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¿Cuánto hay que esperar para jurar lealtad al Rey?

Algo poco difundido es que no se necesita pedir cita para solicitar la nacionalidad española, al menos en Madrid. Esas memorables citas que te daban para el 2010 ya desaparecieron. Los extranjeros que cumplan con los requisitos simplemente tienen que ir a los registros civiles que les corresponden y presentar los papeles.

En Madrid, prepárese a hacer una fila de por lo menos dos horas y no se moleste en preguntar dónde está la oficina. Está en el tercer piso, pero usted suba por las escaleras que encontrará la cola en el camino.

¿Y después de presentar la solicitud? No se desesperé, tiene que esperar una citación para ir a la Policía. Pero esta notificación usualmente llega a a los seis meses y en el documento le indica que la cita será dentro de cuatro meses más. Vaya sumando.

Cuando le toque ir a la comisaría de Policía, no le preguntaran nada sobre España, ni le harán cantar el himno, entre otras cosas porque no tiene letra. Simplemente le preguntarán en qué trabaja y se fijarán mucho en su pasaporte. Total, que no pasa más de 10 minutos frente al agente de policía, que se despide diciéndole que el lapso de un año y un año y medio le llegará la respuesta a su solicitud de nacionalidad y luego todavía hay que pedir una fecha para jurar lealtad al Rey. Si hemos sumado, se necesitan más de dos años. Por eso, lo mejor, es armarse de paciencia y alegrarnos de que, por lo menos, ahora no hay cita previa para iniciar el trámite.

¿Puedes hacer tus trámites de extranjería por Internet?

Hoy leí entusiasmada que a partir de ahora las renovaciones de los permisos de residencia, cuando falten dos meses para que caduquen, pueden hacerse por Internet, y me pareció más que genial. Recordé la última vez que fui a renovar mi permiso. Era un día frío de invierno, con lluvia, y me pasé una mañana haciendo cola en la puerta. Una vez que entré la gente se apiñaba como sardinas en su lata. Los empujones, los gritos, el calor, el sofoco… recuerdo que pensé ¿qué necesidad hay de organizar esto de esta manera? ¿No podrían hacerlo de modo que la gente recoja su número y pueda irse, tomarse un café o dar una vuelta y volver cuando llegue la hora? ¿No podrían poner bancos para discapacitados, embarazadas y gente simplemente cansada?

Ahora me había entusiasmado ¡No sólo no hay que hacer la cola sino que el trámite puede hacerse on-line! Me fui a la página e intenté probarlo antes de escribirlo en el blog, no vaya a ser que la cosa no funcionara… Y no funcionó. Al principio me salía un mensaje de google que decía que la página no existía. Luego existió pero me salió el siguiente mensaje:

Se supone que funciona así. Se rellena la solicitud que se descarga en la web del Ministerio de Administraciones Públicas (la “linkeo”, tal vez, con suerte, en un rato funciona…).

Una vez hecho esto, el formulario se envía firmado, por correo normal, a la oficina de extranjería que le corresponda a cada uno, y esta oficina se lo re envía por correo certificado a la casa de la persona que rellenó la solicitud. Ojala fuera, de verdad, así de fácil. Lo que es fácil es dudar porque hasta ahora para tramitar papeles nada ha sido nunca fácil. En todo caso, si están en ello, suerte y… ¡A no rendirse!

La niña ‘sin papeles’

Cuesta creer que una personita de un año y medio haya pasado por las filas de extranjería para obtener un permiso para residir en España y digo que cuesta porque esta personita nació en España, para más señas en el Hospital La Paz de Madrid, pero estuvo ‘sin papeles’ hasta el pasado mes de julio, cuando finalmente le entregaron un permiso de residencia a su nombre, Regina Dávila.

Fue un trámite largo y tortuoso para ella y sus padres, una pareja de mexicanos. Por esos despistes de la administración los mandaron de una oficina a otra para solicitar el permiso de residencia para su hija, como ya lo contamos antes en este blog.

La complicación surgió porque éste no es un trámite usual, ya que la mayor parte de los niños que nacen en este país –hablamos de los hijos de padres foráneos- adquiere la nacionalidad española sin problemas, a menos que sus padres provengan de aquellos países donde se impone el derecho de sangre (el principio ius sanguinis, por el cual se otorga la nacionalidad a los descendientes de sus ciudadanos, independientemente del lugar donde nazcan).

Mala suerte o no, pero México es uno de esos países y la pareja de esta historia lo sabían de antemano, por eso inscribieron a su hija como mexicana y se resignaron a esperar un año para solicitar la nacionalidad española para la pequeña, tal y como les explicaron en el Registro Civil español.

