 inmigrantes que trabajaban por cuenta propia (autónomos). En los últimos meses han bajado en 10.000, por la crisis económica (afecta, sobre todo, a los autómos que trabajaban en la construcción). Sin embargo, los 225.000 que quedan siguen constituyendo una cifra alta (entre los 3 millones que hay en España). Ante la falta de trabajo deciden montar su propia empresa.

Por sus características específicas como la cantidad de trámites que están relacionados con temas de Extranjería, han creado recientemente, ligada a la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), una federación especializada en autónomos inmigrantes: la Federación Nacional de Asociaciones de Profesionales y Trabajadores Autónomos Inmigrantes (FEPAIN). La Federación intentará ayudar a este grupo en temas relacionados sobre todo con extranjería. Además será un organismo capacitado para dialogar con el Gobierno en las problemáticas específicas del grupo. Si trabajas como autónomo y te interesa unirte a esta organización puedes ponerte en contacto con la UPTA.

Se alquila sofá-cama

Hoy descubrí este titular en un periódico digital: «Se alquila sofá», una historia real. El texto era parte de un anuncio que una mujer ecuatoriana había pegado en una farola del parque de Prosperidad. En la narración se explica que la mujer alquiló un piso hace cinco años, cuando «las cosas iban mejor», y que ahora no puede pagar la renta de 900 euros y por eso renta un sofá-cama en el salón de su casa.

Lamentablemente no es un caso sui genéris. Pasa mucho últimamente. Las personas están ahorcadas, más aún los hipotecadas, y van de un piso a una habitación y, por lo visto, de una habitación va al sofá-cama.

Hoy también escuché en el noticiero de RTVE el testimonio de una mujer que llamaba para quejarse del salvamento bancario que patrocina el Gobierno, mientras ella había tenido que entregar su piso. Poco después, otra mujer, a la que iba a entrevistar por otros motivos, me llamó para cancelar nuestra cita. Me confesó que iba a mudarse y que justo un conocido tenía «un tiempito» para llevarla en su coche desde su piso hasta una habitación. ¿Qué vendrá después? Hace unos meses había dos plataformas que proponían armar la guerra a los bancos, declararse en quiebra, pedir dinero al Gobierno, pero ya no hemos tenido noticias de ellos. La página web de una sólo da cuenta de un evento pasado y el site de la otra anuncia una manifestación sin fecha.

La dimensión del problema es grande, quizás podamos tener una idea al ver este reportaje, hecho en diciembre del 2007, que cuenta la cantidad de inmigrantes que se aventuraron con un crédito hipotecario. En ese entonces los bancos definían a los inmigrantes como buenos clientes. Hoy simplemente hablan de morosos .

Una historia positiva en medio de la crisis

Hay quienes han sabido enfrentar muchas crisis, y han conseguido mucho con el poder de su trabajo y su ensañamiento en salir adelante. Esta es la historia de Walter, un peruano que vive desde hace 20 años en Madrid y que ahora enseña a su gente a sacar la parte positiva de la crisis, y a seguir luchando por sus sueños.

Cuando Walter llegó a España todavía no era la economía fuerte que es hoy (a pesar de la crisis), con los apoyos de la Unión Europea. Economista de profesión, en 1990 pensó que vendría aquí y que podría encontrarse con un trabajo en una oficina, como él quería. No lo consiguió por más que buscó, pero se dijo a sí mismo que quería quedarse en España, y que trabajaría de lo que saliera. “Tenía la fuerza de mis manos”, cuenta ahora Walter.

Necesitaban carpinteros y Walter no tuvo ningún problema en hacerse carpintero. Eso sí, se asesoró, aprendió, y siempre se dedicó a pleno para hacerlo lo mejor posible y de la manera más seria. “Yo les digo a los chicos que están comenzando que hay que ser trabajadores, pero también flexibles, sobre todo en momentos de crisis, y comprender dónde es y qué es lo que se necesita”, explica. “Yo finalmente no conseguí trabajo como economista, pero me gusta también trabajar con mis manos. Es un trabajo mucho más relajado que el de la banca”.

Walter es ahora muy reconocido con su trabajo como carpintero, y en los edificios se pelean para que vaya primero. Es muy serio y se fija en los más mínimos detalles para que el trabajo sea ejemplar.

Ya casi a la edad de jubilarse y con varios nietos en su vida, vive entre Madrid y Perú, los meses de más trabajo aquí y los más flojos allí, con familia que tiene en ambos países.

