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¿Podría el hijo de un inmigrante llegar a la presidencia española?

Hoy es un gran día para los estadounidenses. Y hoy es también un gran día para el mundo. Lo que pase allí hoy repercutirá en lo que pase probablemente en muchas otras partes del planeta en los próximos años.

Ayer, en una tertulia en TVE la periodista comentaba que Obama, si gana, sería no solo el primer negro en llegar a la presidencia, sino el primer hijo de inmigrantes que lo conseguiría.

La periodista, entonces, se preguntaba ¿Podría suceder eso en España? ¿Podrían los españoles votar masivamente al hijo de un inmigrante latino para la presidencia? Yo pienso que quizá todavía sea muy pronto ¿Tal vez en 30 años? ¿Tal vez alguno de nuestros hijos? ¿Y tú? ¿Qué opinas?

La campaña presidencial paraguaya, en España

El próximo 20 de abril casi tres millones de paraguayos elegirán al partido que presidirá su país para los cuatro años siguientes. Así como los candidatos de los principales partidos políticos, o sus delegados, hicieron campaña en América Latina para atraer el voto de los emigrantes españoles el pasado 9 de marzo, ahora también los representantes de los candidatos paraguayos hacen campaña aquí. Por eso, harán un debate, mañana sábado, en la Casa de América de Madrid, con la colaboración del Centro Hispano Paraguayo de la Comunidad. En España hay unos 100 mil paraguayos residentes.

En el debate estarán Aníbal Saucedo, asesor de la candidata a la Presidencia por el Partido Colorado; Rafael Filizzola, diputado y candidato a senador por la Alianza Patriótica para el Cambio; y Ronald Dietze, candidato a vicepresidente por el Partido Patria Querida.

¿Qué opinan de estos candidatos? ¿Quién ganará las elecciones? Para saber más sobre las elecciones paraguayas, pincha aquí.

El partido de la inmigración cuenta sus votos en Madrid

¿Le suena la Alianza Iberoamericana Europea? Se trata de un nuevo partido político integrado por extranjeros y españoles. El 9M fue su estreno a nivel de Madrid. Un total de 35 nombres compitieron por los escaños del Congreso; 9 de ellos fueron foráneos. Y le cuento más: la cabeza de lista fue una peruana nacionalizada española.

Judith Valdivia fue la número 1 del partido. Ella declara que los 153 votos que obtuvieron en Madrid es un triunfo.

“Hemos ganado en Madrid, que es un feudo del PP, y donde los nacionales ya tienen sus votos muy comprometidos”.

“Nosotros no peleamos ni por la izquierda ni por la derecha. Peleamos por nuestros derechos y coincidimos con los españoles en que hay mucha demagogia en temas como la vivienda y la educación”.

El partido aspiraba conquistar el voto de los nuevos españoles, es decir, los extranjeros nacionalizados como la ecuatoriana Fanny Fuenmayor (fotografía), que votó en un colegio de Usera. Como ella -como hemos dicho en este blog- habrían unas 300 mil personas nacionalizadas que ya tienen su derecho a votar.

Judith está satisfecha porque también han ganado experiencia y ahora sabe que el bipartidismo es el enemigo a vencer.

“Aquí ha habido dos titanes, el PP, el PSOE, y la prensa escrita ha estado parcializada completamente”.

Esta peruana que vive en España desde 1990 se queja de la falta de apoyo, sobre todo, de los periódicos dirigidos a latinoamericanos, que no se interesaron por promocionar el partido de la inmigración. Solamente la revista Ocio Latino, dirigida por un periodista peruano, sacó un reportaje al respecto.

La cabeza de la lista sigue en pie de lucha y asegura que se volverán a presentar para las siguientes elecciones. Ella asegura que el partido es una puerta para decir las cosas que les ocurren a los inmigrantes y menciona que la fecha de creación del partido es muy simbólica: el 12 de octubre del 2006, Día de la Hispanidad en este lado del mar, y el Día de la Raza en toda Latinoamérica.

El miedo, los inmigrantes y los debates

Cuestión de votos. El tema de la inmigración parece haberse jugado para un lado y para otro en el debate de ayer y en el de la semana pasada según lo que dicen las encuestas y los asesores.

Ayer la inmigración fue, como se esperaba, uno de los temas calientes. “No iba a votar, pero como está de xenófobo el PP, iré”, había dicho después del primer debate Rafael, un periodista madrileño que escribe temas científicos.

La estrategia de Rajoy parece caminar con un poquito más de cuidado ahora que hace una semana. En los últimos días se sacó varias fotos con inmigrantes en la primera fila de sus mítines. Y en el debate de ayer, si bien habló de inmigrantes que vienen a quitar grados de derechos a los nacionales, parece haberse moderado mínimamente al menos al no mezclar, en el capítulo sobre seguridad, delincuencia con inmigración. También dijo que crearía una agencia de inmigración y que invertiría en integración.

Mientras Zapatero le interrumpía varias veces, Rajoy le acusó de haber dicho en la cámara palabras parecidas a las de él cuando habla de los derechos de los españoles. “A mí me dicen xenófobo y usted ha dicho esto mismo”, insistía Rajoy, y agregaba que él haría cooperación al desarrollo para prevenir la inmigración, mientras Zapatero le recordaba que eso ya lo había dicho él en el debate anterior y que estaba en sus papeles.

Tal vez el voto de los inmigrantes no sea todavía importante, pero sí lo es el voto de españoles que tienen su visión sobre la inmigración, y que aun no saben si votarán o no.

“Me molestó que Zapatero no diera datos sobre lo bien que han hecho los inmigrantes a la economía española”, había comentado Blanca, una española que trabaja en el Ministerio de Economía. Y ahí estuvieron servidos los datos ayer. Zapatero dijo: “la mitad del crecimiento económico es como consecuencia de la inmigración, y lo que cotizan equivale al pago de casi un millón de pensionistas”. Zapatero agregó que nunca se había invertido en integración lo que había invertido el PSOE.

Sea como fuere, en los bares y las casas donde los inmigrantes veían atentamente el debate aunque no pudieran votar, lo que reinaba era el miedo. Ambos candidatos hacían hincapié en la expulsión, y afilaban la punta de los lápices para que luego quedara bien claro quién había expulsado a más personas.