Sin embargo, nada les dijeron sobre la necesidad de obtener un permiso de residencia para la niña. Los padres recibieron ese balde de agua fría cuando retornaron al Registro Civil para iniciar el trámite de la nacionalidad. Volvieron justo al año de haber inscrito a Regina y se encontraron con el requisito inesperado: la tarjeta de residencia de la niña, para probar su estancia legal por un año continuado.

Parece insólito, pero sus padres tuvieron que batallar para legalizar a la pequeña ‘sin papeles’. No sólo porque desfilaron por varias oficinas de extranjería, sino también porque cada vez que llamaban a pedir información los funcionarios no atinaban qué responderles. La administración finalmente resolvió otorgar a Regina un permiso de residencia dependiente de la autorización de residencia de su madre. Y lo último fue llevar a Regina a las largas filas en la Brigada de Extranjería de Aluche, para obtener el documento.

Ahora la niña tiene una tarjeta de residencia, como si fuese un adulto inmigrante y cuando tenga un año de residencia legal podrá tramitar la nacionalidad. El documento de Regina caducará el 30 de abril del próximo año y menos mal que no le autoriza a trabajar, porque en uno de esos despistes de la administración, los permisos de residencia de menores podrían emitirse con una autorización para trabajar. ¿Le parece absurdo? Vuelva a leer esta historia.

Funcionarios de extranjería tienen mala leche en el verano

Más allá de las eternas filas, que ya las tenemos bien asimiladas los extranjeros, también tenemos que soportar el mal humor de los funcionarios de extranjería. ¡Y todo por un papel! Esta última frase se repetía el colombiano Andrés Restrepo (en la fotografía) una y otra vez cuando salió de la oficina de extranjeros ubicada en la calle García Paredes, en Madrid.

Lamentablemente ese papel y el sello de recibido que le colocan son muy valiosos, porque nos ayudan a prolongar la estancia en este país. Andrés había ido a solicitar la renovación de su residencia y aunque tenía todos los requisitos, dudaba si tenía o no que presentar también la fotocopia de su NIE (número de identidad de extranjero). Entonces, cuando le tocó su turno, después de esperar más de dos horas, hizo la pregunta a la funcionaria de turno:

Andrés: Señora, sólo necesito hacerle una pregunta

Funcionaria: Aqui no resuelvo preguntas

A: ¿Tengo que presentar una copia del NIE?

F: ¿Aquí está todo lo que tiene que entregar? (le preguntó mientras recibía los papeles y los engrapaba)

A: Señora… es sólo una pregunta

F: Aquí no es información

Andrés salió de las oficinas indignado por el trato displicente de la funcionaria. Y no es una de las peores historias. Y es que los funcionarios de extranjería no entienden que están tratando con personas que buscan resolver cuestiones de vida como: arreglar su situación migratoria, traer a sus hijos, reagrupar a sus cónyuges… Una mala respuesta puede turbarlos en su día a día, y causarles estrés y desesperación.

Algunos funcionarios no tienen la sensibilidad ni el tacto para tratar con estas personas, parece que les pesa su trabajo, y viven pensando en la hora del cafetito o del tabaco. Y dicen que hay hojas de reclamación, pero yo me preguntó cuántas de esas hojas hemos llenado inútilmente. Cientos, miles, y ni una sola respuesta.

El mismo Andrés ha dejado por escrito su protesta en dos ocasiones anteriores, una cuando un vigilante de seguridad empujó a toda la gente que se había acercado a la puerta de la dependencia de extranjería ubicada en General Pardiñas, y otra cuando esperó toda una mañana para ser atendido, en la misma dirección, y al final no le recibieron. ¿Y recibió respuesta a sus quejas? Nunca.

¿Quién puede asesorarnos sobre los trámites de inmigración?

Recientemente el Gobierno lanzó una campaña anunciando con bombos y platillos que ya estaba todo agilizado. Que todos los trámites de residencia podían hacerse por Internet y que ya no había que hacer colas. Son muchas las preguntas. Una es ¿Por cuál de las Webs?

El Ministerio de Administraciones Públicas lanzó recientemente el nuevo mapa de trámites. Lamentablemente esta Web no siempre concuerda con lo que dice la del Ministerio del Interior , ni con la misma página del Ministerio de Trabajo e Inmigración

¿Verdad que una ya no sabe qué de todas estas instrucciones seguir?… Además de que a veces los lenguajes son muy técnicos, lo peor es que por lo general lo que se solicita no siempre concuerda con lo que pide luego el funcionario de turno, una vez que llegamos a la ventanilla a presentar los papeles. En mi caso, cuando estaba tramitando la nacionalidad, y llegué al registro con todos los papeles que pedían en la Web la funcionaria me dijo “Eso no vale. Lo que vale es esto”, y me dio una fotocopia (así, a la antigua usanza) con lo que pedía su Registro Civil en Madrid. “¿Pero si saqué los requerimientos de la Web?”, le respondí. “Esa Web es general, pero este Registro Civil pide esto que le estoy dando ahora, y usted no lo tiene”, respondió. Tuve que comerme la cola que ya había hecho, rehacer trámites, pedir otros y volver a hacer la cola otro día.