“Yo he aprendido mucho en estos años y tengo la fuerza de todo el conocimiento adquirido. Pienso en que igual en algún momento me instalo en Perú y monto una empresa de construcción con todo lo que aprendí”, agrega. “Por ahora estoy bien así, tranquilo, pasando parte del año en cada lugar, pero siempre digo que el que decide volver tiene que volver con más conocimientos, y no necesariamente con mucho dinero, para tener algo más que aportar y una herramienta para sobresalir allí”.

Aportando un poquito cada uno, ahorros para todos

Hay leí en un boletín de Canal Solidario una nota sobre un proyecto que me pareció interesantísimo, y que les animo a leer. Hablan de una nueva modalidad de ahorro en grupo llamada “Comunidad Autofinanciada” (CAF), en la que los socios, que pueden ser entre 10 y 30 personas, aportan pequeñas cantidades de dinero y se convierten en “accionistas”. Con ese fondo se ofrecen créditos a los socios para cubrir gastos personales (pequeñas cantidades, pero importantes para quienes participan, en un momento dado). El proyecto lo organiza la cooperativa Transformando, con sede en Madrid, que también tiene otro tipo de proyectos, sobre todo de economía social, con los que trabaja desde hace años (muchos de ellos con inmigrantes).

Las CAF están integradas sobre todo por inmigrantes, porque existen programas similares en los países pobres, que sirven para financiar las necesidades más básicas. Ya recordaba este tipo de proyectos en América Latina, pero no tenía idea de que también funcionaban aquí.

Los dejo con el video, que también aparece en la nota de Canal Solidario, y en el que explican cómo funciona el proyecto.

Seguimos adelante, a pesar de todo

Hoy fue uno de esos días en que te levantas y el mundo tiene buenas noticias que contarte. Comencé leyendo un muy interesante artículo, que recomiendo leer, sobre la inmigración en tiempos de crisis, escrito por el sociólogo Antonio Izquierdo en el diario Público.

A pesar de todas las vicisitudes, Izquierdo comentaba cómo los inmigrantes (se refería a inmigrantes de ahora, pero es que así han sido los inmigrantes de todo el mundo en todas las épocas), tienen una abrumante capacidad para resistir, cuando todo les es más difícil que nunca.

Lentamente, muy a pesar de los vientos en contra, algunas personas logran salir adelante: en tiempos de crisis montar sus empresas, inventarse alternativas, conseguir sus papeles.

En la tarde me encontré con la buena noticia en Tribuna Latina, la Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos (ASNEPA) avalará solicitudes de residencia, abriendo un poquito el camino a los inmigrantes que tengan una gran actitud emprendedora. A pesar de todo, todavía hay muchos caminos por recorrer. Todavía queda mucho de esperanza y seguimos luchando por ello. ¿Y tú? ¿Has pensado en la aventura de montar tu propia empresa?

Latinoamericanos: ojo con los seguros privados de pensiones

Hace no mucho publicamos en este blog un post sobre el tema de las pensiones en Argentina, luego de la estatización de las famosas AFJP, compañías privadas que gestionaban los fondos de pensiones de los ciudadanos. Comentábamos en aquel post que los argentinos que habían cotizado en el sistema privado cobraban menos que los que habían cotizado en el sistema público, y que esa gente prefería la re estatización de las pensiones porque recibirían más dinero.

Estos días, leyendo el Le Monde Diplomatique, encontré un interesante pero bastante alarmante artículo de Manuel Riesco, del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo de Chile, que daba algunos datos que yo desconocía, y que creo sería conveniente que conozcan muchos latinoamericanos si quieren salvar sus ahorros para la vejez. Riesco explicaba que las AFJP argentinas funcionan también actualmente en muchos otros países latinoamericanos, y que los ahorristas están poniendo en riesgo todavía más dinero. “Los chilenos descubren hoy que las AFP no pueden cumplir sus promesas. Millones de afiliados percibirán al momento de jubilarse sumas ínfimas (10 a 20 dólares por mes) cuando el salario mínimo es de 135.000 pesos chilenos (150 dólares)”, decía el artículo. Chile hizo públicas las pérdidas de los fondos de pensiones a finales del pasado octubre. En Argentina la estatización de las AFJP garantizó a los ahorristas “en la mayor parte de los casos un ingreso superior al 60% del salario”.

Algo parecido a lo que pasó en Argentina y pasa en Chile, ocurre también, por lo menos, en Uruguay, Bolivia y Perú. Si yo estuviera en cualquiera de estos países, y he cotizado para mi pensión en una AFP correría a cambiarme, si fuera posible, al sector público, o al menos avisaría a mis compatriotas para que tengan cuidado sobre dónde ponen sus ahorros para la vejez. Según Riesco, de este tipo de sistema privado de pensiones que engaña a los pensionistas sólo le dio la espalda Brasil, cuya población se opuso rotundamente.

Sobre la nueva «Tarjeta azul»

A partir de 2011 los inmigrantes cualificados tendrán una «tarjeta azul» que les permitirá entrar y trabajar en España, y en algunos países europeos, con mucha más facilidad.

Pocos podrán obtenerla. Los requisitos son: “tener un contrato laboral, suficiente cualificación profesional y un nivel salarial que al menos triplique el salario mínimo del país al que va a trabajar” (en España unos 33 mil euros al año). A estas personas se les darán muchas facilidades tanto para su entrada como para su inserción. Por supuesto, se quedan fuera los miles de profesionales hipercualificados que intentan salir de su país porque no consiguen trabajo, o lo consiguen con salarios paupérrimos, a pesar de sus calificaciones.

¿Es positivo o negativo la creación de esta «tarjeta azul»? Algunas personas piensan que es negativo; que es un acto absoluto de discriminación hacia los pobres y que, además, lo que produce es que haya un éxodo de personas cualificadas en los países que más lo necesitan, y que han invertido dinero público en su educación. Por otro lado, en lugares donde ya existe esta discriminación, como en Canadá, muchísimos inmigrantes médicos, ingenieros, etc, consiguen entrar pero terminan trabajando en una pizzería o en un taxi porque al final tampoco encuentran trabajo según sus espectativas.

Otras personas opinan que sí es bueno que exista esta «Visa azul» porque, en principio, es mejor algo que nada. Además, esas personas intentarán, desde el país de acogida, ayudar a su país tanto en contactos para un mayor desarrollo como en dinero puro que irá destinado a su país.

Personalmente creo que son válidas las dos opiniones, aunque produce poca gracia, sinceramente, que sólo tenga oportunidades la gente que ya ha tenido oportunidades. Parece como una rueda que redunda miseria sobre miseria y riqueza sobre riqueza…

¿Y ustedes? ¿Qué opinan?

Para entender lo que pasa en Argentina con las AFJP (2º capítulo)

En el primer capítulo sobre las AFJP de Argentina hablé un poco de la historia de los pensionistas, y en este segundo capítulo prometido me gustaría contarles algo que también se omite en muchos medios en España. ¿En qué paisaje político las empresas, españolas y de otros países del mundo, se instalaron en un país como Argentina?

Cuando los bancos que gestionan las AFJP entraron en ese país corría el año 1994 y gobernaba Carlos Menem, junto con su ministro de Economía, Domingo Cavallo, que llevó a cabo las privatizaciones asesorado justamente por banqueros privados. En esa época imperaba la imagen de una política que invitaba a “pizza con champagne”, derroche absoluto y corrupción sin ningún disimulo.

La catedrática de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Ana Silvia Vilker, explica las privatizaciones: “Durante el gobierno de Menem se privatizaron la mayor parte de las empresas públicas (…) buena parte se compraron con títulos públicos devaluados (se adquirían al 50% de su valor en los mercados bursátiles internacionales y se aplicaban al 100% de su valor nominal en la compra de las empresas)”.

Actualmente Menem está siendo juzgado por tráfico de armas, pero tiene además pendientes varios procesos por corrupción (enriquecimiento ilícito, sobresueldos, Thales Spectrum, Amia y Siemens-DNI). El y no sólo él sino también sus amigos y compañeros de Gobierno (algunos de los miembros de ese Gobierno están hoy en puestos políticos, con los Kirchner), están relacionados con corruptelas durante la privatización de esos servicios públicos. Su ministro de Economía, Domingo Cavallo, también tiene causas abiertas. Se lo acusa de emitir una resolución en la que ordenaba a los bancos en 2001 «incumplir» o «retardar el cumplimiento» de órdenes judiciales. También se lo acusa por supuestos «favores» impositivos a empresas privadas.

Estos días debatiendo con una corresponsal de un medio español en Argentina, ella decía. “Es que el dinero no va a ser utilizado para pagarle a los pensionistas argentinos sino para pagar la deuda que Argentina debe al Club de Paris”. Si ese fuera el caso, que no lo niego, vuelvo a leer el texto de Vilker, que recuerda otro dato de la época de Menem. “A través de las privatizaciones ingresaron 44.000 millones de dólares que desaparecieron entre corrupción y mala gestión y no se aplicaron a la cancelación de deuda como se había prometido”.

Yo me pregunto ¿Es loable que las empresas que entraron en ese contexto en Argentina como las AFJP y otras, reclamen ahora a mano alzada “seguridad jurídica” si no la había cuando entraron (y lo sabían)?