Además, muchas veces no sabemos cuál es el trámite que más nos conviene por nuestra situación. Por ejemplo, a veces cumplimos con más de un requisito, como estar casados con un español, tener un contrato de trabajo y estar en España hace siete años. ¿Conviene hacer el trámite por reagrupación familiar? ¿Por arraigo? ¿Por cuenta ajena? A veces no sabemos si tenemos o no derecho a pedir los papeles. Las respuestas no son fáciles y dependen mucho de la situación personal. Para ello se hace casi imprescindible un diálogo con alguien que sepa: una ayuda “persona a persona”.

Servicios «cara a cara»

Hay que tener mucho cuidado con los servicios de “abogados” que ofrecen ayuda si uno paga dinero. No siempre saben y hay quienes se aprovechan de la situación cobrando dinerales.

Existen servicios gratuitos y confiables. ¿Quién da estos servicios? Muchas de las asociaciones de inmigrantes de nuestros países de origen brindan ayuda para saber cómo hacer el trámite. Por lo general es gente que comprende, que ya pasó por muchas experiencias y conoce los tejes y manejes. Además hablan con una jerga más cercana que puede ayudarnos a comprender y a saber que hay otros, como nosotros, que están pasando o han pasado por lo mismo.

Por otro lado, ONGs como la Cruz Roja, SOS Racismo, Andalucía Acoge, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras ofrecen servicios gratuitos de asesoramiento.

En algunas Comunidades como Castilla y León o Madrid lo ofrecen los mismos colegios de abogados. Específicamente en Madrid están también los CEPI´s (Centro de Integración y Participación para Inmigrantes). También tienen servicios gratuitos algunos ayuntamientos como el de Granada o de pueblos pequeños como Fuengirola o Parla.

Para preguntas concretas la Web de migrar.org (el vínculo que siempre puede encontrarse en esta página, en la columna de la derecha) es un buen recurso. Las respuestas suelen estar en una semana en nuestra casilla de correos. Sigue siendo tan frío como las pantallas de las páginas Web de los distintos órganos de Gobierno, pero sirve para preguntas concretas, respondidas por expertos.

Presión en los consulados latinos

¿Quién toma el pulso de los consulados? Los peruanos en España pueden responder a esta pregunta, porque su oficina consular cuenta con un órgano formado por peruanos residentes en España, que son elegidos por la comunidad, y cuyo objetivo es mejorar la gestión de su consulado.

Esta suerte de veeduría ciudadana se llama Consejo de Consulta Consular. Pero ¿funciona? Ese ya es otro tema, como dice un amigo peruano «eso es un saludo a la bandera», y me explica, «es decir que no sirve para nada».

Los peruanos inmersos en la elección del Consejo de Consulta, que es todo una jornada democrática para los inmigrantes peruanos, opinan que la gestión del Consejo no ha sido muy efectiva en años anteriores (las declaraciones están en el siguiente video), pero yo les digo que siempre es mejor tener algo que no tener nada.

De momento, el Consejo está presionando para que el consulado peruano pueda expedir el certificado de antecedentes penales, documento que los extranjeros necesitamos para probar nuestra «honorabilidad», a la hora de solicitar un permiso de residencia y la misma nacionalidad española.

Este papelito es la pesadilla de muchos extranjeros, porque sólo se expide en los países de origen, con lo cual hay que encargar el trámite a otra persona, hay que correr con un gasto extra por la serie de firmas y sellos que debe tener, y lo peor es que si no se agilizan los trámites en España, el documento pierde vigencia y hay que volverlo a solicitar.

Sólo los consulados de Colombia y Argentina lo expiden en territorio español, pero el resto de consulados no tienen capacidad para hacerlo. El Consulado de Perú, por la presión del Consejo de Consulta, está por conseguir que las instituciones españolas acepten la firma del Cónsul peruano para dar veracidad al certificado de antecedentes penales.

Si eso ocurre, ya es un punto a favor de la gestión del Consejo, y así dejará de ser “un saludo a la bandera”, como dice mi amigo peruano, que por cierto se mueve en España con su segunda nacionalidad, la italiana, para evitar los contratiempos en el consulado de Perú.